Cap 2
Cuando sonó la campanilla del receso deje que Ardiett se adelantara, tome dos cámaras miniatura, tenían el tamaño de una uña, costaron bastante, pero había estado ahorrando dúrate un año, una la puse en su chaqueta en la solapa del cuello, luego coloque otra en la mochila, para vigilar su espalda, también serviría para vigilarlo a él cuándo la dejara en algún lado y en la posición más adecuada, cosa que me asegure que pasara colocándola de manera estratégica.
Luego salí a los pasillos del instituto, donde mi amigo de castaños cabellos me esperaba, hace un tiempo que no lo veía sonreír, pero ahora estaba extra ñañamente de buen humor, tenía mis ligeras sospechas de que había sido por ese beso, caminamos sin rumbo aparente hasta el patio de juegos de los de primeria, no fue hace mucho tiempo cuanto los dos jugábamos ahí, nos sentamos en los columpios viendo a los demás chicos jugar y divertirse.
“Lo que no me dijiste y ese chico te gustaba también” le comente, pues él había omitido totalmente la parte donde se besaban y correspondía mas gustoso que adolecente enamorada.
“ah, pues… es que no sé… no es normal que me guste un hombre, encima un chico tan mayor”
“¿estás loco? Es completamente normal, te puede gustar quien quieras que te guste, no hay reglas, además por como lo pintas es un sujeto encantador, obviamente no tienes por qué reprimir tus sentimientos” especialmente si eso deriva en beneficio mío, mi expresión derivó seguramente a una mueca algo pervertida, porque lo vi algo confundió.
“¿a-a que viene esa cara tan rara?”
“etto… nada, ahora solo falta que me respondas ¿te gusta o no?”
“si, creo que si”
“pero ¿te gusta como cuando vez algo muy bonito o de verdad sientes algo real por él?”
“es que eso no lo sé, siento que es como… si solamente deseara tenerlo cerca, siento que de alguna manera dependo de él desde hace un tiempo”
“entonces eso significa que lo necesitas, que lo necesitas porque lo quieres, entonces tu lo quieres mucho”
“creo”
“no lo digas así, primero debes aceptarlo, luego convencerte a ti mismo de que lo aceptaste” obviamente esa frase me la invente, solo deseaba oír y que quedase grabado para siempre el hecho de que se confesara ante mí.
“bien, bien, lo diré, yo Ardiett Pardy amo con todo mi corazón a… Edric Rose”
“¿aunque sea un chico?” sonreí.
“si, aunque sea un chico”
“¿aunque sea mayor?”
“si, aunque sea seis años mayor que yo, lo quiero”
“bueno, ahora lo que más importa, ¿te quedaras a quererlo en silencio o aras algo?”
“yo quiero estar con él, daré mi mejor esfuerzo para que… ¡estemos juntos por siempre!” lo último casi lo grito, estaba notoriamente lleno de entusiasmo.
“y no me dejes afuera, te ayudare con lo que pueda”
“¿de verdad Sol? ¿Enserio me ayudaras?”
“sip, pero…”
“¿pero…?”
“me lo debes presentar” entonces quedo shokeado, con una mueca graciosa, no me arrepentiría, si era necesario hasta me volvería amiga de Edric, pero aún hay que pensar, Ardiett es un niño, por mucho que diga que Edric es muy inmaduro y se llevan muy bien todos los chicos grandes se comportan diferente a los más jóvenes, aunque se comporten como niños casi todo el tiempo, ¿me pregunto cómo esto afectara a todo? Además mi amigo es nuevo en este asunto de preocupaciones, jamás lo vi detenerse a pensar en algo, aunque fuese importante, vivía siguiendo a la corriente, tal vez empezar a tomar conciencia de su alrededor puede que lo cambie, tal vez demasiado.