Cap 7
El karma… algo real, tangible, ineludible, ¡molesto! Sobre todo molesto, era la primera vez que hacia algo así, pero yo ya tenía doce años, imaginare que es justo que experimente esas cosas de vez en cuando, además no me arrepiento, para ser sincero conmigo mismo, fue algo… ¿estimulante? Sip, eso, pero como decía, el karma no me deja escapar, eso gano por estar haciendo cosas impuras, que llegue la persona que no necesitaba ver en ese momento, era como acudir a una prueba para la que no había estudiado bien, porque no soy tan tonto como para no saber que Edric querría cobrar su venganza por encontrarme con los pantalones llenos de… esa cosa.
Dejen me explico, estaba yo en mi cuarto, tranquilamente pensando en lo que había visto ese día con Sol, por unos segundos me sentía intimidado por mi inminente destino, pero luego ella me calmo, ahora seguiría sus consejos y leería ese, algo aterrador manga que me presto, ¿Por qué esa niña tendría cosas como esas? Seguramente tenía su lado pervertido… jamás me lo había planteado, pero ella si sabía de historias de amor, yo no era de ver esa clase de películas, series o lo que sea, pero está en particular me atrapo, con cada página que pasaba me emocionaba llegar al final, hasta que llegue a la parte de la que me había espantado, pero esta vez fue lo opuesto, sentí que esta era la parte que esperaba ver después de ver todo el recorrido de la pareja, el que fue muy romántico, por alguna razón lo que serían los frutos del amor verdadero eran mucho más llamativos y hasta agradables que el sexo sin historia ni sentimiento, cada cuadro, cada escena, estaba bellamente dibujada, estaba bien colocada, cada una daba sentido y te llevaba al lugar donde debía, a sentir cierto calor a lo largo de tu cuerpo, las escenas mostraban lo que deseaban mostrar, inclusive aquellas que delataban movimiento, las líneas que daban a entender que los cuerpos de los protagonistas subían y bajaban con cada vez más velocidad, no podía imaginar cómo se sentiría del todo ese placer que mostraban sus rostro, pero podría averiguarlo con solo una decisión, estando en la confianza de que esto quedaría entre mí y las paredes, lleve mi mano al lugar en mi entrepierna que empezaba a sentirse algo necesitada, con esas imágenes que no me daban nada a la imaginación el ritmo de mis propias acciones ya no tenía control de mi mente y al final mis instintos ganaron, estaba a punto de terminar, en ese momento ni del movimiento de mi cuerpo pude estar consiente, pasaron milésimas de segundos y tocaron a la puerta, si era mamá o papá sospecharían de inmediato lo que hacía, así que como un perfecto loco corrí a abrir la puerta, pensaría que me zafaría de ellos con rapidez, pero en su lugar estaba Edric notando con profesionalidad lo que había estado haciendo, le reclame su presencia, pero aun así era demasiado tarde, no me salvaría de sus hambrientas garras por más de que me esfuerce con todo lo que pueda decir.
Camino, empujándome en la habitación, cerró la puerta con seguro, antes de que pudiese gritar me tapo la boca, me alzo como si fuera un saco y me arrojo a la cama, luego se posiciono sobre mí, tenía mucho miedo, no sé si se notaría, de la nada me sonrió de manera muy extraña, en nuestro tiempo juntos no lo había hecho antes, esa sola sonrisa me inspiro confianza, respire profundo y lo mire con serenidad a los ojos.
“oye… realmente debiste llamarme para ayudarte” me susurro al oído.
“¡¿Cómo quieres que haga eso?! Sería muy raro… además yo…”
“es que yo enserio quería ser tu primera vez, incluso en eso, imagine que nunca lo habías hecho antes… no lo sé” sonaba algo ¿triste? Eso realmente era extraño.
“eso no tiene sentido”
“posiblemente, pero a veces la gente quiere cosas locas, o quiere con locura otras cosas, como yo te quiero a ti”
“Edric” no puedo negarlo, cuando él se ponía romántico algo en mí se llenaba, no puedo negármelo a mí mismo, me encantaba que dijera que me quería, me hacía sentir completo y feliz, deseaba escucharlo una y otra vez, tal vez esa era la cosa loca que yo deseaba. “tienes razón a veces la gente quiere cosas locas”
“¿Qué quieres tú? Mi amor” eso también me encantaba, que me dijera así, como me gustaría escuchar esas palabras el resto de mi vida.
“creo que yo quiero… tu amor, quiero que me quieras solo a mí, para siempre”
“entonces… déjame cumplir tu deseo” lentamente rodee su cuello con mis brazos, el mi vio a los ojos y tras unos instantes mínimos, me beso, pero no de manera normal, no de la manera fugas, tierna y dulce de cada día, sino de manera lenta, muy lenta, como si cada segundo supiera a miel, de manera pasional, mi deseo y el suyo, estaban presentes, mucho, de manera amorosa, podía palpar el sentimiento, podía transmitir que lo amaba, claro que lo amaba, repetirlo en mi mente me hacía confirmar ese potente sentimiento, yo amaba a Edric Safret con cada parte de mi ser, en ese beso, que no sé cuánto duro, me sentí la persona más afortunada del mundo.
Cuando nos separamos, me vio seriamente un segundo, pero repitió el beso, esta vez mas desesperado, muchísimo más, algo en mi me impedía parar, solo deseaba seguir, aumentar el ritmo, solo lo deseaba entero solo para mí, coló sus manos debajo de mi camiseta, de nuevo disparando mi inseguridad, pare de responderle el beso, él lo noto y mientras no paraba de recorrer mi piel con sus dedos, solo dijo la frase que me ayudo a calmarme y entregarme una vez más, la vez que sería la definitiva.
“mi cielo, calma, te amo, te amo” esa cursilería, tal vez demasiada, pero no paraba de gustarme, no paraba de querer que siga diciendo cosas lindas, es que era realmente placentero, más que el hecho de tener sexo, de entregarme a alguien a quien amaba, entonces fui yo quien lo beso, quien no paro, quien también deslizo su toque por entre sus prendas.
El primero en quedar sin camiseta fue él, asombrosamente, pero quien tenía el control también era él, Edric procedió con cuidado a deslizar sus labios hasta mi cuello, no tenía idea de cómo resultaría de placentero eso, me sorprendí, no fue como mi previa práctica, era mucho mejor, tenía que taparme la boca forzosamente para que mi madre no nos escuchara, él no se detuvo y me saco mi camisa escolar, para poder descender por mi pecho, no sabía lo que hacía, es que no le había preguntado nada de lo que quería preguntarle a Sol, por ello acepto todo con la mayor naturalidad que me es posible, fue cuando, al igual que en el manga, se detiene a torturarme en uno de mis pezones, como explicar esa sensación, es como si solo te dejaran con ganas de más y más, como si solamente te prepararan para algo muchísimo mejor.
Cuando paro de hacer eso avanzó dando besos en mi abdomen, que se movía frenéticamente con mi agitada respiración, luego de llegar al borde mi pantalón lo desabrocho, se decido de cada prenda que trajera encima, como era obvio, estaba ya bien duro.
“¿quieres que sigua?” me pregunto, apuesto que solo para molestarme, pero no pude más que asentir, deseoso de sentir como seria, lo primero que hizo fue, con un dedo de una mano. Tocar la punta que secretaba una especie de líquido, despertando mis células nerviosas y un sentimiento de insuficiencia, lo quería todo ya, continuo con masturbarme el mismo con excesiva lentitud, supe entonces que quería que le rogase.
“Edric, ya… hazlo más rápido”
“¿Qué manera de pedir las cosas es esa?” sonrió lascivamente, era un manipulador profesional.
“por favor, Edric, necesito que lo hagas más rápido”
“que haga más rápido ¿Qué?”
“que… me toques más rápido”
“ahora dilo completo” demonio maldito, su cara bonita ocultaba su crueldad.
“por favor, Edric acelera el ritmo te lo ruego”
“está bien, cielo, hare lo que me pides” por fin dejo sus tonterías y acelero, gemía sin control, tenía que contener muchos de los sonidos que salían de mí, de la nada se le dio por meterse a la boca toda mi erección, me mordí el labio inferior para no gritar, ¿quién era yo para parar eso? Si se sentía de lo mejor, cálido y húmedo.
Con cada lamida y segundo en esa húmeda cavidad no poda evitar apresurarme a terminar con rapidez, pero antes de que eso pasase se detuvo.
“no te vayas a venir tan rápido, ¿no crees que es algo injusto?” puede que tenga razón, pero hay cosas del cuerpo que uno no puede controlar, mucho menos sin tener practica alguna en ese ámbito, no tenía idea de lo que pasaría, hasta que tomo mis piernas de las rodillas y las posiciono sobre sus hombros desnudos, no pude preguntar, pues una sensación nueva me ataco de la nada, es que era aún mejor que lo anterior, no sé muy bien lo que hizo, pero basándome en la manga que leí, estoy apostando a que introdujo su lengua en mi entrada, la metía y sacaba, los movimientos de la misma me dejaban sin armas para resistirme, solo quería que continuara hasta el final, luego sentí una presencia más, no dolía nada como espere que lo haría, era uno de sus dedos, que se adentraba al fondo de mi con tranquilidad, esa sensación de estar lleno por dentro… fue tan placentera, perdí el control de los sonidos que salían de mi boca, gemidos suspiros, ojala que ni un solo grito, no creo que nos hayan escuchado, porque mamá ve la televisión con el volumen muy alto.
“procura no hacer que todos abajo se enteren” me susurro, entonces tome la primera almohada que vi y la mordí, de esa manera no tendría que contenerme y no habría riesgos, continuo tocándome de la misma manera, excitándome cada segundo más, sentía que podía correrme solo con eso, incluso cuando metió el segundo y tercer dedo no sentía casi nada de dolor, lo poco que podía llegar se perdía en cortos segundos, entonces cuando menos lo esperaba, paro de estimularme allí y se puso de pie para sacarse el resto de la ropa, ver su cuerpo tan delgado, pero ese abdomen bien marcado, ver su miembro también muy despierto era la escena más sexy que jamás presencie, solo eso me éxito aún más, obviamente se dio cuenta de que lo miraba de manera extraña.
“¿tanto así te gusto?” pero claro que él era un engreído, bastaba con mirarse al espejo para que se le subieran los humos a la cabeza, con razón y tenía tanta seguridad en sí mismo.
“no seas ridículo y apresúrate” desvié la mirada, era demasiado vergonzoso, el dio una corta risa y luego volvió a acomodarse sobre mí, me beso, sentía presenta su lengua en mi boca, no tenía experiencia alguna, por lo que no hacia el esfuerzo de seguirlo, solo daba a entender que le respondía de la manera que me resultase posible y dejaba el hiciese su voluntad, entrelazaba nuestras lenguas, y exploraba toda mi boca, me concentre en ese momento a tal punto que cuando estuvo dentro de mí por completo ni lo note, pero con la primera envestida, que fue bastante dura y profunda abrí los ojos de par en par y no pude callar un gemido, lamentablemente muy alto, paramos unos segundos esperando que las personas allí abajo no se hubiesen dado cuenta.
“¿Ardiett, qué están haciendo? ¿Estás bien?” escuche a mi mamá preguntar, tal vez podría engañarla.
“s-si mamá, yo… mm… me caí, eso es todo” cada pablar bien pronunciada fue un gran esfuerzo.
“tengan cuidado” con eso todo fue olvidado, y Edric continuo, se encargó personalmente de taparme la boca.
“no… ah, tienes idea de c-cuanto me gustaría… mm escucharte gritar” me susurro el peliblanco al oído, demonio, cada palabra suya me cautivaba más allá de lo normal.
No sé cuántas fuertes, certeras, rápidas y profundas envestidas pasaron hasta que el soltó mi boca y dejo de apoyarse con el brazo libre en la cama para sostener firmemente mis caderas, aumentando la intensidad y en cuestión de segundos soltar un ronco quejido que anuncio la llegada de un líquido abundante que me lleno por completo, rebalsando mis paredes internas, tan deliciosamente que me corrí enseguida, tragándome el que seguramente hubiese sido el grito más fuerte que daría en toda mi vida, había termina, pero obviamente yo quería una repetición, eso se lo di a entender mientras le lamia el pabellón de la oreja y le susurraba al oído.
“Edric, hazme tuyo otra vez, por favor” escuche su risa y comenzó a besarme.
(Narración de Sol)
“¿es que ese niño no se cansa? ¡Que salvaje! Y… suculento” comente apagando mi computadora, era suficiente, ya había perdido mucha sangre por la nariz hoy, me pare y me fui a dar una ducha.
(En la ducha, hecha ovillo en el suelo bajo el chorro de agua, llorando)
“¡por todo el chocolate del mundo! ¡Eso fue lo más jodidamente hermoso-excitante que vi jamás!” sollozaba, no sé si de emoción por lo que acababa de ver o porque lo tenía grabado para verlo una y otra vez las veces que se me diera la sagrada gana.
Solo tengo algo que decir después de haber glorificado mi vista con esa obra de arte de la naturaleza, ._. Sin comentarios.