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La Puerta Del Frente por tomateconlechuga

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Notas del capitulo:

Wiiiii, año nuevo!!!

Y bueno, aquí estoy yo, en la estación del “subterráneo”, esperando el tren para ir a mi primer día de escuela. Digo “subterráneo” ya que la estación más cercana era una de las tres que pasaban sobre la avenida principal. Pues, estaba esperando donde se supone que sería el primer vagón, vistiendo uno de mis pantalones oscuros que pasaban desapercibidos a la hora de llamarlos “pantalones escolares”, la camisa piqué con la insignia “IE” con bordes rojos y color dorado sobre mi seno izquierdo, las zapatillas escolares y mi bolso de oficinista y como siempre, mis audífonos, tarareando…

 

-That’s what you get, when you let your heart win!-Digo en un susurro, marcando el ritmo con mi pie y agitando la cabeza.

 

  Podría decir que estoy sola… de verdad me encantaría estarlo… pero aquí está Anais con el mismo uniforme que yo, a diferencia de su mochila rosadita, la blusa y corbata  y estar usando la falda a cuadrillé roja con dorado, luciendo esas hermosas piernas que ambas tenemos y sólo ella aprovecha. Chateando como siempre, a punto de romper el record de los dedos más rápidos del mundo sin necesidad de ser lesbiana…

  Pfff… cariño, yo lo hago mejor…

  Y bueno, es tiempo de ser sincera… No diría que la envidio… pero sí, lo hago; es sólo que a ella no le cuesta hacer… eso, hablar con las personas, hacerse amigos en un solo día, estar todo el tiempo conectada, hablando con alguien. Soledad, mi fiel compañera desde siempre… Creo que lo que más me asusta es conocer a alguien y apegarme demasiado, para que esa persona me deje sola otra vez… simplemente se me hace insoportable.

  Y a ella también, también se le haría algo horrible, está demasiado acostumbrada a estar en contacto con alguien todo el tiempo… No quiere estar sola, no puede estar sola.

  Pero, ¡aaah!, ¿qué sabes de soledad? Tú tenías a mamá, tienes a mi padre… yo ya no tengo a ninguno; mamá no está, mi padre me odia… ¿Crees que tú no puedes soportar estar sola? ¡No sabes nada de la soledad! ¡Que nadie te apoye! ¡Que nadie te entienda! ¡Que nadie está para decirte: “estaré aquí”! ¡Tú tienes a todos; yo no tengo a nadie!

 

-¿En qué piensas?-Escucho mientras me zamarrean y pego un salto, *posición de karate activada*

-Me giro en su dirección y, oh, miren… Ahí está Katherine con el mismo uniforme que Anais… pero mil veces mejor. Le podría dar mil patadas ¡en el cu-!

-¿En qué piensas?-Pregunta otra vez, literalmente, tiene esta cara: n.n

-Yo… en que eres tan tierna, que me haces explotar en tres segundos… Este dispositivo explotará en tres, dos, uno… ¡Boom!-Hago un ademán de explosión en mi cabeza mientras ella se ríe-¿Qué hay de Catalina?

-Ah, viene más atrás con papá, me adelanté… ¿Estás nervio-?... ¿Qué haces?-Me mira extrañada.

-Let’s be more than… This!-Digo mientras agito mi cabeza como una puta enferma-¿Conoces a Paramore?

-No…

-¿Arctic Monkeys?

-Nop…

-¿Muse…?

-Nopiti, nopiti no…

-¡Joder, ¿qué mierda escuchas?!-Digo cabreada.

-No lo sé… ¿Conoces a Panic! At The Disco?

-El rostro se me acaba de iluminar-Ven acá hermana, dame un fuerte abrazo y déjame besarte…-La abrazo fuertemente, estrujándola, zamarreándola, levantándola del suelo para darla vueltas-¡Ah, acabas de alegrarme el día entero!

-Alguien carraspea a mis espaldas, haciendo que la soltara con un sentimiento de culpabilidad-¿Sigo aquí, sabes?-Ah, es sólo Anais. Pfff… no era tan importante.

-Ah… Katherine, ya conoces a mi gemela en otras películas tales como… “Presentación en el Pasillo” y “El ataque de la gemela malvada parte II”-Digo de mala gana, apuntando a Anais.

-Es un amor, ¿no? Por eso no haces amigas…-Mierda, tocaste mi punto sensible. Bajo mi cabeza un poco decaída-Ah, lo siento…

-Bueno… tal vez si se enderezara, y si se quitara el cabello del rostro… y sonriera más…-Dice Katherine. ¡Hey! ¡Qué alguien me apoye!

 

  Se puso de puntillas y me tomó el rostro haciéndome forzar una sonrisa, divertida. Nuestras miradas se cruzaron, la mía decaída y triste; la suya infantil y tierna. Es… ta… ¡linda! ¿Por qué tiene que serlo?

  Se me quedó mirando al igual que yo, los ojitos tan oscuros le brillaban, aaaaw, tan linda. ¿Por qué le brillan? No lo entiendo. Se me quedó viendo con una expresión tan… tan… indescifrable.

 

-¿En qué piensas?-Me preguntó en un susurro.

-eso debería preguntar yo…

-¡Muuuuuy bieeeen!-Anais me toma del brazo y me aleja repentinamente de Katherine. Hey, no me toques ¡puta!-Kathy, voy a robarte a Gabriela por un tiempo, no tardaré mucho… Puedes esperar en el andén mientras nosotras vamos a esa esquinita de allá…

 

  ¿Esquinita? What?

 

-Escucha…No me molesta para nada que seas lesbiana, pero empezamos a tener el problema cuando te interesas en una niñita menor que tú y comienzas a meterle cosas en la cabeza y a confundirla, ¿estamos en sintonía hermanita querida?

-What? Oye, no te confundas… Quiero decir… ¡Aaah, Anais, ella es tan linda!

-¡Agh, lo sabía! Escúchame, como te atrevas a hacerle algo su hermana y su papá te patearan el culo como nunca lo han hecho… ¡y luego lo haré yo! ¿¡Los has entendido!?-Me amenaza con el índice.

-Anais… ella me gusta…-Digo apenada, bajando la cabeza.

-¡La conoces hace una semana! ¡Prácticamente nada!

-He aprendido mucho de ella durante ese tiempo…-Excusas, excusas everywhere.

-¡Eso no es excusa!

-¡Ah, puta madre, ¿por qué me conoces tanto?!    

 

  Giro mi rostro en dirección a Katherine, que se juntó con su padre y con Catalina, agh, el peor momento juntas… Sé que una semana no es mucho tiempo, pero en un solo día se puede aprender mucho de una persona, ¿no?

 

-No-¡cállate consciencia!

 

  Como decía… Hemos salido a dar muchas vueltas durante la mañana en siete días, ¡y en siete días caminando por una hora se puede aprender mucho de una persona! ¿No? ¡¿No?!

 

-No-¡Agh, la puta madre!

 

 

  Me gusta, en serio me gusta. Lo sabía de antemano, sabía que si la conocía, terminaría gustándome. Esto es lo que no quería, ella es difícil de alcanzar. Eso te jode, te mata; la esperanza, porque, piensas: vale, lo sé, sería difícil, pero no jodidamente imposible, puedo hacerlo si así quiero… Y te aferras, te aferras a esa ínfima posibilidad, y esa posibilidad se convierte en más que una esperanza, crees que de verdad puede pasar y…

  ¡Boom! Realidad. Siempre llega de golpe, eso es lo peor… el golpe. Siempre esperas ese golpe, esa aguja que hace explotar la burbuja en la que estás, ascendiendo, ascendiendo y ascendiendo hasta que simplemente alguien…

  La revienta.

 

-Anais… ella en serio me gusta. Hasta a mí me suena estúpido y de verdad lo es… Pero me gusta…-Confieso cabizbaja, tanto que mi cabello parece una cortina frente a mi rostro.

-Sé que me observa de manera comprensiva, me entiende a su modo, lo que aprecio bastante-El tren ya viene, vámonos con ellos si quieres.

 

  Y así fue después de saludar a su padre y a su hermana. Son aproximadamente 15 estaciones hasta la de la escuela, que queda prácticamente en la otra punta de la ciudad. Un viaje largo y me gusta viajar en el subterráneo, aunque está lleno a estas horas de la mañana.

  Es triste, se podría decir, que entre ellos conversaran sobre trivialidades amigablemente, como si se conocieran de toda la vida, mientras yo escucho música tanto alejada de ese grupito tan amistoso, apoyándome en las puertas que no se abrían.

  ¿Por qué siempre tiene que ser así? ¿Por qué soy tan mala sociabilizando? En Londres era igual, aquí es igual, ¡en todas las jodidas partes del mundo es igual!

 

-¿En qué piensas?-Me pregunta Katherine tocando mi hombro. Es tan lindo que tuviera que levantar mucho el brazo para hacer eso. ¡Tan pequeña! ¡Tan linda, linda, linda!

-En que… soy un desastre sociabilizando-Cubro mi rostro con cansancio y vergüenza-También que es muy temprano… También, ¿por qué siempre me preguntas eso?

-Hhmm…- Se apoya en la puerta junto a mí-Porque me gusta saber qué pasa por tu cabeza cuando pones esa mirada tan perdida en la nada…

-Aw, qué linda-Aw, qué violable-¿Oye… quieres darme un consejo para la escuela?

-Así que estás nerviosa… ¡lo sabía!-dice triunfal.

 

  Sí, estoy nerviosa porque voy a poder estar todo el día contigo si así quiero, sin estar pendiente de tu hermana o de tu padre. Estoy nerviosa porque puedo llevarte a los baños y hacerte lo que quiera. Estoy nerviosa porque me imagino llevándote a un salón vacío en el pasillo por el cuál nadie pasa para poder violar-

 

-Sí, un poco…

 

  Ajaja… soy tan mente sucia, tan mente sucia. Hey, pero también soy tierna, muy tierna, puedo escupir arcoíris si así ella lo pide. Me gustaría escupir arcoíris… Sí, lo voy a hacer en la escuela, voy a ser la pendeja más escupe arcoíris de la escuela…

 

-Soy tan escupe arcoíris…-Susurro, con la vista perdida otra vez.

-¿Escupe qué?-Me pregunta confundida.

-Lo verás en la escuela…

-Oye… ¿por qué Anais dice que no eres buena haciendo amigos…?-Se nota que era una pregunta que quería hacer hace mucho y no se atrevía, ay si es tan linda.

-Tomo aire-Verás… creo que habrás notado que soy muy mala hablando con las personas, me cuesta conversar fluidamente con alguien y pues… sí…-Suspiro cansada, odio tener que explicar eso-Soy muy rarita, lo admito… Las personas no se me suelen acercar porque intimido mucho a primera vista y una vez que me conocen se alejan… Esa es mi historia.

-Hhmm… pero yo soy tu amiga.

 

  …

 

 

¡¡¡Friendzone!!!  

 

 

-Ah, eh… gracias-Corazón destrozado, sollozos resbalando por mi garganta en susurros…

 

 

  Pfff… soy todo un Pablo Neruda…

 

  Ya en serio…

  Quiero llorar…

 

-¿Quieres un pequeño tour por la escuela?-Me pregunta tímidamente, y sí, era algo que quería preguntarme hace tiempo.

 

  Sucedió como cuando te das cuenta de lo que realmente estás mirando. La observé, la observé de verdad, no sólo superficialmente, no sólo viendo las cosas reflejadas en su córnea, no sólo viendo sus hermosos iris oscuros. Todo se detuvo, el ruido y la presencia de las demás personas a nuestro alrededor desaparecieron; el sonido de la voz de mi hermana contándole a Catalina que no le gustaban las escuelas sólo para mujeres, desapareció; el sonido del tren avanzando rápidamente a través de las líneas se volvió mudo, las luces a ambos lados de túnel desaparecieron… Todo desapareció a excepción de ella; su figura, tan pequeña y débil; su rostro tan hermoso, su piel tan pálida, tan linda… Ah, ¿¡por qué vaginas eres tan linda!?

 

-Soy una vomita arcoíris… Sip, definitivamente lo soy…

 

 Pero por un tiempo, ¡oh, que grandioso momento! ¡Tan pasajero! ¡Fueron tan sólo unos segundos! Se sintió tan… único.

 

-¿Por qué a veces dices cosas tan… al azar?-Pregunta confundida.

-So… random? Forgive me; it’s not my intention… I’m used to it-Mierda, ahí va el inglés otra vez… esa tampoco es mi intención.

-¡Ah! ¡Me encanta cuando hablan en inglés! El acento es tan… no sé qué…

-Hablas como si estuvieras frente a tu ídolo…-Seee, yo su ídolo, pffff, por supuesto-De todas formas, sí, me gustaría que me dieras un tour por la escuela.

-Ah… de acuerdo, nos bajamos en la siguiente estación…

-Sí, sí lo sé… Vinimos acá para dar el examen de admisión…

 

  Ese jodido examen de admisión que estuvo demasiado difícil y el cuál pensé que nunca iba a lograr pasar porque mi español sigue siendo un verdadero asco después de no hablarlo por más de diez años… Joder, apenas entendía lo que me preguntaban y sólo en matemática me hacía una idea de qué era lo que me pedían realizar.

  Tengo entendido que este es una escuela de “excelencia” sólo para mujeres, y la idea que me llevo de escuelas de excelencia sólo para mujeres es:

 

  “Lesbianas, lesbianas aquí, allá, en el patio, lesbianas everywhere. Oh, mira, están follando en la cancha. Joder, ahí hay un 69, ahí hay tijeritas. Mierda, sexo oral por allá. Oh wow… un trío por ahí. Lalala…” 

 

-Saaaaabes…-Digo mientras descendemos del tren-No he estado en escuelas sólo para mujeres, y la idea que me hago -sexo- no creo que sea -sexo- la más -sexo- correcta -sexo- Así que…- sexo- a lo que quiero llegar es si… -sexo, sexo, sexo…

-Quieres saber si hay lesbianas en todas partes haciendo cosas malas, ¿no?-Dice riendo.

 

  De acuerdo, eres demasiado infantil si dices “cosas malas”, ¿qué tienes? ¿6 años? De todas formas, What?! ¿¡Por qué es en lo primero que piensa!? ¡Oh, Dios! Tiene un jodido lado pervertido, yo lo sé, se ve tierna y en realidad es una jodida ninfó-

 

-Eh… sí, algo parecido-Caminamos hacia el andén, hacia la salida.

-Kathy, que te vaya bien, cuídate-Su padre, tiernamente, le da un besito en la frente mientras se dirige al cambió de andén.

-¿N-no se va con ustedes?-Pregunto confundida mientras le estrecho la mano.

-Las dejo aquí y me devuelvo hasta la combinación-Dice su padre como si fuese lo más normal del mundo.

-I do not understand…-Digo confundida ¡Ah, puto inglés!

-Sí, el acento las delata, son de Londres-Oh, basta, me sonroja señor. Detesto que digan eso-Bueno, nos vemos, que tengan un lindo primer día… Hagan amigas.

 

  Quiero llorar.

 

  Y Anais está ahí, feliz de la vida hablando con Catalina como si fuesen amigas del alma ¡Ah, ¿cómo vaginas lo haces?! No señor, no voy a hacer amigas, voy a quedarme en un rincón del salón todo el maldito día leyendo como la antisocial que soy mientras todos conversan felices de la vida, me apuntan y dicen cosas raras de mí y luego termino con apodos como “La enferma esa” y que soy la hija del diablo y qué sé yo.

  Porque, ¿sabe? La única amiga que tengo en todo este país es su hija… ¡Y eso significa Friendzone tocando a la puerta! ¿Por qué todo tiene que ser así?

 

-¿En qué piensas?-Me empuja levemente con su hombro mientras subimos las escaleras y salimos del subterráneo, ¡ah, libertad!

-En que no voy a hacer amigas…-Digo decaída ¡Ah, sueno tan penosa!

-Puedo presentarte a gente si quieres… aunque no conozco a nadie del onceavo grado… lo máximo que conozco es desde el noveno y del séptimo, que es cuando se entra y-

-Ya, ya… no más números, son las siete y media de la mañana, no quiero números a estas horas tan jóvenes…-Digo cabreada.

-Respecto a lo que estábamos hablando… No, no hay gente por todas partes demostrando lo mucho que se aman…

-Sexo, se le dice sexo… Seeeeeeeexooooo-Digo haciendo ademán como si fuese un fantasma. Un fantasma que quiere sexo nena.

-Bueno, sí… sexo-Sus mejillas toman un lindo color rojo. Dios… qué pura e inocente es esta niña-Quiero decir que, bueno… sí hay niñas que caminan de la mano y esas cosas, pero la mayoría no lo demuestra tanto. Aunque hay niñas que se pasan para dejar en claro que lo son y… son molestas… me molestan…

-¿Las lesbianas?-¡Aaah, voy a llorar!

-No, no, no, no, no, no, no…-Mueve exageradamente las manos, arrepintiéndose de sus palabras-No me molesta verlas dándose la mano, o besándose… Pero, aaah… mira, hay una niña del onceavo grado, nunca he hablado con ella, pero siempre la veo en… situaciones comprometedoras-Al ver que iba a interrumpirla, puso un dedo sobre mis labios-Sexo, sexo… bueno, casi… a punto… eso me molesta, cuando se vuelve vulgar…

-Hhmm… estoy de acuerdo, eso es algo privado, no necesitan verlo todos…-¿Esto es normal? ¿Hablar de sexo con alguien de 13 años? Ñeee… -De casualidad,  ¿sabes su nombre?

-Suspira, ¿qué rayos con esa niña?-Se llama Melanie…

-¡Aaaaaaaaw! ¡Qué lindo nombre!-Jajaja… así se llamaba mi ex, voy a llorar…    

-Sí, sí… muy lindo y ella es muy linda y blah, blah, blah… Cuando la conozcas vas a hablar de ella y dirás todo el día lo muy linda que es y ya no seré tan linda, ¿verdad?

 

  What?

 

-What?-Repito confundida-¿Segura que no conoces a esa niña de otra forma?

-¿¡Otra forma como qué!?-Me mira furiosa.

-Entiendo, entiendo… tema que no se toca, tema que no se toca…-Digo incómoda.

-Suspira cabreada. ¡Waaaaa, la jodí!-No trates de hablar con ella, de verdad, esa niña cree… que puede hacer lo que quiera con todas…

 

 

  Llegamos ante la entrada de la alta y gran escuela. En el portón había grupos de estudiantes… de alumnas, que no se animaban a entrar. Tenía un color un tanto gris… muy gris, apagado. Le daba el aspecto de un reformatorio y me animaría a decir que en algún momento lo fue. Pero de todas formas, esta era una de las escuelas catalogadas como “de excelencia” en todo el país, gratuita, pública y podías entrar a ciertas universidad con prestigios si habías estudiado aquí.

  Levanté la vista a los cuatro pisos que tenía esta cosa del demonio y lancé un silbido, lo mismo que hice cuando fui a dar el examen el año anterior. Le eché una mirada a Katherine mientras cruzábamos el umbral de la gran verja ante nosotras, ¿por qué rayos esa niña le afectaba tanto?  Tenía la sensación, vaga sensación… muy ínfima sensación… de que había algo que no me estaba contando.

 

  Leve sensación.

 

  Pues bien, después de despedirme de Anais, lo cual era innecesario al estar en la misma clase, seguí a Catalina y Katherine a su salón, que al parecer estaba en el otro pabellón, cruzando un especie de pasillo al aire libre, con bancas a ambos lados.

 

-¿Por qué estamos en pabellones distintos?-Pregunto mientras observo a mi alrededor.

-En este pabellón están las de séptimo y octavo grado-Me explica Catalina. ¡Ah, joder, háblame Katherine!-En el primer piso de tu pabellón están las de noveno y décimo grado; en el segundo piso las de onceavo y doceavo, en el tercero están las del treceavo y en tu cuarto piso se encuentran los laboratorios y la biblioteca.

-¡Hey!-Dice en un tono infantil Katherine, mientras me toma del brazo y me acerca a ella. ¡Waaaaa! *explota*-¡Yo voy a darle el tour, Cata! No arruines la sorpresa.

-Aish… mira-Apunta a nuestra derecha-Ahí está nuestro pabellón, ahí-Apunta hacia atrás-Está tu pabellón. Ahí-Apunta a la izquierda-Está el-

-¡Ya, ya, ya, ya, ya, ya! ¡Nos vemos, Cata!-Me guía hacia la derecha, en una especie de “plaza” ¡Joder, qué grande esta escuela!-Quería que fuese una sorpresa…

 

  Se veía, de alguna forma, agitada. Como cuando uno acaba de correr demasiado rápido y por mucho tiempo, con la mano en su pecho, tratando de recuperar el pulso normal.  Hasta se le veían pequeñas gotitas de sudor en su frente. ¿Qué-mier-da?

  Pero al fin y al cabo, ¡ah, tan deliciosa vista! ¡Esta niña es tan linda, tan deliciosa, tan pequeña, tan perfecta, tan-!

 

-Hetero…-Dice mi consciencia.

-¡No me interrumpas!

 

  Esta niña me gusta, me fascina, me encanta. Es un espécimen único, una persona que tengo la fortuna, la suerte, la hermosa suerte de conocer.

  ¿Por qué ella? ¿Por qué de todas las personas que conozco, tenía que gustarme ella? Okey, te creo si es lesbiana y no fuese tan pequeña, tan inocente, tan…

 

-¿Pooooor…qué estás babeando?-Me pregunta confundida.

-¿Ah?-¡Ah, Dios ¿es jodidamente en serio?! Me limpió el hilillo de baba de mi mentón y me acerco a un muro mientras me golpeo la cabeza-Estoy… tan… jodida… estoy… tan… jodida… estoy… tan… jodida…

-Ya, ya… déjate…-Me aleja del muro, tomándome por los hombros. ¡¿Cómo rayos hizo eso? en serio! Porque ni siquiera me llega a los hombros.

 

  Es entonces cuando la campana del inicio de clases suena y ahí todos mis sueños de un tour por la escuela con Katherine se desvanecen y pienso “¿Dónde queda mi salón?” Y me dio cuenta de que la única referencia que tengo es el segundo piso del  otro pabellón ¡Aaaah, voy a llorar!

 

-Debo ir a clases… Nos vemos-Le digo apresurada mientras recorro los alrededores con mi mirada, esperando encontrar mi salón de la nada.

-¿Sabes dónde está tu salón…?

-No, no tengo ni la más puta idea, pero bueeeenooo, nos vemos-Salgo corriendo de ahí, recorriendo inversamente el camino y subiendo la escalera al segundo piso, observando a mi alrededor hasta encontrarme a una viejita decrepita con unas listas, ¡bingo!-Eeeeh… disculpe, ¿en qué clase esto-?

-Nombre-Me dice secamente con esa voz de secretaria que lleva treinta años haciendo la misma mierda.

-Wotton, Gabriela Wotton-Me mira alzando una ceja, de forma despectiva-Es inglés, ¿de acuerdo?

-Wotton, Wotton… Wotton…-Lo repite de forma enfermiza mientras pasa las hojas -Wotton, clase E, aquella puerta a la derecha.

-Gracias-Digo de forma igualmente seca, tratando de imitar su sarcástico tono.

-De nada, Wotton-Aaaah, perra.

 

  Corro en la dirección a la puerta que ella apuntó, con su dedo esquelético y pálido, digno de un muerto ¡Agh, la puerta está cerrada! Acerco mi oído a la fría madera, escuchando la voz potente de un hombre, saludando a las alumnas para después escuchar el característico sonido de las patas de las sillas contra el suelo ¡Waaaaa, puta vieja decrépita!

  ¿Tocar, o no tocar la puerta? E ahí el dilema. Mi puño se acercaba a la madera, para después bajarlo insegura ¿Por qué tenía la sensación de que al entrar el tipo ese me reprendería de una manera verdaderamente horrible?

  Y e ahí cuando mi puño se alza de nuevo decidido para… volver a bajarlo ¿¡Por qué soy tan cobarde!? Mi primer día en esta escuela y ya llego tarde. Tierra, trágame de una puta vez.

 

-¿Algún problema, Wotton?-Escucho una voz de anciana a mi derecha, haciéndome pegar un salto. ¡Waaa, Matusalén! Ah, no, esperen… es sólo esa vieja decrépita.

-Ah, no, señora… sólo… ¡hey!-¡Tocó la puta puerta y la abrió! ¡¿Quién le dijo que podía hacer eso?!

 

  Hubo un silencio horrible tanto dentro del salón, como entre la viejita esa y yo. Hubo una sucesión de pasos que parecían marcar mi desgracia, acercándose rápidamente a la puerta y abriéndola con fuerza, dejándome ver a un tipo que medía al menos medio metro más que yo, con espalda ancha y rostro serio. Inspeccionándome con una mirada que helaba la sangre y después a la viejita.

 

-Adelante y quédese al frente-Dijo secamente, ¡está enojado!

-De nada, Wotton-Me dice con una sonrisa malévola la viejita del demonio.

 

  De muy mala gana entré al salón y cerré la puerta tras de mí, escuchando ese sonido como el de la guillotina cortando mi cabeza. El silencio reinaba entre mis compañeras de clase, en sus rostros se podía adivinar la sobra de una sonrisa burlesca. Me puse de pie frente a ellas, no observándolas en realidad, sino con la vista gacha. Hasta un grito del profesor, diciéndome que lo observara.

 

-Ahora… Su nombre… Espere, ¿usted no me había saludado cuando entré? ¿Y qué le pasó a su uniforme?-Me preguntó verdaderamente confundido.

-Suspiro cabreada-No, no soy ella, Anais…-Busco su ayuda entre las muchas niñas que había en el salón, hasta distinguirla y que ella se pusiera de pie, con una expresión enojada ¡Waaaa, no lo hagas peor!-Somos… gemelas…

-Ah, ya… veo…-Dice lentamente, observándonos de forma demasiado, muy extraña-Entonces, supongo que usted es la gemela malvada, ¿no?-Dijo observándome, haciendo que todas se rieran, excepto Anais… gracias.

-Gabriela Wotton, profesor. Igualmente, el placer es todo mío-Digo con sarcasmo. Me cayó como el reveren-

 

  Todas esas cosas raras de que los gemelos se leen la mente y que si golpeas a uno al otro también le dolerá y esas estupideces… no son del todo ciertas. Pero tampoco son del todo falsas.

  Y es por eso que en el momento en que comencé a enojarme y a ser lo más puta que puedo ser, sentí un muuuuy mal presentimiento, una sensación de que alguien me estaba diciendo mentalmente “te parto el culo si lo haces”. Y como mi culo está bastante bien, decidí mantenerme callada.

 

-Wotton… ¡Ah, están las dos aquí, bien juntitas!-Dice con sarcasmo. Cálmate, cálmate… No lo mates-Dejaré una amonestación en su hoja, puede sentarse… Señorita Wotton-Mi apellido lo dijo como si escupiera.

 

  ¡¿Todos me odian en esta escuela?!

 

  El único pupitre que quedaba libre era el último de una de las filas, en el rincón mal iluminado y oscuro. Agh, no me importa, sólo caminé hacia ahí y me senté con pesadez.

 

  Definitivamente el peor primer día… y vaya, que no se tienen muchos. 

Notas finales:

Graze de poem and made it strange, l wasn't born to be a skeleton


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