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Sensei por Aomame

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En la escuela

Me encontré a sensei, en la sala de maestros.

En priamvera inicie prácticas de la universidad. ¿En qué consisten? Muy simple, tengo que darle clase a una bola de adolescentes con las hormonas disparadas.

No me preocupa demasiado, en realidad sé mantener a raya a los estudiantes. Es simple, basta una mirada de “Muérete”  y se calman. Takamiya, mi amigo, siempre me dice que tengo una mirada intimidatoria, pero no estoy muy seguro de eso.

En fin, esa primavera, me encontré a sensei en la sala de maestros. Coincidencia, destino, llámenle como quieran, mis prácticas  las realicé en mi misma escuela preparatoria. Era evidente, era probable, que me lo encontrara.

-Bienvenido, Kiryuu-me dijo cuando después de las instrucciones del director el resto de los profesores nos saludaron- ¿qué clase darás?

-Matemáticas- respondí y él me sonrió.

-Debí imaginarlo.  

Me encogí de hombros, y deje que sensei me indicara mi grupo.

 

-¡¡Kryuu sensei!!-es tan raro que me llamen así, que siempre tardo en voltear cuando las y los alumnos me llaman. Desde el primer día, entablaron conmigo una especie de complicidad, tal vez porque yo también era joven.

-¿qué?

-Ah, se dice “mande”

-Les digo como yo quiera

-jaja sensei es malo.

Un profesor malhumorado, pero que de alguna manera se identifica con sus pupilos, eso soy. Y al parecer a mis alumnos les agrada mi desdén.  

-¿Y qué quieren?

Eran tres chicas y dos chicos, había llegado de pronto y me habían rodeado.

-Nosotras no entendemos la tarea-dijo  una de las chicas, llevaba el cabello corto y se acababa de maquillar los labios.

-Pero la explique cómo veinte veces.

-Ah, pero puede explicarla de nuevo-esa era una chica de lentes de fondo de botella, que no me miraba a los ojos.

-Sí, sensei. Le entenderemos si nos explica de nuevo-dijo la tercera de falda cortísima.

-No, no quiero.

-¡Sensei, es malo! –dijeron las tres en unísono. En tanto, los otros dos chicos se reían.

-¿y ustedes que quieren?-les pregunte-¿tampoco entienden la tarea? Porque a ustedes si no les pienso explicar.

-No, sensei ¿sabe jugar fútbol?

-Ah, sí, sé.

-¿Juega con nosotros?

Los miré, y asentí- Vamos.

-Hey, sensei ¿y la tarea?

-Luego.

Un sensei despreocupado, que aun no sale de la adolescencia, probablemente eso soy. Pero ¿a quién le importa? Me quedaré sólo seis meses.

 

-Veo que te llevas bien con tus alumnos, Kiryuu kun-Sensei, el mío, me miró con el saco bajo el brazo y a cartera del otro lado.

Sonreí y me encogí de hombros una vez más. Estaba tomando agua después del partido con mis alumnos y chorreaba de sudor también.

-Hago el intento

Sensei sonrió y me tendió su pañuelo para que me secara el rostro.

-En la tarde habrá una fiesta de bienvenida para ustedes los practicantes. No vayas a faltar-me explicó.

-Anotado, sensei.

-Puedes llamarme por mi nombre, Kiryuu

-Me gusta más, “sensei”

Sensei, me miró un par de segundos, asintió y luego se marchó.

Esa tarde, justo como había dicho, la plantilla de profesores completa fue a un restaurante a cenar. Lo cual fue una bendición porque tenía un hambre mortal. Lo demás, me pareció irrelevante.

Sensei se sentó a mi lado, y note que bebía más de lo que comía. No voy  a decir que aquello me pareció también irrelevante, porque no fue así. Empecé a preocuparme por la forma de beber de sensei. Siempre era mucha, y muy apresurada, terminaría ebrio de nuevo, como aquella ultima vez en mi departamento.

-Kiryuu kun, sírveme un poco de eso-me dijo cuando  tome la botella de sake.

-Creo que ya bebió mucho, sensei-le dije en voz baja.

-Vamos, Kiryuu ¿me dirás que puedo o no tomar?

-Creo que debería tomar menos.

-Hey, Kiryuu sensei-un profesor del otro lado de la mesa me exigió la botella-¿es cierto que tomabas clase es esa escuela?

-Ajá

-¿y qué tal, ha cambiado?

-Para nada, los profesores siguen siendo los mismos.

-jajaja nos volveremos ancianos ahí.

Sensei, se reclinó sobre la silla y me di cuenta que había caído en un sopor parecido al sueño. Volteé a verlo y le pinche la mejilla con uno de mis palillos.

-jaja, Kuran sensei y Kiryuu sensei, se llevan bien-dijo una de las profesoras-Es inesperado.

-¿eh? ¿Inesperado?

-Kuran sensei casi no habla con nosotros-explicó- Hasta fue raro que viniera hoy.

-Lo que no sabíamos es que tuviera tan poca tolerancia al alcohol-rió otro profesor.

-No es eso-dije- ha bebido de más.

-¿Puedes llevarlo a su casa?

-¿ah?

-Kuran sensei, está dormido-me dijeron como si eso fuera suficiente para que lo llevara a su casa.

 

Y al final es lo que terminé haciendo. Cargue a sensei por las calles hasta mi departamento, porque su casa estaba lejos, y porque no tenía llave de ahí. 

Como la ultima vez, lo deje sobre el sillón y fui a buscar una manta para cubrirlo. Sin embargo, cuando regrese, estaba sentado en el sillón con la espalda recta y la mirada hacia enfrente.

-eh, sensei, ¿quiere agua?-le llame pero él a penas me escuchó- ¿Sensei?

-Hoy debería estar aquí-dijo con voz trémula- más bien, no debería estar yo aquí.

-En realidad, sensei, debería estar en casa, su casa. Pero no tengo llave y…

-No quiero ir ahí- me miró por fin- Hay muchos malos recuerdos ahí hoy.

Fruncí el ceño y me senté a su lado.

-¿qué pasa, sensei? Si no es ahí, ni aquí, ¿dónde debería de estar?

-En la tierra.

-Sensei, no se ponga sombrío-le palmeé la espalda y él me miró con más atención, como si se hubiera conectado al mundo de nuevo.

-Es que, Kiryuu, cuando lo pierdes todo, ¿qué más puedes hacer?

-¿Ganar nuevas cosas?

Sensei, esbozó una ligera sonrisa y luego empezó a reír. Su mano se colocó en mi nuca y  luego apoyó su frente en mi hombro.

-Eres tan simple.

-No veo la razón para complicarme.

Sus hombros se sacudieron de nuevo en una pequeña risita.

-Diablos, Kiryuu, tienes razón- se apartó y me tomó el rostro con amabas manos-Eres más maduro que yo.

-No lo llamaría madurez.

-Yo sí- sensei me sonrió y sin que pudiera hacer nada, se abrazó a mí. Atónito me deje abrazar y lo abracé también con cierto titubeo. La verdad es que no lo entiendo…nada.

Al final, sensei se apartó y me dio las gracias-¿Puedo quedarme aquí?-preguntó después de que aceptara un vaso de agua-sólo por hoy.

-claro, allá hay muchos malos recuerdos hoy ¿no?

-Sí.

-¿aquí hay mejores?

-Los hay. Mucho mejores.

-Bien, mientras no quiera invadir mi casa, todo bien.

Sensei rió y asintió. Se recostó en el sofá y miró al techo largamente.

-Oye, Kiryuu

-¿qué?

-Me estás gustando.

Reí y le aventé un cojín.

-Es inevitable, sensei, soy un tipo único-bromee y después, me fui a dormir a mi habitación. 

Notas finales:

Wola! espero que les haya gustado. Van lentos, pero seguros, creo.

un saludo enorme y hasta la proxima!

                                                         continuará...


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