Edificio Gwanghwamun, claro que es un nombre extraño para un edificio de apartamentos de por lo menos 24 pisos, un piso menos del edificio de al frente exactamente donde yo vivo, solo nos separa una calle de un carril y alcanzo a observar algunos ocupantes del edificio vecino, tanto de algunos pocos de arriba y también de abajo pero con más visibilidad y claro también obviamente el de al frente quedan prácticamente a la misma altura, se puede observar todo.
Exactamente estoy agradecido con Dios por permitir que mi numero preferido sea 18, el número de pisos donde vivo en un ni tan pequeño ni tan grande apartamento, y en donde puedo observar claramente con mis binoculares como juegan los 3 gatitos del apartamento de al frente, es una escena realmente cautivadora, AMO los gatos, pero lamentablemente soy alérgico a ellos…
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Me levante con algo de entusiasmo matutino porque sabía que los pequeños gatitos jugaban a esta hora, cuál? las 9:00 de la mañana, no tenía que preocuparme por la hora ya que estaba en mi primer día de vacaciones de mes, fui a la sala agarre las binoculares que se encontraban en un pequeño estante a lado del sofá y abrí las persianas, pero de repente los binoculares quedaron colgando en mi muñeca << menos mal me enredo esa larga tirita de los binoculares en la muñeca>> puede que eso lo hubiera pensado de no ser porque vi vacío el apartamento donde habitaban esos lindos gatitos, busque con los binoculares el apartamento vecino pero ya no habían pertenencias estaba despejado
-Y ahora qué hago?- me pregunte a mí mismo al ver que ya no tenía que hacer en vacaciones, podía salir, pero solo, mis pocos compañeros y/o amigos no estaban ya que todos viajaban con sus familias, y mi familia estaba en el extranjero ya que mi hermana tenía una presentación con la orquesta filarmónica de Seúl en Francia, por supuesto que en su primera presentación con la orquesta tenían que asistir mis padres, y yo…….simplemente no tolero los aviones.
Salí del edificio después de unas cuantas horas para dar una pequeña caminata no sé a dónde, pero quería salir, antes de dar un paso me puse los audífonos, puse música y guarde el mini reproductor en mi bolcillo, observe las calles y vi que las tiendas que estaban en el sector, las estaban adornando, fue cuando recordé que pronto era primero de diciembre y no tenía absolutamente nada para decorar solo un pequeño arbolito que mi hermana me había dado de obsequio hace dos años, recordando esto encontré un propósito para mi caminata, comprar luces, un árbol, y decorados para navidad, estaría solo pero no tendría nada de malo matar el tiempo decorando, ni tampoco observar las tintineantes luces de colores.
Entre a un almacén de cadena que queda cerca del sector donde vivo, es un alivio que esta parte de la ciudad de sea muy concurrida y con demasiado comercio, sin embargo al ver, no era necesario buscar, apenas entrabas veías miles de objetos que comprar para decorar, cogí un carrito y me puse a observar primero los pinos de navidad, hubo uno que me llamo la atención, era lindo, no solo prendían las ciprés si no que tenía una especie de nieve artificial que las decoraba, inmediatamente alce una caja y la puse dentro del carrito, luego observe luces donde definitivamente escogí de varios colores, ahora lo que me faltaban era algunos adornos, fue donde me tome más tiempo y observaba concentrado cada detalle, luego de observar varios adornos que no me gustaron, o más bien no eran mi estilo, pase un estante que llegaba al techo que obstaculizaba la vista del siguiente y vi un estante de demasiados peluches donde habían demasiados perritos increíblemente de varias razas con un gorro y bufanda de navidad, busque si de casualidad un gato se había colado pero no, mas sin embargo había un perro que me llamo demasiada la atención lo observe y era…realmente muy tierno, no era como los otros que parecían más femeninos en cambio este perro mostraba lo macho de un hombre, no en mal sentido, mostraba la masculinidad pero de forma tierna, en otras palabras era un perro tierno de raza creo…bulldog francés ?, realmente era hermoso, vi que era el último así que me apresure a cogerlo rápidamente pero choque con unas manos extrañas, observe al dueño de esas manos y para colmo me encontré con un hombre unos cuantos centímetros más alto que yo, sin mencionar que era muy apuesto, este que paso de una cara de sorpresa a una sonrisa que mostraba dos hoyuelos me dijo
-Quizás tengamos los mismos gustos- me sonrió y dirigió sus ojos a mis manos que todavía estaban cercas de la de el
-quizás, pero este peluche simplemente llamo mi atención- aparte mis manos rápidamente y las guarde en los bolcillos de mi gabardina
-En parte concuerdo contigo, la razón por la que quise este peluche es porque tengo un perro de esta misma raza, pensé que quizás le podría hacer compañía- el cogió el peluche en sus manos con cierta delicadeza, lo observó con ternura y me lo entrego- puedes tenerlo, como dije ya tengo un perro de esta raza y quizás quede aterrorizado al ver que este no se mueva- vuelve con su dulce sonrisa, creo que me dejara ciego…
-G-gracias…- recibí el peluche y luego me quise dirigir a la caja registradora que estaba a unos cuantos metros, pero voltee a mirar al hombre y le di una pequeña venia de agradecimiento y de despedida
Llegue a mi apartamento y tire todo lo que estaba cargando, no sé de donde rayos había sacado tanta fuerza para cargar 5 bolsas enormes y llegar al piso 18, ahora recuerdo las miradas pasajeras tan extrañas que me observaban, abrí una por una de las bolsas y empaques que habían, me dispuse a decorar mi apartamento mientras tarareaba una canción inventada… feliz por el resultado quise descansar ya que era demasiado tarde sin darme cuenta, pero una bolsa me llamo la atención, la abrí para encontrarme con aquel perro, lo saque de la bolsa y lo observe con ternura, realmente me había gustado demasiado, en si amaba los gatos pero los perros no se quedaban atrás, amaba los perros por una característica en especial y era su lealtad, primero le quise poner un nombre… cosa que no me era fácil pero salió directamente de mi boca- Ichi – significaba en japonés 1 o primer… el primer peluche que he tenido en toda mi vida, lo quise ubicar encima del piano, pero después de verlo, decidí que durmiera conmigo.
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Abrí los ojos y lo primero que vi fue a Ichi, como era costumbre me levante a las 9:00 de la mañana alce a Ichi y lo sostuve con mi brazo hacia mi cintura, recogí los binoculares, abrí las persianas, pero al momento de colocarme los binoculares recordé que los gatitos ya no estaban, sin embargo algo llamo mi atención, el apartamento de al frente ya estaba ocupado y vi que había un peluche idéntico al mío pero pensé que era el reflejo del vidrio, luego descubrí que el de allí se movía, observe como un hombre lo alzaba y lo más probable es que sintió mi mirada, porque este volteo a mirar hacia mi dirección, quede sorprendido al reconocerlo y me agache lo más rápido que pude, quizás no me reconoció trate de decirme a mí mismo, subí lentamente asomándome a la ventana y aquel hombre estaba allí viéndome y moviendo su mano como gesto de saludo, lo único que hice fue responderle, aquel hombre era el que me había encontrado el día anterior en el almacén…