Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Haunted Forest por Bruzz

[Reviews - 39]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Antes que nada...

Feliz año!!!!

Espero la hayan pasado muy bien jijiji yo estuve comiendo como una cerda :D

Hace mucho que no actualizaba este fic. A pesar de que ustedes estuvieran al tanto de las razones, si que extrañe escribir por un tiempo...

Pero aqui ha llegado con poder!!!

Espero les guste....

Gracias a todos(a) por sus comentarios :D

A leer!!!

ENCUENTROS INESPERADOS

 

-Esto es como un laberinto, joder, así como vamos nos quedamos aquí para siempre…

-Calla, marimo.

Sanji era el que iba encabezando el grupo, fumándose un cigarrillo para pasar el estrés. Nadie dejaría que Zoro lo hiciera, pues su sentido de la orientación ya era lo suficientemente “sorprendente”, además, ni Nami ni mucho menos Ussop, se sentían capacitados para ir al frente dirigiendo a los otros…

Más que todo por lo de los fantasmas y eso…          

No sabrían decir con exactitud cuánto tiempo llevaban caminando entre pasillo y pasillo. Doblando muchas veces, e inclusive, rodeando una que otra sala o habitación. Andando de aquí para alla, buscando aunque fuera un mapa de la edificación con el cual guiarse…

-De todas formas para ti todo es un laberinto. ¿O no recuerdas las veces que te perdiste incluso en el baño de la escuela?—Pregunto Sanji, socarrón, haciendo que Zoro soltara un chasquido para luego sonreír un poco.

-¿Y tú que haces espiándome, cejillas?

-¡¡Era el baño de hombres, es obvio que iba a darme cuenta!!—Grito Sanji soltando un poco el cigarro, a sabiendas de que tendría que aguantarse los estúpidos comentarios de ese marimo descerebrado por un buen rato.

Eso o que salieran pronto de ese espeluznante lugar…

Y es que como venían las cosas, parecía imposible. No solo las luces que les iluminaban y les permitían ver el camino se contaban con los dedos de la mano, sino que el olor, sumándole a la decadencia de ese lugar, le ponía los pelos de punta hasta el más macho.

-Ustedes dos ya cállense. Peleen lo que peleen no vamos a lograr a salir de este lugar sino nos lo pensamos bien—Dijo Nami, temblando más que de los nervios, también por el frio que estaba haciendo.

-Lo siento mi Nami-swan***

-Tsk—Zoro solo les ignoro y continúo caminando.

Y era impresionante la forma en la que Sanji podía cambiar su actitud de un momento a otro. Aquello daba más escalofríos que la propia situación en la que estaban.

-¿Q-que creen que sea este lugar en realidad, chicos?—Pregunto Ussop, por obvias razones con desconfianza, cuando más que parecer un hospital abandonado, daba la impresión de ser un pabellón de tortura también.

-Si te fijas en las camillas, en toda la instrumentación quirúrgica, el olor a medicina, los consultorios, las habitaciones… ¿Qué crees que sea?—El sarcasmo de Sanji era tan perceptible que a Ussop le dieron ganas de llorar, pero se contuvo para no parecer más cobarde de lo que ya era.

-No hablo de eso—Aclaro el peli crespo, tanto que la voz le temblaba—He visto cosas muy raras aquí, y esto casi seguro que ese olor a hierro…

-Es sangre—Dijo Zoro, restándole importancia. Mas sin embargo tanto Nami como Ussop se pusieron a temblar más si es que podían.

Sanji chasqueo los dedos.

-¡¡Impresionante!!—Grito el rubio con exaltación falsa, y en ese mismo instante todos le miraron con atención, como esperando a que les dijera algo alentador, pero…

-El marimo tiene cerebro—Cerro con tal crueldad, mirando fríamente de reojo a Zoro.

Por su parte el peliverde se cabreo tanto que desenvaino de una vez por todas sus katanas, a lo que Sanji capto la idea y se puso en guardia, preparando ya sus piernas para luchar, importándole muy poco si el propio edificio se desbordaba a patadas cayendo sobre ellos.

-Anda que te has tardado—Sanji soltó su cigarrillo y lo dejo caer al suelo—Ya decía yo que los huevos se te habían quedado bajo la almohada…

Zoro sonrió también malvadamente, apretando la empuñadura con rabia—Y vamos a ver quién los tiene más grandes aquí…

Nami y Ussop se miraron de nuevo, con los ojos llorándoles a ambos.

Si esos dos se mataban entre ellos, la esperanza estaba perdida.

Así como iban las cosas…

Los chicos abandonaban el optimismo de a poco.

-¡¡He dicho basta, Sanji-kun!!—Grito Nami, muy nerviosa.

-L-lo siento, Nami-san—Lo que menos quería el rubio era ver en ese estado a su “florecita de jardín”, como el mismo le había apodado.

Zoro también se detuvo, envainando sus katanas.

-Debemos seguir andando—Intervino Ussop, al que la voz le sonó por primera vez abstente de temblores—O no saldremos de aquí.

Eso todos lo sabían.

Sí, no había tiempo para más peleas.

***

-¿¡¡QUE COÑAZO ES ESO!!?

-¿¡Es que me viste cara de adivino!? ¡¡Que yo voy a ser médico!!

Aunque a Kid y a Law se les antojara tener un flash back de lo que había ocurrido, apenas si podían huir de esa cosa  que les perseguía.

¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde?, pensaba Kid, ¿Dónde demonios podrían esconderse a estas alturas?

No se veía una mierda y él ya se había tropezado varias veces hasta con sus propios pies, pero el instinto de supervivencia que tenía ambos era tan fuerte que a pesar de todo habían seguido corriendo.

-¡¡Mira, Eustass-ya!! ¡¡Ahí!!

Kid pudo haberle agradecido a Law por intentar ponerle a salvo, más sin embargo la forma en que lo estampo contra ese hoyo a punta de empujones, no le hizo ni puto gracia.

-¡¡Ten cuidado enano!!—Le grito este bastante enojado, cuando ya estuvieron escondidos en un “buen lugar”.

Oscuro como todo, pero buen lugar.

-Shhhh, cállate—Dijo el moreno, mirando a penas por un orificio, rogando que esa bestia desapareciera pronto—Que nos va a escuchar…

-Maldición—Mascullo Kid, enojado.

Y es que no era para menos.

Ya habían salido de un mastodonte, cuando otro venia y los perseguía de repente.

Ahora que lo pensaba… ¿Qué era eso?

Parecía un animal, un ave, es cierto, tenía alas, plumas, lo que fuera. Era realmente grande, pero su cabeza no era la de uno de esos pájaros que podrías encontrarte en cualquier parte. Tenía dientes que rechinaban, y unos profundos ojos color rojo rasgados, además de que gruñía…

Realmente fuera de base y sacado de un libro de fantasía.

Si Kid pudiera relacionar su cabeza con la de algo, sería la de un perro.

Además, en la mente del pelirrojo aún estaba Killer, gritando, y eso le hacía ponerse más de los nervios, sin saber cómo reaccionar ni mucho menos que hacer con todos esos problemas que ahora se cargaba encima…

Law, si, pensó Kid, también se preocupaba por él, aunque quisiera negarlo.

Donde esa  cosa lo agarrara, no podría perdonárselo, ni creía poder protegerlo tampoco.

-Vente para acá, que capaz te agarra y ahí si estamos muertos—Balbuceo un poco Kid rascándose la mejilla, al no creerse las estupideces que acababa de pensar.

-¿Preocupado por mí, Eustass-ya?—Cuestiono Law, ladeando sus labios en una sonrisa traviesa.

El moreno en realidad decía este tipo de cosas solo por joderle, pero en su interior lo que más deseaba era una respuesta como: Si, maldito, deja de exponerte de esa forma que me tienes el corazón a mil. O algo igual de romántico…

Lo pensó tanto que sus mejillas se sonrojaron, e incluso tuvo el impulso de reírse estúpidamente.

-Debes estarme jodiendo—Respondió el pelirrojo insolentemente, sonriendo de forma amenazante, pues tampoco le hacía ni puta gracia los comentarios fastidiosos de Law…

Ni mucho menos que este tipo de comentario acertara de forma tan atroz.

- ¿Yo preocupado? ¿Preocupado por ti? ¡¡Y una mierda!! Lo único que me importa es salir de esta m…

*Slap*

Law sintió su mano arder.

Le había pegado demasiado fuerte.

No se creyó lo que acababa de hacer, pero sin duda, las palabras de Kid le habían conmocionado tanto que termino por darle una cachetada.

Miro con terror como la palma de su mano dejaba una dolorosa marca roja en la mejilla derecha de Kid, y también, como este lo miraba, sin decir una palabra…

Una fría mirada.

Inalterable.

-…

-Eustass-ya, yo…

-No importa. Debemos salir de aquí cuando antes. Solo trata de no darme más problemas—Termino de decir Kid, arrastrando sus palabras.

La mano de Law se fue resbalando de su cara con lentitud, el rostro de Kid se ensombreció por un momento…

Pero ninguno dijo nada más.

Soy un estúpido, pensó Law, considerando firmemente en entregársele a la bestia y que esta misma lo descuartizara.

Eso le dolería menos.

***

Al principio pensaron que era una ilusión.

Demasiado bueno para ser cierto, se dijeron Sachi y Penguin, cuando vieron una silueta más que conocida para ellos tirada a la orilla del lago.

Y aunque no fuera en la mejor de las posiciones, ni el mejor de los lugares, al fin y al cabo, era Ace el poseedor de esa silueta.

Salieron corriendo hacia allí…

…y luego de un plazo de diez minutos de inconsciencia, lograron despertarlo.

Y pensar que lo que primero recibirían era un golpetazo.

-Ah, lo siento, pensé que eran los monstruos que me raptaron—Ace sonrió algo avergonzado por haberles golpeado de esa  forma, pero es que la confusión entre el mareo y la lucidez le habían jugado una mala pasada.

-¿¡¡ES QUE ACASO TE PARECEMOS MONSTRUOS!!?—Ambos se quejaron, sobándose el pobre chichón que ya les estaba saliendo.

-Si lo dicen así…

-¡¡NO NOS JODAS DE ESA FORMA!!

-Jejeje…oigan, dejando el accidente de lado…

Para nada fue un accidente, pensaron ambos con indignación.

-¿Dónde estamos?—Pregunto Ace suspicazmente, mirando de lado a lado pero no encontrando más que vegetación y el lago al que le daba la espalda.

Sachi y Penguin se miraron, claramente ignorantes a lo que debían responder.

-¿No es obvio? El bosque—Respondió Sachi algo crispado.

-¡Eso ya lo sé!—De nuevo una colleja fue a dar a la cabeza de ambos.

-¿¡Pero por que yo!?—Reclamo Penguin adolorido, con las lágrimas ya saliéndole—¡¡No dije na-

-¡¡CALLATE!!—Otro puñetazo.

-Me refiero a porque demonios estamos aquí, si deberíamos estar cerca de las cabañas, estúpidos—Ace se levantó farfullando, limpiándose la ropa que estaba llena de lodo—Además no recuerdo nada… ¿Qué demonios paso?

-…

-Solo tuve una pesadilla en la que unos monstruos me capturaban pero… ¿Qué con esto?

El en serio cree que fue una pesadilla, pensaron ambos chicos, con una gota de sudor resbalando de sus respectivas nucas.

-N-no lo sabemos…--Balbucearon ambos—De hecho los estábamos buscando…

-¿Cómo hacen para hablar al tiempo?—A Ace le salió un tic en el ojo—Bueno, bueno, eso no importa… ¿Dónde está Marco?

-La historia es larga—Penguin hizo una mueca, silbando. Seguro si Ace se enteraba estarían muertos, enterrados en el lodo y llenos de gusanos.

-¿Dónde está Marco?—A Ace sin duda esto no le pintaba nada bien.

-¿Eh?

Ahora sí, viéndolos dudar, tenía la certeza de que algo malo estaba pasando…

¿Le pasaría algo su Marco?

-¿Dónde…esta…Marco?—Siseo muy lento, comenzando a enfadarse.

Un aura macabra fluía del cuerpo de Ace y su voz sonó como si fuera a ejecutarlos allí mismo si no le daban explicaciones rápidamente.

-P-pero…debes escuchar la…¡¡HI!!

Penguin y Sachi se abrazaron del susto. Estaban cansados de cagarse encima pero Ace ya no les daba tregua. Más valía que se apuraran a contarle todo o si no…

-¿Dónde está…¡¡¡MARCO!!!?

-¡¡¡AHHHHHHHHH!!!

***

Si Doflamingo hubiese sabido que su trabajo de profesor universitario arraigaba el cuidar niños pequeños, hubiera quemado su contrato hace rato.

Porque…

¿¡¡QUE HACIA EL CUIDANDO AL MOCOSO DE MONKEY D. LUFFY A ESTAS ALTURAS!!?

Ese pequeño demonio era peor que ser perseguido por satanás en el jodido cementerio.

 Cuando creyó que no se lo aguantaba más, el chico se seguía riendo como descocido y hacía de las suyas en esa estúpida casa de la que ni siquiera eran propietarios…

…es más, no estaba seguro si podría llamársele propietario a esa mole de mierda con un mazo en la mano.

Justo en el momento que supuse que los videojuegos eran pura fantasía, pensó Doflamingo mientras fruncía el ceño con de todo menos alegría, viene Silent Hill y me da por culo.

-¡¡¡DOOOOOOFYYYYY!!!

-Mocoso de mierda—Gruño el rubio, dirigiéndose hacia donde el ruido había venido.

Luffy estaba hurgando unos papeles, ubicados justo en una estantería de madera rustica. Doflamingo no sabía con exactitud cuál era el objetivo de ese cabeza de frijol, ni tampoco sabía que hacia el acolitándole todas las babosadas.

-Oye…Mugiwara, deja de joder con eso y…

-Mira, Doffy—Luffy le extendió lo que sería un álbum de fotos, y su voz sonó tan seria que Doflamingo se quedó callado y lo recibió—Parece que esa era la familia que vivía aquí…

-No parece, es—Dijo el rubio también con gravedad, cuando ya hubo mirado algunas fotos del álbum con mucho esfuerzo, donde la que más resaltaba era esa niña…

Una niña de ojos azulados, una mirada tan penetrante pero hermosa al tiempo, tez exageradamente blanca, cabello negro largo…

Sonrisa inocente.

Con un collar. Collar de esmeralda.

Doflamingo se amedrento. Esa era la esmeralda que el había tomado del suelo, la misma que estaba tallada en ese collar.

Trago saliva, no creyéndose aquello…

Nada que hacer, pensó, solo una puta coincidencia, trato de convencerse a sí mismo.

Por otro lado…

Al lado de la niña, en la foto, habría otras tres personas más. Un niño un poco más pequeño con sus mismos rasgos, una mujer adulta un poco más morena pero con sus mismos ojos, un hombre adulto de cabello negro y tez blanca también…

Todo superpuesto en ese fondo…

Y el fondo era esa casa, pero mucho más cuidada, más bonita, si es que podía decirse.

A pesar de las estatuas sin forma, claro.

-Padre, madre, hermano—Fue lo que pudo concluir Doflamingo, mientras abandonaba el álbum de fotos en la estantería, sintiéndose extrañamente oprimido.

-¿Qué pasaría aquí, Doffy?—A pesar de su voz inocente, Luffy lucia preocupado, y eso su mirada lo resaltaba.

El rubio negó con la cabeza, mirando con atención otro par de papeles en el estante, pero que sin duda no tendrían relación con nada que el conociera.

Era algo como de familia, supuso.

-No lo sé, la verdad llegue a la conclusión de que…

*Panting* *Panting*

Doflamingo y Luffy se miraron al tiempo. Una maratón de jadeos tuvo lugar hace poco, muy cerca de donde ellos estaban. A pesar de que no podían ver casi, su sentido de la audición sí que estaba despierto.

Se pusieron en guardia, deseando al cielo con todas sus fuerzas, que lo que fuera que fuera, no fuera esa mole.

-¿Q-que ha sido eso…?

-Shhhh, haz silencio, Mugiwara.

Y hágase la luz, pudo decir Doflamingo, cuando sin previo aviso todo el camino que habían recorrido, se ilumino de un fogonazo. Unas cuantas velas ahora les señalaban el resto del recorrido, revelando el verdadero estado del lugar donde estaban y lo que tendrían que ir a investigar más adelante.

-¿Qué demonios? ¿Habían velas aquí?—Luffy fue el primero en hablar, pero lo que dijo no era para nada relevante en esa situación.

-Tsk, eso es lo de menos…la cosa es… ¿Cómo y por qué se han prendido de esa forma?—Aunque el rubio fuera casi que inmutable ante toda situación que viviera en su vida, esto ya le estaba sacando de sus cabales.

Paranormal y una mierda, pensó Doflamingo ya empezándose a cabrear en serio, esto no es más que una puta broma y voy a colgar de las pelotas a las basuras que estén detrás de todo esto.

El lugar donde habían estado caminando, no era más que una interconexión de viejas y dañadas habitaciones como todo lo demás. Tal y como el rubio lo predijo, estaban completamente vacías, llenas de animales indeseables, oliendo a mierda, y si es que se podía, uno que otro mueble viejo, precisamente el estante de donde habían tomado el álbum hace poco…

-Tenemos que salir de aquí—Prácticamente que ordeno el mayor, con voz pastosa, importándole muy poco si ahora el brazo de Luffy estaba siendo magullado por su mano—Tenemos que…

-¡¡Espera!!

Luffy se soltó del agarre de Doflamingo y salió corriendo hacia otra habitación. El rubio maldijo, pero no por eso desconsidero el seguir al chico. Viendo ya mucho más claro, corrió tras el con todas sus fuerzas, respirando agitadamente cuando pudo alcanzarle.

-¡¡No corras así maldito mocoso!!

Una vena se plantó en su frente cuando Luffy en vez de pedirle disculpas, se quedó mirando adelante, sin siquiera responder algo, ni mucho menos, girar a mirarle…

-¿Qué demonios te pa…?

La pregunta quedo pausada, cuando el mismo vio lo que dejo totalmente colapsado al menor.

Adelante estaba…

Esa cabellera…¡¡Tenía que ser el!!

-¡¡KILLER!!

Doflamingo dejo a Luffy de lado y salió corriendo hacia el rubio. Este estaba tirado, recostado sobre la pared de lienzo marcado que decoraba la habitación. A pesar de revisarlo, saco la conclusión de que no estaba herido, solo inconsciente.

-¿Y ahora como cojones lo despierto?—Sus manos temblaban tanto que ni siquiera pudo acomodar al chico entre ellas, tenía la cara hecha mares y sus gafas moradas ya se habían resbalado más de cinco veces—¡¡Ayuda, pedazo de mierda!!

Luffy llego corriendo también al lugar. Le pareció una buena idea cachetear a Killer para que se despertara, pero el único herido termino siendo el, cuando Doflamingo le dio una palmada en la cabeza y le grito de forma muy perturbadora.

Ambos estaban muy nerviosos, no podía negarse.

Dado el caso, tendrían que quedarse con el rubio hasta que volviera en sí.

Al menos ya habían encontrado a alguien…

Pero eso no quitaba la situación por la que estaban pasando, y, lo que seguramente, tendrían que pasar.

El mal presentimiento que Luffy sintió al principio de todo esto, volvía a tomar fuerza, enterrando las garras dolorosamente en su pecho.

Pero el no dijo nada. Solo se quedó esperando a Killer despertara.

***

-No me da ni pio de gracia, Eustass-ya.

-Vamos, vamos… ¿Aun sigues enojado por lo que dije?

-Hmp.

Law se molestó incluso consigo mismo cuando se dio cuenta de la estupidez que había hecho. No solo le había pegado a su Romeo por una necedad, sino que también su estado “colegiala puberta enamorada y herida”  tomo el control de su cuerpo y le termino generando un sentimiento llamado: culpa.

Law no sentía culpa ni cuando cogía a los perros abandonados de la calle para ir a diseccionarlos a su casa.

No, ese era un sentimiento que el gran Trafalgar D. Water Law no se podía permitir sentir, ni siquiera por Eustass Kid.

Después de haber querido que ese monstruo le encontrara y le degollara vivo, termino por enojarse más consigo mismo por pensar de esa forma tan ridícula.

Por sentir dolor.

Y ahora estaban ahí, caminando juntos, luego de que ni una sola señal del monstruo se hubiese mostrado. Más sin embargo, la luz ahora, les iluminaba a ambos. ¿Por qué? Pese a que querían saberlo, de puta madre les había salido en ese momento tan desesperante. No solo ahora podían ver a donde iban, si no a donde tendrían que ir, sin necesidad de perderse ni dar vueltas en círculos…

Y aun mejor, según Eustass, sin estarse dando putazos con cada mueble que se les atravesara.

-¿Eres un niñato o que, Trafalgar? Me impresiona que la imagen que te mandes sea solo una fachada.

Kid sonrió nerviosamente cuando después de decir esto, Law estaba preparando sus puños para pegarle, apretando sus dientes y mirándole como si fuera a decapitarlo.

-Vuelve a decir eso y te parto esa linda cara tuya—Amenazo el médico, quien en verdad se arremango las mangas de su saco para estamparle un par de puñetazos en la cabeza.

-¡¡Paz!! ¡¡Paz!!—Y aunque Eustass quisiera reírse, prefería proteger su integridad del que sabía era un demonio cuando se enojaba—Solo bromeaba, joder, deja de ofuscarte por cualquier cosa…

-…

-¿Eh?—Kid enarco una ceja al ver que Law se quedaba quieto, sin mirarle, sin siquiera reclamarle, lo único diferente era que ahora su cara estaba bastante roja, tanto que a Kid le recordó esta expresión a un pimentón.

Mientras tanto, en la cabeza de Law…

¡¡Le he dicho que tiene una cara linda!!

Y es verdad pero…

¡¡El sin duda se dará cuenta de que me gusta!!

¡¡Maldición, maldición, maldición!! ¡¡Debo estar jodidamente imbécil ahora!!

¡¡KYAAAAAHHH!!

¡¡Odio a mi maldito sistema límbico!!

De regreso a la realidad…

-¡¡Maldito límbico, maldito límbico, maldito límbico!!

-¿¡Qué demonios te pasa!? ¡¡Cálmate de una buena vez, Trafalgar!!

Kid no tenía ni la menor idea de que le pasaba a Law, pero desde hace un rato que gritaba lo mismo y estaba fuera de sí, incluso su cara estaba lavada en lágrimas.

-¡¡Me estas asustando, joder!!

Después de zarandearlo un poco más, Law volvió de su mundo imaginario, completamente desconcertado.

-¿Eh? ¿Qué ha pasado?—Law parpadeo varias veces, y con lo primero que se encontró fue con la expresión colérica de Kid, quien le agarraba de ambos hombros y le sacudía.

Daba miedo, ese cabrón sí que daba miedo.

-¡¡Eso te pregunto yo a ti!! ¿Quién es ese tal límbico?

Es idiota, pensó Law, con un tic en la ceja, definitivamente es idiota.

-Oeeee…no recuerdo nada de nada—Contesto nerviosamente, soltando una risilla, para que con eso Kid no la arremetiera contra él.

Y es que al parecer todo había sido una falsa alarma.

Kid no pesco ni por las orillas lo que Law le había dicho.

Así mejor, pensó Law, o aquí me termina dando un ataque.

-Este lugar ya nos tiene jodidos—Kid finalmente lo soltó y se rasco el entrecejo—Tenemos que salir de aquí…

-Lo sé, lo sé—Law volvía a recuperar su firme postura y se ponía en el papel enojado que tenía antes—Y eso es porque tú ya quieres deshacerte de mí—Hizo un puchero tan lindo que Kid tuvo que jalarse los mechones de la rabia.

-¡¡Te dije que lo siento!! ¿Cuántas veces me vas a hacer…?

-¿Mmm?

-¿Dijiste cara bonita, Trafalgar?

-¡¡Mira, Eustass-ya, una ventana!!

El momento perfecto para que Law se saliera de esa situación incómoda llego. De no ser porque era ateo, le hubiera lamido los pies al propio buda por sacarlo de ese aprieto tan rápidamente.

Estaba tan alterado por lo que dijo Kid, que ni siquiera le espero, solo corrió como demente hacia la ventana y miro afuera.

Lo malo es que esta tenía barrotes…

-Así ni cagando salimos de Kid—El pelirrojo llego justo después, un poco trastornado—Con esa cosa…de esa forma, joder… ¿y ahora qué?

-Además mira abajo.

Estaban en el tercer piso, eso ya lo sabían. Se tiraban de ahí y quedaban hechos puré. Puede que Kid no se enterara, pero Law era lo suficientemente consciente como para saber que lanzarse desde esa distancia era un suicidio.

Aun así el pelirrojo parecía pensar con todo, menos la cabeza.

-Me puedo cargar esos barrotes—Sobo su barbilla y sonrió descabelladamente, dando tres pasos atrás—Quítate de ahí Trafalgar, que voy a tumbar eso…

-¿Eh?... ¿¡Estás loco maldito imbécil!?—Antes de que Kid cometiera la estupidez tan esperanzadora que había pensado, Law se lanzó a agarrarlo con fuerza del brazo antes de que fuera a partirse la mano con esas varillas—¡¡No jodas con eso!! ¿¡Eres estúpido o que!?

-Suéltame, enano—La fuerza del moreno no tenía efecto en él. En un dos por tres Kid arrastraba a Law y preparaba sus puños para arremeterlos contra la pobre ventana—De aquí salimos así sea volando…

-¡¡Basta Eustass-ya!!—Si Law no tuviera un orgullo tan inmenso, se hubiera cagado y estaría llorando. Usaba toda su resistencia para detenerlo, pero se notaba que los músculos de Kid no eran de adorno, ese tío definitivamente era más fuerte de lo que murmuraban en las facultades.

-Vamos a ver de que estas hecha, barra de mierda…

-¡¡Es obvio que de hierro!!

*Gruñido*

Ambos se quedaron helados al oírlo, y sin más preámbulos, voltearon a mirar, deseando que no fuera…

-¿Qué cojones…?

Pero lastimosamente sí que era…

-Eustass-ya…esa es…

-¡¡La cosa de antes!!

Law ya estaba muy cansado, a causa de la cantidad de tiempo que tuvo que correr cuando se encontraron por primera vez con ese monstruo. Y ahora, que volvían a escapar de él, con mucha más luz como para no saber dónde escabullirse sin ser encontrados, sentía que se iba a desvanecer en cualquier momento.

Kid noto la palidez de Law, aunque estuvieran corriendo a tal velocidad. El moreno ya no podía más, y eso él lo sabía.

Tenía que hacer algo…

No dejaría que esa bestia lo atrapara, no a él, no a Law.

Así que tomo una decisión desesperada.

-Aléjate enano, aléjate lo que más puedas, que yo lo distraeré…

-¿¡DE QUE DE-

Kid empujo a Law con fuerza acallando sus palabras, mandándolo a quien sabe dónde y se interpuso entre él y la cosa esa…

Trago saliva.

La tenía justo al frente.

Tenía la jodida muerte justo al frente.

Sonrió.

Seguro valía la pena…

Dar su vida por ese tío.

Law se sobo la cabeza, se había apaleado realmente duro. Se fijó en que unos pasos más adelante estaba Eustass, justo al frente de ese animal, tratando de protegerlo, a él…

No, no…

No es posible…

La bestia gruño de nuevo, mostrando sus afilados dientes…

-¡¡Corre enano!! ¡¡Corre!!

-¡¡¡EUSTASS-YA!!!

***

-Así que eso fue lo que paso…

Killer despertó haría una media hora atrás. Mirar el reloj no fue tan alentador como ellos esperaban, pues este marcaba que pronto anochecería. En verdad parecía una locura. Ni por las curvas se imaginaron que tanto tiempo hubiera transcurrido desde que entraron a esa pocilga.

Otra cosa era que, según Killer, aquello del rapto de alienígenas estaba lejos de desviarse del tema…

Es decir, todos los miembros de la universidad sí que fueron raptados esta mañana por una luz blanca y un grupo de…monstruos o algo así.

Pero él no recordaba nada más que eso. Ni si quiera sabia como había ido a parar allí.

Eso ya era lo suficientemente similar para Doflamingo…

El mismo había visto como Camie…

Pero no, aun no. Algo de esa historia ridículamente fantástica no le entraba a la cabeza. Allí había algo más, mucho más elaborado.

Tenía que ser una jodida broma, no existían más respuestas para él.

-Si—Contesto Killer, que a pesar de sentirse un poco mareado, afortunado sí que era, pues no despertó completamente solo, de lo contrario se hubiese enloquecido.

-Joder…es que aún no me entra…

-Doffy, no seas grosero….

-¡¡Cállate estúpido crio!! ¡¡No hablo de eso, mente sucia!!

-Jejeje…pero ustedes lucen bien enérgicos a pesar de todo—Killer sonrió—Era de esperarse…además, hasta que no salgamos de aquí, no creo que ninguno de nosotros se rinda…¿Verdad?

Doflamingo sonrió extensamente. Por alguna razón sintió un aura de euforia alivianarle la esperanza.

-Así es Fufufufu ninguno se rendirá tan fácil…

-Y eso que estabas diciendo que me abandonarías—El puchero de Luffy hizo que Killer estallara a carcajadas y que Doflamingo se pusiera rojo de la ira.

-¡¡Eso es lo que hare si no dejas de tocarme los cojones!!

-Shishishishishi…

-Bueno, bueno…¿Y esto que es?

A Killer ya le dolía la espalda de tanto haber estado recostado sobre esa jodida pared. Agradecía que Luffy y su profesor le intentaran “acomodar”, pero ahora por culpa de eso ni siquiera se sentía en condiciones de caminar.

-Si te refieres a este cochambre, no lo sabemos. Pero al parecer es un piso secreto—Doflamingo le ayudo a que se levantara y le señalo hacia todos lados—Si te fijas no hay una mierda, y además de eso parece un maldito infierno, y no por el calor, claramente…

-Ohh sí. Es como un laberinto—Dijo Killer, cuando ya hubo analizado más o menos su alrededor.

-De no ser por las jodidas velas…--Doflamingo se acordaba y le daban ganas de cargarse todo el concreto de ese lugar.

-¿Y Kid?—Pregunto Killer, pues aquello era lo que venía pensando desde que despertó y vio como Luffy y Doflamingo lo rodeaban, suspirando aliviados…

¿Dónde estaba Kid?

-Nos separamos de él cuándo…

-Se lo comió un monstruo—Respondió Luffy como si tal cosa.

-¡¡No fue lo que paso!!—El rubio mayor ya tenía una vena saliéndole de la mejilla—Joder…solo nos separamos de él y ahora no sabemos dónde está…

-Ya veo—Esa fue la única vez que ambos pudieron apreciar como Killer sonaba tan preocupado y enojado al tiempo—Debemos buscarlo…

-Lo sé, lo sé, joder—Dijo Doflamingo, con media gota de sudor resbalándole de la frente—Hay muchas cosas que hay que hacer…

-Doffy ha madurado…Shishishishi….

-¡¡Cállate!! ¡¡Cuando esto se acabe te va a encantar ver cómo te hago reprobar!!

-Lo siento…

-Cambiando de tema—Intervino Killer, no sabiendo si reírse o rogarles ambos para que dejaran de pelear—¿Se tomaron la molestia de prender las velas?

-Nosotros no—Luffy también se había levantado del suelo y unido a ellos. Parecía que ya era hora de emprender camino de nuevo—Algo las debió haber prendido, y fue por eso que pudimos encontrarte Kill-chan.

-¿Kill-chan…?

-Déjalo, ese es así siempre.

-¡¡¡VAMOOSS!!!

Luffy salió corriendo de forma inesperada, como siempre. Ambos se miraron pero no dudaron ni un segundo en seguirlo, maldiciéndolo mientras daba saltos y corría más rápido que una puta liebre…

Y el pobre de Killer con ese dolor, entendía porque Doflamingo le llamaba infierno al lugar donde estaban.

***

El estómago de Ussop condecoro el aterrador silencio. Nami lo miro devolviéndole la sonrisa. No sabían con exactitud, pero estaban casi seguros que no eran los únicos que tenían hambre.

Sanji hace un rato se había ido a buscar comida.

La pelirroja supuso que dio la vuelta para volver a esa enorme cafetería donde habían estado, pero a ella no le pareció ver ni un solo suministro disponible en ese lugar, es más, el aspecto era tan lúgubre que admiraba mucho a Sanji por ser capaz de regresarse solo…

Eso a pesar de que Ussop y ella le rogaron que fueran todos juntos, armándose de valor, pero no queriéndose separar de ninguno ni por una milésima de segundo.

Aun así, las palabras de Sanji fueron claras: Quédense aquí y espérenme, no tardare.

Y a Zoro le importo tan poco esta decisión, que desde el principio estuvo tirado sobre una de las bancas del hospital, esperando a que se trio terminara de discutir sobre tonterías…

Desde entonces, media hora había pasado.

Nami y Ussop contenían los nervios lo más que podían. Esperaban el preciado momento en que despertaran y se dieran cuenta de que todo esto solo había sido una terrible pesadilla…

Pero no era así. El tiempo pasaba y Sanji no regresaba.

Nadie decía nada tampoco. Solo se ensimismaban en sus pensamientos, con la tensión al aire. Muchas veces pensando en levantar el trasero del suelo e ir a buscarlo.

Pero sin hacer nada en realidad.

En esas se la habían pasado la pelirroja y el peli crespo.

Por su parte Zoro, aunque quisiera negarlo, estaba bastante alarmado. El tiempo que para él había pasado, era por lo mucho, mayor, más que el que los otros dos chicos estimaron.

Ya no aguantaba más.

Cocinero de mierda, pensó, levantado finalmente el cuerpo de las bancas, más vale que estés bien, o sino esta vez sí que te mato…

-Voy a buscarlo—Ahora era Zoro quien rompía el silencio. Nami y Ussop se mosquearon al fin, y también se levantaron del suelo.

-Ni de coña vas tú solo—Dijo Nami autoritariamente. Y no era solamente porque no quería que Zoro se fuese y quedaran con la intriga de saber si volvería también, sino porque todos estaban al tanto, y todos eran todos, de que la persona más desorientada sobre la faz de la tierra, era el—Nosotros te acompañaremos.

-¡¡S-si!!—A Ussop no le venía ni de puta gracia volver a ese lugar, pero no podían hacer mucho más tampoco—Vamos todos—Eso le tranquilizaba en parte.

-Bueno, pero no sean una molestia...

Los dos chicos asintieron, un poco más calmados.

Juntos emprendieron camino hacia ese lugar. La que guiaba era Nami, que más o menos se acordaba donde quedaba. Sus corazones se aceleraban a cada paso. No sabían porque, pero no querían llegar, ni tampoco quedarse con la duda. Tenían un mal presentimiento, los tres. Pero era de esos malos presentimientos que te carcomían desde adentro, y que entre más pensaras en ello, más te temblaban las manos, se te apretujaba el estómago, se aceleraba tu respiración…

Hasta que llegaron. Tragaron saliva todos. Mirándose Nami y Ussop con miedo, pero Zoro en cambio, avanzando para entrar en la extensa puerta de vidrio polarizado…

“CAFETERIA”

No había nada, ni una sola alma.

¿Dónde estaba Sanji?

A excepción de los extensos comedores y sillas desperdigadas por el suelo, el centro de comidas estaba vacío.

Cuando tomaron valor para entrar en la cocina, se dieron cuenta de que estaban perdiendo el tiempo. Sanji no estaba allí. En su lugar solo estaban los electrodomésticos dañados que ya habían visto, los implementos de cocina, varios vasos y platos rotos en el suelo, con las estanterías abiertas, todo generalmente oxidado y atrofiado, con las paredes manchadas y una que otra huella en el suelo…

Esperen…¿Huella?, pensó Zoro, agachándose y mirando fijamente al suelo, donde sí que había huellas…

Huellas de sangre.

Algo le helo desde la garganta hasta el estómago. Sus pupilas se dilataron.

¿Serán del estúpido ravioli?

-¿Es sangre?

Aunque Zoro no hubiese querido, Nami y Ussop también se percataron de ello. El peliverde asintió, sin saber que más hacer.

A la pelirroja se le volvieron a escurrir las lágrimas, y Ussop estaba tan petrificado que apenas y podía balbucear incoherencias…

-S…anji…el…e-esta…

-Sanji…kun…

-¡¡¡NO!!!

El grito de Zoro resonó tan fuerte que ambos chicos se mosquearon al instante, mirándolo con atención, como este se levantaba lleno de furia y decía:

-Ese estúpido cocinero no moriría tan fácil—Y su voz sonó tan frágil que el sexto sentido de Nami se encendió.

Pero no era el momento de pensar en eso.

-Sigamos buscando—Fue lo que ordeno Zoro ya recuperado, yendo a caminar fuera de la cafetería.

Nami y Ussop solo pudieron seguirlo, deseando con todas sus fuerzas que el rubio estuviera bien…

Que pudieran probar su deliciosa comida de nuevo.

 

CONTINUARA…

 

Notas finales:

Eso ha sido todo!!

Espero les haya gustado y muchas gracias por leer.

Ya saben que pueden comentar con toda libertad jejej :D

Pasenla bien en este nuevo año, les deseo lo mejor!!

Sin mas que decir...

Nos leemos prontito.

Adios!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).