Capítulo II: Pelea
La noche pasó lenta y rápidamente al mismo tiempo. Matt en su cuarto no dejaba de pensar en todo lo que había pasado: Near, su amigo, los había visto a él y a Mello en aquellos actos pecaminosos, y peor aún, a él como un sumiso uke. Su preocupación no tenía límites, y así, en cuanto dieron las 7 de la mañana, el pelirrojo no aguantó ni un segundo y tomando su bolso se dirigió al comedor, donde al entrar vio inmediatamente al albino solitario en una de las mesitas del fondo, tomando desayuno.
- Ohayo, Near, te molesta si me siento a tu lado? – Le dijo un Matt muy amistoso a Near mientras este terminaba de tomar su leche.
- Da igual – le respondió el ojigris sin siquiera levantar la mirada.
- Qué estás comiendo Near?
- No lo sé… Solo agarré lo primero que pillé en el mesón y lo coloqué en mi bandeja…
“Tks, que conversación más absurda”, pensaba Matt. El pelirrojo quería preguntarle a Near sobre lo que vio la noche anterior, que sintió y lo más importante, si guardaría el secreto de que Mello y él tenían una “relación”.
- Oye, Near… sobre lo de ayer…
- Permiso – dijo Near incorporándose – terminé de comer, me retiro.
- E-Espera – Matt lo tomó del brazo y vio el pálido rostro del albino: sus ojos completamente oscuros reflejaban un angustioso dolor; más abajo, unas evidentes ojeras demostraban que no había dormido en toda la noche; y, finalmente, las marcas de su rostro eran una clara señal que no había parado de llorar.
- SUÉLTAME! – y con un grito que hasta el último joven del comedor pudo oír Near salió a paso veloz cruzando la enorme estancia, mientras lentamente volvían a caer unas lágrimas desde su mentón al suelo.
Era hora de olvidar, de borrar esas imágenes y olvidar… Matt era sólo su amigo, nada más. En el fondo, Near siempre había estado solo, y no le importaba lo que el pelirrojo hiciera o deshiciera con Mello… Mello… Mello!!!!
- Mello! d-discúlpame! – Dijo Near cuando volvió a la realidad y se dio cuenta que había chocado de frente con Mello, dando vuelta toda la bandeja con comida en las ropas negras que el rubio usualmente llevaba.
- Tú… HIJO DE PUTA! – Y, con una fuerza desgarradora como pocas, Mello tomó al pequeño Near y lo azotó contra la pared – Mira lo que le hiciste a mi ropa! Te mataré rata asquerosa!
- Mello, suéltame…
- Tendrás que hacer algo más que disculparte para que tenga piedad de ti.
- Podría revolcarme contigo igual que una puta, no lo crees- Dijo Near en tono desafiante – después de todo, ya estás acostumbrado a metérselo a cualq… - y la frase del albino no pudo terminar cuando un fuerte golpe atravesó su rostro.
Y así, mientras sus suplicas se desvanecían lentamente y sus ojos se perdían en los haces de luz que entraban por las cortinas del comedor, Near era golpeado una y otra vez por las manos de Mello, el cual no pensaba dos veces antes de propinarle certeros golpes en su rostro y estómago. Near nunca había peleado, no tenía la fuerza para ello… sólo se dejaba golpear, aguantar las risas y las burlas que los demás hacían de él, como si no le importara en absoluto. La odisea continuó hasta que el suelo se tiñó con unas gotitas rojas que emanaban de las heridas y el labio del moreteado albino.
- MELLO, BASTA! – Le dijo Matt interviniendo ante el líquido carmesí que estaba en el suelo – le sacaste sangre, idiota!
- Y por qué lo defiendes ahora, imbécil! No viste lo que me hizo – le respondió Mello con una cara de endemoniado, mientras otros compañeros afirmaban al rubio para que no continuara desatando su ira en contra del albino.
- Ya te pidió disculpas! Qué más quieres que haga! – agregó Matt para defender al herido que yacía en el piso.
- Debería rogarme que no lo mate! Acaso quieres pelear sus batallas, Matt?
- Eso no te importa!
- Claro que sí! Maldito…
- Oigan y la pelea…
- Llamen al profesor…!
- Ven y arréglatelas con mi puño!
- Ayuda! Profe…
- Bla, bla, bla…
Y así estuvo unos minutos el salón: un silencio inundaba todo el lugar mientras se perdían los gritos de Matt, los reclamos de Mello, las euforias de los compañeros, las súplicas por ayuda de las niñas… Al parecer todo se había salido de control. Entre toda esa algarabía Near se puso de pie y sin que nadie lo notara (puesto que, una vez más, el mundo entero se había olvidado de su existencia y condición) se escabulló a su habitación. Cerró la puerta bruscamente y una vez puesto el pestillo, desesperado, se lanzó a la cama y un fuerte llanto escapó automáticamente de sus ojos. Ya no quería sufrir más, las burlas, las humillaciones, los golpes… Estaba cansado de todo eso. El único ser que apreciaba no era más que otra sucia basura en el mundo que se revolcaba con ese tipejo… Estaba cansado de todo. Y así, sacando una navaja que guardaba en su velador, tomándola temblorosamente y acercándola lentamente a su muñeca, dispuso a dormirse, dormir profundamente...
*** Horas después ***
“Toc toc”. Sonó la puerta de la habitación de Near.
- Near… Soy Matt, te encuentras bien?
Sin respuesta.
- Near, abre, por favor, estoy preocupado por ti.
Sólo silencio.
- Near! Near! Near!