Habían pasado ya unos cuantos días desde que Deidara había partido a una misión junto a su compañero Sasori, habían sido días difíciles ya que habían tenido que cruzar el desierto para poder llegar a la aldea de la arena, y ahí habían tenido una acalorada pelea con el Kazekage Gaara, para poder obtener el Ichibi, los 2 mienmbros de Akatsuki no lo sabían, pero el plan del líder era apoderarse de los bijuus antes que Uchiha Madara, ya que si él los tenía todos, sería casi un hecho que ganaría la guerra y aunque la organización no haría nada para ayudar en la guerra tenían que velar por sus propios intereses. Cuando obtuvieron lo que buscaran volvieron rápidamente hacia la guarida para poder entregarle su “trofeo” al hombre para el cual trabajaban.
-Ya casi llegamos.- Comentó el chico pelirojo.
-Estoy muriendo del cansancio, espero que Pain nos deje tranquilos al menos un día en cuanto lleguemos.
-¿Y ese día lo utilizarías para estar con el Uchiha, no?-Cuestionó el mayor un tanto celoso, por que aunque su amigo no correspondiera sus sentimentos él aún seguía enamorado.
-A ti no puedo negártelo, realmente lo extrañé durante estos días.- se sinceró el de ojos azules.
-Pues bien, apurémonos entonces, yo también muero por llegar esta misión fue un desafío, no sabía que ese niño Kazekage se había vuelto tan fuerte.
-Tienes razón, pero eso lo hizo aún más divertido, además pudiste volver a la aldea de la arena Sasori-Dana.
-Sabes bien que yo no me ando con sentimentalismos, realmente eso no me importó en lo absoluto.
-Aunque lo niegues, debiste sentir algo mientras estuvimos ahí.-Puntualizó el rubio.- Pero como sé que no lo aceptarás será mejor que lo deje y nos demos prisa.
-Buena idea.- Así continuaron su andar por el bosque, hasta que finalmente cuando el sol comenzaba a ponerse llegaron a la guarida.
Todo estaba en completo silencio, por lo que los dos ninjas dedujeron que todos los demás continuaban realizando sus asignaciones, pasaron de largo por la estancia y finalmente llegaron a la pequeña oficina de Pain, este se encontraba sentado en un sofá que estaba en un rincón de la habitación, cerca de una nada ostentosa chimenea, aparentemente estaba absorbido por sus pensamientos por lo que cuando entraron se sobresaltó bastante.
-¿Es que acaso no saben tocar?- Preguntó en un tono tranquilo.
-Disculpa, pero no creímos que te asustarías Pain-sama.- Dijo el hombre pelirojo.
-¿Cumplieron con su misión?- Habló otra vez el líder de Akatsuki ignorando el último comentario de Sasori.
-Desde luego, no habríamos regresado de no ser así.- Mencionó el más joven con mucha energía.- Representó un pequeño reto, pero nada que no pudiésemos manejar.
-Excelente, ¿Y dónde está el joven?- Les interrogó una vez más su superior.
-Se encuentra en la sala de estar.- Espetó el marionetista.
-Disculpe Pain-sama, ¿Todos los miembros están en misión?- Interrumpió el rubio.
-Podría decirse que sí.- Le contestó el de cabello naranja, que sabía muy bien el porqué de la pregunta del artista, sabía que quería saber dónde se encontraba Itachi y encontraba este momento el más propicio para romper el corazón del ojiazul.- Los que quedan en la organización lo están.
-¿A qué se refiere? ¿Qué significa “los que quedan”?.- Al decir esto a Deidara se le formó un nudo en la garganta, las palabras de su “jefe” no le agradaban, y tenía el peor de los presentimientos.
-Me duele decirles esto, saben que considero a todos los miembros de Akatsuki como una familia.- Dijo falsamente el hombre.- Pero Itachi traicionó a la organización, intentó asesinarme para acabarla por órdenes de la aldea de la hoja.
-¡¿Qué?!- El más joven de la sala no daba crédito a lo que escuchaba, al parecer el amor de su vida le había mentido todo este tiempo, pero en el fondo creía que había alguna razón de peso para todo lo que al parecer había hecho.
-Como lo escuchas Deidara, y eso no es todo, lo que más me duele de todo esto es que mi mejor amiga y una de las fundadoras de esta organización, Konan, me traicionó también, se fueron juntos, al parecer tenían una relación.
-Tiene que ser una broma.- Dijo ahora Sasori.- Ni Konan ni el Uchiha harían algo así.
-Eso es lo que yo creía.- Respondió Pain con fingido pesar, al ver el rostro de Deidara podía deducir que había creído en todas sus palabras, y también podía identificar que estaba a punto de quebrarse, separ a los 2 amantes y mantener los secretos de la organización valían el sacrificio que había hecho.
----------Flash Back----------
-Konan, necesito que hagas algo por el bien de la organización.
-Parece ser serio, sabes que si puedo ayudar lo haré. ¿Qué es lo que necesitas?
-Necesito que te vayas por unos cuantos meses de Akatsuki, sabes bien que se acerca la guerra y mientas dure nosotros no tendremos nada que hacer, por eso necesito que te vayas.
-No entiendo que es lo que pretendes, ¿Para qué exactamente debo irme?
-Descubrí que Itachi Uchiha seguía en contacto con su aldea, y el decidió irse para ayudarlos en la guerra, es todo un ingenuo, cree que se lo agradecerán, cuando es más que obvio que lo seguirán condenando.- comentó el hombre.-Pero ese no es el punto, sino que tiene una relación con Deidara, y si él sabe la verdad querrá ir tras él, y no puedo permitirlo, por eso quiero hacerle creer que tú y él se fueron juntos.
-¿Qué?, no entiendo cuál es el punto el todo esto, y tampoco entiendo cómo es que dejaste ir a Itachi.
-No cuestiones mis decisiones Konan, y solo haz lo que te pido.
-No entiendo nada, y no estoy de acuerdo con esto, pero lo haré por que confío en que tienes una razón de peso.
------------Fin flash back------------
------------Narración Deidara------------
-No lo puedo creer, tiene que ser una mentira, él no me haría esto, no me mentiría, no se iría sin mí. – Comencé a caminar hacia la habitación de Itachi, mientas Sasori me seguía de lejos, tenía la esperanza de que él se encontrara ahí, de que todo fuera una broma cruel, aumenté el paso hasta que llegué hasta ahí.
-¡Itachi!- Entré gritando desesperadamente.- ¡Itachi por favor, sal de ahí!- sentía que mis lágrimas saldrían en cualquier momento, tenía un gran pesar en mi pecho y solo quería oír su voz, y ver su rostro, busqué por todos los rincones de la habitación aún esperanzado.- Por favor.- susurré finalmente al darme cuenta de que él no se encontraba ahí y me tendí de rodillas en el piso mientras las lágrimas comenzaban a rodar por mis mejillas, haciéndome sentir que quemaban mi piel.
-Dei, por favor, no llores.- Me dijo en tono suplicante mi amigo.- Me duele verte así.- No toleraba la decepción, necesitaba algo de consuelo, por lo que me aferré a su capa y seguí sollozando. Después de un rato, que sentí que no podía llorar más me levanté del piso y caminé rumbo a mi habitación, me sentía terrible, y para colmo me había derrumbado frente a Sasori-dana, había tirado mi orgullo a la basura, al dejar que Itachi jugara conmigo, y al dejar que Sasori me viera de esta forma. Sin duda me duele su supuesta traición, pero muy en el fondo espero que el regrese pronto y me diga que todo es mentira, lo amo y eso es lo único que quiero escuchar, que él me ama también y que jamás me abandonaría.
-Itachi, por favor regresa pronto y dime que todo fue una broma cruel, no podría soportar tu traición, y tampoco podría perdonarla, nunca.- Pensé antes de quedarme dormido, ya que sentía mis ojos arder por tanto llorar.