Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Puerta Del Frente por tomateconlechuga

[Reviews - 110]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaaa!!! Qué tal? :D aquí estoy yo disfrutando de lo poco que me queda de vacaiones u.u

-Hola, buenos días, hoy quiero contarles una historia que data de la mitología griega-Habla mi consciencia en pose de narrador-Los seres humanos solían ser fuertes, vigorosos y, ergo, arrogantes. Los dioses deliberaron para ponerle fin a esa arrogancia sin eliminarlos a todos ellos, porque cesarían los honores y sacrificios que les proporcionaban.

  >>Así, Zeus propuso una solución: cortaría a cada uno por la mitad, así serían el doble de productivos y más débiles.

  >>Y así se hizo. Pero, cada mitad comenzó a extrañar a la otra, a reunirse y una vez juntas, buscar desesperadamente la forma de volverse uno nuevamente y-

-Y… ¿dónde está el sexo?-Interrumpe mi voz lesbiana.

-No hay sexo. Como decía…

-Wow, wow, wow… ¿qué clase de historia es esta si no hay un  poco de sexo?-Vuelve a interrumpir.

-No es una historia, es parte de la mitología, que cumple la función de explicar las cosas a través de relatos. Como seguía diciendo…

-A ver, a ver, a ver-Vuelve a interrumpir-Pasífae tiene sexo con un toro y nace el minotauro. Pero si Zeus divide a las personas en dos, las separa, vuelven a juntarse, ¿y no tienen sexo?

-¡Bien, cállate y escúchame!-Carraspea, calmándose-Así, cada vez que las personas encontramos a nuestra otra mitad, tenemos el fuerte sentimiento de felicidad, de compañía y no queremos separarnos de ella… ¡Y tienen sexo y son felices para siempre!

-El fin, nena.

 

  Cuando era pequeña, ya saben, de esas niñitas tiernas y rechonchas que dan ganas de estrujar hasta que dejen de ser tiernas. Cuando apenas podía escribir mi nombre en letras grandes y manuscritas, deformes y tiritonas, mi mamá me contaba esa pequeñita historia de cómo una vez que se encuentra a tu otra mitad, no quieren separarse. Me decía que cuando conoció a mi padre, encontró a su otra mitad, la correcta y la única.

  Pues bien, yo pensé: “qué fácil es cuando es la persona correcta”, y ahora pienso: ¿Y cómo rayos sabes cuándo es la correcta? Porque, está bien, tengo en claro que uno puede estar con muchas personas antes de encontrar la verdadera otra mitad, ¿y cómo puedes estar segura de que realmente lo es? Para empezar, en el siglo V a.c, nadie pensaba que la otra mitad  de un hombre podía ser otro hombre, y nadie pensaba que la otra mitad de una mujer era otra mujer. Tal vez en la isla de Lesbos, pero, ¿quién dice que no lo encontraban algo antinatural?

  ¿Y no se supone que ambas personas saben cuándo se han encontrado con su otra mitad? Quiero decir, ¿cuándo puedes estar segura de que de verdad lo es?

 

-Y… ¿dónde está el sexo?-Me interrumpe mi voz lesbiana.

-¡Mujer, ¿no ves que estoy teniendo mi monólogo dramático?!-La zamarreo enojada.

-Ya, ya… pero, ¿qué es la vida sin sexo, Gabi?

-Vira de aquí. 

-No, realmente queríamos decirte…-Aparece mi consciencia-Que estás divagando, otra vez…

-¿Y…?

-Y que la niña al lado tuyo se está aburriendo de que no le respondas, idiota de clase media-Dice mi voz lesbiana, haciendo girar mi rostro a mi izquierda.

 

  Rayos, había olvidado que seguía medio sentada en el suelo, saliéndome sangre de la nariz, porque ¡ah, cierto! La vi en brasier, ¡todos parecen muy tranquilos y yo aquí desangrándome! ¡No es algo que se vea todos los días!

  Pero esta niña de verdad da mucho miedo cuando está seria, su expresión roza el enojo controlado y a punto de explotar, no sé si está esperando con ansias una explicación a lo que pasó hace un par de minutos, es que… ¡estaba divagando! ¡Es su culpa por tener las pupilas dilatas sin razón aparente!, ¿qué creen que me lleva a pensar eso? Pues que yo le gusto, ¡y eso me confunde!

  ¿Y de verdad me dice que las mías están dilatadas? ¡Claro que lo están! ¡Hey, aquí hay una lesbiana loca de remate que está completamente enamorada! ¡Dah! ¿Qué esperabas?

 

-La golpeo un poco en el entrecejo-No frunzas el ceño, te saldrán arrugas apenas a los 25…

-Contéstame.-¡Aaah! Eso fue tan cortante como cuando te cortas con el cuchillo de mantequilla… ¿A nadie le ha pasado? ¿No?

-Por supuesto… pero no me preguntaste nada.

-Te dije que tenías las pupilas dilatas, tú me dijiste que eso significaba… Y empezaste a hacer caras raras mientras mirabas el suelo. Pues, ¿qué significa?

 

  No soy de hacer cosas impulsivas…

 

-¡Sí, claro!-Y ahí va mi voz lesbiana de nuevo.

-¡Déjame terminar, joder!

 

  No soy de hacer cosas impulsivas, prefiero pensar las cosas antes de lanzar una bomba atómica por accidente. Entonces, creo que fuer mero instinto el haberle tomado el rostro apasionadamente, como en los fanfics. Una voz gritó en mi cabeza: “¡Bésala!”, y otra gritó: “¡No, no lo hagas!” e inició toda una discusión de gritos en mi cabeza mientras yo tenía un cortocircuito mental, mis neuronas no atinaban a más que detener los impulsos nerviosos, paralizando mis brazos, mis manos y mis dedos que se cerraban alrededor de su pequeñito rostro.

  No, no la beses, no te acerques y, joder, ¡ya deja de mirarla así!, mi central nerviosa parece haberse quedado sin plutonio y los generadores parecen haberse roto, porque ni siquiera soy capaz de mover mi boca y pronunciar palabras.

 

-No, no seas exagerada, no me eches la culpa de esto-Dice mi cerebro.

-Ayúdame, joder, hazme decir algo-Digo mentalmente.

-Eso hago, pero tú eres la idiota que no me escucha nunca y tengo que recogerte con pala y escoba después.

-¡No empieces de nuevo! ¡Ya hemos hablado de esto!

-No voy a ayudarte esta vez, dile a tu corazón que te ayude, yo me largo de vacaciones…

-¿Qué? ¡No! ¡Va a matarme! ¿Acaso te gustaría regresar y darte cuenta de que estoy confesando mi amor a los cuatro vientos?

-Tranquilo, cerebrito, estará en buenas manos-Dice mi corazón, dando un giño.

-Pues nos vemos-Se está yendo con maletas.

-¡Noooo!  

 

  Mierda. Esto es malo, necesito pensar en una excusa ¡y rápido! Necesito calmarme, respira; inhala, exhala. Perfecto, ahora piensa con claridad.

  ¡Oh, cierto, no puedo! Maldito cerebro que se toma unas vacaciones y produce una guerra atómica en mis neuronas, ¿cómo voy a pensar con claridad con un idiota como mi corazón al mando? Siempre que dejo que ése tonto haga algo, termino provocando un odio incontrolable hacia… mí.

 

-Yo…-Articulo con dificultad. Y sí, aún sujeto su rostro-Oye, ¿no deberíamos ir a la escuela?-Genial, evitaste el tema.

-Respóndeme.

-¡Mujer, pobre de tu esposo!

-Se sonroja ¡Agh, mujer!-Gabriela, respóndeme.

-Vamos, me caí al suelo, es lógico que tuviera las pupilas dilatadas y también es lógico que tú las tuvieras. Lo siento, estaba divagando. Ahora, ¿podemos ir a la escuela?

-Creo que… se acaba de dar cuenta de que tengo mis manos en su rostro, porque se sonroja aún más y baja la mirada-Tú… ¿siempre eres tan impulsiva?

-Hm…

 

  “¡Bésala!”, “¡No, no lo hagas!”, “¡hazlos de una vez, ella quiere!”, “¡No lo sabes, ¿qué pasa si no quiere?!”, “¡claro que quiere, hazlo!”, “¡no!”.

  “Confía en mí, cerebrito ya no está aquí, yo estoy al mando. Confía en mí, haré que digas las peores cosas que se te puedan ocurrir, te haré romántica, te haré perfecta, confía en mí”

  “Gabi, escúchame, no necesitas al amor, no necesitas a cerebrito, no necesitas a tu corazón, no necesitas a ninguno de ellos, sólo me necesitas a mí, con mis geniales consejo…”

  “Gabriela, no escuches a esta ninfómana, te hará hacerle cosas horribles. Hazme caso, soy tu consciencia, sé lo que es mejor para ti”

  ¡Muéranse todos!

 

-No, realmente no lo soy…-Me pongo de pie, limpiándome la sangre seca, de verdad sangré mucho. Le tiendo la mano-Vamos a tener que correr para llegar a la escuela, queda un poquito lejos. Al menos la escuela queda cerca del Metro, así que no será tanto problema…   

-Y se queda ahí en el suelo, aún en la posición en la que estaba, inclinada sobre mí a mi izquierda. Me siento tan alta mientras ella está encogida ahí. Sólo dame la mano, no voy a comerte… aún.

 

  Y bien, como cuando eres pequeña y se te ocurre poner los dedos en el enchufe, y te da la corriente; o como cuando te dicen que no toques la plancha porque está caliente, pero tú llegas y la tocas de todas formas, quemándote los dedos; o como cuando pasas tus calcetines en una alfombra y después tocas a alguien y te da electricidad; mis nervios parecieron funcionar lo suficiente para sentir una… ¿chispa? ¿Calor? ¿Se me quema el brazo? No lo sé, no puedo expresar estas cosas de forma coherente. Sobre todo cuando el joputa de mi cerebro se va como Pedro por su casa.

  Sólo sé que todo pareció desaparecer en el momento en que simplemente toqué su mano y ¡boom! Las mariposas volvieron para hacer revolver mis jugos gástricos.

 

  Mientras, en su estómago…

 

-¡Todas vamos a morir!-Grita una mariposa, tratando de no caer en mis jugos gástricos.

-¡Me derrito!-Dice otra, mientras se va deshaciendo y cayendo en el líquido verde y burbujeante.

-¡¿Por qué nos haces esto?!

-¡¿Qué hacemos acá?!

 

  Se pone de pie de un salto, limpiándose la suciedad de ese pequeño y tierno traserito suyo. Ahora que lo pienso, tengo sangre seca en todo el rostro, debo verme fenomenal.

  No hay nada que un poco de saliva no puedo solucionar. Me lamo el dedo pulgar y me lo paso por debajo de la nariz, limpiando los restos rojos que salían de… mis fosas nasales… qué rico.

 

-¿No deberías limpiarte…?

-¡Todo está bien!-Digo, con tapones en la nariz.

-¿De dónde sacaste eso?-Pregunta confundida.

-En caso de emergencias, es bueno llevarlos-Claro, como es tan normal ver a alguien en brasier, ¿a que sí?

-Se ríe, ¿qué?-Hablas gangosa-Y se sigue riendo. Wow, qué chistoso.    

-Ah… ¿gracias?

 

  Y seguimos ahí, bajando las escaleras mecánicas de los cuatros pisos, saliendo a la calle. Bien, la entrada al Metro está al frente, podemos hacer esto.

  ¡No!, ¡el monito en verde está corriendo!, mientras los autos esperando parecen ansiosos de atropellar a cualquiera.

 

 -¡Rápido Katherine, corre!-Digo comenzando a trotar.

-¿Por qué? Aún está en verde.

-¡Pero el monito en verde está corriendo! ¡Nos dice que corramos! ¡Corre por tu vida!

-Pero si podemos espera-

-¡La que llegue primero gana!

 

  Y salió corriendo frente a mí a toda velocidad. Y comencé a reírme como loca mientras corría detrás de ella. Qué competitiva, esta niña. Tal vez… si consigo que ella tenga competencia, podría descubrir si le intereso…

  Y de muy mal gusto, recordé a Melanie, la niña del onceavo grado, la niña de mi clase, la niña que Katherine detesta.

  Y con peor gusto y un poco de culpa, recordé que es la niña que Katherine dijo: “no le hables”, pero claro, tú vas y le hablas como Pedro por su casa. Maldita seas, rubia oxigenada de ojos azules y metro 70 de estatura… y, para agregar, lesbiana.

  ¡Pero nada se compara a los hermosos y chiquititos ojos de Katherine! ¡Nada se compara a su cuerpecito delgado y abrazable! Nada de rubias con pechos grandes aquí… que la que quiero es Katherine con su pecho plano, me basta y sobra, no metan a Melanie en esto.

  Pero quiero saber, ¿qué rayos con ella? ¿Qué pasa con la rubia?

 

 

Y… 15 minutos después…

 

-¡Kathy!, ¿cómo estás?

 

  ¿Qué harían ustedes si se encontraran con un ser con cuerpo de mujer y una cabeza falsa de cerdo? Pues yo me mataría de la risa y después saldría corriendo. Pero como estoy con Katherine, que al parecer la conoce, no haré ninguna de esas dos cosas. Pero ganas no me faltan.

  La niña viene corriendo hacia nosotras con los brazos extendidos, y no sé por qué, presiento que debajo de esa cabeza gigante de cerdo, hecha de polar y rosada, con la nariz respingona, se encuentra un rostro sonriente. Tengo esa sensación.

 

-Sabes que tiene una cabeza de cerdo, ¿verdad?-Le susurro antes de la épica llegada de esa cabeza.

-Sí, ella es… Alicia-Dice, al parecer también trata de aguantarse la risa.

-Y la cabeza de cerdo llega y le da un fuerte abrazo y, de paso, me golpea con esa enorme cabezota rosada y animalesca que tiene-¡Al fin pudiste venir! ¡Prometo asustarte con todas mis fuerzas!-Wow, qué buena amiga.

-Ya, ya,  Alicia, no puedo… respirar…-Se zafa de sus brazos con dificultad y, con un gesto que simplemente me volvió loca, se arregló un par de mechones y se los puso detrás de la oreja. ¡Ah, muero!-Alicia, ella es Gabriela. Mi… amiga.

 

  Y… mi corazón sufrió el duro golpe de la flecha que tenía escrito “Friendzone”, un golpe bastante certero que casi me dejó tirada en el suelo de una sola vez. Es que… ¡No tienes porqué decirlo todo el tiempo!

 

-Sí… su… amiga…-Gabriela quiere tirarse del cuarto piso ahora-Es un gusto, ¿tú eres Alicia? No pareces de octavo grado, pareces de mi edad…

-La cabeza de cerdo se dirige rápidamente a mí, haciéndome lanzar una mirada inquisitiva a Katherine, que trata de aguantarse la risa-¡Pero, hey! Si somos compañeras, ¿no me reconoces?-Se apunta la cabeza de cerdito.

-No recuerdo haberte visto en la última semana. No sabía que aquí aceptaran personas mitad cerdos…

-Y ahí estalla la risa contenida de Katherine, carcajeándose detrás de la cabeza de cerdo-¿A qué te refieres? ¡Ah, cierto! ¡Se me había olvidado esto!

 

  Y detrás de esa cabeza falsa se encuentra… wow, una niña bastante linda. Le eché una mirada completa: piernas largas, bonitas caderas, cintura y unos pechos que uf, matan. Un cuello un poco largo y… wow, un rostro bellísimo. De esas narices altivas, con ese mentón pronunciado, con una sonrisa que descongelaría el corazón de maléfica y unos ojos azules como el océano.

 

-Wow… Gabriela Wotton, un gusto…-Le digo con mi sonrisa de casanova y extendiendo la mano para estrecharla-¿Estamos en la misma clase? ¡Eso es bueno! ¡Mejor que mejor! Me sorprende no haberte visto, con esos ojitos tuyos…

-Ah…-Se ríe, que tierna-Alicia Bachini, el gusto es mío-Me estrecha la mano, con sus uñas pintadas de negro en contraste a su pálida piel-Tú llamaste bastante la atención el primer día, eres extravagante, me gustan las personas extravagantes

-y a mí me gusta que te gusten ¿Tu nombre se pronuncia como “Alichia”? ¡Eso es maravilloso! Todo un encanto italiano, ¿no?

-Sí, Alicia, ¿no tienes cosas que hacer…?-Interrumpe Katherine. Mierda, por un momento me había olvidado de ella.

-¿De veras, como cuáles?-Pregunto interesada.

-Soy una de las organizadoras del recorrido nocturno. Lo soy desde que entré, de hecho-Dice orgullosa-Y, además, la presidenta de la comisión de horror ¡Buuuu! Simplemente amo el horror, me he devorado libros y libros de esto, igual que películas. Desde vampiros a hombres lobos, fantasmas, espíritus, demonios, brujas y criaturas mágicas, es algo en lo que soy una experta-Y su pecho se hincha de orgullo, y sus pechos parecen más grandes…

-Eso es maravilloso, me gustan esas cosas, pero creo que estoy hablando con una profesional, tendrás que guiarme en este viaje…

-Me sonríe, qué linda-Vamos, mi joven Padawan… Pero, tengo cosas que hacer, así que será en otra ocasión, te dejo mi número si tiene algún problema-Me entrega un pequeño papelito, ¡oh yeah!…- Les deseo suerte y, si van al tercer piso, cuidado con Emilia, ¡buuuu!-Y nos deja detrás, poniéndose de nuevo la cabeza de cerdo. Es que no la supero.

 

  Y después de que nos dejara a ambas de pie en mitad de la entrada, miro a Katherine sonriente, y ella me mira con unos ojos de hielo y atemorizadores. Básicamente: está enojada. Oh, oh… algo hice mal, ¿qué hice? Y, sin más, sigue su camino, doblando a la derecha, hacia la entrada de los pabellones y me deja ahí de pie sin comprender nada de lo que pasó hace unos diez segundos, ¿ni siquiera una explicación? ¿Tengo a derecho a guardar silencio y todo lo que diga puede ser usado en mi contra? 

 

-Pues, yo voy y corro en dirección a ella, tomándola del bracito delgadito y chiquitito, deteniéndola y dándole la vuelta para que me mirara. Que ganas de darla vuelta y simplemente besarla-¿Qué sucedió? -Y me encara, lo mejor que puede, apenas me llega al pecho, enojada y echando humo por las orejas-Pareces una tetera de lo roja que estás, podría hacerme un té contigo.

-Trata de aguantarse las ganas de reírse, conservando su semblante enojado-Ya estás un poco grande para que te diga esto, pero es de muy mala educación ignorar a tu cita…-Y se da vuelta y sigue de largo.

 

  Y ahora todas las piezas del rompecabezas que es Katherine, calzan perfectamente y al fin

termino ¡La ignoré completamente! Claro, me quedé hablando con Alicia, como si ella ni siquiera estuviese ahí y me pongo toda coqueta frente a ella. Maldición, claro que se enoja. Pero por un momento me distraje, eso es todo. ¡Todo lo que quiero es a ti! ¡No te vayas!

  Quiero gritarlo a los cuatro vientos y un nudo en la garganta me lo impide, controlándome. En cambio, mis piernas se mueven dificultosamente en su dirección.

 

-Y la abrazo por detrás, no me pegunten porqué-Oh… entiendo… estás celosa.

-Incluso detrás suyo, puedo adivinar que se sonroja por razones diferentes al enojo-¡Claro que no! Sólo que…

-Estás celosa, y te vez extremada y simplemente bonita cuando lo haces… Con esos ojos que hielan, con tu nariz  y ceño fruncido, me asustas y me encantas al mismo tiempo, dos en uno, oferta de un 20% de descuento con Katherine Castillo, aproveche.  

-Si eso le causó diversión, no lo demostró. En cambio, se dio vuelta hacia mí, quedando, como muchas otra veces en que la he abrazado por detrás, bastante cerca mío… de mi pecho, en realidad, pero para mí es suficiente-Tú… yo… es que… ¡Es que comenzaste a coquetear con ella!

-¡Ja! ¡Lo sabía! ¡Estás celosa!-Comienzo a reír mientras sigo abrazándola, me encanta sentir su pequeñito cuerpo contra el mío-Y bueno, ¿qué querías que hiciera? ¿Sabes cómo se llama? A puesto a que tiene ascendencia italiana, ¡italiana, por Dios! Y Venecia, en Italia, es uno de los lugares más románticos que hay en Europa, ¿sabes? Con sus canales y las góndolas y las serenatas cantadas en italiano, ¿te imaginas? Y vamos, ¿vistes sus ojos? ¡Eran preciosos!

-Al parecer no soy tan especial como tanto me dices, ¿eh?-Dice enojada, tratando de zafarse de mi abrazo, inútilmente, porque no pienso soltarla-¿Quieres dejarme?

-Claro que no. ¿Qué clase de persona deja ir a su acompañante en la primera cita? Además, no tienes porqué ponerte tan celosa, me impresiono fácil, eso es todo. Sobre todo con las personas que tiene ascendencia europea, me recuerdan un poco el hogar…

-Pues Catalina y yo tenemos ascendencia francesa y parece importarte muy poco-Dice tratando de mirar a otro lado, completamente sonrojada.

-Y ahora me río, eso fue muy divertido-Claro, como Katherine Castillo es taaaaan francés.

-Y ahora me mira enojada, ups.-Es por parte de mi madre, ¿okey? Cuando éramos pequeñas fuimos a Paris con ella a ver a mis abuelos.

-Pues bien, di algo en francés.

-No sé el idioma.

-¿Y cómo quieres que te crea?

-…-

-…-

 

  Y nos quedamos en esa cómica posición en un completo silencio. ¿Ella, francesa? No es como que no le crea, ni siquiera me cuesta hacerlo. Quiero decir, si es francesa, su encanto me cautivó desde el primer día. Pero en lo único que puedo pensar cuando me dice que tiene ascendencia francesa es…

  Beso francés, esta niña sabe dar besos franceses, dame un beso francés y sabré que es verdad. Beso francés, sólo uno, un delicioso y hermoso beso francés. Con tus labios delgaditos y chiquititos dame un beso románticamente francés y te creeré.

 

-bueno, madame… te creo-Pero no voy a soltarte aún-Y sinceramente, me eres más linda y especial que cualquier otra mujer que conozca… a excepción de mi mamá. No importan si son ojos azules, verdes, grises, cafés, ámbar o hasta rosados, los tuyos siempre serán mis favoritos. Tampoco me importa si son italianas, rusas, alemanas, inglesas, turcas, españolas, uruguayas, argentinas, mexicanas o quienes sean que sean. Aquí tengo a mi pequeña chica francesa y con eso puedo ser más feliz que perro con dos colas…

 

-No, cállate, que yo me follo a esa italiana-Dice mi voz lesbiana.

-¡Sal de acá!-Y esta vez es mi consciencia la que la echa a patadas-Eso fue muy bonito, Gabriela.

-Gracias, pero eso lo dijo el idiota de mi corazón.

-De nada-Me giña un ojo y ambos hacen ¡puf!

 

 Aunque… la italiana no estaba para nada mala. Quiero decir, ¿vieron esos pechos? No, no pueden verlos, es cierto… Pero sí que estaba irresistible, con ese encanto italiano que uf, te deja sin aliento.

  Pero ay, Katherine sigue siendo igual de violablemente tierna y encantadora, y no importa a cuantos pechos- digo, a cuantas niñas vea, ella siempre parecerá tan perfecta.

 

-Por cierto… ella dijo cuidado con Emilia, ¿de qué Emilia?

-Ah…-Me regala una linda sonrisa. Adiós enojo-Es una leyenda que hay en la escuela, como esas típicas historias de terror. Antes las del doceavo grado estaban en el tercer piso, y había una niña de la última clase, Emilia. Pues esta niña sufrió un accidente, algunas dicen que la empujaron, para que sea más creíble, en realidad, y calló del tercer piso y murió…

-Es algo posible, aunque no debió haber estado tan cerca de la ventana… sobre todo si pudiese haberla empujado…

-Esas leyendas no siguen mucho la lógica. El punto es que desde entonces, su espíritu aparece en el salón desde el que calló o rondando por los pasillos para vengarse de la que la empujó… ¡Buuu! Esa es la leyenda de esta escuela y dicen que se les aparece a las estudiantes que visitan su salón de noche… Pero, ¿te digo algo extraño? Ese salón sigue sin utilizarse, la directora de ese tiempo lo cerró y desde entonces ninguna clase ha estado en él. Extraño, ¿no?

-Debe ser sólo una superstición. Pero tal vez fue por los peligros, ¿sabes qué salón es?

-Éste-Apuntó hacia arriba, donde las ventanas estaban trizadas y sucias y cerradas, con polvo por fuera y diario por dentro-Dijeron que era la clase E, la última.

-Bueno, aquí es diferente a las demás. Por ejemplo, la caída es directa al suelo, no como en los demás que hay una pequeña prolongación del segundo piso, eso detiene la caída. Dios… me da un escalofrío pensar en lo mucho que sufrió esa niña.

-¿Ella? Sí, de verdad pasó pero… eso de las apariciones, no me lo creo.

-Tal vez la veamos esta noche, ¿no? Escucharemos a todas gritar y abrazarse entre sí y…-La aprieto contra mí con más fuerza-Yo podré abrazarte mientras te siento temblar entre mis brazos, eh.

-Se ríe y, al fin, la suelto a regañadientes-Eso no pasará, no soy tan asustadiza…

 

 

  Y diez minutos después…  

 

-¡No me sueltes!- Me rodea por debajo de mi blusa/abrigo, temblando, apegándose todo lo posible a mí, tratando de buscar seguridad y calor.

-¿Y yo? Yo estoy en el paraíso porque esta niña está asustada y se apega a mí como una hermosa y esponjosa lapa, ¿podría haber algo mejor que poder abrazarla?-Qué suerte que no eras asustadiza…

 

  Y, a nuestra derecha, se abre una puerta bien camuflada, chirriando las bisagras, dejándonos ver una línea aún más oscura que el pasillo. Después una mano con largas uñas sale desde dentro, rasguñando mi hombro, mientras Katherine pegaba un salto y temblaba más.

 

-Toco la mano que sigue tratando de arañarme-Wow, qué buen material, ¿de qué están hechas las uñas? -Sonó un trueno y, con una luz artificial, imitaron un rayo, iluminando la rendija de la puerta, dejándonos ver un rostro deforme y aterrador, la criatura ésa soltó un gruñido y cerró la puerta de golpe-Qué maleducado… Y bastante falso, el rayo viene antes que el trueno…

-Gabriela, mira…-Con un dedo tembloroso, me señala a la izquierda, una escalera-La taparon bien, pero, en el tercer piso no funciona el recorrido, por eso lo cerraron, ¿sabes por qué?

-No, ¿por qué?

-La directora dijo que el recorrido no podía circular de noche por el tercer piso, no tiene sentido, ya que no es muy diferente a este, a excepción de…

-De que una niña fue empujada de uno de esos salones, ¿eh? Bien, parece que las directoras son bastantes supersticiosas…-De repente, esa ampolleta rota y mal trecha en mi cabeza, se encendió con dificultad-Pues, ¿por qué no averiguamos si la leyenda es cierta?

 

  Por un momento, una expresión de sorpresa mezclada con miedo, terror, horror y ganas de ir al baño, dominó su rostro, mirando fijamente la escalera cerrada. ¿Por qué el recorrido no puede continuar en el tercer piso? ¿De verdad es por supersticiones? No creo en estas cosas, por eso no me dan mucho miedo. Pero, ¿ella? Ya veo que moja los pantalones.

  Pero, ¿una directora que prohíbe ir al tercer piso de noche? Eso es raro, ¿será cierto…? Una estudiante muerta hace mucho tiempo, que busca venganza de sus asesinos. Mi imaginación vuela y ya puedo imaginármelo; los años 70, una niña estudiosa y no muy sociable, con una belleza no muy reluciente, pero con cierto encanto, molestada por sus demás compañeras, envidiosas y, que un día, la acorralan contra la ventana; la líder del grupo empujándola sin controlar su fuerza y, en un pestañear, la niña cae. El grupo sale corriendo, nadie las vio y nunca se volvió a hablar de eso. Entonces, una a una, el grupo de niñas comienza a tener percances del tipo “paranormal” en la escuela, quién sabe porqué están ahí de noche, pero lo están, y el espíritu vengativo va a por ellas…

 

-Bien, sólo hay una forma de averiguarlo…-La empujo con cuidado hacia la escalera y ella comienza  a protestar-Vamos, será divertido. ¿Tú querías asustarte? ¿Qué hay más terrorífico que un espíritu vengativo apareciendo en mitad de la noche con los brazos extendidos?

-Pero es peligroso…

-No, no lo es… Es un espíritu, lánzale un libro, la atravesará como a Myrtle la Llorona en Harry Potter. Y, si trata de atacarnos, nos atravesará como si nada…

-No hables como si de verdad existiera…-Subimos lentamente los escalones, mientras el otro grupo de niñas nos adelantó hace mucho-Gabriela, esto no es… una buena idea.

-Claro que lo es, la ampolleta en mi cabeza se encendió, y cuando lo hace, siempre tengo buenas ideas…

-¿¡Qué entiendes por “buenas ideas”!?-Me dice alterada, llegando al fin al tercer piso-Está oscuro aquí…

-Pues tenemos las luces de afuera, las estrellas y la luna por las ventanas del pasillo y de los salones. Ahora, ¿dónde estará ese salón maldito…? –Comienzo a mirar a mi alrededor-Probemos suerte yendo a la izquierda, supongo que dejaron las puertas abiertas...-Nos acercamos a una, en un momento decisivo en girar la manilla-Puedes imitar música de suspenso, si quieres…

-¡Abre la puerta!

-Entre risas la abro, sin resultados, ya que está cerrada-Probemos con la otra…

 

  Una, dos, tres, cuatro, cinco… 3,14 puertas y sin ningún resultado, todas estaban cerradas. Pues, cuando estaba a punto de probar suerte con el otro lado, vi la última puerta a la izquierda, cerrada, ahí llamándome, diciéndome: “Vamos, Gabrielita, ven acá y entra en mí, te aseguro que te sorprenderás” y pues yo voy…

  Una especie de… ¿escalofrío? Me recorrió al poner mi mano en la manilla. Realmente, estaba bastante desorientada, no tenía idea de dónde estaba. Como en la películas, lentamente giré la manilla y ¡se abrió! Abrí la puerta lentamente, con el chirriar de las bisagras, buen toque, eh…

 

-¿Do-dónde estamos?-Pregunto en la oscuridad, aferrando con fuerza a Katherine que no podía controlar sus temblores-¿Hola…?-Mi voz fue devuelta por el eco, la habitación estaba vacía-Bueno, aquí no hay nadie-Dimos media vuelta en dirección a la puerta. Giré la manilla, pero ésta no respondió, lo hice con mayor fuerza, forcejeé. Nada-Está… cerrada.

-¿Cerrada?... ¿Cómo? –Preguntó en un hilo de voz, forcejeando ella misma con la puerta. Ésta no se movió un centímetro. 

-Bufé molesta, la bromita me gustaba cada vez menos-Voy a… Tratar de llamar a Alicia para que nos saque de aquí…

-Ajá…-Dijo en un temblor de voz.

 

  Saqué mi celular y encendí la pantalla, el brillo blanquecino de la pantalla del desbloqueo molestó mi vista, haciéndome entrecerrar los ojos, mi ánimo estaba cada vez peor. Podía escuchar la respiración agitada de Katherine, vaya que es asustadiza. Miré las barras, sin señal… Genial, simplemente, genial. 

  Iba a guardar el celular, cuando algo en el techo, iluminado a causa de la pantalla, me llamó la atención por el poco tiempo en que lo vislumbré. Abrí la aplicación de linterna y una potente luz blanca inundó mi pantalla. Apunté al techo, observando una mancha mugrienta, para después comenzar a mover la luz por todo el salón.  Katherine con mucha dificultad ahogó un grito, mientras yo me quedaba plasmada observando en un punto fijo de la pared opuesta.

 

-¿Qué… mierda…?

 

 

  Ahí estaba, borrosa, la figura de una niña casi de mi edad, con el cabello oscuro y largo, tapándole parte del rostro. ¡Hey, que se parece a mí! Okey, no… se nos queda ahí mirándonos, y yo pienso…

  Oh, por Dios, es un fantasma real, estamos viendo un fantasma real, es de verdad, ¿dónde está el ectoplasma?

 

  Mientras tanto, en el submarino…

 

-Capitana… ¿de verdad está feliz de ver un fantasma?

-Sí…-Dice confundida la capitana-¿Qué rayos con esta tipa…?

-No lo sé…

 

  De la nada, se escucha un agudo grito de mujer, doliéndome los oídos, mientras Katherine soltaba un grito a su vez. Pues bien, en medio del pánico, aplico todo lo aprendido en El Agente 007,  Misión Imposible, Karate Kid, y golpeo la puerta cerrada, con una patada voladora, sacándola de las bisagras y, de alguna forma, “abriéndola”

  ¡Auch, estoy en llamas, baby!

 

-Katherine, ¿viste eso? Rompí la puta puerta…-Le digo, recobrando el aliento en el pasillo-¿A que fue sorprendente?

-Bastante…-Dice Alicia en el pasillo, haciéndome pegar un grito-Lo de la puerta no era necesario, iba a sacarlas de ahí en un par de segundos…

-Alicia…-Dice Katherine en un suspiro, acercándose a ella-¿En serio tú…?

-Dije que iba a asustarte…-Y sonríe inocente.

-Mis neuronas hacen contacto-Voy a matarte italiana de pechos grandes…

-Hey, hey, ya vi lo que le hiciste a la puerta, no es necesario que me lo hagas a mí… Sólo quería asustarlas un poco, sabía que vendrían aquí y quería darles un poco de la leyenda de Emilia…

-¿Cómo vaginas lo hiciste?-Pregunto cabreada.

-Ah-Sonríe orgullosa-Para el grito, oculté parlantes en las esquinas y los activé con este control-Me lo muestra-Y para la imagen…-Entró al salón, apuntándonos a la pared paralela a la figura que seguía ahí-En la otra sala hay un proyector, e hice un pequeño agujero para el lente. La imagen la saqué del anuario y la escaneé, por último, para que fuera mejor, pinté periódicos por un lado de negro y los puse en la ventana. A que fue todo genial, ¿no?

-Katherine y yo nos quedamos viéndola serias, para después intercambiar una mirada-Yo me voy…-Dice Katherine.

-Te sigo…-Nos damos media vuelta en dirección a las escaleras para irnos.

-¡Pero hey! ¡Esto me tomó tiempo!... ¡Fue sólo una broma!... ¡Vuelvan…! ¡Tengo… tengo galletitas!... ¿no?-Sus gritos se escuchan lejanos mientras nosotras bajamos al segundo piso, ya vacío.

 

 

  Y media hora después… a punto de llegar a casa…

 

-Honestamente… Alicia es un tanto extraña…-Digo cansada, en los asientos de a cuatro. El vagón está prácticamente vacío y ya es completamente de noche-Lo de la imagen estaba un poco de más…

-Estoy hecha bolsa…-Dice Katherine, descansando su cabeza en la ventanilla, lamentablemente, ya no está el gatito acostado en el techo de esa casa-Pero lo de la puerta era innecesario…-Agregó con una risita.

-Pues tu grito casi me deja sorda…-Digo como contra ataque-Eres muy asustadiza…

-¿Yo?-Me mira con una sonrisita-Bueno… sí, estaba un poco asustada… Cuando apareció esa niña…

-Casi te mojas los pantalones, ¿eh?  

-¡No!-Y vuelve a reírse-¡Yo no rompí la puerta!

-¿No te gustó mi patada voladora ninja sayayin nivel dios sobre los 9000? –Y vuelve a reírse, agh, es que quiero abrazarla. Y pues, voy y la abrazo, haciéndole cosquillas en el estómago-Mi pequeña chica francesa estaba muerta de miedo…

 

  Y con una sonrisita, se queda viendo por la ventanilla el paisaje. Sus ojitos reflejan las luces de los faros y los autos y los carteles y todo… Su reflejo en el vidrio me vuelve loca, al igual que su sonrisita. Tan violable que salió esta niñita…

 

-Gracias… por acompañarme-Dice finalmente, sonriéndome. Agh, moriré.

-¿Fue divertido? Evitando, claro, la parte de la niña, el grito, la patada voladora, mi sangrado de nariz, y Alicia… Pero mira el lado positivo, vimos a una niña con cabeza de cerdo, ¿cuántas veces has visto eso en tu vida?

-Sí, fue muy divertido… y aterrador todo… gracias…-Se queda en silencio, cabeceando. ¿Quién tiene sueño a las diez de las noche?-Quería saber sí… es que… hace tiempo que estábamos pensando en mi casa comprar o adoptar un gatito y… ¿te gustaría acompañarme a buscar uno?

-¿Un… gatito?-Claro, seguro… entonces, ¿nuestra segunda cita será en una… tienda de mascotas? Me gusta, muy romántico… Podemos cantar una serenata con los loros y nadar con los peces dorados y comer zanahorias con los conejos y compartir el agua con un hámster…

-Hacerla reír para mí se ha vuelto un deporte-No… bueno, quiero decir… ¿segunda cita?

-Claro que sí, ¿crees que sólo tendré una cita con mi chica francesa?

-¡No me digas así!-Me golpea el hombro, riéndose.

-Nop, ya quedaste con el apodo, desde hora eres mi chica francesa…

-Estás loca…

-Sí, por ti…-Y le guiño el ojo.

 

 

  Y en la puerta de mi apartamento...

 

  Una patada voladora aparece de la nada, golpeándome en el estómago, doblándome con un dolor horrible. Al menos ya mató a todas las mariposas en mi estómago. Doblada en el suelo, contra la puerta cerrada de mi apartamento. Hogar, dulce hogar. Está ahí de pie, Anais en pijama, mirándome expectante ¿Era necesario avisarme que estaba aquí con una patada voladora?

 

-¿¡Era necesario!?-Pregunto molesta, mi estómago, duele…

-¿¡Y?! ¡¿Cómo te fue?!

-¿¿¡¡Era necesario golpearme para preguntármelo!!?? Honestamente, ¿cómo rayos sigo viva estando contigo?

-Creo que me pasé un poquito…

-¡¿Crees?!

 

  Luego de ayudarme a ponerme de pie, cubriendo mi estómago que parece una bomba nuclear, en cualquier momento hace boom. Y apoyarme en la puerta cerrada detrás de mí. Anais sólo me miraba expectante. Tenía escrito en el rostro: “¿Cómo te fue?”

 

-¿Y…?

-Me fue… bien, muy bien… casi ni pensé en lo que pasó hasta las siete…-Sonreí-Y… se puso celosa…

-¡¿Ves?! ¡Te lo dije! La tienes bien enganchada, tienes a un buen pez, no lo sueltes. Oye…-Se me acercó-¿Te imaginas? A puesto a que Catalina le debe estar preguntando cómo le fue justo en este momento…

-No creo…

 

 

  Y… en la puerta del frente…

 

  Cerré la puerta con cuidado, papá debe estar en su habitación, así que trato de no hacer mucho ruido. De todas formas, la sonrisa aún no se me va del rostro, debo parecer una tonta así…

 

-¿Cómo te fue con tu príncipe?-Me ataca Cata, apenas logro cerrar la puerta.

-Pienso en todo desde que la vi en el sofá hasta que me despidió con un beso en la mejilla y, mi sonrisa, sin poder evitarlo, se ensancha aún más-Cata fue… increíble, ¿sabes qué me dijo?

-¿Qué…?

-Y mi sonrisa se ensancha aún más-Que soy su chica francesa…     

 

 

Notas finales:

Put it in your head, baby, hollywood is dead, you can find it in yourself...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).