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Lolita por Kuran Mikaode

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Notas del capitulo:

Hola~

Seguramente no me esperaban tan pronto :3 Pues los milagros existen xD

Son las 00:30 pero mi laptop ha venido fallando con la conexión a internet, así que será un actulización rápida. Recen para que no tenga que comprar una nueva.

Besitos, gracias por sus comentarios. Hay muchos de ustedes a los que les agradará el contenido de este capítulo, se los doy con amor.

La historia ya superó el millón de palabras, yeii >w<

 

Capítulo diecisiete.

Big boys don’t cry

Sasuke volvió a casa poco después, Naruto se había ido a casa de Gaara a jugar en la consola; no fue hasta que estuvo en el porche de su casa que cayó en cuenta que había dejado olvidado el av. De repente sintió un poco de vergüenza, Sasuke siempre se sentía incómodo cuando veía porno o cuando se masturbaba, no tenía la menor idea de porque le sucedía aquello, pero muchas veces la pena propia y la incomodidad eran tales que podían cortarle el rollo al instante, se sentía más cómodo excitándose con personas, de una u otra forma, reales.

Se quedó frente la puerta un momento tratando de adivinar hacía cuanto habría llegado su padre a la casa y que si era mínimamente posible que cuando el llegará, Naruto y él aún estuvieran intimando. Sasuke tendía a ser muy abierto ante ciertos de su sexualidad, no tendría problemas en reconocer que tenía una vida sexual activa, pero a veces se sentía cohibido frente a su padre, no quería que él tuviera detalles sórdidos o escambrosos de su vida. En parte sentía que si su padre supiera la forma en la que conducía su sexualidad se sentiría totalmente desilusionado y, en el fondo, Sasuke temía febrilmente decepcionar a su padre hasta un punto sin retorno en el que su padre se diera totalmente por vencido con él.

Sonrió con tristeza. Que pensamientos más confusos. Sasuke sabía que Suigetsu tenía razón, disfrutaba el hacer irritar a su padre y también le gustaba tener la libertad de decir lo que se le viniera en gana sólo porque todos le tenían en el concepto de rebelde. Sabía que podía ser sincero con su padre, pero temía que dicha sinceridad no sería bienvenida; seguramente a Fugaku no le agradaría en nada saber que el “novio” del que le había hablado no era más que su amigo Minato a quien le había confiado una parte fundamental del cuidado de su hijo, tampoco le gustaría saber que Sasuke se acostó con el primer desconocido que le ofreció una copa en un bar y que ese desconocido resultó ser su nuevo profesor de Literatura y el director de su curso, ni hablar del hecho de que muchas veces solamente quiere darse una buena follada con alguien y olvidarse de todos esos pensamientos que simplemente consiguen agobiarlo. No, Sasuke no podría ser abierto respecto a eso frente a su padre, no porque su padre es un policía ni porque algunos de aquellos detalles se considerarían la confesión de un delito, lo que realmente detenía a Sasuke de confesar algo como ello es el pudor, habían cosas que un padre no necesitaba saber, no creía que ningún hijo en el mundo anduviera diciéndole a sus padres con quien se acostaba. De repente se sintió menos culpable, pero igualmente sentía que su padre tenía derecho a saber ciertas cosas.

Abrió la puerta, se quitó los tenis en el gekan utilizando sus talones y dejó las llaves en el bol de la entrada. La casa estaba silenciosa, así que supuso que los subordinados de su padre ya se habían ido. Se dirigió a la cocina para buscar algo de tomar y encontró a Fugaku recostado en la encimera mientras tomaba una bebida de color rosa. Sasuke sonrió ante eso, su padre tan alto, fornido e intimidante podía ir por la vida tomando bebidas rosas, comprándole ropa linda o probando con gusto los postres que llevaba Haku a la casa sin siquiera perder aquella expresión sería tan típica en su rostro; «Hace parte de ser un padre soltero», siempre decía. Sasuke se acercó bajo la mirada atenta de su padre, su mirada cansada y dura pareció suavizarse ante su presencia.

—¿Qué estás bebiendo? —le dijo con buen ánimo, ahora que estaba más cerca podía notar la etiqueta rosa y de letras brillantes de la bebida.

Su padre levantó el envase para mostrarle la etiqueta. —Lo trajo Yamamoto para ti —Sasuke se acercó más al cuerpo de su padre y se relajó cuando su papá le pasó el brazo sobre los hombros—, pero a ti no te gustan las cosas tan dulces y yo tenía sed.

Sasuke asintió, seguramente era una de esas bebidas baja en calorías, con colágeno y extrañamente dulces que tanto le gustaban a las chicas.

—¿Quién lo diría? Con toda esa pinta de chico malo que tiene —le achunchó Sasuke, aunque sabía que aquello era absurdamente común en su país.

Su padre terminó la bebida y dejó escapar un suspiro de satisfacción, le dio un beso en el cabello y sus labios fríos le provocaron cosquillas. Aquel día Sasuke se sentía especialmente necesitado de cariño, aunque nunca lo reconocería abiertamente, por lo que simplemente se pegó aún más al cuerpo de su padre y, sintiéndose reconfortado, le rodeó la cintura con su brazo.

—Luces como cuando tenías tres años —dijo su padre de repente rompiendo el silencio en el que se habían embargado.

Sasuke le miró extrañado, por supuesto que no lucía como cuando tenía tres años, aquello era imposible. Ante su desconcierto Fugaku sacó su billetera y le tendió una foto, era él, con un overol corto, una polera blanca con rayas rojas y unos diminutos tenis, llevaba el cabello casi igual solo que más corto, en la foto Sasuke sonreía con alegría con las manos y las rodillas llenas de tierra mientras le tendía un ramo de flores a su padre. Sasuke sintió melancolía al mirarse en la foto, se la tomaron el día que fueron a Niigata para que él conociera a sus abuelos, estaba tan feliz de descubrir sus nuevos familiares que seguramente ni siquiera se paró a pensar en por qué nunca antes les había visto. Sonrió con nostalgia, su abuela siempre le decía lo disgustada que se sintió cuando arrancó las flores de su preciado jardín, desde aquel entonces hacía enojar a Umiko-Obasan.

—Hay cosas que no cambian —le dijo a modo de respuesta.

Itachi no iría a casa a cenar, estaba trabajando, por lo que su padre y él decidieron ir a comer por ahí. Fueron a un restaurante familiar en el que Sasuke se animó a pedir un gran plato de carbonara rojo y su padre ahuyentó con la mirada al mesero cuando Sasuke y él comenzaron a tener un tonteo inocente, no se quejó mucho dado que era consciente de que esa era la razón por la que habían conseguido una buena mesa un viernes por la noche.

El camino a casa fue silencioso y tranquilo, su padre se había mantenido pensativo y él por su parte se dedicó a mirar por la ventana. Se obligó a sí mismo a pensar en Minato y se sorprendió viendo su relación de un punto de vista más objetivo, tal vez desde el principio estuvo destinada al fracaso, si hubiera sido una cosa habría sido la otra. Aún sentía que le quería, no de la misma forma que antes, pero sospechaba que tal vez nunca podría olvidar o desentrañar completamente aquellos sentimientos, pero sabía, con absoluta certeza, que podría seguir adelante a pesar de ellos.

Su padre detuvo el auto enfrente de la casa pero no le quitó el seguro a las puertas. Sasuke giró el rostro para mirarlo, su padre se mantenía con la vista al frente como si buscara algo entre la nada con un aire melancólico que  le puso bastante hierro a la situación. Sasuke le miró con detenimiento, esperando a que se decidiera a hacer algo, lo que sea.

—Seguramente debes odiarme —por fin rompió el silencio sin atreverse a mirarle, Sasuke se sintió violentado con sus palabras y en un jadeo se le cortó la respiración.

—Aún no sé si hice lo mejor para ti, pero, en ese momento, para mí lo único que importaba era que mi esposa había muerto dejándome solo con dos hijos. Murió dando a luz, tal vez fue mi culpa, ¿no? Sabíamos que un segundo bebé sería altamente riesgoso para su salud —su padre seguía sin poder mirarlo, pero Sasuke no se perdía ni un detalle de su expresión corporal; la tristeza que reflejaba su rostro o la inflexión en su voz—. ¡Tenía tanto miedo! —su voz tomó vigor y su expresión abatida le mostró mortificado— Me daba pavor enfrentarme a todo sin ella, al mundo, a la paternidad… Tenía miedo de ti, más que todo de la forma a la que pudiera reaccionar ante ti… mi pequeño bebé que nació con el último soplo de vida de su madre —una lágrima silenciosa recorrió su mejilla seguida de un par más—. Me daba miedo odiarte, no ser capaz de verte sin ser consciente de lo que había perdido. Me daba terror no poder acercarme a ti, ser un mal padre, de decepcionar a Mikoto porque a pesar de que sabíamos lo riesgoso que era ambos de esperábamos con ansias.

Su padre volteó a mirarle pero apartó la mirada inmediatamente, tal vez avergonzado de lo que le estaba diciendo. A Sasuke le dolió escuchar aquello, cuando meditaba sobre su vida solía considerarlo como una posibilidad, pero eso no hacía aún fácil de digerirlo.

—En aquel entonces, había pasado los últimos seis años inmerso en una rutina abrumadora y asfixiante, me esforzaba al máximo tratando de labrarme un camino en la policía —le dijo con voz cansada—, porque era lo único que podía hacer para poder darles un techo y llevar comida a la mesa. Me sentía ansioso todo el tiempo, porque no podía darle a Mikoto todo lo que ella había dejado por irse conmigo; por lo que tras cada jornada  volvía a casa para relevar a Mikoto en el cuidado de Itachi y del hogar, así Mikoto pudo terminar sus estudios en la escuela nocturna y, luego, cuando Itachi ingresó a la guardería, empezó a cantar en un bar. Y de repente mi rutina cambió por completo,… para siempre. No sabía qué hacer, no podía hacer nada. Absolutamente nada. Y con la noticia de la muerte de Mikoto el doctor me dijo que el bebé había inhalado parte del líquido amniótico y que estaba teniendo insuficiencias respiratorias. Me sentí tan devastado que solo pude pensar en que igualmente morirías y lo único que pude hacer fue encerrarme en el baño para llorar como un desquiciado.

—¿Hubieras… hubieras preferido que muriera? —se atrevió a hablar.

Fugaku le miró impactado, pero su expresión se suavizó y pareció meditarlo. —En aquel entonces no lo sé —se atrevió a ser sincero, Sasuke cerró los ojos y se llevó la mano al pecho como si le hubiese dado un golpe—, pero ahora sé que habría sido incluso peor que perder a mi mujer. El punto es que, mientras lloraba en el baño me puse a reflexionar, me obligué a enfocarme en mi situación actual, no podía ser un padre a medias ni dejarme llevar por el dolor, tenía que hacerlo por mis hijos. Luego de hablar con Hashirama, Madara y yo tuvimos una loca resolución —su padre dejó caer la cabeza en el respaldar de la silla—. Mikoto y sus amigas estaban totalmente seguras de que serías una niña, había comprado un montón de cosas y se le veía tan animada con la idea de tener una niña en la familia, yo sé que en el fondo simplemente quería a alguien que dependiera de ella… Itachi era tan independiente, como un adulto miniatura. Así que en medio de la locura del dolor repentino me dije que esa niña valía la pena —Fugaku hizo un gesto con la mano—. Tenía que salir adelante.

—Pero yo no era una niña…

—Eso lo sabía, pero… tenía que seguir adelante con el legado de Mikoto, ella había fantaseado con aquella niña que ya me había hecho por completo a la idea, no podría tolerar más cambios. No quería que nada más fuera diferente. Me aferré con tanta fuerza a esa idea, que cuando fui a verte a los cuneros lo logré, logré ver más allá de mi esposa muerta o de cómo podría seguir adelante sin ella. Sentí que podría hacer cualquier cosa por ti. Habíamos perdido a la chica de la familia, pero en cambio habíamos obtenido otra.

Su padre volteó a verle y esta vez sí fue capaz de sostenerle la mirada. —Ahora suena tan absurdo para mí, como un simple cambio de sexo haría tanta diferencia en mi forma de mirarte, en el fondo sabía que eso no era necesario pero necesitaba algo a lo que aferrarme para no pensar tanto en ella. Me tomó un par de meses darme cuenta de que mis temores sobre ti eran infundados, fuiste, de cierta forma, el bálsamo que calmó nuestra perdida. Eres, sin lugar a dudas, lo mejor que nos ha pasado. Independientemente de tu sexo. Nunca había visto a Itachi a actuar como un niño hasta que le vi correteando y riendo tras de ti… Eras tan pequeño y débil que me diste ánimos para ser fuerte. Aún sigue siendo doloroso que Mikoto ya no esté aquí con nosotros, que no hayas podido conocido.

—Por un tiempo pensé que todo estaba bien, no me importaba que fueras niño, niña o ambos, eras mi amado hijo y eso era lo único que me importaba. Fue fácil hacerte pasar por niña los primeros años, solo lo sabíamos tu hermano, tu abuelo, tu médico y yo. Pero empezaste a crecer y a tener dudas, a hacer preguntas, aún ahora no sé qué decirte, no sé cómo justificarme, sé que he sido egoísta y sé que hasta ahora nunca te he preguntado qué es lo es lo que tú quieres. Pero todos estamos tan acostumbrados a esto que ninguno se ha planteado realmente que esto está mal. Yo soy demasiado orgulloso como para admitir mis errores, pero quiero que sepas que a mí nunca me ha importado tu sexo y que te amo.

Sasuke con lágrimas en los ojos supo que eso era claramente, la forma en la que su padre le alentaba a buscar su propio camino. Asintió y sin poderlo evitar de sus labios escapó un sollozo que hizo brotar las lágrimas retenidas en los ojos de su padre. Se desabrochó el cinturón con las manos temblorosas y abrazo con fuerza a su padre dejándolo que llorara sobre su hombro. Nunca había visto a su padre así, ni siquiera cuando tuvo un episodio asmático a los seis años. Sasuke le dijo a su padre que le amaba buscando darle consuelo, sin embargo las palabras le supieron a amargas al pronunciarlas. Sentía la imperiosa necesidad de correr lejos de su padre y, por otra parte, quería aferrarse a él y escuchar de nuevo que realmente no le veía como el reemplazo de Mikoto.

Sasuke no pudo sacar las palabras de su padre durante todo la noche. Había llorado, había rabiado e incluso había reído con amargura. Un lapsus de locura y un enorme orgullo le habían endilgado una vida llena de inseguridades. Dio vueltas sobre su cama sin parar tratando de ponerse en el lugar de su padre, su padre no era un hombre expresivo pero había sabido demostrarle cariño, había sido un buen padre, algo paranoico y molesto, pero se preocupaba por él, ¿no?

Se levantó de su cama y se dirigió a la habitación de su padre con pasitos suaves e indecisos. Se mordió el labio con saña, no sabiendo si lo que realmente quería era mandar a su padre a tomar por culo o simplemente quería hacerle saber que –muy a su manera- todo estaba bien. Estaba enojado y conmovido en partes iguales, pensó mientras trataba de obtener la convicción que necesaria para atreverse a abrir la puerta. Pretendiendo ser sutil y silencioso, se deslizó en la cama debatiendo consigo mismo si su papá estaría dormido o no.

—¿No puedes dormir? —la voz profunda de su padre le provocó un susto de infarto. Fugaku le arropó hasta la barbilla cuando se giró hacia él, tenía los ojos irritados.

Sasuke asintió sintiéndose intimidado por la intensidad con la que su padre le miraba, como si buscara una señal de que algo estaba fallando. Se quedaron en silencio hasta que Sasuke se atrevió a preguntar el por qué habían creído que era una niña, su padre le dijo que durante las radiografías siempre había mantenido una posición extraña con las piernas cerradas que les había impedido determinar si era niño o niña. Su padre también le dijo que siempre estuvo esperando a que Sasuke manifestara disgusto por su situación para ofrecerle apoyo ya que no sé había animado a tomar nuevamente la decisión por él, también le confesó que sólo le bastó tomarle entre sus brazos por primera vez para amarle.. El amanecer les sorprendió en medio de los relatos y las sutiles e indirectas disculpas de su padre. Sasuke salió de la cama y se dirigió a su habitación anunciando que quería descansar. Fugaku le tomó de la mano reteniéndolo y Sasuke podía adivinar que le dolía el hecho de que quisiera marcharse, pero él ya había obtenido las respuestas que tanto ansiaba y ahora necesitaba tiempo a solas.

—En lo que a mí concierne, yo nunca tuve un padre y no quería hacerte lo mismo a ti —su padre le acarició el dorso de la mano con el pulgar—. Y aunque soy un bastardo egoísta, te amo como a nadie en el mundo —finalizó Fugaku dejándole ir.

Antes de que Sasuke se quedara dormido, se dio cuenta que se sentía menos confundido que antes, ahora entendía muchas cosas pero, en cambio, desentendía otras. Se despertó en la tarde sintiéndose demasiado cansado, como si no hubiera dormido en días. Los ojos le escocían y estaba insólitamente famélico. Giró sobre su vientre debatiéndose entre dormir un poco más o bajar a buscar algo de comer y un dulce hormigueo en su vientre le hizo notar su erección, le pareció tan inapropiada aquella reacción de su cuerpo que ni siquiera se molestó en acomodarse el short de su pijama para evitar el leve escozor que sentía en la punta. Se decidió por bajar a comer para evitar ceder ante las necesidades de su cuerpo, para cuando iba a mitad de las escaleras su erección se había disipado completamente. Se quedó en las escaleras temeroso a encontrarse con su padre, sabía que después de lo de la noche anterior su relación cambiaría y no estaba totalmente seguro de que sí sería bueno o malo.

Una vez en la sala vio a su padre y a su hermano en la cocina, ambos voltearon a verle como si le hubiesen estado esperando. Desplazó su peso de un pie a otro en un gesto incómodo y se acercó a ellos.

—Ya iba a subir para revisar si seguías respirando —el tono jocoso de su voz no le distrajo de la mirada preocupada que le estaba prodigando; seguramente lucía horrible.

—Me he desvelado —le dijo con simpleza y desvió su mirada hacia su padre, el ambiente entre ellos ciertamente se sentía diferente pero no fue hasta un par de incomodas semanas que ambos notaron que el cambio había sido para bien, la relación entre ambos se estrechó más ayudándoles a profesarse más confianza.

Su padre dijo que iría a una reunión de despedida para un sargento de la unidad de casos especiales que se retiraba luego de 25 años de servicio. Itachi le ofreció llevarle a su trabajo para que no se quedara solo en casa y Sasuke agradeció la oportunidad de obtener algo de distracción. El almuerzo consistió en un sorteo de productos que su padre había comprado en el combini, Sasuke se comió un par de oniquiris de hueva de pescado, una salchicha un poco picante y un sándwich de mayonesa y elote. Parecía que todos tenían más hambre de la acostumbrada, se dijo mientras observaba a su padre y su hermano devorar su comida en un par de bocados. Se tomó una helada bebida de coca-cola y dejó que la tensión abandonara su cuerpo mientas se sumergía en una absurda conversación sobre una pareja de superhéroes con Itachi.

Esa tarde Sasuke tomó una larga ducha con agua tibia resintiendo el no contar con una bañera en el baño de su habitación, debió encender el ofuro que había en el baño del pasillo del segundo piso, pero estaba acostumbrado a que ese fuera el baño de su padre y hermano, por lo que solo se metía a la tina durante las épocas frías del año. Utilizó todos los menjurjes para la ducha que su abuela le había regalado buscando adecentar un poco más su apariencia. Cuando salió de la ducha tenía impregnada en la piel una mezcla de olores cítricos y se sentía tan relajado que sin molestarse en vestirse, se tiró sobre la cama para dormir un poco.

Se despertó sintiendo que había dormido durante milenios aunque apenas habían pasado tres cuartos de hora. Observó su armario con acritud tomándose muy enserio su outfit de aquel día. Se puso un jean tan roto  y holgado, que su padre insistía en que parecía que lo hubiera sacado de la basura, sobre unas medias de maya ancha con una blusa de un negro transparente con destellos plateados y un brallete de encaje negro que le hizo sentir sexy. Se sentó frente al tocador para maquillarse, debido a que aún con sus esfuerzos el cansancio no se había borrado por completo de su rostro. Se puso el labial carmín oscuro, recordando que el día anterior Naruto había manifestado que le gustaba como le quedaba.

Bajó las escaleras tarareando una canción que vagamente recordaba de una película. Itachi estaba sentado en la sala con su celular en la mano en una posición que indicaba que le estaba esperando.

—Vaya, ya empezaba a creer que te habías desmayado en el baño.

—¡Jo! Hoy estás hecho todo un comediante.

—Que te puedo decir… Hace parte de mi encanto.

—Claro, claro, Mr. Personalidad, por eso es que no tienes novia.

—Para que tener novias si puedo simplemente divertirme.

Sasuke le miró escandalizado, ni en sus sueños más locos se hubiera imaginado una respuesta así por parte de su hermano. Aunque debió ser muy obvio, trabajaba en un bar y seguramente se hacía el chulo con lo de ser guitarrista en una banda; las chicas debían caer rendidas a sus pies. Pero por alguna razón, definitivamente no podía imaginarse a su hermano ligando… la mayor parte del tiempo Itachi era muy serio.

—Eso es lo que dicen los feos.

—¡Oye! Que soy muy guapo, la Umiko-obasan siempre me lo dice.

Sin quererlo Sasuke no pudo evitar reír. Se detuvo frente el espejo que había en la entrada, pensando en sí debería hacer algo con su cabello, sabía que se sentía especialmente vanidoso aquel día porque quería captar la atención de Yakihiko, era consciente de que lo suyo no podía ser, pero luego del bajón de la noche anterior, necesitaba que le subieran el autoestima. Se recogió los cabellos que le enmarcaban el rostro con un par de pinzas y se peinó los cabellos del fleco. Cuando se sentó en el gekan para ponerse sus zapatos, la mirada suficiencia que le dedicó su hermano le hizo sentirse en evidencia.

 

***

 

Cuando llegaron al local las mesas estaban apiladas en el fondo mientras fregaban el piso y limpiaban el lugar. Sasuke a veces olvidaba que ese lugar era un restaurante durante la mitad del día. Los amigos de Itachi le recibieron con alegres halagos sobre su aspecto e incluso Konan, que a pesar de su lindo rostro tenía un estilo más bien desabrido, le había dicho que tal vez deberían ir de compras juntas. Hablar con Konan sobre ropa –la chica parecía mantenerse muy al día sobre las tendencias, pero se sentía cohibida de intentar algo diferente- le hizo recordar que había estado pensando en seducir a su novio cuando se arregló. Sasuke sintió un poco de remordimientos, pero lo aplastó al recordarse que lo suyo con Yahiko nunca pasaría de un inocente tonteo de su parte y ya está.

Sasuke observó a todo el mundo ir y venir haciendo diferentes tareas. Kisame le llevó una bebida de frutas y Yahiko le mantenía la conversación en voz alta por lo que Sasuke no pudo entretenerse coqueteando un poco. Pronto Sasuke se distrajo con su teléfono notando que Naruto le había escrito, hablaron de forma random sobre distintos temas. Naruto le confesó que nunca nadie le había hecho una mamada y que debía de hacerse responsable, por lo que Sasuke aprovechó para invitarle a ir con él a la cena de Oka-san el siguiente sábado. Sasuke se rio cuando Naruto le preguntó si debía utilizar algo lindo, sus tenues carcajadas se vieron interrumpidas por el repentino vértigo que sintió cuando la mesa fue alzada para ser movida de lugar con él encima. Se llevó la mano al pecho y fulminó con la mirada a Kisame y Yahiko que reían disimuladamente de su reacción.

Pronto los chicos terminaron de limpiar y las puertas del bar fueron abiertas, aún era temprano por lo que no había tantas personas. Sasuke tarareo un par de canciones, jugo en su celular un poco y no tardó mucho en sentirse aburrido. Con el aburrimiento sus pensamientos comenzaron divagar entre los recuerdos de la noche anterior y las palabras de su padre. Por lo menos ahora Sasuke sabía que solamente pretendía que todo era normal, además tenía su venia en su camino hacia el autodescubrimiento. ¿Pero que había con los demás? ¿Qué pensaba Itachi, su abuelo, Minato? ¿Por qué nadie nunca había dicho nada? ¿Por qué no lo hacen ahora? ¿Acaso no les importaba?

Sasuke sintió un vacío en el pecho que descendió hasta asentarse en su estómago. Su mirada comenzó a asediar a su hermano buscando algo, lo que fuera. Por la mirada que Itachi le regaló cuando bajó a almorzar, Sasuke intuyó que Itachi sabía lo que había sucedido entre su padre y él, ¿su silencio qué significaba? ¿acaso Itachi no tenía nada que decirle?

¿Acaso a su hermano no le importaba como pudiera sentirse?

Sasuke sacudió la cabeza tratando de alejar aquellos pensamientos, tratando de sacar el malestar de su cuerpo. Entre más trataba de no pensar en ello, su mente más se esforzaba en desentrañar enmarañadas teorías, en buscar con lupa pistas en sus distorsionados recuerdos. Sasuke sintió que se ahogaba, el vacío en su cuerpo se había llenado con una vorágine de trémulos sentimientos. Se respiración se sintió pesada e insuficiente, entonces Sasuke decidió huir, huir de su hermano, de sus pensamientos, del mundo y, aún más importante, de sí mismo.

Se levantó del asiento con más vigor del necesario, llamando la atención de algunas personas y, con una última mirada hacia Itachi, salió del establecimiento a paso rápido. Golpeó con el hombro a un par de personas mientras salía, pero no le importó para nada. No quería estar más ahí.

—¡Oí, Sasuke! —escuchó que le llamaban pero no quiso voltearse a ver quién era, estaba demasiado abrumado, necesitaba despejarse. Escuchó la voz acercarse y luego sintió que alguien le agarraba del brazo con fuerza y le giraba— ¿Qué te sucede Sasuke? ¿Por qué saliste de esa forma?

Sasuke parpadeó un par de veces sorprendido de ver a Kakashi. Trato de decirle algo, de excusarse, pero su cerebro no parecía haberse estancado. —No importa, no puedes estar caminado en ese estado.

Sasuke asintió y se dejó llevar por Kakashi, el hombre no dijo nada durante todo el recorrido, por lo que Sasuke pudo meditar en cómo se sentía, estaba decepcionado de Itachi, estaba dolido y, sin lugar a dudas, se sentía traicionado. Cuando Sasuke volvió a ser consciente de sí mismo, ya se encontraban en el apartamento de Kakashi. En un gesto silencioso, Kakashi le indicó que se sentara mientras se adentraba a la cocina volviendo pocos minutos después con un vaso helado de té de cebada acompañado por un paquete de galletas y se los tendió a Sasuke.

Sasuke bebió un poco del té, pero sentía la garganta tan cerrada que le dolió un poco al tragar por lo cual decidió dejarlo. Kakashi permaneció sentado a su lado, en silencio y le pasó el brazo por los hombros donde le dio un par de palmaditas amistosas, como si estuviera alentando a un niño.

—No soy bueno con eso de animar a las personas —resaltó lo obvio—. Pero si quieres hablar o hay algo que pueda hacer por ti, solamente dilo.

Sasuke asintió con la cabeza pensando que en ese momento Kakashi no podía hacer nada por él. O tal vez podría hacer sólo una cosa. Sasuke se acomodó en el sofá, sentándose de lado para poder quedar frente a Kakashi, posó sus manos sobre sus hombros y le miró a los ojos con tanta convicción y determinación en la mirada que supo de antemano que Kakashi no podría negarse. «Haz que me olvide de todo», le dijo en un tono menos seductor del que había calibrado. Kakashi abrió los ojos con sorpresa para recomponerse en un instante y asentir.

Kakashi le hizo olvidarse de todo por lo que ha Sasuke se le hizo horas, años, días, segundos. Sus manos ávidas recorrieron su cuerpo buscando cada uno de los puntos que le hacían perder el control, sus labios húmedos besaron, lamieron y succionaron proporcionándole un placer tan primitivo, tan sosegate. Le penetró deliciosamente con los dedos y le acarició el miembro lánguidamente. Kakashi prolongó las caricias y los besos, sentía su cuerpo agitarse ante cada roce, suspiraba con anticipación cuando sus labios se acercaban a su cuerpo. Sasuke exploró el cuerpo de Kakashi con la misma premura, le tocó y le besó hasta que le sintió estremecerse, acarició cada rincón de cuerpo entreteniéndose con sus pezones erectos y su miembro goteante.

Cuando Kakashi lo penetró, Sasuke estaba completamente erizado del placer, sintió su piel ardiente como un electrizante cumulo de terminales nerviosas, el placer se arremolinaba donde sus pieles se juntaban para luego acumularse en un mismo lugar. Las embestidas eran lentas, acompasadas y certeras, golpeando repetidamente ese lugar que hacía que Sasuke se sintiera desfallecer. La respiración se le fue cortando poco a poco, mientras sentía que podía, incluso, palpar el orgasmo con las manos, tan cerca que se sentía tan lejos. Sus caderas, que hasta el momento había forzado a seguir el ritmo que Kakashi le había impuesto, comenzaron a moverse más rápidamente, con un afán azaroso por conseguir el orgasmo. Sasuke gimoteó un poco y la mano húmeda de Kakashi le acarició la cintura antes de sostenerla con fuerza, sintió los dedos de Kakashi enterrarse en carne pocos segundos antes de sentirse liberado por el orgasmo. Su cuerpo se sacudió en pequeños espasmos. Kakashi terminó poco después, tras un par de frenéticas embestidas.

Sasuke disfrutó de la paz que le produjo el orgasmo. Tenía la mente en blanco y el cuerpo entumecido y satisfecho. Respiró profundo mientras miraba fijamente el blanco prolijo del cielo raso. Kakashi era un gran amante, se dijo cuando por fin pudo conectar sus pensamientos, se notaba que tenía experiencia, además era bastante creativo. Estiró sus brazos y sus dedos como si tratara de alcanzar el techo y se giró sobre su vientre.

—¿Mejor? —inquirió Kakashi cuando lo encaró.

Sasuke asintió.

El regocijo y la calma le acompañaron durante media hora más, tomó una ducha rápida y se vistió. Kakashi entró al baño después de él y le dijo que se sintiera como en su casa por lo que Sasuke aprovechó para curiosear un poco. Cuando Kakashi salió del baño pidieron algo de comer por teléfono.

—¿No vas a empezar a lamentarte o sí? —le dijo Sasuke medio en broma. Kakashi negó con la cabeza lo cual descoló a Sasuke— ¿En serio? Ahora soy uno de tus preciados estudiantes y además sabes con certeza que estoy a casi media década de ser mayor de edad, ¿acaso eso no sensibiliza tu moral o tu ética profesional?

—No, necesitábamos resolver el problema de la tensión sexual de una u otra forma, además sería un problema de ética si te hubiera conocido en el colegio y me hubiera aprovechado de ello para sostener este tipo de relación contigo. De todas maneras, en este momento no te estoy viendo como un estudiante, sino como Sasuke, la chica que conocía esa vez en el bar.

Sasuke asintió meditando sus palabras.

—Solo eres Kakashi-sensei mientras estés en el aula de clase, así que no te preocupes ni creas que te voy a chantajear o a pedirte que me pases los puntos del examen.

Kakashi frunció los labios ante esa respuesta.

—Me exaspera que no te tomes esto en serio. Si alguien se da cuenta de que me he reunido contigo por fuera de lo curricular, ni siquiera tienen que saber que nos hemos acostado para que pierda mi trabajo y, aún más, vaya preso por corrupción a menores. Es mi primer trabajo y me gustaría poder conservarlo, y más aún, poder seguir trabajando.

Sasuke quiso decir algo para rebatirlo, pero la verdad es que realmente no le daba la importancia que el caso ameritaba. Kakashi, había sido un acostón y algunos momentos un amigo. El que hubiera resultado siendo su profesor le había descolocado tanto como a él, pero no le parecía algo tan grave, Kakashi era bastante joven, solo un par de años mayor que los amigos de su hermano, y además era bastante atractivo, nadie podría decir que Sasuke no se acostó con él por iniciativa propia.

—No es que yo me lo tome a la ligera —consiguió refutar—, es que tú piensas mucho.

—Uno de nosotros dos tiene que comportarse como un adulto.

Sasuke frunció los labios con disgusto y se vio obligado a darle la razón. Con la llegada de la comida la conversación permuto a tópicos más irrelevantes, haciéndola más amena y entretenida. No fue hasta que ya en el taxi de regreso a casa Sasuke dejó que sus pensamientos retomaran el rumbo, meditando con cabeza fría la situación, sintiéndose menos miserable que antes, llegó a la resolución de que tal vez Itachi no le ha dicho nada hasta ahora por la misma razón por la que su padre demoró tanto en hacerlo, tenía miedo de la reacción de Sasuke, estaba temeroso de saber lo que él pensaba. Sin embargo, estos pensamientos lo único que hicieron fue llenarlo de amargura, de incertidumbre.

Notas finales:

Sí el dialogo de Sasuke y su padre es incongruente o está mal redactado lo siento mucho, intenté editarlo varias veces, pero cada vez me ponía a llorar, tanto así que me tuve que astener de hacerlo porque de pensarlo ya me acongojaba.

Por otro lado, aunque Sasuke y Naruto no tienen ningún compromiso y, sin lugar a dudas no tienen porque guardarse fidelidad, me ha setado mal que lo haya hecho con Kakashi. Naruto se está esforzando, terminó con Hinata, lo cual no es en sí un sacrifcio (LOL), pero... No sé, diganme que creen en los comentarios.

Besitos y ronroneos

PD: Voy a todo timbal porque me da miedo que se me vaya otra vez la conexión y quien sabe cuando el compu vuelva a conectarse.


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