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La Puerta Del Frente por tomateconlechuga

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Notas del capitulo:

Holi, acabo de subir el otro capítulo hace unos... dos minutos? Bueno, lo prometido hace dos minutos es deuda, así que aquí está, de nuevo me disculpo y les dejo algo que espero valga la pena, hice todo lo que pude de nuevo u.u

-Bien, señorita Wotton, ¿planea explicarme por qué usted y la señorita Aigner se han peleado?

 

  La fría voz de mi directora retumbó en las paredes de su despacho. Sí, aquél mismo despacho al cuál entré para robar la dirección del acosador ése, hace un par de meses en que las cosas parecían ligeramente más sencillas. Mi ojo izquierdo duele como un demonio que intenta apoderarse de mi cuerpo, de seguro ya debe estar morado e hinchado, porque pareciera que sólo veo a  los fríos y grises ojos de la directora con mi ojo derecho, medianamente intacto. Siento un moretón en mi nuca, un dolor en las costillas y un par de arañazos en mis brazos. Melanie, sentada en una silla a mi derecha, por otra parte, tiene su desquiciante labio inferior hinchado y hace una media hora estaba sangrando sin control; su ojo derecho también morado, y si mis patadas aún son fuertes, el estómago debe dolerle como mil demonios.

  Y ustedes se preguntarán: ¡¿Pero qué rayos hiciste esta vez?! Bueno, eso mismo se debe estar preguntando la directora, esta mujer que debe estar cursando la crisis de los 40, vestida con una blusa blanca que deja ver ligeramente el escote, y su castaño cabello recogido en un moño que sobresale por su coronilla, mirándome con expresión de haber chupado un limón mientras observaba a alguien vomitar, descansando tranquilamente su cuerpo en su silla de directora.

 

-Verá… Para que entienda cómo se ha originado todo esto… debo empezar mi historia hace dos días, el sábado…-Digo mirando fijamente la pared.

-¿A quién le está hablando?-Pregunta en un susurro la directora a Melanie.

-No sé, a su público imaginario, supongo-Contesta ella molesta.

-Todo comenzó cuando mi novia se había sentado sobre mis piernas por segunda vez.

-¿Perdona?

 

 

¡Flash Back!

 

 

-¿Por qué… pones esa sonrisa?

-Sólo bésame.

-What?

 

  Katherine volvió a besarme con más intensidad de la que había recordado que lo hubiese hecho desde que se me ocurrió besarla en Halloween. Obviamente, Gabriela, llena de estrés y problemáticas con porcelana, reportes… imaginaciones y esas cosas, no había pensado en ningún momento en detenerla, impedírselo, porque… ¿quién rayos no querría esto? Lo he estado esperando por meses…

 

  Entonces apareció Consciencia…

 

 

-¿¡Qué haces!?-Retumba su voz en mi cabeza-¡¿Es que no escuchaste nada de lo que te dijo ayer?!

-No parece molestarle mucho ahora…-Digo pensativamente.

-¡Estás a punto de cometer un grave, grave error!-Me grita, retumbando en mi cerebro.

-No soy precisamente yo la que está llevando las riendas en esto…

 

-Bueno, esperaba una reacción distinta.

 

  La voz de Katherine destruyó la pequeña burbuja de imaginación que había tenido durante unos segundos, manteniendo mi diálogo con mi querida y olvidad Consciencia. Así que, me di cuenta de que aparte de estar besándome gozosamente, había estado intentando jugar un poco por la zona de mis pechos. Rayos, ¡alguien que saque a Consciencia de aquí!

 

-Aaaah… Sí, verás…-Pero la voz chillona de Consciencia siguió rebotando en mi cerebro-Agh, sí, tiene razón, esto no es correcto.

-¿A qué te refieres?-preguntó con un toque de molestia-¿Es que no valgo lo suficiente para que hagas algo?

-No, es que…

-Oh, pero qué fácil era acostarse con otras personas, ¿ah?-Pero… ¿qué? Al parecer estaba enojada, y cada vez lo estaba más-No te costaba hacerlo con otras, ¿qué es diferente?

-Hey.-Uuuuuy, Gabriela se enojó. Katherine se quitó de encima sin ninguna queja, se puso de pie firmemente con los brazos cruzados, mientras yo caminaba por toda mi habitación-¿Qué crees que soy? ¿Acaso crees que voy por la vida de tipa en tipa bajándoles los pantalones después de emborracharlas? ¿De verdad esa es la forma en que me ves? ¿Una puta… que va de tipa en tipa?-Uuuuy, Gabriela sacaba humo por sus orejas.

-No…-Ooooh, ahí estaba el tono de arrepentimiento-Yo no quería decir…

-Oh, tranquila, ya entendí lo que querías decir-La paré rápidamente, señalándole la puerta-Creo que mejor deberías irte, aún tengo que terminar ése reporte-Y con total dignidad, me di media vuelta y comencé a recoger los papeles del suelo, llenos de apuntes y comenzando a escribir de nuevo en mi Notebook, retomando el hilo de lo que había dejado. Siguió un instante de silencio y luego el sonido de mi puerta abriéndose y cerrándose un par de segundos después. Entonces suspiré y volví a lanzar los papeles al suelo, furiosa, cerrando de un golpe mi Notebook mientras al mismo tiempo se escuchó la puerta principal, y yo me recliné en mi escritorio-idiota…  

 

 

-Interesante anécdota, Wotton-Me interrumpe la directora-Pero no veo ninguna relación…

-Espérese, espérese…

 

 

  Después de ése pequeño gran percance con Katherine, el domingo me lo pasé echada en cama, tapando mi ventana con una sábana oscura y el suelo inundado de intentos fallidos de reportes sobre los sistemas de energía, reporte que me resigné a no entregar.

  Digamos que no me sentía especialmente bien, en parte porque mi novia me había tratado como a una puta en cierto sentido, en parte porque yo no la había tratado  mejor. Bueno, tal vez exageré, pero es que…. ¡Aaaaagh! Tomé una hoja del suelo y la arrugué y destrocé y partí en pequeños pedacitos que cayeron al suelo como copitos de nieve repletos de odio y asesinatos. Probablemente era el séptimo papel que sufría la ira de mis manos. ¡Pero es que la voz de Katherine seguía ahí! ¡Retumbando en mi cabeza como si tuviera una grabadora atascada en el botón de “reproducir”! “Ñi ti costaba hacirlo con otras, ñeñeñe…” Repetía con voz de idiota mientras me revolcaba en mi cama y buscaba mi celular. Oh bien, ya eran las cinco de la tarde y no recibía una llamada, un mensaje, una foto, tal vez un mensaje de amenaza, ¡yo que rayos sé! Viniendo de Katherine. Noooo, ella prefería guardar silencio mientras yo me devanaba los sesos por las cosas que había dicho. Grrrr… realmente odiaba a todo el mundo.

 

 

  Mi odio sólo siguió hasta que para mi mala fortuna debía salir de mi escondite pseudo habitación para tomar un baño de agua caliente y burbujas y fingir que nada de lo que había pasado realmente había… pasado. Era sólo otro acceso de imaginación de mi inestable mente, llena de imaginaciones y cosas locas. Sí… nada más que mi mente, me repetía mientras me hundía en el baño, con agua caliente, burbujitas y sales aromatizantes, hubiese encendido un par de velas, pero no había ninguna por ninguna parte. Aaah… mañana sería un nuevo día, me encontraría con Katherine en la escuela, la saludaría con un beso apasionado, nos iríamos juntas a casa y luego… ¡Tendríamos sexo salvaje!

 

 

-Wotton.-Me corta la directora-Francamente…

-Ya va, ya va…   

 

 

 

  Con esa impresión plasmada en la mente, me fui a la cama un tanto más tranquila, porque había terminado mi reporte y se lo había enviado por correo a la viejita de física esa…

 

-¡Wotton!

 

  A la profesora de física, de física… Era un reporte bastante basura, que tal vez hubiese tenido calificación “M” de “mediocre”, pero me había contentado con terminarlo un día antes. Con todo eso, me quedé dormida más rápido y temprano de lo que mi consciencia hubiese aceptado. Ya saben cómo es ella, le hubiese gustado haberme torturado con laaaargos discursos sobre la moral y lo que se debe hacer y no hacer. “Gabriela, no hagas eso”, “no hagas esto otro”, “no quemes la casa de tu vecino”, “no pongas esos laxantes al café de la directora”.

 

-¿Disculpa?-Dice aterrada, observando la taza de su café terminado.

-¡Je-estaba bromeando, sólo quería ver su rostro!

 

 

  En fin, la forma tranquila en la que me dormí, fue completamente opuesta a la horrible forma en la que me desperté. Verá, mi cerebro, después de haber recibido sus merecidas horas de sueño y salud mental, funcionaba correctamente otra vez. Lo que significaba recordar lo de un día antes. Lo que significaba recordar nuestra pelea. También la escuela hoy. El reporte. Katherine. Fin del mundo. Boom.

  Así que me levanté de mala gana y comencé a arreglarme para este horrible lugar…

 

-Wotton…

 

 

  Este genial establecimiento para el conocimiento de las jóvenes mentes que deben ser llevadas por el camino de la rectitud y la disciplina.

  Como sea, caminé al Subterráneo junto a Anais, mi hermana gemela, no de muy buena gana, esperando al tren en el andén, la cabeza me daba vueltas como si fuera la peor resaca de la historia de las resacas de una persona de tan corta edad. Sentía que todo daba vueltas y que el ruido de las personas a mi alrededor se aglomeraba en mis oídos que tenían ganas de explotar a lo Acme. ¿Por qué Katherine había reaccionado así? Fue ella la que me habló sobre ése tema, yo le dije que no le haría nada, si ella va y se pone sobre mis piernas, ¿es que quiere que le aplauda? Pensé, mientras mis manos intentaban arrugar a un papel imaginario en el aire, mientras entraba al tren y las puertas se cerraban detrás. Y claro, yo intenté ser buena niña, intenté controlarme, no dejarme llevar, no quería desatar una catástrofe. Yo la traté con respeto. Ella me trató como puta.

 

-Basura de enana…-Murmuré por lo bajo mientras retorcía mis manos y un niño de unos 4 años se ponía a llorar al verme actuar como una mafiosa dispuesta a ahorcar a un soplón-Sólo intenté hacer lo correcto, ¿es que acaso eso es malo? ¿Cómo es eso siquiera posible?

-Gabriela…-Me susurró Anais con cuidado y cautela. Mi gemela sabe cuándo identificar que soy un peligro público-¿Sucedió algo? El sábado sentí a Katherine entrar y… no se demoró mucho en salir-Yo seguía impasible estrujando mis manos-Así que me preguntaba si algo había ocurrido…

-¿Pasar algo? ¿Ocurrir algo? ¿Qué te hace creer eso, Anais?-Le respondí tranquilamente y sonriendo tensamente, aunque mis manos parecían tener vida propia.

-Oh, ah… Eh…-Lo pensó durante un momento-¿Y cómo te fue con el reporte de física?

-Genial.-Contesté secamente.

-Creo que debí agregar más en la parte en que pedía explicar el procedimiento, debí ser más detallada… lástima que ya se lo envié, no quiero estar escuchándola después: “Debió haber pensado en eso antes de enviarlo, Wotton” Te lo juro, a vece pienso que nos confunde y cree que…

 

  Pero como todos saben, yo obviamente no la estaba escuchando, ¿creen que alguien que retuerce sus manos en el aire se pone a escuchar a su hermana gemela sobre cómo las personas las confunden? Nos confunden a diario, ¿cómo? No sé. ¿Es divertido? A veces. ¿Oportuno? Bueno… haciéndome pasar por ella conseguí apuntarme a mí y a Katherine a la fiesta de Halloween. Katherine…

 

-Gabriela, creo que las manos te están sangrando…-Me volvió a interrumpir Anais.

-¿¡Que no ves que intento disminuir mi odio hacia esa… esa… enana!?-Le grité. Ya he tenido otras oportunidades para gritar a pleno pulmón en el tren.

-¿Pero qué rayos pasó?-Anais se veía asustada. No es que yo sea un peligro para los demás… salvo la vez que le rompí los vidrios a ése auto, la historia es muy chistosa, yo…

 

 

-Muy bien, Wotton, creo que ya ha sido suficiente…-La directora suspira cansada y resignada, dirigiéndose a Melanie-Señorita Aigner, podría usted por favor explicarme por qué se han peleado-Le implora.

-Claro, directora Hannah-Melanie me miró de soslayo y con burla.

 

  >> Yo estaba tranquilamente comiendo mi almuerzo en una de las bancas del patio, cuando esta… esta desquiciada vino con su noviecita esa y empezó a gritarme un montón de cosas sin sentido, directora. Entonces, alzó el puño y, como entenderá, directora, yo supuse que quería hacerme daño, así que me defendí… Pero ella obviamente es más fuerte-Sus labios se crisparon en una disimulada mueca de odio hacia mí-Y me derribó, directora… Entonces la loca de su noviecita también me atacó y-

 

-Eso no fue lo que pasó.

 

  La directora, Melanie y yo, actuamos como tres suricatas que instintivamente dirigen la mirada al menor ruido. Katherine estaba en el marco de la puerta con el ceño fruncido hacia Melanie.

 

-Ah, señorita Castillo-Dice la directora feliz de ver, al parecer, a alguien que esté tan cuerda como ella-¿Cómo se encuentra su herida?

 

 

  Era gracioso que le preguntara a eso a Katherine, ella apenas tenía un rasmillón en el pómulo derecho, mientras Melanie y yo parecíamos salidas de una película de acción y ni siquiera nos invitó una tacita de té.

 

-Bien, gracias…-Contestó ella, sin siquiera dirigirme la mirada. Al cabo que ni quería-¿Puedo entrar?

-Adelante-La invitó ella a tomar asiento a mi izquierda.

-Gracias-Ella se sentó sin mirarme aún-Como le decía, no fue así cómo pasó: Melanie no estaba sentada en una de las bancas, estaba con sus… amigas-Hizo las comillas en el aire y solté una pequeña risa-Y no dejaba de apuntarnos y reírse con ellas. Yo comencé a molestarme, pero Gabriela… Bueno, ella ya estaba muy molesta así que intentó acercarse a Melanie, pero yo no la dejé y… por lo visto a Melanie le pareció una oportunidad perfecta para ir a molestarnos y… Gabriela entonces perdió un poco la paciencia por algo que Melania había dicho-Melanie soltó una risa burlesca. Uy, muere-Entonces comenzó la pelea.

-Lo que no logro entender…-Dijo lentamente la directora-Es por qué Wotton estaba tan enojada…

-¡Ajá!-Dije triunfal-En eso estaba, directora, pero usted me interrumpió. Ejem…

 

 

… Le conté lo que había pasado con Katherine a Anais mientras íbamos en el tren, obviamente, repleto de mis comentarios no muy halagadores a Katherine, aquí presente, por eso preferiré no mencionarlos ahora. Bueno, vamos a adelantar un poco esa larga conversación con insultos dirigidos a cada una. Oh, no se preocupe directora, así nos tratamos siempre… le puedo dar una representación de lo que ocurrió cuando se me olvidó comprar jugo de manzana.

 

 

-¡¿Es que tienes el cerebro de un maní?!

-¡Pero es que no todos tenemos memoria de elefante como tú!

-¿¡Me estás diciendo gorda!?

-¿¡Es que tú todo te lo tomas como insulto!?

 

 

  En fin. Como iba diciendo, le conté durante el camino a mi hermana gemela lo ocurrido, y ella se quedó callada durante unas dos estaciones antes de bajarnos y su único comentario fue…

 

-Eres una idiota.

-¿Qué?

-Eso.

-¿Por qué?

-Porque lo eres.

-¿Eh?

-Sip.

-¿Sí?

-Totalmente…

-…

-…

 

 

  Alrededor de unos… 11 segundos después, comenzamos a discutir e insultarnos como las excelentes hermanas gemelas que somos. Y discutimos, discutimos hasta llegar a la escuela y a nuestro salón. Lo único claro que pude sacar de todos esos insultos es que debía intentar verlo desde la mirada de Katherine…

 

-Debiste haberlo hecho.-Dice tajantemente Katherine a mi lado.

-Señorita Castillo y Wotton, su relación puede esperar hasta que salgan por la puerta de mi despacho… Señorita Wotton, continúe.

 

 

  Así que me senté de mal humor en mi pupitre a esperar a la profesora suplente de matemática y no prestar atención a nada de lo que decía… Y me puse a pensar e intentar ver las cosas desde el punto de vista de Katherine. Lo intenté muy detenidamente durante una media hora hasta que al fin…

 

-Todas se inclinaron hacia adelante expectantes a mi respuesta-No pude…-Y todas se echaron resignadas hacia el respaldo de sus sillas-¡Lo siento, pero no pude!

 

  Así que seguí amargada durante gran parte del día. Durante el segundo receso, vi a Katherine en los baños de este pabellón y salí corriendo… aunque no me di cuenta de que tenía papel higiénico pegado a la suela de mi zapato… Entonces me senté para recibir esa gran reprimienta por parte de la profesora de física sobre mi tan mediocre reporte porque, como verá, esta niña de octavo grado arruina mi desempeño académico considerablemente.

 

-Wotton, realmente no veo a dónde está llevando todo esto…

-Sólo espérelo, espérelo…

 

 

  Entonces, mientras escuchaba a la profesora usarme como ejemplo para alumnas mediocres que no se preocupaban o se tomaban seriamente sus estudios, me puse a pensar que la situación era ridícula, ¿qué tan difícil era disculparse conmigo?

 

-¡¿Disculparme contigo?!-Saltó Katherine.

-¡Castillo!

-Perdone, directora…

 

 

  Como decía… ¿qué tan difícil podía ser? Era cosa de bajar las escaleras, caminar por el patio, subir las escaleras, buscar mi salón, entrar, pedirme disculpas y podíamos volver a estar como antes, con besitos, abrazos y mucho, mucho amor. 

  Pero al parecer Katherine no pensaba en eso para nada. No, claro que no, ni siquiera se había dignado a llamarme, o escribirme, siquiera mandarme un emoticón o algo. Nooooo, para nada. Así que me resigné a mi incertidumbre y me fui a comer mis fideos, sola y abandonada en el patio de la escuela, sentándome en una de las bancas, disfrutando del manjar de los fideos, cuando el Rey de Roma apareció.

 

-¿Podemos hablar?-Sí, qué ruda era ahora Katherine cuando había muchos testigos para confesar haberme visto clavarle el tenedor en el ojo.    

-No lo sé, creo que después tengo una cita con una tipa para tener sexo con ella, tal vez no pueda atenderte-Todo esto lo dije rápido y con muchos fideos en la boca, así que no fue tan amenazador como yo esperaba.

-¡Agh, Gabriela!-Se sentó junto a mí, sin que yo le diera permiso.

 

 

-¿Acaso la banca era tuya?-Bufa molesta Katherine a mi lado.

-¡Ya  basta señorita Castillo, o tendrá que irse!

 

 

-Mira, malinterpretaste todo lo que te dije-Se apresuró a decir, moviendo las manos como si fueran bailarines de tap-Yo no te lo decía en ése sentido, de verdad. Sólo quería decir que…

-Te traté con respeto.-Puntualicé, una vez sin fideos en la boca y dejando el pote a un lado, la situación se volvió más seria-Tal como te lo merecías. Tomé en cuenta toooodo lo que me habías dicho el viernes por la noche e hice lo que cualquier persona sensata y con un poco de cordura considerando que sus imaginaciones vuelan por todas partes hubiese hecho: detenerlo.

-Sí, es que no lo entiendes…

-Porque consideré: Dios, no, no debería estar haciendo esto. Es tan pequeña y con todo lo que le ha pasado, esto no es lo correcto, merece algo mejor.

-Pero Gabriela…

-¡Así que fui decente y lo detuve!-La apunté con un dedo acusador-Porque creí que tú no querías llegar a eso después de-

-¡¡Pero yo sí quiero hacerlo contigo!!

 

  Seguida a esa declaración de grado tres, fueron un par de segundos silenciosos en los que me vinieron muchas cosas a la cabeza, entre ellas las palabras: ¿Qué? What? ¿Perdón? ¿Estoy loca? ¿Me he vuelto sorda? Vinieron a mi cabeza a una velocidad increíble.

 

-Bueno, pues yo… yo… yo… ¡Yo no me esperaba esa respuesta para nada!-Le dije todavía apuntándola con el dedo.

-Aish…-Dijo acalorada, tapándose el rostro con ambas manos. Yo no entendí nada, sentía que estaba atrapada en un vórtice tridimensional atravesando universos sin poder detenerme-Es que…

 

 

  Pero obviamente algo tenía que detenerla. Katherine siempre encuentra una razón para que algo la detenga. Se quedó mirando fijamente al frente a través del pequeño patio de juegos con resbalines y columpios, frunciendo el ceño y apretando fuertemente sus manos de enana.

 

-¡Oye!

-¡Ya basta!-Brama la directora-¡Wotton ya detente!

-Pero directora, si estoy a punto de llegar a la parte de la pelea ninja del  poder oriental nivel cuatro…

-Ya, ya, pero acelera un poco la cosas, ¿quieres?

 

 

  Entonces intenté distinguir qué era lo que la hacía enojar aunque, obviamente ya me hacía una idea bastante clara de lo qué podía ser. Más bien, de quién podía ser. Así es, Melanie, aquí presente, estaba con su grupito de popularmente populares, señalándonos y susurrando cosas en su idioma secreto, supongo.

  Considerando todo lo que me había dicho Katherine el viernes por la noche, la sangre comenzó a hervirme por todo el cuerpo, sentía que echaba humo por todas partes y sólo quería… hacer algo inocente… como clavarle mi tenedor en los ojos. El cuello. El estómago. La boca. Orejas. Incluso por el cu-

 

-Entendemos, Wotton, ahórratelo.

-Sí, directora.

 

 

 Mis manos se volvieron puños y creo que tenía ojos de asesina, porque vi que su grupito ése se deshacía y se iban en distintas direcciones, quedando Melanie ahí y acercándose a nosotras.

 

-Voy a matarla…-Susurré poniéndome en pie.

-Gabriela, no. Déjalo como está-Se veía claramente que a Katherine le costaba un infierno entero sostenerme.

-¿Que lo deje como está?-Pregunté enfadada-¿Pretendes que me quede de brazos cruzados y la deje en paz, dejándola burlarse de ti después de todo lo que me dijiste? Voy a hacer que su rostro quede irreconocible…

-¡No!-Me susurró alarmada-¿Crees que quiero que todo el mundo se entere de lo que hizo? ¡Te digo que lo dejes como está, ya no importa!-Todo esto lo decía rápido y en susurros, porque Melanie estaba cada vez más cerca.

-Katherine, media escuela tiene motivos para sacarle la mierda, ¿crees que alguien hará preguntas?

-¡Te digo que no lo hagas!

-Bueno-Uuuy, ahí estaba la voz burlesca de Melanie para variar, mirándonos a las dos, como si quisiera que yo le sacara esa sonrisa del rostro-¿Qué hacen las dos tan juntitas otra vez?

-Vete.-Bueno, creo que Katherine tenía su propia batalla interna: debatiéndose entre soltarme para que yo la matara o queriendo echarle una maldición.

-Qué ratoncita tan ruda-Grrrr… Francamente, no entendía cómo Katherine podía sostenerme a esas alturas-¿Y tú? ¿Es que te urge ir al baño?

 

  Bueno, tal vez tenía motivos para creer eso… Mi rostro estaba fruncido a más no poder y rojo de ira, mis puños levantados mientras Katherine, con todas las fuerzas que alguien debió haberle prestado un día antes.

 

-Creo que tu perro tiene ganas de pelear conmigo, ratoncita-Grrr… la iba a matar en cualquier momento.

-Deja… de llamarla… así-Tal vez sí parecía un perro a punto de morder a alguien después de todo.

-¿Quieres pelear?

-Katherine, suéltame.

-Gabriela…

-Suéltame.

-¡Increíble! ¿Y necesitas su permiso?

 

  Boom.

 

 

-Me reclino en mi asiento con las manos detrás de la cabeza.

-¿“Boom”?-Pregunta atontada mi directora-¿Y eso qué significa?

-¡Ah, claro! Verá…

 

 

  Tal vez Katherine al fin había cedido, tal vez mi fuerza alcanzó su punto máximo, el caso es que dos segundos después, le llegó a Melanie un puñetazo directo en ése ojo derecho tan bonito que tiene. Se tambaleó hacia atrás y cayó directo en la banca del frente. No había ni rastro de su sonrisa, pero creo que distinguí claramente enojo y ganas de… bueno, matarme.

 

-Vamos, ¿ya te acobardaste? ¿No quieres pelear conmigo acaso? ¿O sólo eres buena en las amenazas?

-Estás muerta, Gabrielita…-Murmuró poniéndose de pie.

-Mira como tiemblo, alemana…-Saltaba como boxeador en un ring.

-Gabriela…

-Tú te callas. Si fuese tú, me iría ahora.

-Pero Gabriela…

-¡Que te va-!

 

  Boom.

 

  Ese golpe, desgraciadamente…. Fue para mí. Directo en mi ojo izquierdo y tomada por sorpresa, en vez de caer en la banca, caí de golpe en el suelo, ganándome el dolor y posiblemente chichón en la nuca. Un poco mareada y todo, y viendo todo apenas con el ojo derecho, recibí un par de patadas desde arriba en mis costillas, lo cuál explica ése dolo también… Melanie, de forma muy cobarde, había decidido atacarme mientras estaba en el suelo, algo totalmente deshonroso en lo que a lucha se refiere…

 

-¡Vaya!-Sentía su voz un poco lejana, creo que estaba media inconsciente-¿Qué es esa cicatriz tan bonita que tienes ahí?

 

  Digamos que yo me paralicé al instante, y el dolor se detuvo… también un poco las ganas de perder el conocimiento. Como me había golpeado en el ojo izquierdo, mi cicatriz había quedado al aire para que todos la vieran… cosa que he intentado evitar por muchos años.

 

-Esto se merece una foto-Se inclinó sobre mí con su celular en alto-Gabriela Wotton, la niña de la cicatriz oculta…

 

 

  Y… boom.

 

  Mi patada cayó justo en su estómago, lo que la hizo caer lejos, muy lejos… y eso le debió ganar el dolor de estómago que debe sentir ahora.

  Como sea, yo aproveché de ponerme en pie y poner los puños en guardia. Melanie se levantó también y corrió hacia mí… Pero yo le lancé mi patada voladora directo en su…

 

-¡Wotton, quiero que cuentes la verdad en esto!

-Desafortunadamente, directora Hannah…-Dice con amargura, Melanie-Es cierto…

-¿Qué?

-Su pierna alcanzó mi cara-Explica.

-¿Cómo?

-Dio una especie de giro antes, como en las películas-Corroboró Katherine.

-Y cayó directo en su mandíbula, ganándole el labio roto y sangrante-Termino de buena manera, orgullosa de mis dotes guerreros.

-Esto es increíble…-Dice sorprendida la directora, apoyándose incrédula en el respaldo de su silla-¿Qué sucedió después?

-Bueno…

 

 

 

  No es fácil salir bien parada después de dar un patada así a alguien tan de cerca, así que incluso con el aturdimiento, Melanie me tacleó limpiamente y se me echó encima, ambas cayendo al suelo, yo me cubrí el rostro por instinto, ya era mucho que viera mi cicatriz, no iba a darle más satisfacción. Creo que así fue cómo me gané los arañazos por gran parte de mis brazos descubiertos.

 

-¿No eres tan ruda ahora, verdad?-Me decía, una vez pasando de arañar a golpearme el rostro-Pobre de la ratoncita, que su novia no puede defenderla de nada. A ver, quédate quieta, que te voy a tomar una fo-

 

  Boom.

 

 

  Quedó un silencio espeso en el aire del despacho de mi directora, mientras Katherine se sonrojaba y yo la miraba de soslayo, Melanie ponía una expresión de enojo increíble y la directora se dedicaba a pasar la mirada desde Katherine, pasando por mí, hasta Melanie, y de vuelta.

 

-¿Y bien? ¿Volvió a golpear a la señorita Aigner, Wotton?

-Fui yo.-Le respondió Katherine.

-¿Qué dijo, Castillo?

-Que yo lo hice.

-¿Usted?

-Sí.

-¿De verdad?

-Sip.-Corroboré.

-Señorita Aigner…

-Sólo fue porque estaba distraída…

-Pero, ¿por qué?

-¡Es que ya me tenía harta!-Estalló de repente-Sé lo mucho que le molesta a Gabriela lo de su herida, y ella no dejaba de molestarla, así que…

 

 

  La golpeé.

 

  No fue con mucha fuerza, por supuesto. No peleo tan bien como ellas lo hacen y tampoco sé quién les enseñó. Sólo intenté alejarla de Gabriela e hice mi mano un puño y la golpeé… Creo que lo hice mal, la enferma dijo que tengo un dedo roto. Pero Melanie cayó contra la banca del frente y se golpeó en su sien y creo que eso fue suficiente para que Gabriela se la sacara de encima.

  Melanie estaba furiosa y se me acercó, pero Gabriela volvió a golpearla. Pero creo que, o ya no tenía fuerzas, o Melanie realmente quería matarme, porque se la sacó muy fácilmente y se dirigió directo a mí.

 

-Okey, nuevo plan: corre.-La escuché, creo que le estaba sangrando la nariz.

-Estás muerta.

-¡Tú no la toques!-Pero Melanie le había dado una patada y se quedó tendida en el suelo.

 

  Se me acercó lo suficiente y vi su puño directo hacia mi cara… Pero entonces Gabriela le sujetó la pierna y la hizo caer, sentí un dolor en el pómulo, pero eso fue todo. Empezaron a pelearse en el suelo otra vez, se había formado un círculo de niñas alrededor y la gran mayoría estaba intentando apoyar a Gabriela. Y entonces…

 

-Apareció usted-Termino al fin.

-Y nos separó-Corrobora Melanie.

-Me dijo que me fuera a enfermería…-Susurra Katherine.

-Y a nosotras dos nos trajo aquí-Seguí.

-Y aquí estamos…-Susurra la directora-En todos mis años dirigiendo esta escuela, nunca había visto a tres niñas tan…-Nos mira a las tres.

-¿Brutas?

-¿Desobedientes?

-¡Fue una patada voladora, deme crédito!

-Aun así…-Sigue ella-Debo preguntar, ¿qué es lo que la señorita Aigner le hizo a la señorita Castillo para ocasionar todo esto?

 

 

  Siguió un silencio de ultratumba, en el que nadie dijo nada, nadie miró a la directora y nadie miró a nadie. Podía sentir la tensión y el miedo que irradiaba Melanie a mi derecha… Y la ira de Katherine a mi izquierda. No tenía muy claro qué hacer, pero sabía que no dependía de mí decirle la verdad o no.

 

-Fue una broma pesada… En mi primer año-Dijo Katherine lentamente.

-Sí, eso fue…-Dijo nerviosa Melanie. Maldita cobarde.

-Mmmh… Bien, señorita Aigner, ya puede retirarse.

-¿Qué?

-Tengo que hablar con Wotton y Castillo a solas, usted irá a la enfermería y después podrá irse a casa. Sus padres serán notificados por este comportamiento y su castigo será propuesto en la reunión que tendremos la próxima semana.

-Pero… pero… ¡Pero si ella me golpeó primero!

-Pero usted, señorita Aigner, la provocó. Y por lo que veo, ha estado usando amenazas e insultando de manera verbal a muchas estudiantes, esto será notificado también a sus padres y quedará registrado en su expediente. Ya puede retirarse, gracias.

 

  Ya desde la puerta, nos dirigió una mirada arisca y puntiaguda, llena de odio y con una expresión de: “lo pagarán caro, insectos asquerosos”.

  Al cerrarse ésta, siguió otro silencio en el que Katherine y yo nos quedamos sin mirarnos, para mí, mi zapato parecía la cosa más interesante del mundo entero, y Katherine se dedicaba a observar unos papeles que la directora tenía encima, muy concentrada.

-Bien, ustedes dos…-Nos miró a ambas-Sea lo que sea que la señorita Aigner le haya hecho, Castillo, deberán solucionarlo-Katherine bajó la cabeza apenada-Wotton-Pero a mí casi me explota la cabeza-No quiero más comportamientos violentos de parte suya, el profesor Esteban, que me presentó su carta de renuncia hace unos meses, me comentó lo muy violenta que tiende a ser…-Me rechinaron los dientes-No quiero pensar que usted es el motivo por el cual él renunció-Intento esconder mi sonrisa de satisfacción-Debe aprender a controlarse.

 

  >>Los padres de ambas serán notificados de su conducta… pero por lo visto, no recibirán un castigo como la señorita Aigner, y con razón… Pero no más de estas peleas en el patio, ¿me oyen? Sus padres serán citados para la próxima semana el día…

 

-Mi padre trabaja casi todo el día, incluso de noche.

-El mío también.

-Entonces sus madres…

-Mi mamá no está.

-La mía está muerta.

-Oh…-Se quedó pensativa-Oh, muy bien entonces… Pero no quiero que comenten que quedaron absueltas con nadie, ¡nadie! Aaaah…-Soltó un suspiro-Melanie es mi sobrina… mi hermana estará furiosa, siempre fue mi sobrina menos favorita… En fin…-Katherine y yo no sabíamos qué decir a eso-Usted también, señorita Wotton, deberá ir a enfermería y luego podrá irse a casa-Yo me puse de pie-Señorita Castillo, acompáñela.

-¿Qué?-Dije deteniéndome-No. Yo no quiero que me acompañe.

-Y yo no pienso acompañarla a ella.

-¡Oh, no sean ridículas!-Nos señaló su anillo de casada-¿Creen que hubiese durado tanto con mi marido si nos hubiésemos tomado en serio cada cosa que decíamos al discutir? Son jóvenes, se exaltan rápidamente, dicen cosas que no querían, malinterpretan las cosas, arréglense y estarán bien. Ahora, ¡largo de mi despacho de una vez!

 

 

 

 

  Caminé lo más rápido posible hacia la enfermería, con Katherine siguiéndome lo mejor que podía. Tal vez me dolían las piernas, el rostro, la cabeza, las costillas, y mi autoestima. ¡Pero no iba a dejárselo tan fácil! Entré a la enfermería y la enfermara susurró algo como: “¡Peleas! ¡Recuéstate en la camilla y ponte esto en el ojo, nunca había visto nada parecido en 10 años! ¡Y tómate estás pastillas!”

 

  Lo siguiente que supe era que el techo de la enfermería era bastante blanco y lindo, también que sentí mis músculos relajados y apenas podía moverlos sin parecer que acabara de salir de una borrachera. Así que Katherine, de mala gana, tuvo que sujetarme la bolsa de hielo sobre el ojos.

  Consciente de tenerla tan cerca, pero no lo suficientemente consciente para hablar, ya que la luz fosforescente que reflejaba la blanca pintura del techo me había parecido lo más genial y extraordinario de la vida, riéndome como una loca y creo que murmurando cosillas como “wuuu, dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña…” y “los pollitos dicen, pío, pío, pío…” y algo así como “duérmete niño, duérmete ya…” Y una voz que me preguntaba: “¿Cuántos analgésicos te tomaste?” y yo miraba el frasquito de pastillas mágicas que me producían una sensación de relajación infinita, sonriendo como estúpida y riendo como tarada.

 

-Fue una suerte que Melanie no estuviese aquí…-Creo que esa era la voz de Katherine. Con quien, extrañamente, ya no me sentía tan enojada.

-¿Mela… qué? Ah, sí… pobre de ella, su mami la va a regañar en grande, ¡hip!-Y ahora empiezo a hipar, genial... Parezco ebria.

-No debiste haber tomado tantos analgésicos…-Murmura apenada.

-Deberías tomarte unos cuantos-Le digo señalando el frasquito-¡Estás muy tensa…!-Y empecé a concentrarme en el rasmillón que tenía en el pómulo. Que al parecer, no era para nada un rasmillón, era un moretón bastante feo que tenía sangre seca encima-Vaya, realmente te golpeó muy fuerte, ¿eh?

-¿Esto? No es nada, comparado con lo que te hizo, tu ojo está muy negro, y creo que el hielo no está funcionando, ¡te pudo haber perforado un pulmón golpeando tus costillas, ¿sabes?!-

Dice con ese tono de: “estudiaré medicina”, que me encanta…-Podría haberte matado…

-Le acaricio el pómulo con cuidado, y veo que hace muecas-“Si, si no es nada, ñeñeñe” ¿Cómo está tu manita?-Tomo con cuidado la mano que tiene una cosa de fierro en su dedo anular.

-Bien. La enfermera dijo que estaba roto, pero creo que sólo es un esguince… No le hice mucho daño a Melanie, ¿eh? La banca podría haberlo hecho mejor…

-Eso es porque no pusiste bien el puño. El pulgar debe ir detrás del índice y el corazón, con esos debes pegar, porque así se amortiguan cuando golpeas, si golpeas con el anular y el meñique pasa… esto.

-Ya, lo dice la que dio una patada, ¿dónde aprendiste a hacer esas cosas?

-Me colé en la película de Karate Kid… Sensei me enseñó todo lo que sabía…-Katherine me mira incrédula-Bueno, no tan así… En mi instituto la tipa que me hizo la cicatriz sabía algo de karate, y viendo como me golpeaba, empecé a practicar las cosas que me hacía. Fue una lástima que nunca pude dárselas devuelta…

 

 

 

  La miré y ella me miró. Y nos miramos juntas. Fueron unos segundos de colisión entre el gris y el negro, segundos en que sólo era necesario una mirada y no tantas palabras y mis excelentes chistes para entender que realmente nos sentíamos mal. Así que sin notar cómo llegamos a ello, me encontré besándola otra vez y rodeándola con una mano por su cintura, acariciando su espalda, y la otra acariciando el cabello de su nuca. Mientras sus dos manos me tomaban el rostro y sentía el frío de la cosa de metal en su dedo.

  Esta es la parte en que ustedes aplauden y dicen: “aaaaw…” porque al fin nos reconciliamos, pero…

 

-¡¿DÓNDE ESTÁ?! ¿¡DÓNDE RAYOS ESTÁ!? VOY A MATARLA-Tres segundos después, recibí un golpe fuerte en mi estómago, que me hizo retorcerme por toda mi cama.

-¡Anais, no!

-¡¿ES QUE QUIERES QUE TE EXPULSEN?! ¿¡ES QUE QUIERES QUE YO TE EXPULSE POR LA VENTANA DEL TERCER PISO HASTA EL SUELO!? ¿¡EN QUÉ ESTABAS PENSANDO!? ¡CONTRÓLATE DE UNA VEZ POR TODAS, GABRIELA!

-¿Qué pasó? ¿Cómo fue?-Esa era la voz de Alicia-¿Cómo la dejaste? ¿Le duele todo el cuerpo? ¿La tuvieron que sacar de la escuela en una ambulancia? ¡Oh, dime por favor que no podrá volver a la escuela en un mes por maldita lisiada! ¡Dime que quedó noqueada!

-La profesora de matemática no nos dejaba salir-Me explicó Melissa-Así que tuvimos que esperar a la salida para poder venir a verte, te traje tus cosas…

-Gracias, Melissa.

-¡¿Y bien?!-Preguntaba emocionada Alicia-¿Qué ocurrió?

-Miré a Katherine y le guiñé un ojo-Verás, todo comenzó hace dos días…  

Notas finales:

Y... eso pos. Arriba el ánimo, abajo los virus y... y cuídense mucho!


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