"-Muy bien. Ahora, comprobemos aquel rumor sobre tu cuerpo...-"
La misteriosa voz realmente parecía estarlo disfrutando; el ronco arrastre de las palabras no hacía más que estremecer al pelirrojo. Y no solo de miedo y frustración, sino de una enorme furia que le impedía incluso detener el temblor que había adquirido sus manos.
Las sospechosas órdenes que recibía tras el móvil no solamente lo habían hecho bajar el rostro hasta ocultarse bajo sus rojizos cabellos, pues de cierta forma también lo habían obligado a doblegarse casi por completo.
"-Los pantalones. Quítatelos. –"
Aquellas palabras no hicieron más que activar una nueva alarma en Rin. Haciéndolo levantar la mirada de forma alarmante.
-¡¡Púdrete!!-
Golpeando la pared con un fuerte puño, hizo gala de sus puntiagudos dientes al mostrarlos con total furia. Como si el haberse desvestido de su musculosa no fuera suficiente, aquel pervertido estaba mostrando por fin sus verdaderas intenciones.
"-Te recuerdo tú situación actual. Así que hazlo lentamente.-"
Con una colérica mirada, las enfurecidas nubes que nublaban su cabeza se despejaron rápidamente para dar paso a un nuevo sentimiento.
-Por favor....déjala en paz. Es mi hermana.-
No podía creer que estuviera rogándole. Incluso podía sentir como se le quemaba la garganta al tener que suplicarle. Pero, por el bienestar de Gou haría lo que sea. Inclusive renunciar a su orgullo de hombre.
"-Entonces ya sabes que hacer.-"
Apretando con fuerza el puño que formaba su mano, llego a sentir como las uñas se enterraban incluso en su propia carne. Obligándose a obedecer, desistió cualquier intento por desnudarse al comprobar como su cuerpo se fusionaba con la poca dignidad que le quedaba.
"-¿Qué pasa?, ¿Acaso necesitas ayuda?-"
Dando un paso atrás por instinto, recorrió con la mirada toda la alberca del club. Pues a pesar de la profunda oscuridad del gimnasio, las lejanas luces de la ciudad y de la luna le brindaban cierta visibilidad. O al menos la suficiente para percatarse de cualquier extraño movimiento.
No había vuelta atrás. Buscaría otra opción y protegería la integridad de su pequeña hermana sin tener que sacrificar su hombría de por medio. Después de todo nunca se doblegaría a los deseos de un completo psicópata. Así que eliminando lo que parecía ser el único medio de comunicación, arrojo el celular con toda la intención de hundirlo bajo la piscina de Samezuka.
-¡No continuare con esto maldito enfermo! ¡¡Muéstrate!!-
Sintiendo correr la adrenalina por sus venas adquirió una perfecta postura de combate. Pues a pesar de la desventaja de enfrentarse con lo desconocido, pondría en práctica todas las peleas callejeras que había pasado en Australia.
Un fuerte estruendo hizo eco por todo el gimnasio, sobresaltándolo al tiempo que sus ojos buscaban el origen del ruido. Terminando por observar hacia una de las esquinas, como una vacía cubeta rodaba por el suelo.
-¿Utilizando trucos sucios? Creo que ya debería estar acostumbrándome...-
Infundiéndose un poco de valor, soltó aquellas palabras en tono arrogante. Comenzando por acercarse con total precaución hacia el origen del repentino estruendo para terminar encontrándose con nada más y menos que herramientas de limpieza para piscinas, y la anterior cubeta deteniéndose justamente frente a sus pies.
-¡¿Qué pasa, sin el celular no eres tan valiente?!-
En un intento por girarse hacia sus espaldas, se encontró así mismo siendo empotrado contra la pared. Atrapado entre lo que parecía ser unos fuertes y musculosos brazos, sintió la presión que ejercía el otro cuerpo al acorralarlo contra el frio paredón.
-¡¡¡Hanase*!!!-
Tal vez debido a la rapidez con la había actuado su agresor o a la evidente fuerza física del otro cuerpo no tuvo oportunidad alguna de contra-atacarlo. Y por si fuera poco ni el más mínimo atisbo de encararlo. Atrapado y con sus manos tras sus espaldas lo habían inmovilizado por completo.
Y convirtiéndose en una especie de déjà vu, volvió a escuchar la pesada respiración contra su oído a excepción de que ahora los pesados jadeos rozaban gran parte de su cuello. Una rodilla hizo separar sus piernas y su mente retrocedió unas horas atrás, al inicio de todo y de cómo había terminado en aquella situación.
+++++++++++++++++++++++++++FLASHBACK+++++++++++++++++++++++++++++++
"-.....¿Quién dijo que era una broma?.....-"
Levantándose rápidamente de la cama, permaneció en silencio ante la repentina y desconocida voz del celular. Descartando por completo a su círculo de amigos, compañeros o posibles maestros, la misteriosa voz no le era para nada familiar entre sus conocidos.
-¿Quién diablos eres?-
"-Eso no importa. Pero que tal y sin mayor preámbulos iniciamos de una vez...-"
-¿Ah?, no entiendo nada... ¿Acaso eres un represéntate de alguna Universidad?-
Aunque le pareciera algo extraño, podría tratarse de algún buscador de talentos. Puesto que había recibido una que otra llamada invitándolo a prestigiosas Instituciones, no le extrañaba los extremistas métodos por “atraparlo”.
"-Soy algo mejor que eso."
-¿Qué?-
"-Gou Matsuoka. Dieciséis años. Signo zodiacal: Tauro. Estudiante de segundo año del Colegio Iwatobi. Al parecer representante del club de natación. Por favor, corrígeme si estoy equivocado.-"
Un violento escalofrió comenzó a bajar por el semblante de Rin obligándolo a permanecer en completo silencio.
"- En los días que no hay actividades extraescolares sale alrededor de las 14:30, acompañada en su gran mayoría por su mejor amiga y compañera de clase: Chigusa Hanamura. Acostumbran visitar al “Moph Café”. 19:45 es su marca personal de regreso a casa."
A pesar de la fría temperatura del aire acondicionado, notables gotas de sudor empezaron a empapar la muscula del pelirrojo.
"-De una altura de un metro cincuenta y seis y con medidas de: ochenta, cincuenta y tres, ochenta y dos...-Un pequeño chiflido de admiración-...Nada mal para una joven estudiante.-"
-Basta.-
"-Como lazos familiares posee un hermano mayor: Rin Matsuoka, y su difun-...-"
-¡¡Dije BASTA!!-
"-Ves, soy mejor que un caza talentos.-"
-Maldición, ¿Quién diablos eres? ¡¿Y cómo es que sabes tanto de mi hermana?! Juro por Dios que si le tocas un solo cabello...-
"-Eso dependerá únicamente de ti.-"
-¿Qué quieres decir?...-
Lo que pareció ser una gutural risita al otro lado de la línea, en realidad resulto ser una auténtica carcajada.
"-Ah, como nos vamos a divertir. Pero primero quiero que vayas al club de natación. Y te advierto, si llegas a desobedecerme tal vez descubra personalmente un nuevo dato mucho más íntimo de tu pequeña hermana.-"
-Maldito...-
"-Ahórrate los cumplidos. Te quiero en el gimnasio.-"
Queriendo despertar de aquella pesadilla, apretó el celular entre sus dedos hasta que la piel adquirió un alarmante tono blanquecino. Dejando pasar unos breves segundos antes de terminar saliendo de la habitación.
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El club de natación a esas horas de la noche parecía el perfecto cuadro del silencio y la soledad. Un extraño contraste que a la luz del día daba la impresión de tratarse de dos lugares completamente diferentes. Si no fuera por las circunstancias, había sido una nueva experiencia sumergirse en la oscurecida piscina.
"-Ok pretty boy* comenzamos con la diversión.-"
Y antes de que pusiera un solo pie en el gimnasio, fue abordado rápidamente por la siniestra voz de su verdugo. Debía estar escondido en alguna parte del lugar.
"-La primera orden será: desvestirte de tu musculosa.-"
-¿Acaso eres un maldito marica?-
"-Cuidado.-"
Un mal presentimiento comenzó a nacer dentro de su pecho y comenzó a temer no solo por el bienestar de su pequeña hermana.
"-Estoy esperando.-"
Apartando el móvil por unos instantes, se desvistió de forma rápida para terminar lanzando la prenda al suelo. Dejando ver a las tenues luces de la noche un musculoso pecho acompañado de unos erectos pezones debido al gélido ambiente de la piscina.
"-Muy bien. Ahora, comprobemos aquel rumor sobre tu cuerpo...-"
++++++++++++++++++++++++++FINFLASHBACK+++++++++++++++++++++++++++++
Continuará....
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*手放す[Hanase]-Suéltame.
*[Pretty Boy]-Chico bonito.