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AFTER PARTY: Just be a GOOD BOY por Lula Mato

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Notas del fanfic:

¡Hey hey heeeeeeeeeeeeeeey! >.<

 

Se que no he actualizado pero este One Shot lo tenía como petición de una amiga a quien quiero mucho y pues quise hacerlo aunque no tenía ni puta idea de cómo.

Recordé un One Shot que habia leído antes y pues me vino en tema como cachetada al rostro. 

 

Espero que les guste y advierto que es mi primera vez escribiendo sobre BIG BANG y mucho más sobre GD&TY ya que no hay mucho sobre ellos.

 

PD: Me salió larga la pendejada esta. xD Espero que no les incomode ver tanta letra. 

Notas del capitulo:

Bueno, como siempre digo:

Espero que les guste, y pronto acutalizaré THE HUNTERS, ya tengo el capítulo, tengo que revisarlo para que quede bien y listo. *w*

 

Joss querida, te dedico este One Shot, de mí para tí con todo mi yo. Ya que me lo pediste y créeme, me costó muelas hacerlo >.< Pero ya lo tengo. 

 

Denle una oportuniad por favor ¿si? 


¡DISFRÚTENLO MUCHO!

 

 

 

Son las cinco de la tarde y apenas salgo del trabajo me dirijo en mi deportivo hacia la despensa más cercana para abastecerme de insumos necesarios y suficientes para la fiesta que estoy a punto de dar en mi departamento.

Siendo un joven guapo, soltero y muy bien pagado que trabaja como artista de una de las empresas más reconocidas de Corea creo que me merezco este auto-homenaje.

Hoy es mi cumpleaños y como mi hermosa madre tuvo la suerte de que su hijo nazca en viernes, este año mi natalicio cayó en ese preciso día. El mejor día de la semana, y por supuesto será un reventón de otro mundo después de todo veinte y seis no los cumples todos los días. Además mi vida no siempre ha sido tan buena que digamos, de pequeño tuve que quemarme las pestañas para poder forjar lo que hoy en día soy, no todos llegan a prosperar a tan corta edad, menos en un ámbito laboral como el mío y mucho menos probable en la YG Entertaiment, una de las empresas más exitosas que hay en el país.

Sentado voy escuchando en la radio uno de los éxitos más recientes que salió este año, vaya canción es tan pegajosa y con un ritmo tan adictivo que en cualquier parte donde estés te invaden las ganas de mover el cuerpo sin importarte nada. Muy buen trabajo de los intérpretes.  He encontrado un lugar decente que creo tiene todo lo que voy a necesitar y como tiene parqueadero propio decido estacionarme frente a la puerta transparente del lugar,  aunque ciertamente lo que voy a comprar no es nada del otro mundo, lo normal que se compra para una fiesta: comida, licor, una que otra cosa más para animar todo, nada de sorprenderse.

Mi buena vista me permite apreciar todo sin que me quite los lentes oscuros que llevo puesto además de la muy simple camisa sin mangas, blanca con una cruz invertida negra que llevo puesta y los pantalones de cuerina brillante negros que combinan con mis botas negras de púas metálicas. No me considero un chico demasiado atractivo pero digamos que tampoco soy feo que espante. Normal, común y corriente además de un poco bajito pero eso es lo de menos.

Una vez ya comprado todo, llevo unas cuantas botellas de licor entre vodka y whisky, papas fritas, galletas y ramen como botanas y mis ya clásicas cajas  color rojo brillante de cigarrillos para pasar un momento ameno. Pago con efectivo a la guapa y coqueta cajera que sin dejar ocultar sus claras intenciones de tener una noche salvaje conmigo a quien cortésmente niego toda esperanza, para por último retirarme hasta mi auto. Sin embargo veo que alguien está demasiado cerca del mismo por ende me acerco rápidamente, por precaución, no quiero que vuelvan a robar mi auto, pero toda hipótesis se anula cuando veo que la persona no es más que un policía. Joven y muy atractivo policía.

 

-¿Algún problema oficial?- El hombre se da la vuelta y es ahí cuando puedo observar de mejor manera toda su anatomía.

 

En verdad es apuesto para ser policía, sin hacer de menos a la autoridad claro está. Su rostro tiene una forma algo ovalada pero con facciones entre femeninas y masculinas, diría que algo andrógino el hombre. Sus ojos son más grandes que los míos y tienen un hermoso color café chocolate que le da un toque tierno pero de mirada salvaje, se ve muy claro que están delineados finamente por un color negro dándole realce a esos potentes orbes. Aunque en lo que más me centro es en su sonrisa, muy brillante y coqueta para ser un policía. Sí, yo sigo con eso porque vamos, qué policía tiene semejantes rasgos tan perturbadoramente sensuales.

 

-¿Sabe usted dónde está estacionado, caballero?- Su voz retumbó en mis oídos, pero que voz más sexy la de éste hombre.

 

Nunca una persona ha tenido el poder de impresionarme de tal manera, lo digo porque no me asombro fácilmente, de hecho soy muy incrédulo y en ciertos casos, hasta amargado pero esta criatura aquí en mí delante ha dejado una gran huella tan solo con esas seis palabras. Su voz es algo refinada para ser la de un policía y mucho más varón. Ciertamente exquisita. Con decirles que el momento en que llego a mis oídos tuvo un largo camino causando estragos por mi espina dorsal hasta terminar en un lugar donde no debía.

 

-¡Oh! Mil disculpas, la verdad no me di cuenta… Sepa disculparme, nunca me ha pasado esto antes…- Por estar ensimismado en mis pensamientos no tuve la remota idea de ver si quiera donde iba yo a estacionar mi auto. ¡Nunca me había pasado tal cosa, qué vergüenza!  

 

-Pues sepa usted que está estacionado en el lugar para discapacitados y eso en esta ciudad está prohibido… Tendré que levantarle una multa- Mierda. Este carro no tiene ni un año y ya voy a  chantarme la multa por mi propia estupidez.

 

-Si.... ni modo- Es increíble como un papel que no es ni del tamaño de una hoja entera puede causarte tanto estrés. No quiero ir a la comisaría para pagar la multa, aunque el dinero no es lo que me preocupa realmente, sino que encima de que todo el maldito mundo sabrá que tengo una multa, voy a tener que aguantar el tremendo regaño del viejito que recepta el papeleo. Eso es lo que más me emperra.

 

-Espero que no se vuelva a repetir esta falla… Veo que es joven y espero que aprenda de sus errores…. Disfrute su fiesta- Y con esa simple y última frase aquel guapo policía logró subirme los ánimos después de él mismo habérmelos bajado con aquel papel de mierda.

 

Segundos después de haber pronunciado tan provocativamente las últimas tres palabras que de su boca salieron como un ventarrón para estrellarse directamente a la parte baja después del cinturón de cuero. Creo que estoy muy alterado hoy. Me extendió su mano de largos y finos dedos para dejar que tome la multa, aunque me crean desquiciado o un psicópata, sentí como su piel emanaba una sensación magistral hacia mi organismo. No sabría cómo describirlo, pero eso sí, nunca nadie había “echado chispas” a mi cuerpo como lo hizo él.

Sin esperar respuesta de mi parte, el apuesto policía solo tomo su casco y sin quitarse la boina que traía escondiendo su cabello, se lo puso para subirse en la motocicleta donde su trasero ceñido por ese sensual pantalón ajustado negro lo hacía ver mucho más deseable que cualquier otro hombre que viviera en la cuidad. No tuve más remedio que esperar atónito a que se marchara para yo también hacer lo mismo. Ya llevaba una hora en esa tienda y a las ocho era la fiesta.

 

Mi departamento no es del todo aniñado, y tampoco está ubicado en uno de los barrios caros de Seúl. Es grande sí, pero no para presumirlo frente a todos, aunque sí es mi orgullo porque es la recompensa a mi gran esfuerzo y trabajo constante. No debe estar tan mal, porque cada persona que traigo siempre alaga mi morada y como la tengo.

Tengo únicamente dos habitaciones, dos baños, cocina y sala. La sala está decorada con muebles de cuero negro opaco, piso flotante y las paredes son de color blanco lo que contrasta perfectamente y le da un toque varonil. Nada costoso de adornos y todas esas cosas ya que por mi trabajo no puedo limpiar como quisiera por ello solo tengo fotos de mi familia por todos lados y uno que otro jarrón heredado o regalado en navidad. La cocina de igual forma, paredes color hueso, muebles caoba y el mesón de color verde militar. Mi cuarto tiene paredes color durazno. Lo sé, muy femenino para un hombre pero es que mi madre las pintó ¿qué más podía hacer? Mi cama es de dos plazas y el colchón es muy cómodo, realmente útil para ocasiones especiales.

Son las once treinta y el timbre suena constantemente, la casa está completamente llena, todos son amigos de trabajo, bailarines, coreógrafos y uno que otro de por otros lados. El ambiente está realmente caliente, la  música a todo volumen y las personas bailando muy, realmente muy alegremente.  Ya he tenido dos llamadas de los vecinos pidiendo que baje el volumen del estéreo y lo único que pienso ya es <<¡A la mierda los vecinos, es mi cumpleaños!>>

La fiesta avanza con forme el reloj marca pasa una hora de otra, ya son las dos de la mañana y es tiempo de que mis muy borrachos amigos se marchen porque yo también ya estoy por ese camino: Directo a la inconsciencia. Todo ha sido un éxito y la verdad espero que esos desgraciados se lleven la cruda de su vida para que me recuerden por algo y  no solo por lo que “soy”.

Una vez hallada mi casa vacía procedo a tomar asiento en mis muy mullidos muebles, el alcohol me ha super-sensibilizado y ahora siento todo con más claridad. <> es lo único que pienso porque, aunque lo quiera negar, no puedo ni siquiera articular un Hola. Los cigarrillos están en la mesita de la sala y las ganas de fumar aparecen por lo que tomo un tubo de nicotina con filtro color café claro y lo enciendo dando caladas profundas para llenar mis fosas nasales del vicioso sabor a menta, por irónico que parezca, eso me deja un poco despejadas las fosas nasales.

Timbre. Estoy a punto de coger a ese maldito aparato, romper la pantalla, sacar los cables y dejarlo sin sonido, pero algo que realmente no esperaba me quita esa tonta idea de la cabeza. La imagen que se me presenta en la pantalla es de una persona que ya había visto antes, precisamente esa que me dio una multa de mil quinientos wons. Pero que grata sorpresa.

 

-¿Diga?- Que imaginación la mía, creo que por el alcohol estoy delirando y tengo la preciosa visión de aquel policía tan jodidamente sensual de hoy en la tarde.

 

-Señor ¿podría abrir la puerta un momento? He recibido ya varias llamadas de los vecinos además la hora de permiso ya está excedida en este tipo de conjuntos domiciliarios- Realmente debo estar muy borracho como para imaginarme hasta su voz, pero este tono es un poco más firme que el de la mañana.

 

Demoro unos cinco segundos apreciando el hermoso espejismo que se forma en la pantalla del timbre, es cosa de no creer, dejo de aplastar el botón para luego presionar otro y que se abra la puerta para observar si es verdad lo que mis ojos ven.

 

-Sí oficial… pero sepa usted, que me encuentro en este momento yo solo en mi departamento… La fiesta acabó hace rato… aunque realmente no tengo idea de qué hora es…- Con dificultad para mantenerme en una postura decente ante la no tan insólita idea de que es el guapo policía de hoy.

 

-Vaya, vaya qué tenemos aquí… Pero si eres el guapo “me estacioné en el lugar de los minusválidos” Creo que he llegado a la hora correcta… Sería un mal policía si te dejo en tu estado solo en casa…- No pude responder nada a tal argumento, no por incapacidad sino porque el sensual policía ya se encuentra besando mis labios con una pasión tan desbordante que me ha dejado ensimismado.

 

Ni lento ni perezoso, yo poso mis manos por sobre el cinturón donde según siento lleva unas esposas además de un pequeño látigo algo rígido no como los comunes, uno de esos con los que les golpean a los caballos. De un solo golpe cierro la puerta y entre besos el deliciosamente sexy oficial me lleva hasta el sofá donde me tumba de espaldas al mismo.

Empieza por quitarse su boina dejando a la vista su cabello largo, rapado el lado izquierdo de su cabeza, de raíces plomas y con las puntas azules. Ahora que puedo fijarme bien en su sensual rostro, posee un delineado muy cargado en los ojos que lo hace parecer un pillo en lugar de policía. Su azul camisa del uniforme está siendo desabrochada botón por botón haciéndolo mucho más tortuoso. Mi hambre de su pálida piel hace que lo tome del cuello hasta sentarlo en mis piernas para poder besarlo con verdadera lujuria y desenfreno. Nuestros labios calzan perfectamente, los suyos perfectamente delineados al natural totalmente rojizos y los míos suaves y algo oscuros. El calor corporal que esparcen sus manos por mí cuerpo me está matando, la sensación de sentir sus finos dedos por debajo de mi camiseta, como si quisiera grabar cada uno de los músculos que hay en  cuerpo color canela. Sus ojos ahora ansían ver mi piel directamente por lo que decide quitar la camiseta sin mangas negra que llevaba puesta para la fiesta. Su rostro está decorado con un ligero tinte color carmín.

 

-Has sido un hombre muy malo. Dos fallas en éste día… mereces un castigo- Su voz ahora carrasposa contra mi oído hace que escalofríos y espasmos recorran mi cuerpo de pies a cabeza. Se levanta y toma sus esposas para proceder a ponerlas en mis muñecas, son a mi medida no me hacen daño, pero el hecho de estar bajo su poder hace que todo en mí se altere.

 

Siento como aquel hermoso ser tira mis brazos hasta arriba de mi cabeza y se dedica lentamente a besar mi cuello. Parte por parte, sin dejar ningún lugar por descuidado ahora baja por el camino entre mi pecho, y los jadeos empiezan a salir y junto con ellos alguien ahí abajo que también está ansioso por ser liberado.

 

-Ah… Aún no… no me has dicho…ah… tu…. nombre…- Sus labios y lengua se desplazan hábilmente por mi abdomen, toman un recorrido peligroso cuando descienden. Llegan hasta mi ombligo y el musculo mágico que tiene por lengua empieza a dibujar su contorno además de morder mis caderas, la < V > que tengo gracias a las horas de gimnasio se convierte en una pista de carreras para su asombrosa lengua, repasa una y otra vez aquel espacio que hay entre hueso y hueso, además de bajar peligrosamente por el caminito de bellos que se pierde en el inicio de mis pantalones.

 

-No necesitas saber eso cariño- El poder de su voz retumba en mi cerebro. ¿Cómo puede hacer eso? Es que no entiendo, tan solo con una mirada de aquellos bellos orbes chocolates me pone a mil, y el tacto de sus delicados dedos contra mi piel es como si dejara tatuado todo el camino que ellos recorren.

 

-Necesito…necesito saber… qué nombre… debo clamar…. cuando llegue el momento justo…- La vista desde mi lugar es todo menos inocente. Sus ojos casi gatunos se abren después de haberle robado la atención, se fijan en mi vista casi nublada para luego dedicarme una perversa sonrisa ladeada. Tanta perfección debería ser ilegal.

 

-¿A sí? Pues lo sabrás luego primor- Cada palabra que pronuncia va a acompañada por un beso pues ahora está sentado sobre mi cadera, donde siento cierto bulto chocar contra el mío. Su cuerpo se mueve tan perfectamente sobre el mío que puedo ver claramente cómo él forma una < S >  mientras sus manos están apoyadas en mis muslos. La boca de perfectos y deliciosos labios se encuentra cerrada pero ellos están presos entre sus dientes, puedo notar la lujuria y el deseo en sus facciones.

 

-Suéltame y te devolveré tanto o más el placer que me estás dando- Lo más claro que he podido pronunciar desde que esa preciosidad prácticamente me puso a disposición suya.

 

Siento como las esposas sueltan mis muñecas y no pierno ni un solo segundo, mis manos van hasta su trasero y empiezan a manejarse por su cuenta. Es tan rechoncho y perfecto, pero hay un problema: Él todavía está vestido.

Rápidamente tomo su camisa y la desabrocho sin contemplaciones y de un solo tirón por lo que los botones salen estallados contra mi pecho y en otras direcciones, eso a él no le importa puesto que también quiere disfrutar así que sin pensarlo más y entre un beso totalmente profundo y pasional lo llevo directo hasta mi cuarto dejándolo de espaldas contra la cama de cobijas blancas y acolchadas.

Una vez ya acostado, deshago el beso y continúo por su mandíbula hasta su oído donde muerdo el lóbulo para recibir como recompensa un delicioso gemido de placer de sus labios. Sigo bajando directo hasta sus clavículas donde me dedico por un tiempo considerable a dejar marcas rojizas que seguro a la mañana siguiente se volverán de un color morado hermoso, continúo descendiendo hasta sus ya erectos botoncitos, tan rosados, tan sensibles, tan apetecibles y sin piedad los succiono, muerdo, estiro, todo al mismo tiempo. El izquierdo está siendo estimulado por mi boca mientras que el derecho lo hace mi mano. Continúo mi camino bajando con húmedos besos hasta el inicio de su pantalón donde se encuentra mi recompensa. Lo siento duro y firme presionarse, pobrecito, ahogado entre tanta tela, siento que tengo que liberarlo para que no sufra de sofocación. Con una paciencia nula me deshago de su cinturón de cuero y con mucha rapidez zafo los botones de su pantalón dejándolo solo en bóxer. Un negro y sensual bóxer que aun por sobre su  color, se puede ver la erección prominente del sexy oficial.

 

-No no no… Yo domino cariño­- Y con felina rapidez él invierte nuestras posiciones dejándome bajo su cuerpo y esposado contra los barrotes de mi cómoda cama.

 

Una vez más estoy a merced de ése cuerpo que se encuentra deleitándome con una vista tan deliciosa que hasta la boca se me hace agua. Quiero probar cada parte de él, cada pedazo de piel que tiene en ese cuerpo tan sensual y provocativo. Su danza sobre mí ya despierto miembro hace que mi garganta me traicione y empiece a dejar salir jadeos demasiado audibles para  mi gusto. Se retira de mi cuerpo y ahora retoma lo que estaba haciendo en la sala, sus labios bajan hasta mi pantalón y con tortuosa lentitud, como si pensara cada movimiento que va a realizar desabotona la prenda pero sorprendiéndome la jala de un solo tirón, llevándose con los pantalones mi blanco bóxer, dejando a la vista y libre de toda presión a mi amiguito.

 

-Woah… Tú de pequeño solo tienes la estatura amor- Esas palabras aumentan mi ego sin embargo no ayudan a menguar mis ganas de partirlo en dos. Siento como su aliento choca contra mi punta, él piensa que tenemos toda la vida para estar en estas andanzas por lo que reparte mordidas en mi pelvis cerca de la base de mi miembro pero sin llegar a tocarlo. Me vengaré por eso.

 

Su tortura continuó por unos dos minutos más, y como todo en él, de improviso su lengua repasa desde la base hasta la punta, como si un niño estuviera saboreando su chupete favorito. Ese placer que me causa su lengua y ahora su boca caliente y saliva tibia acogiéndome completamente es tan exquisito que siento como si no pudiera aguantar mucho. El vaivén que ha puesto es totalmente delirante, ahora ya no pienso en nada, solo en él en sus ojos penetrantes mirándome mientras me da un perfecto oral. Saca mi hombría de sus labios y ahora con su mano empieza a subir y bajar mientras su boca baja un poco más hasta acariciar con su lengua a los acompañantes de mi miembro.

 

-¡Dios!- No sé cómo más expresar esas sensaciones asombrosas que siento. Quiero que me suelte para poder tocar su piel, pellizcar sus tetillas, para dejar mordidas en todo su cuerpo.

 

Una, dos, tres… siete, ocho… No sé cuántas veces más hizo lo mismo, pero la última vez que sentí su lengua recorrer toda mi longitud, acabé en su boca, y para mi sorpresa él bebió toda mi semilla sin decir nada.

Creo que este hombre no es humano pues hasta pienso que lee mi mente, me deja libre y ahora soy yo quien invierte las posiciones, siento que debo regresarle el favor que me ha hecho. Ahora soy yo quien lame por sobre la tela negra su miembro despierto, estamos en igualdad de dotaciones supongo, pero igualmente es tan excitante. Lo tomo y saco únicamente solo la punta por fuera del elástico y me dedico a darle atenciones a su glande, el líquido que sale de él es de un sabor tan sutil que hasta me parece un poco dulce.

Cansado de jugar yo mismo retiro su bóxer y ahora sí viene lo bueno. Tomo su hombría con una de mis manos y empiezo a moverla, de arriba hacia abajo, lento y rápido, aprieto y poco y luego suelto. Junto con mis acciones el concierto de gemidos y jadeos que llenan la habitación se hace presente para luego callarse el momento en que le doy la vuelta para dejarlo con sus manos y rodillas contra el colchón. Su entrada es tan hermosa, tan rosada y perfecta sin ningún tipo de estorbo, es como si te incitara a probarla, y así lo hago.

 

-No… no te atrevas…- Y contra sus órdenes primero la tanteo para saber a qué es lo que se siente, luego con mi lengua voy a ver a qué es lo que sabe: delicioso. Simplemente eso, no tiene sabor reconocible en el mundo pero para mí es como un tipo de afrodisiaco que me pone más ansioso de darle placer.

 

No aguanto más, es hora de terminar todo esto de la mejor manera posible y con broche de oro. Tomo mi miembro y paso la punta por su entrada mientras que con mi otra mano trato de dar atenciones a su falo para que no sienta demasiado dolor al momento de mi intromisión.

 

-Voy a entrar- Aviso, recibiendo un gemido de aprobación mientras su cuerpo se yergue para poder besar mis labios, ahora con ese momento de inconsciencia logro entrar en él. Que delicia, tan apretado, tan tibio, tan mío. Es perfecto.

 

-Ah…Sol…- Su voz excitada es mucho más potente contra mi cuerpo que su voz normal, que preciosidad.

 

Empiezo a moverme, primero lento pero seguro pero en cuanto siento que él mismo se remueve dándome a entender que quiere más, aumento la velocidad. Su cuerpo y el mío ahora es uno solo. Yo apreso sus caderas y en el cuarto solo se escucha nuestras respiraciones agitadas, sus gemidos, mis jadeos y el golpe de nuestros cuerpos al momento de chocar mi cadera contra su trasero. Una sinfonía perfecta.

Sin salir de él, invierno nuestras posiciones y ahora está ese hombre de gatunas facciones cabalgándome, yendo a su propia velocidad, dándose él mismo placer mientras se apoya en mi pecho y yo solo miro como su rostro lleno de placer es la cosa más hermosa que se me puede presentar. El movimiento ahora ya es frenético, sin ningún tipo de ritmo preciso, estamos descompasados, llenos de sudor y primordialmente, llenos de pasión. Una, dos, tres, ya no llevo la cuenta pero ahora sus labios apresan los míos y yo siento que estoy por acabar.

 

-Di mi nombre…-Sus labios contra los míos, su respiración junto a la mía, su corazón y el mío laten al mismo tiempo.

 

-Ji… Ah… Kwon Ji Yong- Su perfecto nombre sale de mis labios en un suspiro indicándome que ya no puedo más. Mi abdomen se contrae para después dejar escapar por segunda ocasión mi semilla que ahora está en su interior.

 

-¡Taeyang!- Y así como yo termino con mi segundo orgasmo, él también lo hace justo en medio de nuestros vientres y su mano.  –Feliz Cumpleaños cariño, espero te haya gustado tu regalo-Él se tumba justo al lado de mi cuerpo que trata de normalizar su respiración, gira su rostro para ver mis ojos que aún siguen nublados.

 

-Te amo… Tenerte a ti a mi lado es mi regalo preferido- Espeto y doy por terminado mi día de cumpleaños con una perfecta fantasía de Policías.

 

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer mi trabajo!

 

Todas las críticas, comentarios, declaraciones de amor y notas de asesinato serán bien recibidas en los reviews.

 

¡LOS QUIERO!

 

BESOS

// Con babas *3* :P---__ //


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