Visitante
Itachi esbozó una sonrisa triste, la mirada apagada y seria.
- Nunca me di cuenta de que estaba creciendo, hasta ayer.
- … Ni yo-dijo Sasuke. Estaban sentados en el malecón y el mar estaba gris-. El tiempo no se va segundo a segundo, como todos dicen-su voz fue interrumpida por el oleaje-… Se va en bloques de diez en diez. Y cuando la gente que quieres ha cambiado y ya no la ves como antes, te das cuenta de que ha pasado lo mismo contigo…
Itachi guardó silencio. “Eso nos pasó, ¿verdad?”, pensó pero no se atrevió a hablar.
- Pero no puedo vivir de recuerdos, porque no recuerdo nada, ¿sabes?-dijo Itachi, haciendo círculos con la uña de su dedo índice en el suelo-. Sé quién era, sé qué hacía cuando tenía doce-su voz sonaba triste, desesperada-… pero no puedo creérmelo.
Sasuke miró a Itachi a los ojos; se veía asustado, casi demasiado, y él nunca lo había visto así.
- Y creo que no puedo crear nuevos recuerdos-finalizó Itachi. Sasuke negó con la cabeza, mirando al mar, sintiendo cómo la brisa le despeinaba el cabello.
- Claro que puedes, todas las personas vivas lo hacen.
- Miro y sólo encuentro negro, como si me vendaran los ojos…
“Es dolor, simple dolor” pensó Sasuke. Tomó la mano de Itachi, entrelazó sus dedos.
- Ya pasará…-murmuró Sasuke. Pasó un momento de silencio, las olas iban y venían y las manos de ambos se enfriaron, juntas.
- ¿De quién de los dos es el sueño?-preguntó Itachi, mirando a Sasuke.
- No… no estoy seguro.
-… ¿Es posible que los difuntos sueñen?
Sasuke sonrió suavemente y se encogió de hombros.
- Quizá son nuevos recuerdos.
Ahí el tiempo no existía; tomados de la mano, miraron el mar romper una y otra vez contra la costa. Los pájaros comenzaban a lanzar sus agudos gritos. La mañana despuntaba y el aire era frío. Ambos sonreían suavemente.
- Déjame hacer algo-dijo Itachi, girándose hacia Sasuke-. Cierra los ojos. Es algo que siempre quise hacer.
Sasuke lo hizo sin preguntar nada. Sus párpados bajaron sobre sus ojos negros.
- Todavía confías en mí-dijo Itachi, confundido.
- Ciegamente-dijo Sasuke, sonriendo. Itachi se acercó al rostro de Sasuke, que no emanaba calor alguno; pudo sentir su respiración fría contra su mejilla. El corazón le latía con furia dentro del pecho…
- No es a mí a quien debes besar-dijo Sasuke con voz afable, aún con los ojos cerrados. Su voz bailó sobre la boca de su hermano. Sasuke abrió los ojos e Itachi sintió un mareo.
- Espera-alcanzó a decir, pero todo se oscureció como si hubiera quedado atrapado en las pupilas de su hermano. Sus manos se desasieron, perdidas…
Cuando abrió los ojos de golpe y su cuerpo se incorporó, todo seguía oscuro. En el reloj flotaban los números, indicando que eran las cinco y media de la mañana. Pronto tendría que levantarse, como cada día, e ir a su escuela.
Una vida común y monótona, planeada para dos. Y ahora sólo quedaba él. Se tragó un sollozo y miró por la ventana. Pudo ver la luna brillante y a punto de explotar.
- Debí haberte besado cuando podía…
Sólo la luna sabía por qué la voz se le cortaba así.