Capítulo 1. Las Naciones
En un muy lejano lugar se encontraban 4 naciones que regían el mundo, el primero es la nación del fuego este era uno de los más ricos tanto por su economía como por los bellos paisajes de su territorio y está gobernado por la gran familia real Matsuoka, este tiene frontera con la nación del agua que haciéndole honor a su nombre tiene una gran extensión hídrica tanto por los océanos que la bañan como por sus innumerables lagos y ríos que adornan sus bellos campos, este reino está regido por la familia real Nanase.
Del otro lado del océano se encuentra el reino de la tierra cuyo territorio ha sido bendecido por la madre naturaleza ya que en toda su extensión se encuentra las más exóticas flores y los más frondoso árboles, sus suelos germinan ricos frutos que son trabajados por los mismos ciudadanos, este reino está regido por la familia real Hazuki y por último y haciendo frontera con el ultimo reino mencionado, encontramos a la nación del aire que es reconocida por sus variados climas que sufren sus tierras sobre todo por los fuertes vientos cálidos y fríos que viajan por cada rincón, este es regido por la familia real Ryugazaki.
A pesar de la belleza y riqueza de cada nación, entre estas habían desacuerdos por las diferentes posiciones que tomaban los monarcas tanto por su ideología como por su avaricia, poco a poco los monarcas se fueron alejando y comenzó crecer el odio en sus corazones y fuertes guerras vinieron entre ellos, dejando a los pueblos desolación y tristeza por las muertes de sus seres amados que luchaban en las guerras, pero vino un tiempo de tregua donde la nación del fuego y del agua congeniaron y llegaron a acuerdos, ya que a pesar de que sus elementos eran contrarios encontraron mas en común de lo que habían imaginado con tan solo cruzar palabras, así pues la nación del fuego y de agua juraron no atacarse entre sí y en cambio se propusieron a acabar con las otras naciones, así mismo hicieron el reino tierra y la nación del aire al ver que sus enemigos se habían aliado.
Los siglos pasaron y más guerras azotaron estas tierras pero llego una época donde las cuatro naciones vieron las ruinas de lo que quedaban de sus territorios y millones de muertos que había dejado esta guerra, así que llegaron a una tregua que hasta ahora ha durado años más sin embargo todas siguen alerta por si el enemigo hace cualquier movimiento.
Actualmente las naciones siguen siendo reinadas por las mismas familias pero con diferente herederos que a lo largo del tiempo han ocupado el puesto del rey, esta vez la nación del fuego es regida por su alteza el rey Akita junto a su esposa la reina Aiko y a sus dos bellos hijos el príncipe Rin y la princesa Gou, mientras que en la nación del agua está regida por su alteza el rey Haruto y por su esposa la reina Hana junto a su único hijo el príncipe Haruka.
Del otro lado del océano el reino tierra es gobernado por el actual rey Ryo y la reina Mizuki juntos a sus bellos hijos las princesas Nanako, Naoko, Natsuko y el príncipe Nagisa y finalmente la nación del aire está regida por el rey Yudai y la reina Misaki junto a su único heredero el príncipe Reí.
El rey Haruto y el rey Akita eran muy buenos amigos así que desde muy pequeños presentaron a sus hijos y estos forjaron una amistad que a pesar de que Haru era un chico serio y frio y Rin un chico alegre, excéntrico y “romántico” como era conocido por Haru, era grandes amigos casi hermanos. Ya ambos con 14 años salían a jugar al gran patio del castillo cuando los padres de Haru invitaban a los de Rin.
- ¡¡tira la pelota más alto!! – decía animado Rin quien estaba en frente de Haru esperando a que el otro hiciera su movimiento
- no molestes es lo más alto que puedo – dijo Haru mirando a un lado
- jajaja vamos no te enojes es que si no la tiras alto no es divertido
- entonces juega tu solo – dijo Haru tirando la pelota al suelo para luego macharse
- espera Haru no seas así – dijo rin tomando la pelota y corriendo detrás de Haru, el pelinegro se detuvo pero no miro a Rin – Haru…
- ¿qué quieres? – dijo volteando a ver
- vamos no te enfades, ve hasta allá y yo te la tirare ¿sí?
- Ya no quiero jugar a eso
- ¡¡¡Haru!!! – dijo rin con un tono de suplica
- Está bien pero ya cállate eres ruidoso
Rin sonrió y se alejó de Haru en sentido contrario
- ¿Estás listo?
- mhhh – murmuro Haru
Rin tomo gran impulso y tiro la pelota lo más alto que pudo
- he espe….- Haru intento atraparla pero sus cortos brazos no pudieron – rin baka – dijo Haru enfadado
- jajaja ve por ella Haru – dijo rin sonriendo
- y porque yo, si fuste tu quien la lanzo
- Solo ve, yo siempre voy por ella.
Haru hizo un puchero mientras miraba a un lado
“qué lindo”- pensó rin mientras se sonrojaba – estaba bien yo iré por ella – dijo saliendo de su trance
- espera ahí – dijo Haru de pronto haciendo que Rin se detuviera - yo iré por ella – dijo yendo hacia la dirección donde se había ido la apelota, Rin solo se quedó allí parado con una sonrisa, mientras que veía como se alejaba Haru, pues la había lanzado bastante lejos tanto así que en un instante los arbustos lo taparon y ya no lo pudo ver.
Mientras tanto Haru estaba buscando la pelota en medio de los arbustos y al lado de los arboles pero nada que la encontraba, hasta que llego a un pequeño lago que estaba lleno de cisnes y al mirar a lo largo ahí vio ese gran punto rojo.
“tonto rin y ahora que voy hacer para alcanzarla” – pensó, luego suspiro y comenzó a quitarse sus sandalias – no hay de otra- ya con sus pies descalzos los metió al agua haciendo una mueca por el frio.
- ¡¡Espera!!
Haru se asustó por el grito que provenía de atrás así que rápidamente volteo, al hacerlo vio a otro chico de su edad con el pelo castaño claro y bellos ojos verdes.
- Que haces es peligroso – le dijo
- ¿y tú quién eres? – pregunto Haru
- ah es verdad – dijo sonriendo – mi nombre es Makoto, Tachibana Makoto – dijo mientras se acercaba al pelinegro – mi padre dijo que es peligroso acercarse al lago ya que es muy hondo
Haru lo dudo un momento- pero tengo que ir por mi pelota - dijo señalando donde se encontraba.
- ya veo…..- dijo Makoto
- voy por ella – dijo Haru yendo nuevamente al lago
- no, no, no espera - dijo Makoto tomando su brazo no puedes ya te dije que es peligroso…… además tu linda ropa se arruinara – dijo al ver el bello yukata azul que llevaba el pelinegro.
- eso no importa- dijo Haru caprichoso y se soltó de agarre – iré por mi pelota y no te metas en esto, no es tu problema - dijo volteando hacia el lago caminando hacia él, cuando el agua empezaba a empapar su yukata escucho rápidos pasos que provenían de atrás y sin siquiera darle el tiempo a voltear solo vio como rápidamente el Castaño paso delante de él y se metió al lago dejando a Haru paralizado en la orilla mientras que veía como el castaño nadaba hasta la pelota.
“Por qué lo hizo” pensaba Haru estático, luego de unos minutos Makoto tomo la pelota y nado de regreso, Haru solo pudo ver como las ropas de este estaban mojadas lo único que estaba seco eran loa zapatos que se había quitado antes de meterse al lago.
El Castaño se acercó a Haru con la pelota en sus manos – aquí tienes – dijo con una sonrisa mientras que sus ropas seguían escurriendo agua.
Haru solo lo miraba – eres un tono
- ¿he? – dijo sorprendido Makoto ya que esperaba que por lo menos le agradeciera por su acto
- ¿porque te metiste? ¿No te dije que este no era tu problema?
- Pero….
- ahora mírate estas todo empapado – dijo Haru sacando un pañuelo y acercado su pálida mano al rostro del Castaño – eres un tonto – dijo mientras daba suaves toques secando las gotas de agua de su rostro.
- lo…lo siento – dijo Makoto sonrojado por el gesto del pelinegro quedándose quieto mientras se dejaba hacer
- ya está – dijo Haru al terminan de secar su rostro - ahora ven conmigo te daré algo de ropa osino te resfriaras – Haru le extendió su mano sintiéndose extraño por lo que estaba haciendo ya que él no es así normalmente….
- mmh – Makoto solo pudo murmurar ya que su timidez no le dejaba decir más, acerco su mano a la pálida del pelinegro pero cuando la iba a tomar…
- ¡¡¡MAKOTO!!!
Ambos se asustaron y vieron a lo lejos un hombre que gritaba
- VEN YA NOS VAMOS – volvió a gritar
- ah – Makoto miro a Haru
- ¿quién es? - pregunto curioso el pelinegro
- es mi padre
- ya veo…..
- lo…lo siento me tengo que ir
- ¿he? – dudo Haru luego asintió
- a…adiós – dijo Makoto acercándose a sus zapatos y tomándolos luego comenzó a alejarse del pelinegro mientras que Haru le miraba irse, el pelinegro vio que este se detuvo y volteo hacia él, haciendo que por alguna razón su corazón palpitara.
- ¿puedo saber tu nombre? - pregunto Makoto
- ¿he? – Se sorprendió el pelinegro- Haruka…..Nanase Haruka – dijo con algo de timidez
Makoto sonrió alegremente al escuchar tan hermoso nombre – adiós Haruka – se despidió con una sonrisa luego retomo su camino, Haru solo se quedó allí viendo nuevamente como se alejaba, cuando ya no lo puedo ver rápidamente se puso sus sandalias y salió corriendo a la dirección donde el otro se había ido, cuando se dio cuenta estaba en la gran puerta del castillo y alcanzo a ver a Makoto siendo aprendido por su padre mientras este a pesar de su enojo le dio una manta a su hijo para que se abrigara, luego ambos subieron la carretilla llena de frutas y verduras que era arreada por un caballo, el hombre jalo los lazos y se fueron sin mas.
Haru se quedó un momento viendo la puerta por donde se habían ido pero luego algo lo saco de sus pensamientos.
-¡¡¡ Haru!!!
El pelinegro volteo y miro a rin detrás suyo
- ¿qué estás haciendo aquí? te estaba esperando en el jardín – dijo enojado – ¿y por qué están tus pies húmedos?
- es verdad…. – dijo Haru recordando lo sucedido- “me voy a cambiar” – pensó, pasando de largo
- ¿a dónde vas?
-a mi habitación –dijo Haru sin detenerse
-¿he y ahora que le paso? está más raro que de costumbre – sin decir más rin fue tras Haru, y de este modo fue que Haru conoció a Makoto.
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