Cada persona lidia con la nieve a su manera.
Takaba Akihito, un pequeño niño-lobo, adoraba jugar con ese montón de agua en copos que caía; hacer muñecos de nieve, guerras de nieve, y… hurtar la ropa de los adolescentes que se bañaban desnudos en las aguas termales en la ladera de la montaña. No había verdadera diversión sin que él, Kou, Yoshi y los demás “importunaran” adolescentes lujuriosos y los dejaran a la intemperie como dios los trajo al mundo.
La nieve cayendo lo emblanquecía todo a su paso. Todo era grandioso, de no ser por ese frio infernal que le calaba los huesos. No había nada que detestara más, excepto los baños de lengua de kaa-san, pensó mientras tiritaba apoyado en la ventana.
Sintió los parpados pesados, y momentos después se sumió en un sueño profundo.
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Una voz ajena, pero a la vez reconocible, le llamaba desde la cocina.
_ Takaba_
_ ¿Hnnn?_ ¿qui….
_ Takaba!!¬_ El último llamado lo sobresaltó un poco.
Se acercó gateando lenta y silenciosamente a la puerta que daba a la cocina. Asomó la platinada cabecita por la parte inferior y abrió grandes sus ojos pardos por la sorpresa.
_ ¡¿¿ ¡AASAAMIII?!?!_
Este le sonrió burlonamente, como diciendo “¿acaso esperabas a alguien más?”
_ ¿p-pero que haces tú aquí?_ el menor estaba más que sorprendido de encontrar al joven vampiro otra vez.
_buenos días a ti también_ dijo tranquilamente mientras sacaba del horno y colocaba sobre una mesa de madera una fuente de galletas, cuyo olor inundó el ambiente e inmediato. ¿Dónde estaba su ropa elegantiosa y presumida? En su lugar tenia puesto un sweater festivo con motivos propios de la temporada.
Aun no podía creer lo que veía y no se le venía a la mente nada bueno para decir. Observó cómo calmadamente, el mayor, dividía el contenido de la bandeja aún caliente en dos mitades. Apartó una para sí y otra la dejó en su extremo de la mesa. Asami se escondió de su lado llevándose su parte consigo.
_ ¡siente la ira de mis galletas navideñas!_ gritó de repente y comenzó a lanzarlas como si fueran shurikens. Estas dieron de lleno en el pecho del niño y se desarmaron en pedazos sin causarle mal alguno.
_ ¿q-que diablos?_ miró fijamente pero desconcertado al mayor, quien volvía a tener su montón de galletas intacto al instante y le sonreía maliciosamente. Las volvió a lanzar sin dale tregua alguna a Akihito, pero esta vez, el menor respondió con toda su ira. Arrojó las suyas hacia el vampiro, quien solo se reía a carcajadas aun cuando el pequeño lobo acertaba.
_ ¿de qué te ríes, baka?_ gritó Takaba, aun algo confundido por la actitud extraña de Asami. Se estaba divirtiendo mucho con el oji-dorado, pero no dejaba de ser una situación de lo más rara.
_ ¡me rio de ti, enano!_ y Akihito se irritó, sin notar su cambio corporal hasta que ya estaba completo.
Miró a su alrededor y todos los objetos parecían haber crecido más de diez metros de altura. Se asustó terriblemente por un momento, pero al otro instante el sentimiento cambió a odio hacia Asami, quien lo veía desde arriba, tan enorme como todo lo demás, con una mueca sardónica dibujada en su rostro.
_ ¡no te burles de mí!_ intentó gritar, pero la voz le salió en un chillido de roedor. Comenzaba a desesperarse de un momento a otro y empezó a decir una y otra vez: _estoy pequeño, estoy pequeño, esto no puede ser real…_
Asami lo levantó con cuidado, lo acunó entre sus manos y le acarició diminuta cabeza con un dedo, hasta que se calmó un poco y comenzó a razonar:
_ ¿esto es un sueño, verdad?_
_pero claro que es un sueño, ¿Qué creías que era? Hahaha_ el mayor se burló.
_ Hahaha…_ Rió nerviosamente_ estoy soñando_
_ no intentes volar…_ le advirtió_ he visto lo que le pasa a los idiotas que lo intentan_ pero Akihito no estaba escuchándolo, porque estaba ocupado pellizcándose a sí mismo.
_¡despierta, despierta! ¡Vamos Akihito, tu puedes!_ el vampiro tuvo que detenerlo.
_detente_ siguió acariciándole la cabeza. El menor así lo hizo, levantó la mirada hasta llegar a los ojos dorados del otro.
_entonces no estás aquí, no realmente_ se notaba claramente su decepción.
_estoy aquí_ poniéndole un dedo en el pecho_ y no me iré a ninguna parte_
De repente le dedicó una sonrisa sexy: _ bueno, tal vez si lo haga… _ hizo una pausa y en un instante todo a su alrededor desapareció _ pero te llevaré conmigo_ y su voz se perdió entre ecos.
Akihito no supo a que estaba refiriéndose hasta que se vio totalmente sumergido en un fondo marino inmenso, todo en un azul cristalino, iluminado desde arriba. Los corales, de colores brillantes y variados, se hallaban a sus pies; mientras los pececillos jugaban entre sus ropas. Se le escapó una risa de felicidad y asombro.
Se fijó en sus manos, sus piernas, no podía ver su rostro, pero adivinaba que había crecido otra vez. Pero no solo eso, ahora tenía el cuerpo de un joven, de aproximadamente la edad del mayor. El vampiro apareció ante sus ojos y lo tomó de una mano, llevándolo a recorrerlo todo. Nunca había tenido un sueño tan vívido.
Asami lo abrazó desde atrás y lo llevó nadando hacia la superficie.
Al sacar la cabeza se encontró en un sitio por demás de conocido: la ladera de la montaña. El agua a su alrededor se sentía muy cálida y el mayor no dejaba ir su cuerpo adolescente de entre sus brazos. La nieve había cubierto gran parte del paisaje y todo era del blanco más puro.
Una pequeña rama de Muérdago cayó frente a ellos y Akihito se sonrojó furiosamente cuando el vampiro lo dio vuelta para dejarlo frente a frente y unir sus labios en un beso.
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_¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!_ Takaba cayó de espaldas en el piso, con la cara incendiada de carmesí.
_ Aki-chan… ¿tuviste una pesadilla, cariño?_ la pregunta provenía de la mujer frente a él, con sus mismos cabellos claros y expresión de preocupada._ tienes toda la cara roja, mi cielo _ mientras le tomaba la temperatura_ ¿no habrás cogido un resfriado, verdad?_
Takaba Akihito solo pudo negar con la cabeza y analizar su extraño sueño. Tenía que ser todo culpa de esos adolescentes besucones, pensó, ya se las pagarían más tarde.
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