-Bueno ya estamos aquí, pasaré a darle los informes al doctor, tú espérame aquí por favor.
-Por supuesto.- Después de haberme despedido de mis amigos me marché a mi casa y me encontré con mi madre ya lista para ir al hospital. Sólo cambie mis ropas y salí con ella, habíamos tardado cerca de media hora en llegar pues había un poco de tráfico y el camión se detuvo varias veces.
Me senté en una banca azul unida con otras a esperar. Me quedé mirando mi entorno; había varias personas sentadas y unas más caminando mientras se marchaban o entraban a sus respectivas consultas. Esta parte del hospital tenía varias filas de sillas y los consultorios estaban juntos en un solo pasillo. Las paredes como cualquier otro hospital eran completamente blancas y tenían algunos anuncios sobre la salud pegados en ellos. Había también enormes ventanas que nos permitían tener una agradable vista al jardín en la parte trasera.
Inspire profundamente varias veces hasta que de momento sentí un leve, muy leve golpesito en las piernas, bajé la vista para encontrarme con un balón de plástico rojo. Me sorprendí y me agaché a recogerlo.
-¡Hola! ¿Me das mi balón por favor?- Cuando vi quién me llamaba me encontré con una dulce niña de al menos unos cuatro años de edad, así que le sonreí de vuelta.
-¿Es tú balón pequeña?-ella tímida asintió con la cabeza.- ¿Quieres jugar un rato conmigo afuera?
-¿De verdad señor?
-Sí- reí levemente- sólo dime Kyungsoo.- La pequeña sonrió en respuesta y tomó mi mano llevándome con ella al jardín trasero. Le lancé varias veces con cuidado el balón, para que ella pudiera atraparlo.
-¿Tú también estás enfermo Kyungsoo?
-No, sólo vine a entregar unas cosas
-¡Eso es bueno! Mi papá está en este hospital, ha estado aquí por mucho tiempo. Tiene una enfermedad que se llama…-puso un dedito en su frente pensativa.-La verdad es que no me acuerdo, pero no puede caminar y habla muy raro.
-Entonces esperemos que tu papi pronto se recupere ¿Ok?- Ella sonrió feliz y asintió.
-Kyungsoo.- Oí la voz de mi madre llamándome así que me volteé para hacerle señales diciéndole que en seguida la alcanzaba.
-Bueno pequeña, yo vengo a veces aquí. Espero que nos volvamos a encontrar y si es así visitaré a tu papi ¿De acuerdo?
-¡Sí! ¡Mi papi estaría muy contento de recibirte!- En un acto inesperado la pequeña me dio un beso en la mejilla y se fue corriendo ¡Que mona! Me encantaban los niños así. Me preguntaba qué clase de enfermedad podría tener su papá.
En fin me apresuré y llegué a la entrada con mi madre, después de eso volvimos a la parada del autobús y nos fuimos a casa.
Al llegar a mi casa fui directamente a la tienda a seguir ayudando, después de eso regresé a mi habitación a cumplir con mis deberes.
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Esquivé a mis compañeros uno por uno, derecha a izquierda y finalmente enceste brincando los más alto que podía. Entonces oí el silbato sonar.
-¡Suficiente por hoy muchachos! Kyungsoo, muy buen trabajo como siempre.
-¡Gracias profesor!- me incliné en un ángulo de noventa grados agradeciendo, pero justo como ayer sentí que alguien me caía encima.- ¡Tao!
-¡Cállate! ¡Chanyeol viene para acá!- Chan… Chanyeol… ¿¡CHANYEOL!? Sentí como Tao se quitaba de encima y se colocaba detrás de mí junto Baekhyun. Entonces lentamente alcé la vista y me encontré con un perfecto Chanyeol viniendo hacia mí.
-Hola Kyungsoo hyun- esbozó una gran sonrisa después de decir mi nombre.
-H-Hola Chanyeol- dije completamente nervioso.
-Sabes… Estaba pensado- por alguna razón ahora su voz también temblaba.- ¿Qué te parece… si vamos juntos al festival de otoño este sábado que viene? Ya sabes, juntos como pareja, por si nuestros amigos deciden abandonarnos.- ¿Perdón? ¿De verdad? Dios mío… me iba a dar un paro, lo juro. Pero de repente sentí como Tao me daba un golpe en la espalda, cuando volteé a verlo tenía una gran sonrisa, un poco ansiosa. Entonces volví a mis cinco sentidos abriendo un poco más de lo normal y me volteé rápidamente a verlo.
-¡S-sí! ¡M-me encantaría ir contigo!- dije poniéndome rojo hasta las orejas.
-¡Genial! Entonces es una cita, nos vemos el sábado, ya sabes dónde.
-¡Sí! ¡Por supuesto, gracias!- Vi cómo se acomodaba la gorra que traía puesta son una gran sonrisa y se despedía con la mano.
-¡Se los dije! ¡Kyungsoo hyun tiene una cita con Chanyeol!- Tao aplaudía y daba miles de pequeños saltitos.
-Yo también lo aposte ¡Babbo!- dijo Baekhyun con intenciones de golpearlo.
-C-chanyeol… me acaba de invitar al festival de otoño…-No me lo podía creer, era como un sueño hecho realidad para mí.
-Así es, tienes tres días para decidir que ponerte el sábado, así que mejor vas decidiendo pronto.
Era simplemente increíble, me sentía realmente feliz. Chanyeol me gustaba mucho y esta era una gran oportunidad para conocernos. Después de todo, los chismes hablaban con la verdad.
Más tarde regresé a mi casa a trabajar un rato en la tienda. Esta tarde estábamos llenos de órdenes y no quería que mis padres se cansaran haciendo todo. Tomé el tofú y me puse a prepararlo mientras tarareaba una canción, estaba muy contento recordando todo lo que había pasado esta mañana si seguí así quizá empezaría a reír de manera estúpida solo y sin ninguna razón.
-¿Qué te tiene tan contento hermano?- Quizá ya había empezado a sonreír…
-Oh, Luhan, no es nada es sólo que me acordé de algo que me sucedió en la escuela.
-¿Qué? ¿Te invitaron a salir el sábado?
-K-krystal ¿Cómo lo sabes?- Ella sólo se encogió de hombros.
Por si no había quedado claro, yo soy el mayor de mis hermanos y estaba terminando de estudiar el grado superior para ingresar a la universidad; Mi hermana es la que me sigue, estudia su último año en la escuela media, después mi hermano Luhan que estudia en su primer año en la escuela media.
-¿Mi hermanito tiene una cita?- ¡Oh! ¡Claro! Había olvidado mencionar a mi hermanito menor Yoogeun de tan sólo siete años.
-¿¡Quién dijeron que tenía una cita!?
-¡Wah!- De repente mis dos padres abrieron la puerta de un golpe y entraron gritando como histéricos casi dándome un paro cardiaco.
-¡Yo! ¡Yo tengo una cita! ¡Ash!
-¡Mi hijo se hace mayor cada día!-
-Padre… por favor…
-Es suficiente, hijo sólo recuerda que tienes que arreglarte perfectamente para la ocasión.
-Lo sé no hay problema… ¿Terminamos con la tienda?-
Después de haber conseguido que mis padres se relajaran con el tema y mis hermanos siguieran con sus asuntos sin dejar de interrogarme logramos seguir haciendo y vendiendo el tofú sin ningún problema, cerramos y mi madre hizo la cena.
-Gracias por la comida- se veía deliciosa, cada quien tenía sus tazones de arroz acompañados de un poco de carne. Había unas ensaladas y complementos. Simple y delicioso.
Tomé mis palillos y comencé a comer despacio, después intente atrapar una cebolla con estos… pero mi mano me temblaba demasiado, es decir, mis dedos no me respondían y cuando trataba de atraparla se me iban de un lado. Agh, debía estar cansado.
-¿Estás bien Kyungsoo?- Mi madre tomó la cebolla y la puso sobre mi tazón de arroz. Mirándome un poco preocupada.
-Sí, sólo estoy un poco cansado. Después de cenar me iré a dormir.- Ella asintió en aprobación aunque no parecía estar muy convencida.-Además, mañana también te acompañaré al hospital.
-No es necesario, esta vez no te lo pedí que vinieras querido.
-No importa, conocí a una niña en ese hospital y le prometí que visitaría a su padre la próxima vez.
-Ya veo, entonces supongo que no hay problema, sólo asegúrate de descansar bien hoy.
-No se preocupe madre, lo haré.- Mi madre era una persona hermosa. Me amaba y me entregaba su cariño lo más que podía. Sé perfectamente que estaba tan orgullosa de mí como lo estaba mi padre.- Entonces, me retiro, con permiso.- Retiré mis platos.
Subí a mi recamará y luego a mi litera; yo dormía arriba y mi hermano abajo. Cerré los ojos ligeramente, últimamente sentía que mi cuerpo temblaba en ocasiones muy extrañas. Lo mejor sería descansar y tomar unas cuántas vitaminas.
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-¡Appa! Mira, es el señorito que me encontré el otro día. Que jugó conmigo y me dijo que vendría a visitarte.- No tardé mucho en encontrar a la pequeña cuando llegué al hospital ya que esa pelotita roja seguía merodeando por ahí. Llevaba un par de flores para no parecer grosero y le había dicho que venía a visitar a su padre. Ella inmediatamente sonrió y me trajo hasta el cuarto donde se estaba quedando.
Lentamente entré pidiendo permiso y quede completamente impactado al ver al padre de la pequeña, pero mi sonrisa nunca se borró.
-Buenos días, es un placer conocerlo.- dije inclinándome para saludar.- He traído un par de flores, espero que sean de su agrado.- El hombre no habló, parecía sonreír pero no estaba completamente seguro. No tenía idea de que es lo que padecía este señor. Estaba en la cama y apenas parecía ser capaz de moverse, tenía la boca chueca y medio entre abierta.
Su hija corrió junto a él y levantó una tabla donde estaba escrito todo el abecedario completo. Luego la colocó frente a él. Vi como el hombre lentamente alzaba un brazo tembloroso y comenzaba a señalar unas cuantas letras, entonces la niña comenzó a hablar.
-Mu-chas-gra-cias-por-ve-nir.- la niña pronunciaba cada letra mientras el hombre sólo podía señalarla.
-No tiene nada que agradecer, es un placer para mí poder visitarlo. Espero que pronto mejore.
-Eso es lo que llevamos queriendo desde hace varios años- una voz desconocida se introdujo en el pequeño cuarto blanco.- Pero me temo que no será posible y lo único que podemos hacer es pedir por todo el tiempo que sea posible.- al voltear vi a una mujer mayor en la entrada con una jarra de agua; por supuesto, debía ser la madre y esposa.
-Señora, discúlpeme. No tenía idea.- ella alzó la mano en forma aprobatoria y tranquilizadora.
Después de hablar unos minutos me despedí y salí del cuarto prometiendo que volvería otro día. De verdad nunca había visto algo así, sólo estaba enterado de que era una enfermedad que obtuvo hace unos años que le quito la fuerza de su cuerpo, aunque él seguía de la misma forma que todos nosotros; la parte de sus pensamientos y razonamientos seguía intacta mientras que el resto de su cuerpo había dejado de funcionar correctamente.
Fui hasta una de las terrazas del hospital a tomar un poco de aire en lo que esperaba a mi mamá, no tardaría así que no había problema si me despejaba unos minutos. Camine por un pasillo un poco solitario y salí a la terraza viendo las sábanas blancas colgadas mientras se secaban. Me acerqué al borde del edificio y pude ver a alguien de espaldas recargado en los barrotes que pareció percatarse de mi presencia y se volvió para verme…
-Jongin…