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Un dulce contacto labial iniciado por el samurái, nada grande, solo un roze, una caricia.
—Ga-Gakupo... po-porqué tu?... e-es decir... -
—Lo lamento —le cortó —. Por todo, el decirte eso, el ignorarte.... yo nunca quise alejarme de ti, pero debes entenderme...
—Gakupo, no quiero hablar de eso, no lo he hecho en los últimos doce meses y no voy a mencionarlo ahora, nunca te guardé rencor, si es eso lo que querías saber —respondió frívolo
Gakupo estaba por replicar, quería aclarar las cosas con el peliazul, decirle perdón mil veces y que todo regresara a ser como antes, pero un rubio irrumpió abruptamente en la cocina, ambos se levantaron, sorprendiendo un poco a Len por encontrarlos en semejante situación, uno sobre el otro. Entonces al menor se le ocurrió una idea
—Kaito, quería saber si me acompañarías al cine —dijo mirando a otro lado —O bueno, solo si quieres, no estás obligado a ir...
—Claro que te acompañaré, eso es lo que hacen los amigos —sonrió
—¿Enserio? ¡Gracias! —gritó emocionado para luego lanzarse a sus brazos
Gakupo veía la escena con recelo, nuevamente estaban esos dos demostrando lo 'bien' que se llevaban, cualquiera que los viese pensaría que eran una pareja feliz y unida. A la mitad del abrazo el samurái recibió una mirada burlona junto a una sonrisa por parte del rubio. Instintivamente tocó su costado izquierdo, donde se supone estaría su katana y se reprendió por ya no cargarla. Ambos se veían a los ojos y con ellos se decían todo, si las miradas mataran no se sabría quien de los dos murió primero, y no ésta de más decir que solo sucedía eso si se encontraba Kaito de por medio.
Gakupo se estaba dando por vencido, Kaito le había respondido seco y cortante, en cambio a Len inclusive le dió algo que él deseaba desde hacía mucho; un abrazo de su parte. Repentinamente el celular del pelimorado sonó, era un mensaje de Ayla, la ayudante de la representante vocaloid, el texto decía: "Acabo de mandarte un fax, practica la coreografía y la letra con Kaito, informa a los demás que también lo hagan. Comienzen de inmediato, no queda mucho para el estreno"
—Lo lamento Len —dijo con una sonrisa en extremo falsa —Ayla acaba de mandar fax con la canción por ensayar, dice que lo hagamos ya, puesto que tenemos poco tiempo
El menor zapateó un par de veces en el suelo, Gakupo había ganado ésta vez. Algo molesto se despidió y fue en busca de Piko.
Una vez solos, ambos vocaloid terminaron de preparar la comida, sin dirigirse palabra alguna, pero sí insistentes y nerviosas miradas.
—Es todo —dijo el más alto — Gracias, no tenías por que quedarte y.... y-yo lamento haber arruinado tu tarde....
Solo escuchó como Kaito dejaba caer el cuchillo que traía en manos al suelo y salía corriendo. Se maldijo por la cobardía que le embargaba e impedía seguirle para arreglarlo todo de una vez por todas. Una peliacua entró preocupada, al darse cuenta de que en la cocina solo había una persona preguntó
—¿Sucedió algo con Kaito? Acaba de salir llorando y nos ignoró por completo —cuando el samurái negó ella golpeó fuertemente la mesa —Ni tu ni él quieren contarme nada, y apuesto a que es algo en extremo importante, llevan más de un año evitándose, Luka lo sabe, Rin lo sabe, inclusive Kiyo, ¿Por qué yo no? —La calma con que decía las cosas le hacía ver aterradora y su mirada sin brillo solo empeoraba la situación, el hombre se sentía acorralado y tentado a decirlo todo, pero no quería meter a nadie, Luka una vez le había dicho que cualquier problema presentado hacia ti tenía solución y esa respuésta solo la dabas tu mismo, por lo que solo atinó a suspirar cancino
—Voy a resolverlo, cuando todo esté como antes prometo contártelo a detalle, ¿Vale? —Miku asintió
—Pero deberías ir ahora, Kaito es una persona de sentimientos puros y es capaz de lastimarse físicamente para ignorar con el nuevo dolor aquel que siente en el corazón
Al escuchar lo último dicho lanzó lo que traía encima al suelo e hizo carrera a la habitación del peliazul <<No, Kaito no hace eso, una vez me lo dijo, inclusive se burló y me dio una plática con razones para no hacerlo... él siempre nos ayuda y una sonrisa nunca falta de su parte... ¿Cómo alguien que irradia tanta alegría puede hacer eso? >> frenó en seco, recordando cierta frase leída hacía bastante "Las personas más tristes y destrozadas siempre darán los mejores consejos para que seas feliz y no termines como ellos" aumentó el ritmo, los integrantes que se encontraba le veían extrañados, Gumi le habló pero pasó olímpicamente de ella, en éste momento no le interesaba nada más que llegar hasta Kaito y pedirle disculpas por todo.
Finalmente llegó al piso donde aguardaban los Vocaloid 1. Tocó la puerta azul marino que contenía la leyenda Shion sobre ella. Nada, ni un sonido; tocó de nuevo y giró la perilla, estaba abierta. Las luces estaban apagadas y a duras penas encontró a Kaito tirando boca arriba en el suelo, éste traía los auriculares y lloraba desconsoladamente mientras mordía su labio inferior para tratar de acallar sus gemidos y suspiros.
Allí entonces Gakupo, viendo el estado tan frágil del chico, decidió acompañarle por siempre y para siempre, de aquí, a la eternidad.
Sin pensarlo dos veces cerró la puerta y se lanzó a abrazarle; sorprendido, Kaito lloró más fuerte, correspondía el abrazo de forma débil. El samurái repetía insaciable palabras y frases como “Disculpa” “Perdón” ”Lo lamento” ”Lo siento tanto”
—Kaito, de verdad, eh sido un completo idiota, no tienes por qué lastimarte, te juro que desde hoy seré todo de ti y para ti ¿Está bien? Puedes contarme todo lo que quieras, deja de guardarte los problemas, deja de mentirme, siempre, por más amplio que sonrías puedo notar en tus ojo esa pizca de tristeza, yo quiero convertirla en felicidad —notó como al terminar de hablar el chico ya no lloraba, se separó un poco para notar el bello rostro del peliazul sonrojado a más no poder y temblando un poco. Sin resistirse a la dulzura besó su frente, cosa que hizo al más bajo actuar como niño pequeño y esconderse en el pecho de Gakupo —Si hubiese sabido lo sencillo que era calmarte estarías sonriendo desde hace mucho —dijo, aumentando el sonrojo del chico
—Tu… ¿No me odiabas? —preguntó con inocencia
— Es más complicado de lo que parece….
(…)
—Gakupo… —llamó la pelirosa— Por favor sal conmigo —dijo en un susurro , estaba sonrojada, pero no más que el nombrado, quien de la sorpresa había dejado caer el violín que traía en las manos
—Lu-Luka… n-no s-sé que decir… eres una chica preciosa, pero yo estoy enamorado de alguien más…
—¡Por favor! ¡Estoy segura de que te enamorarás de mi!
—E-está bien…
(…)
—Luego me dijiste que te gustaba y yo no respondí, pedí que esperaras y entonces fui a la aldea, casa de mis padres…
(…)
—¡No lo acepto! ¡Mi hijo un samurái experto NO va a ser un asqueroso homosexual! —un par de golpes sonaban desde afuera, los gritos del señor Hazaki y los golpes, pero nunca una queja por parte del joven heredero — ¡¿No te pareció suficiente con defraudarme a causa de querer “Cumplir tu sueño de ser músico”!? ¡¿No te bastó con eso!?
—¡Por favor Kurosuke ya basta! —una hermosa mujer de precioso cabello morado y ojos de un azul cielo deslumbrante interfirió entre ambos hombres — ¡Ya basta de esto! ¡La dinastía, las herencias nada de eso importa mucho actualmente! ¡Mantén limpio tu nombre y apellido! —una bofetada hizo fluir un silencio espectral, para después la mujer mirar con odio a su esposo— No voy a permitir esto, no lo haré, ¡No tocaras nuevamente a mi hijo! ¡No mancharás mi honor! —sacó su espada, a ojos de Gakupo –quien conocía a la perfección el hecho de que sus padres nunca se dejaban derrotar –eso solo significaba una cosa: Muerte. Trató de detenerlos, al ver que nada de eso funcionaba se decidió por interferir con su katana, instrumento que se juró nunca utilizar, asustando a ambos adultos
—Me llevaré a mamá, ¿Está bien? De ahora en adelante seremos Kamui, nada en tu aldea cambiará, después de todo únicamente y siempre te interesó el supuesto honor a base de sangre —miró a su madre, ella estaba petrificada — ve a por tus cosas, vivamos juntos—le sonrió
Tras unas horas defendiendo la habitación donde su madre empacaba todo salieron, no sin antes ella decir a su esposo “Ahora date cuenta que lo has perdido todo”
(…)
—Luego recibí amenazas por parte de Kurosuke, a tal grado que lastimaría a todo el que estuviese conmigo, hicimos un trato, él no te dañaría ni a ti ni a mi madre si yo me casaba con una mujer. Hace unos meses falleció en una batalla entre clanes, finalmente pude romper mi compromiso con Luka, ella se lo tomó muy bien, pues, está enamorada de alguien más
—Osea que todo…. ¡Lo lamento! So-soy un idiota… Nunca me percaté de que era por mi bien… ¡Perdóname! —gritó el peliazul comenzando a sollozar nuevamente
— Para nada, perdóname tu a mí, no debí de ser así, no debí de haberte dicho todo aquello, mi madre tenía razón, siempre tengo que escuchar al corazón y planear con el cerebro… —suspiró al tiempo que acariciaba la corta cabellera de Kaito — ¿Sabes una cosa? —Sonrió— te amo como no tienes idea, he anotado el recuperar ese año perdido…
—¿De verdad? —Preguntó — Como te lo dije, nunca te guardé rencor, supuse que era normal actuar así, después de todo, tu mejor amigo no se te declara todos los días
Pasaron un par de minutos más en el suelo, Gakupo besaba suavemente el cuello de Kaito, quien respiraba agitado, pero al llegar a cierto punto habló
—A…ah… Ga-Gaku… —Al escuchar su nombre pronunciado en aquel tono se levantó, estuvo a punto de quitarle la ropa a Kaito, le miró, estaba sonrojado, en el suelo, con el cabello desaliñado, y la ropa a medio quitar; la excitación desapareció cuando notó un pequeño moretón en el abdomen del peliazul
—¿Qué es eso? —iba a levantar la chaqueta de su acompañante, pero éste le detuvo
—Me tropecé con la guitarra y me golpee con el mueble de allí —dijo nervioso y señaló el mueble cerca de la puerta, que sostenía una televisión de plasma
Gakupo sonrió, sí que Kaito era despistado
Pero, ¿Realmente era eso?
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