PUM.
…
Sí, sí, sí, sé que empezar un capítulo diciendo “pum”, es un poco confuso y sin ninguna trama, pero déjenme poner este “pum” en contexto.
Estaba tranquilamente ya en mi tercera semana del nuevo y novedoso treceavo grado cuando ya tenía: cuatro exámenes, cinco reportes, dos laboratorios, tres informes y bueno…
PUM.
En mitad de mi examen de Física.
-Entonces, ¿te desmayaste?-Me preguntó Anais, haciéndome nanay en la cabeza, recostada en sus piernas.
-Técnicamente no me desmayé, sólo caí en el pupitre y comencé a dormir y a roncar-Dije como aclaración, ¡Gabriela Wotton no se desmaya!
-Ay, hermanita…-Dice como si yo fuese una desorientada mental que no tiene remedio o futuro en esta vida-Deberías organizarte más.
-¡Sí lo hice!
-Deberías organizarte al menos dos semanas antes de todo y no un día antes.
-¡Mierda, tienes un punto!-Digo frustrada-¿Puedo decir como excusa que estoy completamente enamorada de una niña que acaba de pasar a noveno grado y me lleva a su apartamento todos los días para ayudarla en matemática?-Digo esperanzada.
-No.
-Te odio.
Bueno miren, esto funciona de la siguiente forma: ¿conocen la frase “tensión sexual”? Bueno, yo no la conocí hasta que descubrí lo JODIDAMENTE DIFÍCIL QUE ES ACOSTARSE CON ESTA NIÑA. Verán, yo soy una maldita promiscua tan acostumbrada a que haya sexo, alcohol y diversión que no sabía lo muy difícil que era tener sexo con una sola persona, ¡¿no se supone que estas cosas debían ser sencillas?!
-El cloroformo es una opción-Me aconseja mi voz lesbiana.
-Creo seriamente que estás perdiendo lo importante aquí-Aparece mi Consciencia-¿Qué pasa con el romanticismo?
-El romanticismo ha muerto.-Dice tajantemente mi voz lesbiana, sacándole la lengua-¿Por qué no me haces caso en mis consejos?
-La última vez que lo hice, pensé que iba a matarme.
-Oh, no exageres sólo fue un-
¡FLASH BACK!
-Gaby, sólo confía en mí, están solas, en su cuarto, sin nadie en todo el apartamento, sólo debes ir y ¡boom, nena! Lanzarte de una-Y me guiña el ojo.
-Gabriela Wotton, si estás pensando en…-Lo siento Consciencia, pero ya era demasiado tarde.
-¿Gabriela, qué haces?-Me pregunta incómoda, mirándome confundida.
-Aaaah…-Digo también incómoda, encima de ella, de costado-Buena pregunta, lo siento…
-Bueno, taaaaal vez-Dice mi voz lesbiana-Ése no fue el mejor consejo, Peeero-
¡FLASH BACK PARTE II: LA VENGANZA DE LOS CAÍDOS!
-Nuevo plan, hazlo lentamente, comienza, por ejemplo, haciéndole cariños en la oreja con tus dedos, ¿entendido?
-Gabriela, por favor-Suplica mi Consciencia.
-Aaah… ¿Por qué me haces cosquillas en la oreja?-Dice dándose vuelta hacia mí.
-Eeeeeh…-Digo aún con el dedo cerca de ella, a cuatro patas y mirándola incómoda-Eeeeh… ¿te he dicho que te amo?
-Y lo peor de todo, maldita voz lesbiana ninfómana y buena para nada-Digo perdiendo el colmo-¡Es que eso no es lo peor de todo! Cuando intento hacerlo por mi propia cuenta, siempre nos interrumpen.
-No…-Dice sabiamente mi Consciencia-Si te pones a pensar, lo peor es que hace como una semana que la tensión sexual entre ustedes ha aumentado de tal forma que me sorprende tu excelente resistencia para no hacerle nada…
-La miro con los ojos encendidos-Desaparezcan… ambas… ahora.
¡Dios, mi corazón está rompiéndose! Hay ciertas necesidades que necesito saciar, ¡¿saben?! ¡¿Saben lo difícil que es controlarse cuando la tengo tan cerca, solas, oliendo su perfume?! Aaah… su perfume, creo que es una de las mayores cosas que hacen explotar mi libido. Ese hermoso perfume. A veces siento que se lo pone a propósito. Dios, yo te haría lo que quisieras, ¡si al menos tuviese la seguridad de que tú también quieres! Es cosa de decirme: “hazme lo que quieras” y te juro que del cuarto no sales en tres días. Pero noooo, ¿qué prefiere? Nada. Literalmente, nada. O sea yo intento averiguar si quiere o no, pero ella sólo mira a otra parte toda roja y yo de verdad que necesito detenerme en esos momentos. Dios, ¡dame una señal!
-Mi clítoris explotará en cualquier momento…-Digo cansada.
-Ay Gabriela, lo que más me encanta de ti es tu sutileza para decir las cosas…-Dice resignada Anais.
-¿Qué? No es un pecado hablar de sexo.
-¿Y la discreción…?
-La miro fijamente-Vagina.
-Oh, no empieces…
-Vagina, vagina, vagiiiiinaaaaaaa-Digo agitando mis brazos-V-A-G-I-N-A, VA-GI-NA, ¡eh, eh!
-¡Ay, jódete!-Y me tira desde sus piernas al suelo, y caigo como un peso muerto contra el cemento.
-No me arrepiento de nada…
Ése mismo día, en la noche (PAM, PAM, PAAAAAAM)
Bueno si, ¿recuerdan cuando les hablé sobre mi tensión sexual y clítoris y vaginas y esas cosas? Bueno, pues adivinen qué.
-Sigue igual-Dice mi voz lesbiana.
-No, cállate.
Como iba diciendo, hoy podría contarse como uno de los días más maravillosos y liberadores de toda mi vida, ¿¡y saben por qué!?
-¡No me jodas que lo hicieron!
-Ssssh, cállate. Tal vez no, tal vez sí…-Digo dubitativa.
-Cuenta, cuenta, cuenta, cuenta, cuenta…-Dice mi voz lesbiana.
-Cuenta, cuenta, cuenta, cuenta, cuenta…-Dice mi consciencia.
-Cuenta, cuenta, cuenta, cuenta, cuenta…-Dicen ustedes.
-Uy, no lo sé, podría hacerme del rogar…-Digo, ¡este es mi momento de fama!
-Eres la maldita protagonista-Dice irritada mi voz lesbiana-Siempre tienes fama.
-Mierda, tienes un punto… Podría contarles la experiencia lésbica que tuvo Alicia una vez…
-¿Quieres morir?-Pregunta mi consciencia.
-Ya, ya, ya… Pero antes… ADVERTENCIA: ESTA NARRACIÓN CONTIENE LENGUAJE Y ESCENAS +16 (VAGINA), POR FAVOR CUALQUIER PERSONA MENOR A ESTA EDAD, LE ROGAMOS NO LEER ESTO. SE RECOMIENDA DISCRECIÓN, QUEDAN ADVERTIDOS. Ahora sí, comencemos…
¡FLASH BACK, LA PRECUELA!
Así que como todos se lo esperaban, esta narración inició en su apartamento, a solas, en un día lluvioso y frío, las gotas de lluvia chocando fuertemente contra el vidrio de su habitación, el aire impregnado de su hermoso perfume, formando una nube densa, caliente, rodeándola mientras estaba tan concentrada haciendo sus ejercicios de raíces, como si estuviese resolviendo un complicado ejercicios de matemática.
-No, esperen.-Digo interrumpiéndome-De hecho, eso estaba haciendo…
-Sólo continúa.
-Ya, ya…
El punto es que yo estaba tranquilamente… bueno no, tranquilamente no, sólo estaba pensando en lo lindo que era su cuello y su rostro mientras ella debía pensar: “¿Pero qué clase de brujería negra con alas es esto?” Ay, si es tan linda…
Bueno, ¿en qué iba? Ah, sí, ¿recuerdan que les dije que estaba lloviendo? Bueno, incluso así, yo ya estaba bastante caliente así que sólo me levanté y dije: “¡Agua!” Okey sí, y me fui directo a su cocina, ¡no podía aguantar mucho más!
Así que fui al lavaplatos y comencé a mojarme con agua fría, muy fría, ¡agua, purifícame, líbrame de mis pecados, soy sucia, tan sucia, sálvame y muéstrame el camino de Dios…! ¿No? ¿No?
-¿Dios, por qué me has abandonado?-Digo mirando suplicante al cielo.
-Cuando dijiste agua, creí que ibas a servirte en un vaso-Me di vuelta rápidamente asustada para encontrarme a una muy confundida chica francesa. Aaaaah, por favor no hagas esto mucho más difícil de lo que ya es.
-Ah, eh, sí… yo, eeeeh…-Debo mencionar que tengo todo el rostro mojado y mi pelo húmedo, como que me mojé muy enojada-Seeeh…
-Estás toda mojada-Dice tomando un trapito y secándome la cara. A ver, ¿por qué te acercas tanto, eh? ¿Por qué me miras así? ¿Por qué me acaricias los labios? Ah… Aaaah, ¡No, no lo hagas! No, no te pongas de puntillas, no me rodees por el cuello, no me acerque a ti. Aaaaagh, ¡nooooo!
Pero me besa, ¿cómo no iba a hacerlo? Tan lentamente como le encanta hacerlo, y siento que el autocontrol se me escapa a través de los dedos como si fuese agua, deslizándose tan rápido, deslizándose al igual que mi mano por toda su espalda. Aaah, debo resistir, contenerme, resiste Gabriela, confío en ti. ¿Por qué debe besarme? Sí, es mi novia, buen punto, nononononono, no me beses, no, no, no me muerdas el labio, no lo hagas, no lo… Aaaaah, no, no me lamas el labio, de te dicen que- resiste Gabriela, resiste… Pero, ¿por qué me lames?, no muerdas, no lo hagas… Sabes que no resisto tus dientes, tu lengua, tus labios, tus besos, tu mano apretándome por el cuello.
-Aaah, Dios…-La hago retroceder hasta que choca contra la pared, presionándola tan fuertemente, presionando sus manos por encima de su cabeza, presionando su cabeza con mi otra mano, besándola para que se le acabe el aire. No, no, no, no, detente, control, control… Pero no, Katherine no, si pones tu pierna entre las mías no puedo pensar con claridad. No, no, detente, ¡detenme! Detenme de presionar mi cuerpo contra el tuyo, o de subirte al mueble de esta cocinar, o de acercarte a mí, o de besarte el cuello, detenme, ¡detenme!
-Hueles tan rico…-Digo después de morder su cuello al menos por quinta vez-Estás jugando con fuego, ¿lo sabes?-La miro suplicante. Dime que siga o me detenga, ¡pero di algo! Mi control se desvanece…
-Aaaah-Por favor no gimas, no lo hagas, me pierdo en ti…-Gabriela…-No, tampoco gimas mi nombre-Gabriela-Y me toma del rostro, stop it!
-Don’t you dare to do that, I’m losing my selfcontrol-Y eso se refleja en el hecho de que estoy hablando en inglés otra vez.
-Gabriela, quiero… necesito…-Oh no, no lo digas, sé qué vas a decir, no lo digas-Por favor…-No, no, no, no, no, no-Hazlo.
Me pierdo en ti…
… Y te echo sobre la cama mientras desordenas mi cabello y me das besitos fugaces y me sonríes, y tus manos van al nudo de mi corbata mientras aprietas mi rodilla entre tus piernas, desesperada por algún roce o lo que sea. ¿Alguien ha visto mi control? Creo que se perdió en la cocina. Y la sensación de mi corbata deslizando por mi camisa, aaaagh, no me tientes, no lo hagas. Así que bajo por sobre tu blusa y doy un besito entre tus pechos y sigo bajando a tu estómago y saco tu blusa por debajo de la falda y ah, tu hermosa piel blanca como la de un vampiro y ése ombligo y, Dios, ¿por qué?
Así que muerdo tus caderas y muerdo tu cintura, muerdo por sobre tus costillas y voy desabrochando los botones de tu blusa mientras tus uñas rasguñan mi nuca y tu espalda se arquea. Y veo tu brasier blanco e inocente y lo muevo un poco y doy besitos en el inicio de tus pechos y tú sueltas un gemido y veo tu rostro y te ves tan irresistible mordiéndote el labio y apretando los ojos tan fuertemente. Así que subo a tu rostro y comienzo a besarte, porque sabes tan rico, y mis manos paseándose por todo tu torso o apretando tus pechos y moviéndolos e intento controlarme y no ir tan rápido, pero es tan difícil cuando tus piernas aprietan tan fuertemente mi rodilla y siento tu entrepierna tan, pero tan húmeda que empiezo a tener cortocircuitos.
-Por favor, por favor-Te ruego, hablando en tu clavícula-Dime que nadie va a interrumpirnos…
-Papá no volverá hasta la noche…-Dices desabrochándome la camisa-Catalina está en la casa de su amiga terminando un trabajo y mi celular está apagado…-Te medio sienta y quedo sentada encima tuyo, mientras me deslizas lentamente la camisa e improvisas unos besos en mi hombro, ¿desde cuándo tan activa, eh?-Estamos completamente solas.
-Mmmmh…-Te saco la blusa y la lanzo lejos, y comienzo a desabrochar el broche de tu brasier-Era eso lo que necesitaba escuchar.
Y era esto lo que necesitaba ver, lo que necesitaba probar, besar, lamer, morder, sentir tus pequeños y tiernos pezones en mi boca, tu mano en mi cabeza, escuchar tus jadeos, el único sonido en la habitación aparte de la lluvia. Rasguñar tu estómago con las pocas uñas que tengo o acariciar tu piel.
-Gabriela…-¿Era un jadeo o me estabas llamando? Todo lo escuchaba de manera ahogada-Gabriela…
-¿Sí, mi vida?-Subí ante tu rostro y lo acaricié con mi nariz, para luego darte besitos en tu frente.
-¿Cómo… cómo fue tu primera vez?
-Aaaah…
¡FLASH BACK DENTRO DEL FLASH BACK! (FLASHBACKCEPTION)
-Oh Yeah! Harder, do it harder, bitch! C’mon, c’mon, c’mon!! Fuck me, bitch!!!
¡FIN DEL FLASH BACK!
-Aaaah…-Digo incómoda-Sí, yo… no quiero pensar en eso, en cierto sentido nunca tuve una primera vez como yo las entiendo.
-¿Cómo las entiendes?
-Bueno… como lo estamos haciendo ahora: lento, con cuidado, sin propasarme, intentando recordar hasta el último detalle de tu piel, tus lunares, tu piel de gallina…-Acaricio con un dedo tu estómago y me acerco a tus labios mirándote a los ojos. Gris contra negro…-¿Podemos fingir que esta es la primera vez de ambas, mi vida?
…
Bajé hacia tus pies y te saqué los zapatos escolares, mientras te ayudaba a sacarte esas pantis negras tan provocativas, revelando esas piernas blancas y tus bragas verdes, ¿cómo no? Subí dando besos y abriéndote un poco de piernas, llegando a tu muslo, mordiendo el interior de éste, acercándome a tu entrepierna, tus uñas haciéndome daño, tu cuerpo agitado, las ganas de hacerlo. El cierre de tu falda y ésta deslizando por tus piernas, casi desnuda, tan perfecta y tan frágil, con ése pequeño lunar en la pierna, ésa marca de nacimiento en tu muslo, la cicatriz en tu rodilla, tus bragas deslizándose lentamente, la expectación, la necesidad, lo necesito, necesito ser egoísta, lo siento, necesito este cuerpo, necesito que sea mío, ¿podrías perdonarme? Es tan egoísta…
-¿Estás segura?
-Hazlo, ¡hazlo de una vez!
Tus deseos son órdenes.
Intenté todo lo posible hacerlo a un ritmo lento, acompasado, haciendo que siguieras con todo tu cuerpo lo que mis dedos hacían en tu entrepierna; tu cabeza echada hacia atrás, las marcas al rojo vivo que mis dientes te habían dejado por todas partes, los rasguños en mi espalda, tal vez sangre, ¿quién sabe? Estabas tan húmeda, tan mojada, tan irresistible. Era tan fácil moverlos, tan tentador acelerarlo todo, llevarte al punto máximo, al colmo, a la punta. Pero también era tan delicioso escucharte gemir, jadear, moverte desesperadamente buscando más fricción, más tacto, más placer, ¿podría tenerte así por siempre?
Más rápido, necesito hacerlo más rápido, lo siento, necesito sentirte desesperada, expectante, gemir más fuerte, rasguñarme más fuerte, rodearme con tus piernas, acercándome a ti, tan cerca, puedo sentirlo, estás tan cerca de ese punto que sientes que te inundas, te desbordas, te llenas de cosquilleos por todas partes…
Así que hundes tus uñas en mi espalda, y me aprietas tan fuerte con tus piernas, y arqueas tu espalda, tus ojos cerrados, tu boca abierta y ése gemido que desgarra el aire como una garra. Por un momento, todo se detiene en esta expectante posición, excepto por mi dedo, presionando con fuerza justo en el punto necesario, tu cuerpo agitándose descontroladamente, las olas de placer necesarias para que después caigas rendida a la cama, cansada, agitada, respirando hondamente y mirando a algún punto a tu izquierda en el vacío.
-¿Estás bien? Dime que estás bien-Te pregunto, intentando buscar algo para… bueno, secarme.
-Estoy… es… aaaaah, ¿por qué no me dijiste que eras tan buena?-AAAAAAH, ¡NO DIGAS ESO!
-Bueno, intenté mandarte señales, pero a ti simplemente no te llegaban-¡Ajá, aquí hay un pañuelo! Eso, eso, con cuidado-¿Necesitas que te limpie?
-Qué fácil es hacerte sonrojar, me encantas. Me siento al borde de la cama para levantarme a buscar papel higiénico, pero me tomas de un brazo y me tiras hacia atrás y ¡genial, te apoyas en mi hombro y te acurrucas!-Tengo tanto sueño…
-¿Ah? Eh… sí, por supuesto…-Agh, no estoy acostumbrada a estas cosas después del sexo. Tengo tanto que aprender de esto.
Y CUATRO HORAS CON SUEÑOS MOJADOS PERO CON AMOR DESPUÉS.
-¡Kathy, ya estoy en casa!
Bueno, adivinen quién se cayó del puro susto de escuchar a su padre llegar al apartamento. Rápidamente tomé mi camisa y la abotoné mal una, dos… tres veces, genial. Mientras Katherine buscaba toda su ropa por toda la habitación, “¡¿Has visto mi zapato izquierdo?!”, “¿¡Tengo el pelo desordenado!?”, “¿¡Cómo me veo!?”, “Hermosa.”, le contesto.
-Y en ese preciso momento, su padre abre la puerta sonriente y feliz de ver a su hija después de un largo y arduo día de trabajo y se encuentra con este pseudohumano incómodo y lésbico y la sonrisa se le borra a la mitad y sonríe casi forzosamente-Ah… hola, Gabriela.
-Buenas noches, señor Ignacio-Me doy vuelta hacia Katherine y le doy un beso en la mejilla-Nos vemos mañana, chica francesa-Me acerco a su oído-I really, really love you-Voy corriendo a la puerta y saludo a su padre incómodamente.
-Me too!-Me grita cuando ya estoy fuera y siento mis piernas de gelatina y casi caigo de cara al suelo, porque, ¡no lo resisto!
*Y 20 años después*
-Y esa, niños, es la historia de cómo su madre perdió la virginidad.
-Wooooooow, dicen sorprendidos esos dos pequeños bebés, con todos sus dientes de leche.
-¡GABRIELA WOTTON, ¿QUÉ ACABAS DE CONTARLES?!-Me pregunta mi querida chica francesa.
-Nada mi vida, sólo una historia para dormir, ¿verdad niños?
-¡Sí mami!
-¿Lo ves?