Habían pasado cuatro meses desde que se enteraron del embarazo de Hiro San, todo era felicidad, el vientre de Hiro San comenzaba a abultarse, Nowaki lo cuidaba, y acariciaba aquella barriguita cada vez que el deseado retoño decidía moverse; o al menos así es como Nowaki había pensado que sería, en vez de eso, estaban separados, Hiro San no le permitía que se le acercará, apenas y le dirigía la palabra. Nowaki moriría de la tristeza si las cosas seguían así.
Flashback:
En cuanto recibió la noticia de su embarazo Hiro San enmudeció, Nowaki lo llevó a su apartamento y en todo el camino no dijo nada, comenzaba a preocuparse, -¿Qué pasaba por la mente de su amado castaño?, se comenzaba a irritar con la incertidumbre.
En cuanto entraron a su hogar – ¿Por qué me hiciste esto Nowaki? Soy un hombre no debería tener esto dentro de mí, no es normal – decía entre lágrimas Hiro San, Nowaki se quebró al escuchar estas palabras Hiro San no quería a su hijo, -Hiro San, es nuestro hijo no “esto”-, -Y lo tendré y amaré pero qué clase de niño será, los hombres no deben tener bebes, jamás te perdonaré por convertirme en un fenómeno, quiero que te vayas Nowaki, y jamás volver a saber nada de ti- , -No lo haré, ese bebé es tan mío como tuyo y yo los cuidaré a ti y a él, aun así no lo quieras tú-, -Vete- dijo Hiro San llorando amargamente.
Fin flashback.
Hiro San había abandonado su trabajo después del segundo mes de embarazo debido a la delicadeza de este, su mal humor por estar la mayor parte del tiempo en una cama se había multiplicado por cien, Nowaki visitaba a diario a Hiro San para comprobar su estado de salud, pero este solo le permitía estar cerca de él para alimentarlo, ayudarlo a asearse y no más, el resto del tiempo preparaba la comida, lavaba la ropa, y hacia el quehacer todo muy lejos de la mirada de Hiro San.
A partir del tercer mes y con las constantes visitas de emergencia al hospital Hiro San permitió que Nowaki durmiera en la habitación de huéspedes.
Nowaki estaba realmente harto, Hiro San era grosero con él, el hospital era exigente con todos sus médicos, no podías pedirle a los pacientes que no se enfermarán por lo que las guardias le daban pocas horas de sueño, la barriguita de Hiro San ya era notoria y él no había podido acariciarla ni una sola vez, ni siquiera había podido hablarle y decirle lo mucho que lo amaría, el sólo pensamiento lo hizo derramar una amarga lagrima, si Hiro San ya no lo quería, que se jodiera, pero no lo iba a apartar del lado de su hijo.
Camino con pasos pesados, entró a la habitación de Hiro San quien leía un libro, ni siquiera intento mirarlo, poso sus manos delicadamente en el vientre, -Bebé, soy papi, no sabes cómo te amo, perdóname por no venir a hablar contigo, pero quiero que sepas que siempre estaré contigo- Hiro San se sonrojó, un movimiento en su estómago, era la primera vez que se movía, se asustó, estaba sorprendido, no sabía qué hacer, -Nowaki- dijo con un tono de angustia, -Lo siento, vine a ver a mi hijo no a ti- dijo Nowaki sin mirar a Hiro San, -Lárgate de aquí- Grito con toda su fuerza Hiro San, su respiración se entre corto, aumento su ritmo cardiaco, -Que te largues- grito nuevamente Hiro San, ya no podía respirar, su vientre comenzó a doler, su pecho se oprimió, -Nowaki- dijo Hiro San asustado al sentir un líquido resbalar por la parte trasera de sus piernas, Nowaki observo horrorizado, lo tomó en brazos y lo llevo al hospital.
De inmediato trataron a Hiro San, sin embargo no le permitieron a Nowaki atenderlo el mismo, vio salir al doctor encargado y de inmediato se acercó, por mala fortuna el especialista que había estado tratando a Hiro San había sido transferido, este era nuevo, cuando se acercó recibió la incómoda y estándar pregunta, -¿Cómo es que su marido terminó en esta situación?-, Nowaki suspiró resignado, -Trabajaba en un proyecto para titularme de la maestría, buscaba que todas las parejas que quisieras ser padres pudieran hacerlo, desarrolle una droga que permitía que los hombres pudieran concebir, sin embargo no fue probada, Hiro San estuvo enfermo y confundió su medicamento con la droga, somos pareja, éramos pareja, y se embarazó.
-Doctor Nowaki ¿es cociente de que lo que hizo es negligencia?, el carácter ético de nuestra amada profesión me obliga a reportarlo ante las autoridades pertinentes- Nowaki palideció escuchando a su colega, -por otra parte, el cuerpo del hombre no está destinado para la concepción, no hay suficiente espacio para que el niño se desarrollé por lo cual no sobrevivirá, si sigue creciendo además matará a su esposo, ya comienza a aplastar los órganos internos, hoy tuvimos una amenaza de aborto, perdone la franqueza pero lo mejor será que se deshagan del producto-
Todo comenzó a dar vueltas alrededor de Nowaki, sudaba frio, su respiración se cortó, se sentó en una banca cercana, tomó aire pero aun así las lágrimas se hicieron presentes, quería ver las cosas frías, era lo mejor, así Hiro San regresaría a la normalidad, y su vida no estaría en peligro, pero era su hijo, hijo de él y Hiro San, no quería perderlo, no podía hacerlo, caminó hacía la habitación de Hiro San, debía decírselo ahora mismo.
Caminaba aun llorando, se detuvo antes de entrar, observo por la ventanilla de la puerta, Hiro San estaba despierto, con las manos en su vientre, acareándose dulcemente y al parecer hablándole, se veía adorable, era mejor cortar la esperanza de una vez antes de que Hiro San se encariñara, ingresó a la habitación aún con lágrimas en los ojos, -Te amo- le decía Hiro San a su bebé, miró hacia Nowaki, -¿Todo bien?-, -Todo bien , solo estaba preocupado por ustedes- respondió Nowaki tomando con una mano la mano de Hiro San y con la otra acariciando la pancita.