-¿Por qué te alejaste de mi Hiro San?- , Hiro San respondió con una risa sarcástica, -Aun estabas conmigo cuando iniciaste una nueva relación, ¿qué se suponía que debía hacer? Quedarme y esperar a ver como se daban las cosas en tu nueva relación. –No pensé que supieras acerca de eso- respondió honestamente Nowaki, Hiro San lo miró con una mirada asesina ante su cinismo, -¿Esperabas que me quedará a ver cómo me cambiabas por un chico más joven?-, -¿Cambiarte? ¿Quién?- Respondió Nowaki, Hiro San lo miró confundido, -Tu, con tu amante de ojos verdes-, Nowaki rio –Hiro San pensé que sabias de mi relación con Onodera, Hiro San lo miró enfurecido, como sabes estudie una nueva especialidad es oftalmología, a Onodera lo operé hace un par de meses debido a que tuvo un accidente con tinta de impresora por lo cual perdió la vista, desgraciadamente la operación no resulto y como parte de la fundación en la que soy voluntario ayudamos a las personas invidentes a acostumbrase a su nuevo mundo por unas semanas, para eso los llevamos a vivir con nosotros para estar al pendiente de ellos-, Hiro San lo miró con incredulidad –Pero yo los vi desnudos en la ducha-, -¿Estás seguro que estábamos desnudos Hiro San?-, -Yo no, bueno el mosaico impedía ver sus partes privadas- respondió Hiro San con carmesí en las mejillas, -Para una persona que ha visto toda su vida y tiene que enfrentarse de repente aun mundo de sombras es muy complicado realizar las tareas de la vida cotidiana, como bañarse, por eso ayude a Onodera- dijo Nowaki, -Pero yo vi cuando lo llevaste en brazos a la cama y le dijiste que se lo ibas a meter después de que lo besaste-, dijo Hiro San muy apenado y bajando la mirada, -¿Besarlo? Revisaba sus ojos, y lo cargue porque al ser un invitado no tenía sandalias y el piso estaba muy mojado, para un invidente que no está acostumbrado pudo haber sido peligroso y claro que tenía que meterle el pupilente para proteger sus ojos del sol- Hiro San estaba sorprendido pero aun así había cosas que no se explicaba –Pero siempre iba de tu brazo y tu decías que no podías dejarlo- Nowaki rio de nuevo –Aun no le entregan su bastón de invidente, yo servía de lazarillo y claro que no lo podía dejar, como dejar a un invidente que no sabe moverse por la ciudad- Hiro San se aferró al pecho de Nowaki y lloró de alivio.
Después de varios minutos o quizá horas por fin rompieron su abrazo, Nowaki vio fijamente a Hiro San quien oculto la mirada contra su cuello, inesperadamente Hiro San se levantó, -Escucha Nowaki, esto no cambia la cosas entre nosotros dos, a veces el amor no es suficiente y nosotros no estamos preparados para estar juntos, todo lo que dije es cierto, con Risako puedo tener la clase vida que siempre quise para mí, toma esto como una despedida-, dijo Hiro San mientras terminaba de vestirse, Nowaki lo tomó fuertemente de la mano pero Hiro San se alejó para salir por siempre de la vida de Nowaki. Desnudo y triste Nowaki vio desaparecer al amor de su vida, sabía que Hiro San tenía razón, no estaban destinados a estar juntos, el destino se había encargado de separarlos una y otra vez y si eso es lo que tenía planeado para ellos no lo contradeciría. Se vistió y regresó a su hogar.
Era el fin de semana en que Hiro San se casaría, el fin de semana en que lo perdería definitivamente, era una tortura, afortunadamente Onodera le haya pidió que lo acompañara a un evento , así se mantendría ocupado. Onodera vestía un traje gris a su medida que engalanaba sus atributos, era realmente guapo advirtió por vez primera Nowaki, en todo este tiempo por solo pensar en Hiro San no se había detenido a pensar en Onodera quien era sumamente agradable, tierno, agradecido y sobre todo realmente le prestaba atención y viéndolo así con esa galante ropa comprendió por que Hiro San sintió celos, de hecho si no siguiera amando tanto a Hiro San le haría el amor en ese mismo instante. Onodera le entrego otro traje a Nowaki de estilo pingüino, -Lo siento doctor Kusawa pero era el único modelo disponible en su talla- un derrotado Nowaki se enfundo el traje.
Hiro San se encontraba, esperando frente al juez que lo casaría, pensaba en huir y buscar a Nowaki, pero no podía hacerle eso a Risako, ella era una mujer extraordinaria y no se lo merecía, además después de su encuentro no volvió a saber nada de Nowaki, este era su destino.
Entonces apareció, vio los zapatos blancos dar paso a paso para acercarse a él, pero un momento eran zapatos blancos masculinos, y pantalón, un saco y la vio Risako en un traje blanco masculino, se acercó a él lo alejo del juez hacia uno de los costados , -Pensé que así te gustaría más- Le dijo Risako a Hiro San quien estaba claramente confundido, -Ya una vez pasé por un matrimonio en el que no fui correspondida y no pienso volver a pasar por ello, sé que te gustan los hombres así que por eso decidí cambiar mi apariencia- dijo la dama con un tímida sonrisa, Hiro San no lo pudo controlar y rompió en llanto, ahora sabía que no había otra persona para el más que Nowaki, con nadie podría ser feliz sino era con él y lo había apartado de su lado, quería salir corriendo y buscarlo pero estaba paralizado, de pronto la marcha nupcial comenzó a sonar, las luces del recinto se atenuaron, su corazón se aceleró, Risako llevo la mano de Hiro San a su brazo y de esa manera lo condujo frente al juez, Hiro San quería salir corriendo pero no podía, caminaba mecánicamente a lado de Risako, del lado contrario y del brazo de un ya conocido castaño lo vio, Nowaki, su Nowaki, en un elegante frac, se veía como los príncipes de los que hablaban los cuentos que leía cuando era un niño, frente al juez Onodera y Risako se apartaron y dejaron solos a Hiro San y Nowaki quienes voltearon a ver a Risako y Onodera respectivamente quienes solo respondieron con una gran y sincera sonrisa, Nowaki y Hiro San se abrazaron y lloraron, pero sin soltarse un solo momento, escuchaban murmullos, aplausos pero todo a lo lejos, lo único que importaba es que por fin volvían a estar juntos, -Hiroki Kamijo aceptas a Nowaki Kusama, como tu marido- fue la frase que los trajo de vuelta a este mundo, -Si, si acepto-, - Nowaki Kusama aceptas a Hiroki Kamijo, como tu marido- sí ,acepto y se dieron un largo beso.