-Despierta… despierta… ¡Despierta, mierda!-Y me golpean en la cabeza.
-¿Neeeee?-Pregunto somnolienta.
-¿Sabes qué día es hoy?-Me pregunta Anais agitándome.
-… Lo siento, estoy perdida en el espacio tiempo…-¡Quiero dormir!
-¡Es Navidaaaaaad!-Y me zamarrea más fuerte.
-¡¿En serio?!-Y me levanto y voy al calendario de la sala. ¡Dice 25 de diciembre! God saves the Queen! Vuelvo a mi habitación y las dos empezamos a saltar con las manos tomaditas-¡Es Navidaaaad!-Repetimos emocionadas.
-¿Sabes que le vas a regalar a tu novia? En vista y considerando que se te olvidó celebrar su cumpleaños…
-¡Ssssh!-Y le doy una cachetada-No me lo recuerdes, ¡lo había olvidado! Pero este día…-Digo con un toque malicioso-Pero este día será verdaderamente fantástico… Jejeje…
-Me estás asustando…-Dice retrocediendo-Oh no, dime que no estás planeando traer a los mariachis otra vez…
-¡Hey, eran una buena idea!-¿Por qué nadie confía en mis buenas ideas?-Pero no, no tengo mucho dinero. Así que: primero, no es mi novia. Segundo… ya lo verás… Debo hacerlo antes de que volvamos a clases-Y acaricio mis manos de forma maliciosa. Me dirijo a la ventana y observo el nublado cielo y presiento el fuerte viento-Sólo espera, Katherine Castillo, sólo espera…
Y mientras tanto…
Me levanté extrañamente temprano el día libre de Navidad, ¡es Navidad! Y con mucha flojera fui a la cocina para prepararme algo para tomar. Sentí las patitas de Gabriela siguiéndome desde mi cuarto, esperando comida, supongo. Vi una mancha rara cerca de la puerta y me detuve, ¿eso era un papel en el suelo? Me acerqué y lo recogí, no sé… creo que estoy desasiéndome en color rojo, una notita de Gabriela, eso es tan lindo…
-“Juntémonos a las nueve en la azotea…”-Me duele el rostro de tanto sonreír-Qué linda…
-¿Quién es linda?-Mi papá me asustó apareciendo desde el otro lado del pasillo, con su bata de despertarse y sus pantuflas de conejito.
-Aaaaaaaaah…-Oculto la nota detrás de mi espalda. Bien hecho Katherine, nadie lo notará de esa forma-No, nada, estaba… ¡Feliz Navidad papi!-Voy corriendo a él y lo abrazo y me toma en el aire y comienza a girarme, ¡la montaña rusa!
-Feliz Navidad, ¡qué pesada estás!-Se queja y me baja-Aún no puedo creer que ya tengan 14 años… Pronto empezarán a traer a sus novios al apartamento…-Se aleja riendo directo a la cocina para prepararse su café matutino. Yo me quedé de piedra frente a la puerta casi arrugando el papel. Sí… qué chistoso.
-Ajajaja… eeeegh… ¡sí! ¡Novios!-Me río yendo a la cocina con él-¿Qu-qué tendría de malo de todas formas?
-¡Oh, nada en especial! Pero, ya sabes… No soportaría que alguien me quitara a mis dos pequeñitas…-Me abraza fuertemente y creo que quiero vomitar.
-Ajaja… sí. Pero en el caso hipotético… y sólo hipotético de que, ya sabes… yo o Catalina tuviésemos pareja… ¿qué-qué le harías?-Esto da más miedo que perderse en el supermercado.
-No lo sé… tal vez le diría que tenga mucho cuidado conmigo y que si se atreve a tocar a una de mis hijas aunque sea con el pétalo de una rosa le haré la vida imposible hasta que su mísera existencia quede reducida a simplemente una masacre de dolor y lágrimas…-Dice sombríamente, mirando fijamente al suelo. Luego tomó un sorbo de su café-Y si algún día lo descubro propasándose con Cata o contigo…-Toma un cuchillo afilado y lo mira fijamente-Lo más probable es que se lo clave directo en su-
-¡Sí, sí, ya entendí la idea!-Lo paro aterrada, ¡no podría ser peor!-¡Eres muy malo! ¿¡Y si me hace feliz!?
-¿A qué vienen todas estas preguntas, Kathy?-Me pregunta desconfiado, apoyándose en el lavaplatos. Oh, oh.
-Aaah… sólo curiosidad… ¡Ese no es el punto! ¿Y si mi pareja en serio me hace feliz?
-Voy a contarte una historia… Tu madre es diez años menor que yo, ¿sabes cómo la conocí? Fue una clienta mía cuando apenas llevaba trabajando. Recuerdo que su padre me lanzó platos al menos 15 veces…-Sopesa su café como si lo estuviese recordando-Sip… Yo lo haría con sus novios al menos unas 30 veces… hasta que se ganen mi respeto. ¡Pero bueno, es demasiado temprano para estar pensando en esas cosas, sobre todo en Navidad! ¡Qué suerte que no tengas novio!, ¿no?-Me palmea la espalda.
-Ajajaja… Sí, que suerte…
Colapso sobre mi cama, de cara sobre la almohada, ¿podría siquiera ser peor? Mi padre sobreprotector y su padre homofóbico. Quiero decir, su situación es mucho peor que la mía y ni siquiera sé cómo ayudarla en eso, porque… porque ni siquiera ella ha podido… Ah, ¿Cómo puedo ayudarla en cualquier cosa?
Además, papá hablando de tener sexo con alguien. Quiero decir, eso sería… sería raro. Porque yo soy muy pequeña y ella… ¿habrá tenido sexo? ¡Agh, no quiero pensar en estas cosas! Ella con su mayor experiencia en besos y en todo, ¿por qué? Quiero decir, tener sexo con Gabriela…
-¡Kathy…! ¿Por… qué estás sosteniendo de esa forma la almohada?-Cata entra a mi cuarto sin tocar, ¡siempre hace eso!
-¡Nada, nada!-Me pongo de pie toda roja y sudando, ¡estoy demasiado mal!-Estaba… estaba pensando… De-de todas formas, ¿qué pasa?
-¡Oye, es Navidad!-Me reta-¿Ni siquiera un abracito? ¿Un te quiero?
-¡Te quiero hermanita!-Le doy un abrazo muy fuerte con todo el cariño que tengo-Y feliz Navidad, ya sabes, Santa vendrá este año…
-Okey hermanita-Y me suelta-Tenía seis años, cualquier persona de seis años con una vida normal espera a Santa toda la noche, ¿okey?
-Era una broma Cata, relájate…-Nunca olvidaré esa historia.
-Nunca se lo cuentes a nadie, ¿lo prometes?
-Catalina, me haces prometerlo cada Navidad…
-¿Y a qué esperas?
-Suspiro cansada…-Lo prometo…
-¡Hijas!-Papá nos grita a través de la puerta-¡Es hora de ir al supermercado a comprar el pavo!
-¡En un minuto!-Le grito devuelta-Sabes, hoy hablé con papá y resultó algo… raro…
-¿Qué cosa?
-¡¿Qué iba a cortar su-?!
-¡Ya!-Le tapo la boca antes de que lo gritara en mitad del pasillo de los lácteos.
-Dios…-Dice mientras echa leche a nuestro carrito-¿Qué le pasa a papá? Digo, si yo tuviese novio… Oh, mi pobre Henry…
-¿Henry?-Digo incrédula-¿Ese es el nombre de tu novio imaginario?
-Okey, no todas tenemos la suerte de tener a una inglesa enamorada de nosotras, ¿de acuerdo?-Dice molesta-De todas formas, no creo que deberías preocuparte por si lo acepta o no…
-¿Por qué no?-Pasamos al pasillo de dulces y yo saco galletitas.
-Porque, tal vez Gabriela sea una persona un tanto… bueno, creo que tiene alucinaciones y habla con gente que no está ahí… tampoco digamos como que sea muy inocente, ambas sabemos que se debió haber acostado con la mitad de lesbianas inglesas, aparte de que también debió haber estado ebria en muchas de esas ocasiones, y además-
-Entendí el punto, yo soy una fresita y ella una experta, continúa.
-Pero, la verdad si te pones a pensar, tampoco es como que se le note mucho. Entonces, papá la verá como la niña dulce y buena que ni siquiera sabe cómo besar, ¿entiendes?
-Mide fácilmente medio metro más que yo-Digo frustrada-Y dijo que le tiraría un plato al menos 30 veces.
-Sip, estás jodida, mejor inventa un plan para cambiarnos de edificio-Dice tomando una caja de cereal-¿Papá ya habrá comprado las cosas para la cena? Este lugar está lleno…
-Siento que papá dirá que soy una impura…
-Se detiene en seco y me mira con ojos saltones-Dime que no te has acostado con ella o yo misma le tiraré toda la maldita porcelana.
-¿Qué? ¡No! Bueno… ¡No!-Creo que estoy muy roja-No empieces de nuevo con esto.
-Escúchame: después de lo que pasó el año pasado, si llego a enterarme de que-
-Relájate, hermana sobreprotectora, dudo que Gabriela me haga algo malo…
-¿Gabriela qué?-Aparece… ¿Anais? Sí, debe ser Anais, usa demasiados colores como para ser Gabriela. Pero, ¿por qué está aquí? Mmmh… tal vez porque ella es una persona normal que va al supermercado a comprar, Katherine. Eres brillante-¿Qué pasa con mi gemela?
-Eeeh…
-Eeeh…-Repite Cata sin ninguna excusa-Nada, estábamos hablando de lo mucho que se quieren, ¿verdad, Kathy?-Me codea incómoda.
-Ah, sí… la quiero con todo mi corazón-Me iré al infierno, estoy segura-¿Y ella… está contigo?-No soy muy disimulada, ¿o sí?
-Eeh… nop. Dijo que tenía que quedarse en el apartamento. Estoy con papá para las compras de lo que queda de año. Por cierto, ¡feliz Navidad!-Nos da un abrazo a ambas. No sé, se siente raro viniendo de Anais. Es físicamente igual a Gabriela, excluyendo la ropa y la cicatriz… Pero es una persona diferente, por supuesto… ¿entonces? No sé, no es lo mismo, no se siente lo mismo…
-Ah, no importa, ni que fuera tan importante…-Murmuro molesta, ¡quería verte en Navidad, maldita!
-Ya, ya, no te piques-Me revuelve el cabello-Dudo que soporte pasar un día entero sin ti…
-Ni Kathy sin ella…-Dice comprensivamente Cata.
-¡Ya déjenme!-Muy bien, estoy roja de nuevo-¿Te molesta si voy a verla…?
-¡No, no puedes!-Dice rápidamente, ¿qué?-Está totalmente prohibido ver a Gabriela en Navidad hasta las nueve, ¿entendido?
-Pero, ¿por qué?-¡Yo sólo quiero verla y darle besitos! ¡Muchos besitos!
-Porque… yo lo digo.-Dice sentenciosamente-Y cuando doy una orden… se sigue. ¿En… tendido?
-Sí, entendido-Digo a regañadientes-Así que Cata y yo nos vamos, feliz Navidad-Sí, soy picada, ¿y qué?
Entonces, mientras papá preparaba la cena con su delicioso pavo lleno de verduritas y relleno, tomé una ducha para quitarme toda la impureza y los pecados que tendré por pensar cosas tan raras sobre Gabriela y, ¿por qué papá tenía que sacar el tema? Además el agua está hirviendo, ¿¡por qué no puede salir más fría!?
Okey, me estoy alterando innecesariamente. Es que, ni siquiera es como que sea mi novia, así que papá no tendría por qué enojarse, además… No he hecho algo “malo” con Gabriela, ¿o sí? Bueno, tal vez me subí a sus piernas, ¡pero no fue de forma lujuriosa!, ¿o sí? ¡No!... ¿O sí? ¡Agh! Claro que no, por supuesto que no, yo no la provocaría así de la nada, ¿verdad? Ay, para qué pregunto siquiera, ¡nadie te conoce mejor que tú misma, Katherine! Así que sí, decidido, yo no la estaba provocando ¡No la estaba provocando!
Pero… ¡No, nada de peros!... Pero… ¡Agh, ya! ¡Es como si tuviera dos voces en mi cabeza y me están volviendo loca! Es que, ¿Gabriela pensará en estas cosas…? Debe estar acostumbrada a acostarse con gente. Bueno ya, no debería pensar tan mal sobre ella. Pero es que, ¡no sé! Yo no soy lujuriosa, ¡no lo soy! Tal vez me haya subido a sus piernas, sí, en efecto, lo hice, pero…
-Por Dios…-Aparece una versión mía en miniatura frente a mis ojos, ¿me estaré volviendo loca?-Ríndete de una vez, eres lujuriosa y quieres pasarla muuuuy bien con Gabriela.
-¡Yo no hablo así!-La regaño. ¿Estoy regañando a una imaginación?-Y yo no soy lujuriosa…
-¡Oh, claro que sí! ¡Te subiste a sus piernas! Y no me digas que lo hiciste por amor al arte…
-Bueno ya, me subí a sus piernas y empecé a besarla… y también se sintió muy rico, pero…-¿Pero?-Pero…
-Te contradices sola-¿Soy la única que encuentra esto raro?-Además, a mí no me engañas. Estás en este momento imaginándote cosas tan lujuriosas con Gabriela que me sorprendes.
-¡Eso no es cierto!-Instintivamente me cubro el cuerpo desnudo, mientras el agua sigue cayendo.
-Es tan cierto y estás tan caliente que no te has dado cuenta que has abierto la llave del agua fría hasta el tope y cerraste la del agua caliente-Veo las llaves e increíblemente tiene razón. Extiendo las palmas a la regadera y ¡está helada! Vuelvo mi vista a mi versión pero ya no está ahí. ¡Estoy volviéndome loca!
Salgo de la ducha e incómodamente comienzo a secarme el cuerpo, me siento muy rara. ¿Acalorada? Me rehúso a decir la palabra en que todos están pensando, ¡ya detengan esto! ¡Además, la ropa me está dando calor! ¿Alguien me puede explicar qué es esto? Soy una buena niña de 14 años, ¡no tengo por qué pensar en estas cosas!
-¿Kathy…?-Tocan a la puerta y mi papá me llama, ¿¡no crees que ya es mucho para un sólo día!?-¿Cuánto te falta?
-Eeeh… ¡Ya voy saliendo!-Tomo rápidamente todas mis cosas y salgo casi aplastando con la puerta a mi papá-¿Necesitas el baño?
-Me mira de pies a cabeza, con el calcetín medio puesto, las agujetas sin atar y la blusa semi abotonada, con mi cabello revuelto y goteando-Kathy, cariño… ¿te sucede algo? ¿Hay algo de lo que me quieras hablar…?
-Po-por supuesto que no, ¿qué te hace creer eso?
-Porque estás tartamudeando, saliste del baño apurada y tienes la misma cara de culpable que pusiste después de comerte los dulces de Cata cuando eras pequeña.
-Perdón hermanita…-Murmuro por lo bajo, ¡en serio lo siento!-Pero no… No me pasa nada, en serio… sólo estaba pensando.
-¿En qué?-Me quita un mecho mojado del rostro y me acaricia el cabello, mojándose toda la mano.
-Eeeeen… En que ya soy una adolescente-Dios, en serio que no sé inventar cosas.
-¿Y…?
-Y que ya tengo 14 años…
-¿Y…?
-Y que esta conversación se está poniendo muy incómoda…
-¿Y…?
-Te quiero mucho papi…
-Mejor-Y me da un beso en la frente-La cena navideña estará lista en media hora, prepárate para comer la más deliciosa de todos estos años…
-Ajá…-Y salgo apresurada hasta mi cuarto, cerrando la puerta de un golpe y respirando agitada, era como si mi papá me hubiese descubierto en el acto teniendo sexo con Gabriela, y la imagen no se me antoja muy graciosa… ¿¡Por qué!?-¡Aaaaah, secarse el cabello, secarse el cabello!-Conecto el secador y me siento en mi cama, prendiéndolo a máxima potencia y el aire caliente me golpea en el rostro. Claro… lo que faltaba…
Dejo el secador a un lado y me siento apoyando mi barbilla en las rodillas, abrazando mi almohadoncito de Mickey Mouse. Bueno, aceptemos el caso hipotético de que quiera hacer ése tipo de cosas… con Gabriela. Me remuevo incómoda y siento un cosquilleo raro, ¡esto es molestoso! Realmente molestos, tengo calor de nuevo y no me siento… ¿cómoda?
Ni siquiera eso es lo peor, eventualmente tendremos que decirles a nuestros padre. Aparte de que papá le lanzará platos como si su vida dependiera de ello, su papá después de echarme de su apartamento le dará un gran discurso a ella diciéndole lo mala que es y… Agh, no quiero que esto pase. No quiero que tenga que pasar por todo esto con su papá, ¿y si de la nada decide que se muden? Un día simplemente entra y les dice que se mudará por esto, ¡no quiero! No quiero hacerle esto, pero creo que ya es demasiado tarde como para alejarme y fingir que no la conozco, ¡porque no puedo! ¡Pero esto está matándome!
-Mi cabeza va a explotar…-Abrazo aún más fuerte el almohadón y sólo quiero que la tierra me trague. Aparece Gabriela como si fuese justo lo que necesitara y se acerca a mí olorizándome, ¿acaso huelo mal? Me empieza a hacer cariño con su cabeza en mi brazo y sus bigotes me hacen cosquillas-¿Por qué no te transformas en la Gabriela de verdad y me dices que todo va a estar bien? ¿Y me abrazas y me haces sentir que todo lo demás desaparece?
-¡Miau!-Me chilla y baja de la cama, ocultándose debajo de ella, ¿fue algo que dije?
-¡La cena está lista!-Grita mi papá, ¡cena! ¡Y ni siquiera me he secado el cabello! ¡Me van a matar!
-¿Qué estuviste haciendo todo el tiempo en que fuiste a “secarte el cabello”?-Me pregunta papá cortando un pedazo de pavo.
-Eeeeh… pensando-Balbuceo, ¡yo sólo quiero pavo!
-Has estado muy pensativa este día…-Me insinúa echándome un pedazo en el plato.
-Papá, no la regañes, está en esa edad-Le dice Cata mientras se echa ensalada. Gracias Catalina, no es como que tengas mi misma edad o algo.
-Carraspeo-Eeeh… Gabriela me invitó hoy a las nueve a-
-¿Otra fiesta?-Pregunta molesto. Me voy, voy a lanzarme del edificio antes de que me mate él.
-No, no… Aquí en el edificio.
-Ah, a su apartamento, ¿van a ver una película?-Le da un mordisco y lo saborea. Ya, ya, sí está rico.
-Eeeh… no exactamente… a la azotea-Me alejo un poco de la mesa esperando lo peor, así como una mirada que me convierta en piedra.
-Me mira mascando su pedazo de pavo, con los ojos muy abiertos, como si le hubiese dicho que me voy al extranjero a vivir entre vagabundos-¿Te dijo para qué?-Intenta parecer calmado, cortando efusivamente otro pedazo de su pavo.
-No realmente… Pero… ¿Puedo?-Pregunto intentando dar la mayor pena y comprensión ajena que soy capaz de provocar.
-Suspira largamente cansado-Sí, sí puedes, pero por favor no llegues tan tarde. No puedo dormir hasta que no llegues…
-Aaah… gracias.
Me puse una pequeña chaqueta sobre la blusa para no pasar frío arriba en la azotea. Me asomé por la ventana y sentí el frío aire que siempre hay en la ciudad, los faroles encendidos y la escura noche con las estrellas y la luna llena, ¿por qué querrá llevarme a la azotea? Tal vez para compensar no haberme celebrado el cumpleaños, como la odio. O tal vez para darme un regalo, porque es Navidad. No sé, pero no la he visto en todo el día, yo sólo quiero un besito.
Salgo del apartamento y voy hacia el montacargas. Cuando lo descubrí me había quedado encerrada como por una hora hasta que apreté el botón y ¡ta-da! Llegué a la azotea y sabía que sería un lugar muy especial, ¿ven? Katherine Castillo nunca se equivoca, nunca.
Entonces llegué a la azotea pensando que sólo vería a la luna y las estrellas y a Gabriela de pie o sentada en el borde, ¡hasta me lo imaginaba! Pero no. En vez de eso, me encontré con luces navideñas encendidas y rodeando todo el borde de la azotea, e incluso en soportes de madera en el medio, iluminando todo. Gabriela estaba en medio mirándome con una expresión de: ¿Va a matarme o no? No sé qué habrá provocado esa expresión en su rostro, porque no sé si mi expresión era de sorpresa mala o sorpresa bueno, o siquiera de consternación… Es que… es… mucho y quiero, no sé… lanzarme en sus brazos, ¿eso es bueno? Sí, se siente bien, así que debe ser bueno.
-Así que qué más da, corro hacia ella y me lanzo a sus brazos, ella me gira levantándome y bajándome en el aire una y otra vez, y veo el remolino de colores girando para ver la ciudad completa, desde la costa hasta los edificios, las montañas y de vuelta, ¡ah, te amo!-¿Qué es esto?
-Esto es… ¡Navidad!-Me dice emocionada, sin soltarme, ¡al fin puedo verla frente a frente a su misma altura!-Y es… bueno, es el momento en que debo ser la persona más seria de la vida, pero a la vez cariñosa, y te va a gustar pero a la vez no y… ¡mira, si escribí un discurso!-Me baja por un momento y saca un papel del bolsillo trasero, pasó una ráfaga de viento y el papel se le escapó de la mano y salió volando al vació-Puta madre… ¡Ah, quién lo necesita! Okey, aquí vamos…- Y carraspea.
-¡Ño!-Me quejo-Yo quiero estar a tu altura-Digo como niña pequeña.
-Ya, ya, ya-Me toma en brazos y de nuevo estamos frente a frente-Katherine Castillo… La verdad tenía pensado leer el puto discurso, pero en vista y considerando que el universo me odia, tendré que improvisar. Aunque, si te pones a pensar… lo más probable es que en algún universo paralelo, sí lo esté leyendo. Y la verdad creo que en otro, hubiese dado este discurso hace mucho tiempo. No sé si sabes que el primer día que llegué a esta ciudad en que el invierno parece ser la única época del año, mucho peor que en Inglaterra… Estaba siendo ignorada por mi hermana y mi padre y ¡boom! Me encontré con una niña muy pequeña-Auch…-Muy blanca, que mi primera impresión fue que era un vampiro-Gracias, gracias…-Y creo que recuerdas el momento en que salí corriendo por las escaleras para saludarte-Sí… realmente me asustó, pero fue lindo cuando la vi-Sé que fue raro, lo sé, lo sé… Pero realmente tuve la necesidad de hablarte… Anyway-Aaaah, cómo amo cuando habla en inglés-Para reducir un poco esto… Bueno, debí haber hecho esto hace mucho, después de todos los besos y los te quiero y los abrazos y los carruseles y… todo, incluyendo tus descontrolados celos-¡Pareciera que toda la escuela gusta de ti!-Pero Gabriela te… ama, así mucho, mucho, mucho. Aparte de que eres la primera persona por la que se siente así, y la primera persona por la que incluso le diría su padre que… Bueno, esto depende de ti. Como sabes que soy muy mala en las palabras… Katherine Castillo, ¿quieres ser mi novia?
Me quedo de piedra en sus brazos. Si no me estuviera sosteniendo, tal vez me hubiese caído. ¿Por qué tan repentino? Yo esperaba un regalo de Navidad, o uno de cumpleaños atrasado, ¡no una propuesta de noviazgo! O sea, la verdad no es como que hubiese matado por ser su novia, porque nunca he sido novia de alguien, ¿cuál es la diferencia entre como somos ahora a ser novias? Nos besamos, abrazamos, y nos decimos te amo, ¿no es lo mismo? Claro, mi papá no sabe nada de eso, mis amigas saben nada de eso, y lo más probable es que las suyas tampoco, aparte de Cata, Alicia y Anais, nadie más sabe. Tal vez es eso… porque sí, me gustaría que papá lo sepa. Incluso si la mata a ella, incluso si su papá… Agh, su papá…
Pero ella…
-Sí… pero no-Digo titubeante.
-Me mira de una forma desconcertada y a la vez triste-¿Po-por qué no?
-No dije que no.
-Lo dijiste literalmente.
-Ay, ya escúchame.-La regaño-Sí quiero ser tu novia, en serio lo quiero. Es que… ¿no tienes un poco de miedo?, ¿por tu padre o por el mío?
-¿Quieres la verdad o la mentira?
-Dime la mentira primero.
-¡Por supuesto que no, tengo mucha convicción en que será sencillo!
-Okey, y ahora la verdad.
-Tengo más miedo que cuando tienes 50 llamadas perdidas de tu papá después de emborracharte en una fiesta-Dice preocupada y torciendo incómoda el gesto-Pero tengo también la seguridad de que contigo podré hacerlo. Costará… pero podré hacerlo…
-Sabes, hoy estaba hablando con papá y me dijo algo realmente… extraño. Me dijo que si alguna vez encontraba a alguien propasándose conmigo, iba a agarrar un cuchillo y cortarle su…-Me acerco a su oído y le susurro la palabra.
-Ow…-Murmura incómoda-Cortar mi… Mmmh… Bueno, no tengo mucho de qué preocuparme, ¿o sí? ¿No-via?
-Novia…-Repito en un hilo de voz y sonrío instintivamente-¡Eh, sí, novia! ¡Novia!-La abrazo fuerte, fuerte y luego la beso mucho, mucho-¡Aha, te amo, amo!
-I know, I know…-Dice orgullosa mientras yo le doy un golpe en el hombro-Ya, ya… yo también te amo, mucho, mucho.
Lo más genial de todo esto, es que me siento bien, genial, contenta, feliz… como si hubiésemos hecho lo correcto con esto.