Miró por la ventana, una brisa suave recorría las calles de Seúl, haciendo bailar las hojas y flores en el camino, una brisa de nostalgia y depresión, una triste melodía para sus oídos ¿Cuanto tiempo habrá pasado desde que se sentío amado? ¿Cuanto tiempo ha vivido en esa mentira? Mentir una palabra que describía perfectamente su vida o lo poco que tenía de ella. Todo alrededor de él era una mentira y una mentira no puede existir sin que alguien la haya creado ¿El culpable? el mentiroso, no cualquier mentiroso, si no ese que amaba con toda su alma o al menos eso intentaba, le era muy dificil tener que verlo, quererlo, tocarlo, mentirle... ¿Cuanto tendrian que estar así? él ya no quería seguir siendo su muñeco, su ''pequeño'' juguete o como el mayor le llamaba ''Diario'' por que solo esa persona sabía como guardar los secretos, quedarse callado y escucharlo, decirle que todo esta bien aun cuando ambos saben que eso no es verdad. Solo unos suspiros se escuchaban como eco en su habitación, ese cuarto triste y gris al igual que los días de lluvia que tanto le encantaban. Sentía como si la lluvia refrescaba su ser y podria dejar de ser como es, aun que en el fondo lo deseaba, no era así, nunca podría serlo entonces ¿Por qué engañarse? Simplemente por que así este chico era feliz por su cuenta, engañandose
Rodeó la cadera ajena con sus piernas acercandolo más a él, quería saber que estaba allí, no solo su cuerpo si no tambien su corazón, aun que era dificil de notarlo
Vio como el mayor se sentaba molesto en el sillon de la sala de espera, no se atrevio a decir nada, sabía que si hablaba podria ser que ganara un golpe de esté dejandolo adolorido y que luego vendria a pedir perdón mentiroso a la puerta de su casa con una rosa en la mano que de seguro le robabá a la vecina y un oso de peluche que se encontrara por allí o mejor dicho en alguna venda de garraje, siempre era así -¿En qué piensas tanto?- preguntó llamando la atención del menor -En nada, Gab- sonrío mintiendole una vez más pero estaba bien, si le dirrigía la palabra luego las consecuencias vendrian -¿Señor Gab?- llamó una muchacha de cabello largo rojizo, con tez blanca y ojos color miel -Aquí- se levanto sonriendo como un mentiroso tomando su microfonó para irse al escenario a cantar para sus fans dejando al menor allí *¿Por qué ya no me impresiona que se vaya sin despedirse?* se preguntó Dylan mirando la puerta con odio, aun si quisiera escapar lo tenía que esperar pues solo haria que se enojara más de lo que ya estaba y golpes... esa era su vida así soy feliz aun que muchos no la entendían, no entendían como se dejaba maltratar de aquella forma por alguien tan idiota como aquel tipo ''Gab'' dos años mayor que él, cantante, modelo, actor, mientras Dylan era menor y su simple manager en raras ocasiones.
Sus pieles se encontraron con un leve roce de hombros, algo que marcó sus vidas, un sentimiento egoista, no lo amaba pero lo quería, y si no podía tenerlo, iba a destruirlo.
Miró a Gab acostarse en la cama -Bien, mañana tienes agenda temprano, duerme bien- el menor iba a cruzar la puerta cuando sintio que lo detuvo con fuerza en la muñeca me lastimas -¿No te quedas? Que malo eres- susurró en el oído del castaño -Mamá me espera en casa- dijo con miedo, no quería hacerlo enojar, no quería llegar golpeado, no quería mentirle alguna tonta excusa -¡Ja!- apretó más la muñeca haciendo que le esten quedando marcas de sus grandes manos -Gab- sonrío dandose la vuelta, fingio que se iba a quedar, mintío de nuevo que no lo podria dejar solo jamas. Le preparo la comida, le dio de beber hasta que se durmio por lo borracho que estaba en ese momento aprovecho para salir corriendo, sabia que se habia ganado miles de insultos, golpes y un ''te amo''. Llegó a casa con miedo, no apago su celular sabia que lo iba a llamar temprano mintiendole algo para que vaya por favor no a lo que le entraron unas inmensas ganas de romper en un llanto desesperado ¿Lo amaba? ¿Por qué se mentian? ¿Realmente eran felices? A la primera era un no definitivo, a la segunda un ''POR QUÉ NO TE AMA'' y a la tercera un simple y corto no, y esas fueron las palabras más sinceras que nunca antes su cabeza genero en su pobre existencia, no podía asimilar lo que la vida le prepara el resto de sus días.
-Te dije que te quedaras- su voz le daba miedo, otro golpe fue dado haciendo que tociera un poco de sangre -¿Te lastimó?- preguntó burlandose del menor para luego golpearlo de nuevo viendo como se caía al piso conteniendo lagrimas. Gab solo se fue riendo como si el joven tirado en el suelo no existiera más. Dylan se paró de allí, camino hacia el baño de empleados donde solo pudo romper en llanto ¿Como iba a esconder las heridas esta vez? ¿Qué mentiria? Aun no lo sabe pero algo se le ocurrira por algo es un gran mentiroso. Salío del baño como si nada sucediera -Por dios mio dylan ¿Quien te golpeo?- dijo Lina, la manager oficial del mayor -¡Gab traeme urgentemente el botiquin!- grito desesperada haciendo al menor sentarse en una silla -Aqui tienes ¿Dylan que te paso?- su tono decía una cosa pero su estupida sonrisa decía otra -Me caí de las escaleras- mintío sin mirar a ninguno de los dos solo somos esto
El primer golpe llego con la primera caricía, su vida solo era dolor ¿Tanto le odiaba el universo? ¿Acaso lo querian muerto?
-Dylan si alguien se metio contigo dimelo- Lina lo miro a los ojos -De verdad me caí- sonrío tratando de parecer natural -¡Tienes 17 años, yo 30, se que no es de una caida!- grito histerica, de verdad agradecio la preocupación de la mayor pero ¿Como decirle a alguien que vives en el infierno con la persona que supuestamente ama? -Debería aprender a defenderse- susurró Gab jugando con su celular a lo que lina se molestó -¡Ya! El vive el infierno y tu te pasas por los cielos. Él es buena persona y tu mala ¿Tiene sentido todo esto?- Lina abofeteo a Gab -Lina... perdoname, no quise decirlo de la forma en que piensas- pusos sus ojos falsos de culpa, lo que al menor realmente le asquio saliendo de ese cuarto lo más pronto posible a su casa para encerrarse en ella y protegerse solo.
-Amor, perdoname, sabes que te amo- le dijó el mentiroso viendolo a los ojos con una rosa y un peluche en la mano como siempre -Gab- sonrío el menor abrazandolo, el mayor lo abrazó ''calidamente'' haciendo que Dylan hunda su rostro en el pecho de Gab, drogandose una vez más con ese olor que tanto le encantaba sentir a su alrededor.
-Te amo- le dijo como si el otro le fuera a creer una vez más -Te amo tambien- soltaron sus labios con una sonrisa de dolor plasmada en su rostro cubierto de lagrimas frias. Sus manos que estaban entrelazadas se soltaron, vio como se dirigio dentro de la iglesía para casarse con su prometida.
Dylan miro al avismo, estaba sentado en el techo del edificio más alto de Seúl ¿Qué hacia viviendo esta mentira? se preguntaba constantemente mirando desde allí la iglesía que estaba al frente de él, sonrío mientras las lagrimas lo acariciaban -¡Baja de allí!- gritó Lina llorando -¡Dylan!- esa voz familiar llamandolo por ultima vez a lo que miro hacia abajo para encontrar a su mentiroso favorito llorando junto con Lina diciendole que bajara de ese lugar o subirian por él -Gracias- dijo sonriendo para los dos, parandose, miro el cielo por ultima vez, cerró sus ojos y se tiro a los brazos de la muerte que tanto lo esperaba. Gritaban, lloraban, lo sacudian pero era tarde el menor se habia ido segundos atras -Te amo tonto, despierta- Gab se aferró a ese cuerpo, y por primera vez se dio cuenta que esas palabras no eran mentiras.
Te amo