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La Bella y la Bestia por Cinnamon

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Decidí que este fic sería en tres partes porque no me gusta mucho el número 2 >:3

Se los triago hoy porque como les mencioné en mi página, estuve con examenes u.u

Los que no sabían, busquenme en fb o hagan click aquí--> Cinnamon.

¡Gracias a todos por sus comentarios! Los responderé después de regresar de clases n.ñ

Besos a todos~

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La Bella y la Bestia

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Parte II

 

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El par de días que le había dicho su padrino que se demoraría en conseguir una forma de liberarlo pasó a ser una semana, luego dos y ahora estaba en la tercera semana, y lamentablemente no había podido comunicarse con él para gritarle al respecto. Pese a eso, Naruto tenía que admitir que a pesar de todo lo malo que era el permanecer encerrado en un departamento, él se había encariñado con varios de los electrodomésticos y artículos varios. Especialmente con la televisión y la mesita que eran entre todos, los más fáciles de tratar. Además, había aprendido muchas recetas nuevas y se podría decir que estaba mejorando.

Sí, ya no hacía ramen todos los días y no es que se hubiera cansado de preparar lo mismo, porque siendo honesto era su favorito, pero después de una semana de solo ramen su único comensal parecía cansado de eso. Y no es que a Naruto le importara, pero decidió que era buena idea cambiar de receta, así que así lo hizo.

Sasuke… Sasuke aún paraba encerrado en su cuarto, pero al menos ahora salía más seguido, aunque solo a la hora de almuerzo y ciertamente el día que comenzó a hacerlo fue un día que Naruto no olvidaría. No por el escándalo que armaron las ollas y los muebles, o el hecho que ese día Naruto hizo por primera vez pasta, o por la tensión en la mesa mientras ambos comían en silencio... No. Fue inolvidable porque ese día a Sasuke se le cayó la capucha.

Lo que se armó después fue caos y… y en el caso de Naruto, risas y sorpresa, mucha sorpresa.

 

-

 

Era la segunda semana encerrado. Naruto intentaba usar el teléfono y este no respondía… literalmente, porque su celular se quedó sin batería y ahora el único modo de comunicarse con su padrino era por el teléfono de la casa y este era un resentido. Es decir, Naruto solo no se había dado cuenta de que había un teléfono en la casa y quizá lo había ignorado un par de días; no era su culpa que prefiriera su celular, pero el resentido teléfono no creía eso.

—Solo una llamada, ¿por favor? — Rogaba al teléfono blanco. Este seguía sin responderle—. ¡De verdad lo siento! ¡No quería ignorarte! ¡De veras!

—¡Eso lo dices para que te perdone! ¡No lo haré! — Gritó en una voz chillona y moviéndose hacia otro lado para evitar que Naruto tomara el recibidor.

No es como si Naruto no pudiera cogerlo y hacer una llamada obligando al teléfono a hacer algo que no quería, pero le era imposible, no podía, el teléfono gritaba que no lo toque, que era un pervertido, el colmo fue cuando gritó ¡violación, violación!, ¡me quieren violar!, Naruto solo pudo soltarlo y alejarse con un rostro completamente rojo. Solo le quedaba seguir rogando.

—¡Necesito contactarme con mi padrino! Serán solo unos minutos.

—¡No!

—¡Un minuto!

—¡No!

—Naru-chan, déjalo. Ya es medio día y no has preparado nada—habló la televisión, en su pantalla un novela coreana que esta comenzó a seguir el día anterior.

Naruto suspiró y miró por última vez al teléfono. Era una molestia tener que rogarle a un tonto teléfono engreído.

—Tienes razón—pasó su mano por su cabellera mientras caminaba hasta el librero—. ¿Qué prepararemos hoy? — Preguntó a nadie en específico mientras diversos muebles le daban su opinión.

—Tengo un libro de comida italiana que aún no has revisado—comentó el librero, sacando el libro mencionado—, este es el libro que más usaba Itachi-san—dijo con orgullo.

Naruto había descubierto que el tal Itachi-san era bastante querido por todos los muebles, incluso el refrigerador lo respetaba, además de que era el hermano mayor del grinch del segundo piso. La estufa no paraba de mencionar lo simpático que era y que Naruto lo hubiera amado a primera vista y que Itachi-san cocinaba como los dioses y tenía una risa divina y cosas que Naruto ignoraba mientras seguía las instrucciones de la receta del día.

—¿Cuál será lo más sencillo? — Le preguntó al librero mientras abría el libro de recetas.

—Tallarines en salsa roja—respondió este—, es exquisito y lo único complicado podría ser la salsa, pero sé que lo lograras con este libro.

—Tiene anotaciones—comentó mientras lo revisaba.

—¡Sí! Itachi-san aumentaba tips para que Sasuke-san hiciera uso de estos—el librero suspiró—. Lamentablemente, a Sasuke-san no le gusta cocinar y nunca usó de ninguno de estos libros.

—Hmm—Naruto solo siguió revisando el libro de recetas mientras caminaba hacia la cocina, apenas entró dio una reverencia con su cabeza ante el refrigerador para que este no gritara—. Hola a todos—. Naruto recibió saludos desde todas partes. Al decidirse en la comida del día, recién alzó el rostro, una sonrisa en este—. Hoy haremos tallarines con salsa roja, les diré los ingredientes y ustedes me avisan si los tienen, ¿ok?—todos en grupo gritaron que sí—. ¡Muy bien, empecemos! ¡Tomates!

—¡Aquí!

Y así comenzó la preparación de los tallarines en salsa roja, todos en la cocina ya acostumbrados a Naruto y bastante amigables con él, aunque la espátula seguía negando ser usada para asesinar vilmente a los alimentos que al parecer, sí tienen sentimientos. Naruto no lo creía.

—Estoy segura que a Sasuke-kun le gustará—suspiró la estufa mientras Naruto colocaba una olla con agua—. Su comida favorita son las pastas—le comentó. Naruto tapó la olla para que hirviera el agua.

—¿En serio?

—Sí—respondió emocionada—, esta vez quizá recibas un gracias, Naruto-kun.

—Uh… no lo creo.

Naruto sabía que no debía esperar nada del gruñón de Sasuke. Después de ese día que le llevó ramen y el muy desagradecido solo se lo comió sin decirle gracias, Naruto pensó que ni más le ofrecería su comida. La sorpresa del día siguiente lo hizo pensar diferente, así que a la hora de almuerzo, todos los días, Naruto subía, dejaba el plato de comida al lado de la puerta, tocaba y salía corriendo. Escondido en las escaleras y viendo hacia la puerta, veía cómo Sasuke salía y veía el plato, siempre se mostraba sorprendido y miraba a su alrededor en busca de quien lo había dejado. Naruto solo se ocultaba más, segundos después Sasuke se encerraba en su cuarto; el plato con él.

Nunca recibió un gracias o un cumplido, pero por alguna razón a Naruto no le molestaba. Quizá era porque Sasuke al día siguiente dejaba su plato lavado.  O porque a veces este dejaba un plato de galletas al lado de donde Naruto estaba durmiendo, junto a una taza de leche tibia. Naruto no decía nada mientras sumergía las galletas en su leche antes de comerlas, pero la televisión y la mesita no paraban de decir lo lindo que había sido Sasuke y lo mucho que eso significaba y el cómo Sasuke-kun no había hecho algo así antes.

Naruto solo lo tomó como su forma de agradecerle.

—¡El agua ya esta hirviendo! —gritó la estufa sacándolo de sus pensamientos, Naruto cogió la bolsa de tallarines.

Tenía que hacerlo bien, debía concentrarse.

 

-

 

Naruto estaba cantando una canción que había escuchado en la televisión, el resto de electrodomésticos lo acompañaban en los coros, todo mientras seguía moviendo la salsa a fuego lento y fue por eso que no se dio cuenta cuando alguien abrió la puerta.

—Veo que te diviertes—dijo la voz de alguien, su tono divertido. Naruto saltó de la sorpresa en su sitio, junto a él la cuchara de madera que dio un grito al ser soltada. Con reflejos rápidos Naruto logró cogerla antes de que esta cayera al suelo, suspiró.

—¡Sasuke-kun! — Gritó emocionada la estufa, el resto de electrodomésticos la siguieron. Naruto solo lo veía con molestia.

—¿Qué haces aquí? — Acusó, cruzando los brazos y mirando seriamente a Sasuke—, ¿no deberías seguir en tu cueva? — Sasuke no pareció reaccionar a eso, solo alzó una ceja. Naruto pese a la capucha podía ver el rostro de Sasuke, su expresión burlona por cómo había encontrado a Naruto.

—¿No se estará quemando? — Preguntó apuntando la ollita donde estaba la salsa.

—¡Rayos! — Naruto dejó de ver amenazante a Sasuke para girar y seguir moviendo la salsa.

—Quizá es por eso que se te quema la comida.

—¡Esta vez fue tu culpa! Además, solo se me quemó una vez. Y fue porque era la primera vez que preparaba estofado.

—Hmm…

Naruto se quedó de espaldas viendo la salsa cómo hervía y él seguía moviéndola, aún así, podía sentir la mirada de Sasuke fija en su nuca. No sabía qué hacía él aquí, se suponía que Sasuke no salía de su cuarto, que Sasuke era un gruñón que no bajaba y un ermitaño que solo encontraba felicidad en su cuarto.

El refrigerador no decía nada, por lo que Naruto debía suponer que estaba tan sorprendido por el cambio de actitud de Sasuke como él. La estufa seguía con su diatriba de preguntas hacia un Sasuke que solo la ignoraba. El resto de utensilios después del saludo se quedaron en silencio. El tiempo de dejar la salsa al fuego se iba agotando y Naruto aún no sabía cómo actuar.

Pensó en todas las cosas que había escuchado de los muebles y electrodomésticos sobre Sasuke y todo lo que este había hecho por Naruto, así que por un momento pensó que quizá lo que estaba por decir no era una mala idea.

—Sasuke—dijo bajo pero firme.

—¿Sí?

—Bueno, estoy haciendo pasta y…— Rayos, no sabía cómo invitarlo a comer con él—. Y yo quería… Pues veras… Esto…

—Habla de una vez—. Sasuke bufó. Este sujeto no se lo hacía nada fácil.

—¡Solo cállate y escucha! — gritó girando y apuntándole con la cuchara de madera.

—¡Tú eres quien me está hablando! — Sasuke dejó de apoyarse contra la pared.

—¡Es que quiero decir algo y tú solo interrumpes!

—¡Y tú no dejas de mascullar cosas y no hablas claro!

—¡Solo estoy buscando una forma de decir lo que quiero!

—¡Pues solo dilas!

—¡Pues lo haré!

—¡Entonces hazlo!, ¡idiota!

—¡Cállate! ¡Bastardo!

—¡¿No ibas a hablar?!

—¡Pero no me dejas!

—¡No veo qué te detiene!

—¡Tú y tu mala actitud!

—¡Oh-

—¡Solo quédate aquí y almuerza conmigo!

Ambos se quedaron en silencio, Naruto agitado y aún con el rostro expresando molestia. Sasuke, por el contrario, sorprendido por la repentina petición. Pasaron segundos en silencio hasta que los murmullos a su alrededor comenzaron a hacerse fuertes, Naruto parpadeó dándose cuenta que le había exigido algo a Sasuke en lugar de pedirle que se quede.

Algo nervioso se dispuso a disculparse y esta vez pedírselo de mejor manera cuando Sasuke habló.

—Ok—ya no parecía sorprendido, solo tenía una expresión confundida. Sasuke jaló el borde de su capucha para cubrirse más el rostro, dio media vuelta y salió.

—¿Eh?

Naruto no sabía que había pasado.

—¡Naru, la salsa! — Gritó desesperada la ollita. Naruto giró de inmediato y sacó la ollita del fuego, revisó su contenido y suspiró aliviado al saber que no había pasado nada que no fuera solucionable—. Oww Naru, ¡Sasuke dijo que sí! — Gritó esta segundos después.

—¿Eh?

—¡Es cierto, Naruto-kun! — Chilló la estufa—. ¡Qué emoción!

—Sí, sí— comenzaron a cuchichear las alacenas, seguidas por las ollas y el resto.

—Sasuke es un tsundere—bufó el refrigerador.

—Ah… bueno—Naruto solo se rascó la nuca, todos estaban exagerando—, no es para tanto.

—¡Es algo bueno, Naruto-kun!

—¡Sí, ahora tenemos que hacer que todo sea perfecto!

—¿Qué quieres decir? —Tratando de ignorar a los utensilios, Naruto tomó la salsa y la llevó hasta un lado de la coladera donde había dejado los tallarines reposar, tenía que buscar un recipiente. Encontrándolo, gracias a una de las alacenas, echó el contenido en este.

—¡Pues que es tu primera cita con Sasuke-kun! ¡Debe ser perfecta!

Naruto soltó la ollita de la sorpresa y se atoró con su saliva.

—¡Naru eso fue cruel! — Gritó esta, indignada.

—¡No es una cita! — Gritó apuntando a la estufa después de recobrar la respiración.

—Pero así suelen ser las citas de Sasuke-kun— cantó la estufa.

—Eso no me importa, esto NO es una cita. Solo vamos a comer… juntos.

—De algo que tú preparaste, Naruto-kun.

—¡Es porque el muy bueno para nada no sabe cocinar!

—Owww, será hermoso—suspiró esta.

—¡Que no!

—¿Recógeme, Naru? — Pidió la ollita aún en el suelo. Naruto la vio sorprendido y se agachó a recogerla; felizmente ya había vaciado todo el contenido—. Gracias. Pero no lo vuelvas a hacer.

—Sí, lo siento—él suspiró y la colocó en el lavadero.

 

La estufa solo estaba jugando con él, esto no era una cita, solo eran dos chicos comiendo juntos, en la casa de uno de ellos, con comida preparada por el otro… Todo era culpa de las circunstancias, así que Naruto no iba a pensar al respecto y no le tomaría importancia a los gritos de emoción de la estufa y a los cuchicheos de las ollas.

Esto. NO. Era una cita.

 

-

 

Pese a que sabía que no era una cita, Naruto se encontraba nervioso con el par de platos en una bandeja y el par de copas con vino. Aún estaba molesto con los vasos por huir de él y obligarlo a servir vino, a él ni siquiera le gustaba, pero las muy espesas copas no dejaron que sirviera otra cosa en ellas. Quizá el nerviosismo era porque sería la primera vez que comerían juntos, o porque Sasuke que solía ser bastante reservado se estaba abriendo un poco con él, o porque al fin sabría lo que Sasuke opinaba de su comida.

Naruto tragó duro y entre abrió la puerta con su cadera. La bandeja en sus manos.

—…muy divertido.

—Sí, además Naru-chan siempre me deja ver lo que quiero.

Naruto se detuvo al oír las voces provenientes de la sala.

—¿Incluso esas horrendas novelas?

—¡No son horrendas, Sasu-chan! ¡Y sí, Naru-chan las ve conmigo!

—Ja, es porque es un idiota—Naruto quería lanzarle su plato a la cabeza.

—No seas así, Sasuke—regañó la mesita—. Naruto es un chico muy amable y bondadoso, así que debes comportarte—. Naruto pudo oír a Sasuke bufar en molestia.

—Además, Naruto-kun cocina todos los días para ti—comentó el control remoto.

—Y tú lo aprecias, ¿cierto, Sasu-chan?

—No es cierto—respondió con molestia.

—¡Sí lo es, Sasu-chan!

—Sasuke, no debes seguir siendo tan cerrado con tus sentimientos. Si aprecias lo que hace deberías decirle aunque sea un gracias. Recuerda que eso fue lo que causó-

—Cállate—Naruto se sorprendió por la frialdad en su voz. Él quería ir y darle un golpe por hablarle así a la mesita que solo quería ayudar—, nada de eso les incumbe a ustedes.

Todos se quedaron en silencio, Naruto podía sentir la tensión en el aire.

—Sasuke, quizá no nos incumba—comenzó el librero—y quizá esto es algo bueno para nosotros, porque sin el hechizo volveríamos a ser objetos sin vida—. Naruto se detuvo a pensar al respecto. No se había dado cuenta que el librero tenía razón, cuando el hechizo se rompa todos los utensilios volverían a ser como antes, sin poder hablar, sin poder discutir con él, sin su ayuda o consejos, sin la voz chillona de la televisión o los insultos del refrigerador, sin vida—. Pero todos te apreciamos Sasuke y queremos que seas libre.

—Es cierto, Sasuke-kun. Seremos solo cosas, pero somos tus cosas y te queremos.

—¡Queremos que seas feliz, Sasu-chan! ¡Así que no cierres tu corazón a las personas! —la televisión parecía estar llorando. Naruto sonrió, todos se preocupaban por el renegón de Sasuke, y si era así, debía ser porque Sasuke tenía algo bueno en él.

—Cállense—volvió a ordenar Sasuke, pero Naruto podía notar la diferencia, esta vez tenía un tono suave y pese a la molestia su voz estaba inundada de cariño a sus cosas.

Sonriendo, Naruto perdió los nervios y abrió la puerta por completo. No era una cita, pero quizá conocería al verdadero Sasuke detrás de esa capucha y todo ese mal humor.

 

-

 

Naruto odiaba al Sasuke que estaba debajo de la capucha, ya que debajo solo había más malhumor y capricho.

—Itachi lo hace mejor.

—¡Pues Itachi no está aquí!

Ambos habían ido al comedor, lugar donde Naruto no iba mucho porque prefería comer en el sillón frente al televisor. Pero esta vez al estar con Sasuke, decidió que lo mejor era comer en una mesa. Sasuke se sentó frente a él y ambos se pusieron a comer. Minutos después Sasuke comenzó a hablar.

¡Mejor te hubieras quedado callado! Pensó Naruto después de lo que dijo.

Naruto bufó y siguió comiendo sus tallarines, tratando de olvidar lo que dijo Sasuke y solo concentrarse en su plato. Que para ser su primera vez ¡sabía bien!

—La carne está muy cocinada.

—¡Eso fue tu culpa!

—Los tallarines están algo fríos.

—¡Para eso está la salsa!

—El vi-

—¡Cállate y come de una vez!— Naruto gritó lanzando su tenedor sobre la mesa con fuerza, su mirada molesta sobre el rostro burlón de Sasuke. El muy maldito solo sonrió y volvió a meterse un bocado en la boca—. Eres desesperante—, bufó con molestia y volviendo a tomar su tenedor.

—No está mal—dijo sin mirarlo. Naruto se calmó.

Pese a las quejas de Sasuke que al parecer solo lo hacía por molestar, Naruto creía que todo estaba saliendo bien, Sasuke escuchaba lo que decía y Sasuke pese a que no respondía tenía algo que parecía una sonrisa en el rostro mientras asentía o negaba. Los momentos en silencio parecían ya haber perdido la tensión del comienzo, Naruto podía sentir que Sasuke era alguien interesante, bastante renegón y malhumorado, pero como decían las cosas, no era tan malo.

Así que ya relajado y cómodo con Sasuke, al sentir algo de calor, este se levantó y caminó hacia una de las ventanas para abrirla.

—¿Qué-? ¡No la abras!— el grito de Sasuke lo pudo escuchar ya muy tarde cuando abrió la ventana y un fuerte viento azotó contra él.

—¡¿Qué significa esto?!— Gritó tratando de cerrar la ventana.

—¡La bruja esa creyó que podría huir por la ventana así que también está hechizada!— Naruto podía oír a Sasuke acercándose, giró a verlo y se dio cuenta que los platos y todo lo que había estado en la mesa había salido volando por el fuerte viento y ahora estaba en el suelo.

—¡La comida! — Se apenó por lo que había preparado.

—¡Olvida eso! ¡Hay que cerrar esto primero! — A pesar de que seguía con ganas de ir a salvar lo que quedaba de su salsa, sabía que cerrar esta ventana era lo principal, así que volvió a enfocarse en la ventana que tenía en sus manos y empujó con fuerza.

Segundos después, sintió un cuerpo detrás suyo y las manos de alguien al lado de las suyas ayudándolo a cerrarla. Pese al fuerte viento, con la ayuda de Sasuke estaban logrando hacerlo.

—Solo un poco más—dijo tanto para sí, como para Sasuke, que hizo un sonido en afirmación. Minutos después cuando ambos cerraron la ventana, Naruto suspiró y relajó, Sasuke aún detrás suyo—. Eso fue inesperado—le dijo, las manos de Sasuke aún al lado de las suyas sobre la ventana. Giró para ver a Sasuke que se escuchaba también agitado por la fuerza que habían usado y por la sorpresa de todo lo ocurrido.

—Ni se te ocurra volver a hacerlo—advirtió Sasuke. Naruto había girado y ahora podía verlo. A un Sasuke sin su capucha. Al principio solo parpadeó en sorpresa, una, dos, tres veces, cuando lo que veía no desapareció siguió viéndolo, una sonrisa formándose en su rostro—. ¿Qué- —Sasuke llevó sus manos con rapidez a su cabeza y maldijo, alejándose de Naruto.

—Sasuke… esas son-

—Demonios—, Sasuke giró y comenzó a caminar hacia su cuarto.

—¡No! ¡Espera! — Naruto sentía la risa en sus labios, Sasuke estaba avergonzado. Naruto no pudo evitar seguirlo, caminando sobre el desastre que quedó de su almuerzo.

—¡No te acerques! — Gritó Sasuke amenazadoramente.

—¡Pero déjame-!

Sasuke giró, sus manos aún cubriendo su cabeza. Sasuke dejó de cubrir su cabeza, poniendo sus puños a cada lado de su cuerpo. Su mirada amenazadora y su postura lista para atacar; Naruto se detuvo, la sonrisa desapareció en un instante.

—No. Te. Me. Acerques—dijo en frialdad.

—Sasuke…

—No—ya no gritaba pero su voz era fría y llena de odio—. Tú no sabes nada, tú no entiendes. Así que busca la forma de largarte de aquí y dejarme solo. No necesito de tu comida, no necesito de ti, no necesito a nadie.

Sasuke dio media vuelta y siguió su camino

Naruto se quedó parado mirando la espalda de Sasuke y cómo este se alejaba subiendo las escaleras y cerrando con fuerza la puerta de su cuarto, parado, solo de nuevo, sobre los restos de comida que había preparado para ambos.

Cerró sus puños con fuerza, tomó aire.

—¡Eres un idiota malagradecido! —y gritó con fuerza. Ignoró el picor en las esquinas de sus ojos.

Bufó, dio media vuelta y caminó hasta la sala.

Ya no se preocuparía más por ese idiota, ya no cocinaría más para él y ya no se molestaría por invitarlo a que comieran juntos. No más. No importaba que fuera el único humano con quien pudiera hablar, o la única persona a demás de él que podía ayudar a romper el hechizo, o que se hubiera visto gracioso con esas orejas de lobo sobre su cabeza.

Naruto no pudo evitar sonreír. Sasuke si se veía gracioso con esas orejas sobre su cabeza.

 

-

 

Aún molesto con Sasuke, Naruto se puso a limpiar el desastre en el comedor. Cuando acabó ya eran las cinco y la televisión lo llamaba para que vieran juntos su novela. Dejando todo lo que utilizó a un lado, fue a darse un baño ignorando por completo los comentarios del lavadero y de la ducha que eran un par de pervertidos. Ya limpio, se sentó en el sofá y la televisión cambió de canal hasta poner en la novela que verían esta vez.

Las únicas voces eran las que salían de la pantalla, todos los muebles habían estado en silencio, seguros aún inquietos por lo que habían escuchado antes. A Naruto no le molestaba el silencio, pero era inquietante saber que todo era porque temían hablar con él.

Suspiró.

—Si quieren decir algo, díganlo.

—Naru-chan, no estes molesto con Sasu-chan—pidió la televisión, que para sorpresa de Naruto bajó el volumen de la novela.

—No es mi culpa que sea un idiota—dijo con molestia.

—No lo es, es solo que Sasuke-kun es difícil de tratar.

—Aún así, no voy a estar soportando sus gritos solo porque se avergonzó por su apariencia—dijo, se acordó de las orejas de lobo y frunció el seño antes de preguntar—. Cierto, ¿por qué las orejas?

—Es parte del hechizo—suspiró la mesita.

—Aún no entiendo, ¿por qué fue hechizado?

Ninguno respondió, la bulla de la televisión era baja y Naruto veía a cada uno de los muebles esperando respuesta.

—La persona que lo hechizó fue una chica con la que estaba saliendo—, comentó la mesita después de varios minutos en silencio—. Ella quería que su relación avanzara más, pero Sasuke no quiso, así que terminó con ella—. Naruto alzó la ceja en confusión. Él entendía que Sasuke, pese a su actitud, era simpático y todo, pero para que esta chica hiciera un hechizo para encerrarlo por romper con ella.

—Estaba loca—murmuró.

—Sí, Naru-chan. Era una mala persona, muy, muy mala.

—Antes de que terminaran ellos tuvieron una discusión. Ella le reclamó todo lo que no hacía como novio y todas las personas con las que había estado. Él le respondió que prefería estar solo a estar con una bruja como ella. Al final, ella le dijo que bien, que él estaría siempre solo porque él no dejaba que nadie entrara en su corazón. Al día siguiente la carta llegó y el hechizo comenzó.

Naruto se quedó en silencio, escuchando. Ahora comprendía más de lo que había pasado, pero eso no significaba que el idiota ese se comportara así de mal con él.

—¿Y las orejas?

—¡Oh! ¡Eso es porque es un lobo! — gritó divertida la televisión.

—Un... ¿lobo? — preguntó. La mesita suspiró.

—Ella creyó que sería divertido darle orejas y cola de lobo, por lo de lobo solitario y eso.

—¡¿También tiene una cola?! — Preguntó divertido.

—No te rías, Naru-chan. Sasu-chan va a pensar que te estás burlando de él y no te querrá.

—Pero es divertido—dijo conteniendo la risa.

—A Sasuke no le parece divertido, Naruto—regañó la mesita. Naruto se puso a pensar en cómo sería si le pasara a él, claro, se avergonzaría pero no lo tomaría tan mal. Era de cierto modo lindo. Pero si a Sasuke no le gustaba quizá no debió disfrutar de verlo así.

—Lo siento, es que me sorprendió verlo así.

—Deberías decírselo—sugirió la mesita. Naruto frunció el ceño.

—No lo haré. Lo escuchaste, él no quiere nada de mí. Así que no me le acercaré—cruzó los brazos en molestia. No importaba lo que ellos dijeran, Sasuke estaba mal, si se sentía mal o molesto, no tenía el derecho de desahogarse con la única persona que tiene y que lo alimenta.

Los muebles se quedaron en silencio un largo rato hasta que la mesita habló.

—Sasuke no es una mala persona, Naruto. Solo está molesto y frustrado por todo—su voz suave y comprensiva—. Si le dieras una oportunidad veras que no es malo. Además, él te necesita. Eres lo único que tiene, pero él nunca lo admitirá.

Después de eso, ninguno de los muebles habló. A Naruto eso le pareció más inquietante. Sin ninguna voz a su alrededor no se había sentido más solo, se preguntó si así era como se sentía Sasuke.

 

-

 

El día siguiente preparó tallarines al pesto, por sugerencia de la estufa. Mientras se servía un plato, la alacena seguía abierta mostrándole otro plato limpio. Se mordió el labio recordando el día anterior.

Suspiró.

Sabía que se arrepentiría de esto, pero de todas formas tomó el plato y sirvió la comida.

Saliendo de la cocina escuchó los ánimos de los utensilios y el, ¨Espero te caigas en el camino¨, del refrigerador. Dejó su plato en la mesita que no dijo nada, pero Naruto sabía que esta estaba complacida por la acción; y Naruto subió las escaleras con el segundo plato.

Tocó la puerta, esta vez no corrió a esconderse. Esperó minutos, escuchó algunos gritos dentro del cuarto, pero supuso que eran de las cosas que estaban en este y de un Sasuke molesto. La puerta se abrió. Naruto vio que Sasuke estaba con el ceño fruncido y por abrir la boca y lo detuvo.

—Lamento haberme burlado de tu apariencia—él sabía que no había dicho nada, pero seguro el idiota había tomado su tono divertido como una burla—. Sé que este hechizo es algo horrendo para ti, Sasuke—. Naruto lo miró a los ojos—. Pero yo también estoy encerrado, yo también estoy pagando algo que no tiene que ver conmigo—. Alzó la mano para que Sasuke no hablara cuando parecía que quería hacerlo—. Así que creo que lo mejor es que olvidemos el desastre de ayer y comencemos de nuevo. Después de todo, ahorita somos un equipo. Cuando salgamos de aquí puedes volver a ignorarme si quieres, pero por ahora, si queremos salir debes ayudar—. Terminó con seriedad, en ningún momento dejando de ver esos ojos negros que por momentos parecían brillar rojo.

Sasuke suspiró. Salió del cuarto y cerró la puerta.

—Está bien… Naruto.

Naruto sonrió al ser llamado por su nombre y le dio su plato a Sasuke.

—Comamos—le dijo con una sonrisa antes de dar una media vuelta e ir hacia las escaleras. Naruto podía oír a Sasuke detrás de él.

Naruto no se rendiría, él no era de la clase de personas que se rinde y abandona a otras. Por mucho que Sasuke tuviera mala actitud, Naruto sabía que podría lograrlo.

 

-

 

Así que ahora habían pasado tres semanas, la última semana con un Sasuke que al menos bajaba para almorzar y hablar con Naruto sobre el hechizo. Del cual no se había enterado más que lo mismo que la mesita le había contado. Pero pese a todo, podía conversar con Sasuke de otras cosas.

Como…

—Solo debes seguirle la corriente y deja de gritar.

—Es molesto, no voy a hacer reverencia ante un refrigerador.

—Pues entonces no podrás sacar la torta que tanto quieres.

O…

—Puedes repetirme, ¿por qué estamos comiendo ramen de nuevo?

—Porque no puedo freír.

—Y eso es…

—Es que la sartén encontró al tenedor teniendo una aventura con una de las ollas, así que terminaron y ella está deprimida. No podemos freír nada.

—Porque la sartén está deprimida.

—Exacto.

O…

—Solo un ratito.

—No.

—La puntita.

—No.

—No demoraré, lo prometo.

—No.

—Por favoooooor.

—¡Qué no!

—¡Eres cruel!

—¡¿Solo porque no te dejo tocar mis orejas?!

—¡Es que se ven suavecitas!

—¡No te me acerques!

O a veces…

—Tu ducha quiere violarme—dijo Naruto seriamente, Sasuke escupió el jugo de naranja.

 

Así que Naruto podía decir que ambos se estaban llevando bien. El único problema era que aún no podían salir de allí.

—¿Por qué no solo lo tomas y haces la llamada? — Preguntó cuando Naruto le comentó su problema con el teléfono.

—Porque hace un escándalo y grita demasiado—se quejó. Sasuke solo lo vio con exasperación.

Después de ese día Sasuke ya no usaba su capucha, las orejas de lobo al aire libre y moviendose al ritmo de las expresiones de Sasuke. Naruto nunca le diría lo adorble que se veía.

—Está bien, yo lo haré—suspiró.

—¡Gracias! — Exclamó feliz, al fin podría comunicarse con su padrino.

Sasuke caminó hasta el teléfono, Naruto vio cómo hablaba con él y el odioso teléfono sí dejaba que Sasuke lo alzara y marcara. Naruto se acercó.

—Ponlo en altavoz—le dijo. Sasuke asintió y Naruto pudo escuchar el timbrado desde el otro lado. Segundos pasaron y alguien contestó.

¿Sasuke? ¿Eres tú? — Era la voz de Tsunade.

—Sí, yo y-

—¿Dónde está mi padrino? — Interrumpió—. Dijo que se demoraría dos días, ya pasaron más de dos días.

Oh, Naruto. Eres tú.

—¡Sí!

Veo que ya se llevan mejor, me alegro—. La mujer no parecía alterada en lo más mínimo, como si ellos no estuvieran encerrados en un departamento solos.

—Obaa-san, concéntrese.

¡No me digas así! —Gritó, tosió y volvió a hablar—. Jiraiya ya tiene un nuevo cristal para poder abrir la puerta—dijo ella, Naruto sonrió mirando a Sasuke, que parecía también satisfecho por la noticia—. Pero hay un problema—ambos dejaron de sonreír para ver el teléfono con el ceño fruncido—, este cristal solo mantendrá la puerta abierta para solo una persona.

Ambos se quedaron en silencio, Naruto no lo podía creer.

—¿No podrá crear otro cristal? — Preguntó Sasuke, Naruto asintió mirando el teléfono y esperando una respuesta. Escucharon el suspiro de la mujer.

Lamentablemente no. La persona que puso este hechizo se dio cuenta de lo que hacíamos y amenazó a quienes tenían los ingredientes para hacer el cristal que si nos ayudaban ellos también serían hechizados.

Naruto pudo sentir el cuerpo de Sasuke tensarse y escuchar el gruñido que salió de su garganta.

—Esa perra—dijo entre dientes. Naruto se mordió el labio inquieto.

Jiraiya ha estado buscando otros lados en donde encontrar los ingredientes, es por eso que se ha demorado en contactarlos.

—¿Crees que vaya a encontrarlos? — preguntó Sasuke.

No estoy segura, pero seguiremos intentándolo—pausó—. Pero por ahora tenemos un cristal, lo voy a usar en la puerta para que uno de ustedes puede salir.

Sasuke y Naruto intercambiaron miradas.

Mañana usaré este y la puerta se abrirá. Solo recuerden, solo uno podrá pasar.

La llamada terminó.

 

Notas finales:

¡Espero les haya gustado!

<3


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