Mis parpados pesaban, eso no evito que los abra, lentamente, pero lo logre, no solo me dolía la cabeza, si no también todo el cuerpo, al abrir por completo mis ojos, miro el lugar, ¿En dónde mierda estaba? Era una habitación más grande que la de mi casa a decir verdad, solo alcanzo a ver los pies de la cama y una televisión que se encontraba apagada.
¿Qué mierda había pasado? solo recuerdo la golpiza que me propino mi padre, mierda ¿acaso estaba en un hospital? ¿Ese mal nacido me dejo así de mal? Ah pero cuando lo vea me las pagara. En ese momento cruzo por mi mente la idea de que le haya hecho algo malo a mama ¿o ella estaba conmigo?
No lograba moverme bien, trate de sentarme, pero mi cuerpo estaba adormecido, así que decidí mirar hacia un lado y me encontré con mi madre recostada en un sillón, dormida.
-¿Maaa..?- logre pronunciar, ella despertó y al verme se paró casi instantáneamente, y se acercó a mí y al llegar al punto de topar con la cama, acaricio mi cabello, yo la mire extrañado, y con ojos dormilones.
-Mi niño, despertaste- dijo sin dejar de acariciar mi cabello- lo siento tanto, debí haberte alejado de él hace mucho- dijo y veía como lagrimas resbalaban por sus ojos.
-No importa, mami, te quiero- le dije y le dedique una sonrisa, ella devolvió el gesto y beso mi frente.
-Llamare al doctor- dijo ella volteándose y limpiando las lágrimas, encaminada a la puerta.
-No!!- la detuve antes de que salga- sabes que no me agradan los doctores, después lo llamas, quiero estar contigo un rato más- dije, ella me solo sonrío.
-Está bien niño adulado- me dijo.
-¿Hace cuándo me trajeron aquí? me pesa todo el cuerpo, no me puedo mover bien- le dije algo molesto, no me gustaba para nada esa sensación.
-Una semana- me dijo ella tranquila, mi expresión cambio completamente ¿una semana?
-Entonces, dormí todo ese tiempo- le dije a mi madre, quien aún se encontraba parada, ella asintió, mierda, el colegio, perder una puta semana, luego paso por mi mente otro asunto, lo que había llevado a que mi padre me golpee, James, recordando la confesión de amor, lo besos y todo eso, me ruborice, ¿Se abría preocupado por mí? Lo dudo.
Mi expresión se cambió a triste, nostálgica, baje la mirada y me quede en silencio, ¿porque me importaba tanto? Pues porque lo amaba, aun qué dolía, igual lo amaba.
-Dave- escuche la voz de mi madre, y levante la mirada a ella, su mirada se situó al otro lado del cuarto, yo la mire extrañado, y seguí a sus ojos, volcando la cabeza en esa dirección.
Mis ojos se abrieron a no poder más, estaba ahí, en un sillón individual, dormido, James, mi James.
-No se movió de aquí desde que se enteró que te habían ingresado- mi corazón se aceleró, no podía creerlo- el si se llama James- me dijo mi mama en un tono burlón, no pude evitar sonrojarme, mi mirada seguía fija en él.
-Y ¿Cuándo se enteró?- pregunte interesado, pero sin despegar el ojo de James, quien siempre adore ver dormido.
-El martes de la anterior semana, al medio día ya estaba aquí y no se ha movido desde entonces, y fíjate que hoy es miércoles-
No quitaba la vista de él, enserio estaba aquí, mi corazón estaba más que acelerado, parecía que se iba a salir de lugar, vi como James comenzaba a abrir los ojos lentamente, y me sonroje, mientras mis ojo se abrían más.
Cuando el abrió completamente los ojos me miro y una sonrisa adorno su rostro, yo tenía la misma expresión, sorpresa, con un leve rubor, él se paró, camino hasta la cama y se inclinó para llegar a mi estatura.
-Llamare al doctor- dijo mi mama, abandonando la habitación, yo no había despegado en ningún momento mi vista de James.
-Lo siento- logre escuchar en un susurro de sus labios y vi como lagrimas se deslizaban por sus mejillas, mi corazón comenzó a latir más lento, estaba más relajado, y mis ojos tomaron su forma normal, con mi mano acaricie su mejilla, el me miro algo extrañado.
-Te amo- le dije y le sonreí nostálgicamente- y no lo dejare de hacer tan fácilmente- dije sonriendo, el me devolvió el gesto, y se acercó más a mí, sus labios toparon con los míos en un suave roce, no nos estábamos besando- ¡Bésame!- le ordene, el unió nuestros labios en un suave beso, inocente y tierno, luego separamos tan solo un poco nuestros labios.
-No sabes cuánto lo siento- me dijo y yo sentía mis mejillas mojadas por sus lágrimas, me partía el corazón verlo así, aunque si, el tenia la culpa de muchas cosas, pero igual, yo lo seguía amando y no me gustaba verlo así- te necesito Dave, te necesito a mi lado, yo…- se detuvo seco, abrí mis ojos lentamente, no puedo predecir lo que iba a decir, no tenía ni la mínima idea de lo que diría, trago saliva y siguió- te amo Mustaine, te amo demasiado, y no sabes lo mal que me eh sentido estos días, lo siento tanto, quédate a mi lado, te necesito.
Me dijo finalmente abriendo los ojos, y mirándome fijo, yo sonreí de lado, algo forzado, pero lo hice.
-No estoy enojado contigo, yo te amo y te necesito, pero…- me detuve el me miro extrañado- ¿verdaderamente me amas?- pregunte algo triste, el me tomo de la mejilla, obligándome a que lo mirara, y me dio un suave beso en el cachete.
-Tu eres la única persona que me hace feliz, que me hace sentir único, y la razón por la que me siento de tal forma es porque te tengo a mi lado, y así preguntas, no sabes cuánto te amo mi pequeño llorón y siento que tenga que haber llegado a este extremo para afrontarlo, pero te necesito a mi lado, eres mi vida, mi aire, mi única verdad y mi delirio.
Dijo para luego besar tiernamente mis labios, yo correspondí y enrolle mi brazo en su cuello, profundizando el beso, al separarnos él me sonrió y se acercó a mi oído.
-Te amo- susurro y luego lamio el lóbulo de este, haciéndome sentir escalofríos y estremecerme- y definitivamente, cuando salgas de este hospital, te lo demostrare y te hare el amor hasta que te internen de nuevo- me susurro y se apartó un poco de mi para verme la cara, yo sonreí y me mordí el labio.
-Ya quiero empezar- le dije y el rio.
El doctor llego con mi mama, me reviso, termino de manosearme preguntando “¿Te duele aquí?” Luego que se marchó hablo un rato con mi mama yo y James charlábamos y nos reíamos de todo y nada.
-Ya vuelvo, voy a la cafetería por un poco de café, me esperas mi vida- dijo mientras besaba mi mano, yo reí “coquetamente” se podría decir, me sentía tan ridículo parecía una chiquilla enamorada.
-Eternamente, mi amor, eternamente- dije entre risas, él me sonrió y salió del cuarto.
Al momento entro la chismosa de mi mama, “seguro va a hacer una y mil preguntas” pensé divertido.
-El verdaderamente te ama, se le nota- me dijo acariciando mi cabello.
-Si- susurre triunfal, feliz y satisfecho.
-ya te lo dijo cierto- más que pregunta era una afirmación de parte de mi madre, y asentí sonriente- no sabes lo triste que se lo veía estos días, es más, se ve lindo sonriendo- me dijo divertida.
-Eso fue lo primero que me enamoro de el- le dije sin evitar reír ante tantos recuerdos.
James volvió, yo mama y el hablamos mucho ahí, reímos, el doctor dijo que me daría de alta en dos días, y que podía estar tranquilo, que todo estaba bien.
Es más no solo mi condición física estaba bien, tenía por fin lo que tanto había querido, tranquilidad, sentía que papa no volvería, ya no molestaría, y al fin podía estar feliz con mama, y con James.