Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Baby Pornograph por jotaceh

[Reviews - 432]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola todos!!! Espero que se encuentren muy bien :D

¿Saben? Tengo un montón de cosas por leer u.u creo que moriré del estrés... los profesores no quieren que duerma jajja de todos modos anoche dormí mucho *-* fue hermoso :3

 

Aquí les traigo un nuevo capítulo, espero que les guste :D 

Nos leemos la próxima semana... o sea, responderé sus comentarios durante estos días, pero actualizaré en uan semana más xD esoooo 

 

A leer!!!!

CAPITULO XXI: Quiero que seas feliz.

Sus miradas se clavan en mi piel como terribles dagas que la cortan poco a poco. Los segundos siguen su devenir mientras pareciese que el tiempo se hubiese detenido, ninguno de los presentes dice palabra alguna y yo solo puedo percibir la fuerza contenida en la mano de Diego, quien aprieta la mía en búsqueda de consuelo, intentando no desmoronarse ante la desilusión de sus padres. Los señores Recabarren no hacen más que contemplarnos, en parte sorprendidos por la declaración, aunque es la desilusión quien gana camino en sus pupilas. El mundo se le ha venido encima a mi amado, las persones quienes le dieron la vida ahora le reprueban, le han abandonado en los pensamientos reprochando el sentimiento que ha construido hacia mí. Era de esperar, pueden soportar el hecho que Valentina sea lesbiana, sin embargo es distinto que su retoño también sea homosexual. Y si no fuese yo su novio, ¿reaccionarían igual? Y es que no dejan de esculcar mi presencia, estudiando minuciosamente cada una de mis características.

-Pero que senos más firmes tienes mujer, ¿a qué cirujano fuiste?... El mío quería implantarme una prótesis de trescientos centímetros cúbicos, sin embargo yo no quise, eran muy pequeños… Y ahora me vez, toda una diosa voluptuosa con tetas de cuatrocientos… Mi novio las acaricia como si fueran peluches… ¿A tú esposo les gusta lamerlas? ¡Ay niña! A mí me encanta que mi novio haga eso conmigo, si quieres luego te cuento de unos juegos que hacemos que te querrás morir… Él coloca su pene entre las tetas y…- ¿Han visto las películas del Lejano Oeste cuando en el desierto aparece de repente una maraña de ramas secas mientras no hay nadie alrededor? Pues sería la forma perfecta de explicar esta situación. De pronto el silencio es interrumpido por la fingida voz aguda de Cata, quien se acerca a la señora Laura con la única intención de “socializar”. La pobre mujer no puede dar crédito a semejante lenguaje y es que mi amiga se ha comportado exageradamente vulgar esta vez. Masajea sus senos falsos mientras nos explica a todos cómo queda todo su pecho inundado en semen tras sus juegos eróticos con Germán. Si la mirada de los padres de Diego antes era de terror, ahora es del más profundo de los pánicos, como si el mismísimo Lucifer se les hubiera parecido en frente. –Disculpen, llevaré a mi madre al baño, creo que no se siente bien…- Digo mientras arrastro por el brazo a la ahora pelirroja, ella no entiende lo que hago y sólo atina a sujetar el vestido de leopardo tan ceñido que lleva. Obviamente no me enojo con Cata y es que sé que lo ha hecho para terminar con aquella tortura, como no sabe hacerlo de otra forma, buscó avergonzar a los presentes. En realidad la amo, nunca encontraré otra amiga como ella.

La estilista me lleva hasta donde se encuentra el pastel de bodas, el que contempla detenidamente, como si se tratase del más bello de los tesoros. –Cuando me case pediré algo como esto… aunque me daría tanta pena comérmelo, es tan perfecto…- Dice con ingenuidad, imaginando probablemente el día en que se una a Germán. Trato de olvidar la reacción de los padres de Diego, no quiero pensar en ello y es que me da pavor que mi amado sufra por ello. Tal vez solo sea pasajero, es su hijo y lo aman, pronto aceptarán su orientación y todo será mejor, debo ser positivo. Trato de mentalizarme cuando un espejismo lejano se roba toda mi atención. ¿Estoy viendo bien? Claro que no, eso es imposible. Me refriego bien los ojos con tal de descartar que sea irreal, mas no logro dejar de observarlos, tal parece que es verdadero. Poco a poco ambos se acercan a mí tomados de las manos, como si fuesen dos enamorados perdidos, almas gemelas que le sonríen a todos quienes les rodean. –No sabía que también estarían invitados los hijos de las sirvientas… Aunque vestido de aquella manera hasta pareces gente…En fin, hoy estoy de muy buen humor por lo que intentaré no colapsar con la pobreza que despides… ¿Sabes la razón de mi felicidad no es así? Pues velo con tus propios ojos, ahora Matías y yo somos novios…- Dice Kevin para inmediatamente después besar apasionadamente al chico de los ojos celestes, introduciendo su lengua hasta lo más profundo de su garganta. ¿Cuándo pasó esto? Me quedo boquiabierto mientras ambos se fusionan en un acto casi repelente, mis besos con Diego son hermosos, pero estos dos hacen un ataque contra la humanidad. Luego del ósculo ambos se retiran y me quedo pasmado, sin poder mover siquiera mis párpados. Miro fijamente un punto muerto en el verde césped bajo mis pies, mientras la saliva abandona mi boca por tenerla tanto tiempo abierta. No logro comprender, si hace poco Della Rovere rechazaba fervientemente la compañía de Bolingbroke.

Camino por aquel amplio jardín, donde todos los invitados esperan el momento en que las novias hagan su aparición. A lo lejos observo el altar que perfectamente se irgue imponente delante de un gran número de sillas blancas, donde nos instalaremos todos aquellos que deseamos que tanto Adriana como Valentina sean felices como esposas. Veo arreglos florales por todos lados, rosas blancas tan elegantes como mi nueva profesora de Lenguaje. Todo es delicado, los tímidos rayos del sol invernal cubren el lugar con una magia celestial. El frío se ha disipado por hoy, como si el clima quisiera que todo fuese perfecto. Camino entre el verde del jardín y la nívea presencia de los artilugios de matrimonio. Por mi mente transita la reacción de doña Laura y don Leonardo, siendo interrumpidos de pronto por las palabras de Kevin al restregarme en la cara que ha conseguido su objetivo amoroso. ¿Cómo me siento al respecto? ¿Estoy celoso acaso? La pregunta aparece justo en el momento que veo nuevamente a la pareja caminando tomados de las manos entre las visitas. Desde mi posición puedo vigilarlos mientras comparten como cualquier par de novios, todo parece real y no una maquinación de Matías para molestarme. ¿Entonces realmente cayó en los encantos del rubio? ¿Debería sentirme mal? Y es aquí cuando la verdad aparece de pronto reflejada en mi pecho. Un peso se cae de mi corazón repentinamente, desprendiéndome de una carga que ni siquiera sabía que llevaba, de una culpa que no me dejaba volar. Claro que no estoy enfadado con la noticia, solo me he sorprendido por lo repentino que se ha acontecido. Me alegro por ellos, espero que ahora me dejen tranquilo y pueda vivir en paz mi romance con Diego. ¿Pero sus padres?

La música comienza a sonar serenamente, el ambiente se repleta de suspiros de ensueño, de buenos deseos y anhelos para que aquellas dos mujeres sean felices por siempre. Adriana camina tomada de la mano de Valentina, ambas engalanadas de un impecable blanco. Sus vestidos son idénticos, de un escote señorial, finos encajes, cortes tan delicadamente elaborados que sus figuras resplandecen ante nuestras miradas, sus velos cubren sus rostros y sin embargo, podemos contemplar aquellas sonrisas del deseo consumado, de estar haciendo lo que sus corazones les imploran. Caminan paso a paso en una sincronización perfecta, dejando que los invitados las repleten con sus bendiciones. Finalmente llegan al altar, donde las espera la jueza civil que las unirá en matrimonio. Luego de su arribo, cada una levanta el velo de la otra como si estuviesen desenvolviendo un preciado regalo, sus miradas cómplices derriten incluso mi espíritu, el que no es de emocionarse con situaciones como esta. Tras su arribo aparecen los testigos de fe, a uno lo conozco perfectamente, es mi preciado novio que ha dejado de lado el impase con sus padres  y se ha volcado en aquel momento tan especial. El otro… pues el otro es… ¡Oh por Buda! ¿Por qué la gente adinerada además de ser guapa es atractiva? Qué par de nalgas tan regordetas, mis manos se inquietan con la idea de acariciar aquel par. Y esa espalda tan fornida, depositaría con gusto mis piernas en ellas mientras me penetra con aquel bulto que ahora inspecciono con osadía. ¡Concéntrate Renato! Estás enamorado y Dieguito también tiene lo suyo… tal vez no sea tan dotado… o tan varonil… o su trasero tan delicioso… o tan musculado como el otro testigo de fe… Esto debe ser amor, porque aunque tengo el deseo de seguir fantaseando con aquel adonis, soy capaz de despegar mis ojos de su cuerpo y concentrarme en las novias. ¡Sé fuerte! Oh Recabarren, no sabes de qué forma te violaré, este calentón me lo quito lo más pronto posible.

Después de la larga charla sobre qué significa el matrimonio, los deberes de los cónyuges y la importancia de la familia en la sociedad, la jueza les da el advenimiento a las novias para decir sus votos. –Yo, Adriana López Castañeda, te acepto a ti, Valentina MacIves Guess, como mi legítima esposa y prometo serte fiel, acompañarte en la salud y en la enfermedad, amarte y acompañarte hasta el final de nuestros días…- La bailarina toma la mano pálida y delicada de su novia, depositando un anillo de diamantes en su dedo anular izquierdo. La observa con paciencia, con todo el amor que su corazón afiebrado puede provocar. Luego es el turno de la tía de Diego, quien nerviosa replica las mismas palabras dichas anteriormente, le entrega la argolla a su esposa y para finalizar se besan con ternura delante de todos sus invitados, quienes aplaudimos por el orgullo que sentimos, por ver a dos personas valientes unir sus vidas aun cuando deban sortear un camino difícil en el futuro. Todos festejamos la unión menos una mujer, una que sigue sentada en su puesto llevando un pañuelo constantemente a su nariz para secarla. Catalina se ha emocionado con la boda y ahora parece una niña pequeña llorando de emoción. –Si las lesbianas son tan bellas… Solo les falta un pene para ser perfectas…- Balbucea mientras el sollozo gana la batalla y sigue con su rutina. Solo atino a acariciarle la espalda, sé claramente que algún día ella también se vestirá de blanco para ir al altar. O lo más probable es que vaya de rojo, pero la idea es que se casará.

Ambas mujeres vestidas de impecable blanco, enlazan sus manos entorno al cuchillo para cortar la primera rebanada del pastel de bodas, mientras un histérico fotógrafo inmortaliza la imagen con su cámara. El flash me enceguece y no entiendo cómo al rato me veo atrapado por los brazos de Diego, quien me guía hasta el altar que hace poco dio lugar a la ceremonia. Decidido toma el micrófono que utilizó la jueza y se dirige a todos los presentes. -¡Atención! ¡Atención! Aprovechando este momento tan especial, me gustaría dirigirme a ustedes para decir la verdad sobre lo que me ha estado sucediendo durante el último tiempo… He sabido de ciertos rumores que han circulado por ahí, en donde se ha insinuado que tengo una relación amorosa con un muchacho mucho más joven, específicamente con quien tengo ahora a mi lado… Pues ante esos rumores, me gustaría aclararles que son verdad… Este chico se llama Renato y es quien me ha hecho ser mucho más valiente que antes, tanto que ahora estoy parado frente a ustedes diciendo la verdad… He aprendido que no vale lo que el resto piense, sino que debo velar por mi felicidad, así es la única forma de levantarme todos los días y sentirme orgulloso de mí mismo… Pueden señalar lo que quieran, sin embargo les dejo en claro que esto es puro, que es amor de verdad y que nada, ni nadie, nos podrán separar…- Dice con enérgico coraje, sin temerle ni siquiera a la reacción furibunda de su padre. Don Leonardo toma la mano de su esposa y la lleva enfurecido al interior de la mansión, como si buscase protegerla de la humillación que su propio hijo les está propinando. Todos terminan alabando la valentía de mi novio, aunque son los padres de él quienes más deberían apoyarlo y ahora le han dado la espalda. Un nudo se gesta en mi estómago, hace mucho que no me sentía así de débil y es que sólo pensar en el sufrimiento de Diego, provoca que todo mi ser se desmorone.

-¿No crees que vas demasiado rápido? Deberías darles más tiempo a tus padres. Ellos tenían otras expectativas para tu futuro y ahora se los has derrumbado todos… Me da pavor que salgas herido con todo esto, no quiero que te hagan daño …- Le digo a mi novio una vez ya los ánimos se han tranquilizado. Todos están siendo parte del banquete, a lo lejos veo a Cata con un hueso de pollo en las manos mientras lo chupa con fascinación. Abrazo a Recabarren mientras le confieso mis inquietudes. La ofuscación de sus padres no puede traer nada bueno y él sólo está buscando problemas. –Si ellos realmente me aman, van a entender… Es mejor saber la verdad que andar escondiéndote. No quiero eso para ti, no te lo mereces. Eres la persona a quien amo y todos deben saberlo…- Me dice para luego besar mis labios son ternura. Le miro con resignación, es testarudo y no va a cambiar de parecer, solo espero que tenga razón y nada malo suceda pronto.

Diego comienza a hablar con algunos amigos de la familia y yo decido acompañar a Cata. Camino hasta la mesa en donde ella devora la comida, siendo vigilada sigilosamente por sus compañeros de puesto, los que quedan pasmados con sus modales. Casi al llegar a mi destino vislumbro una silueta conocida, un cabello cano y unas facciones toscas a las cuales quería dirigirme hace un tiempo. – Buenas tardes, quisiera hablar con usted un momento.- Saludo al padre de Kevin, quien para mi suerte también ha asistido a la ceremonia. Las primeras frases intercambiadas hacen relación a nuestros estados de ánimo, a los estudios en la escuela y al nuevo novio de su hijo. Cinco minutos transcurren hasta que decido ir al meollo del asunto. –Espero que lo que estoy a punto de decirle lo comprenda bien… Tal vez usted no me conozca, sin embargo yo le he visto antes merodeando por mi casa. Quizás se sorprenda, y es que el mundo es muy pequeño, pero soy el hermano menor de Natalia Prats, ¿la conoce verdad? Pues iré al grano… Quiero que la deje tranquila, usted es un hombre casado y no tiene nada que ofrecerle. Ella es lo más preciado que tengo y anhelo que encuentre un hombre que la merezca… Usted no es el indicado y por ello, le pido encarecidamente que se aleje, que no le ofrezca nada más y le permita encontrar al hombre que verdaderamente la haga feliz…- Le encaro con la misma decisión que acaba de utilizar Diego para enfrentarse a la multitud. Poco a poco las expresiones de don Benjamín mutan, ya no muestra aquella amabilidad con la que me respondió el saludo. Está enfadado y me observa con desprecio. Piensa un poco antes de hablar, su mente trabaja con rapidez, como si buscara la solución más idónea. –Tú no eres el más indicado para velar por la felicidad de Natalia. ¿No fue por tu culpa que ahora ella trabaja como actriz pornográfica? ¿Acaso crees que es justo que siga viviendo tan miserablemente por tu causa? Creo que debes ser tú quien la tiene que dejar en paz… Yo puedo de hacerla mucho más feliz y nada importa que esté casado, porque nuestra relación va más allá… Claro, tú no lo puedes comprender porque sólo piensas en ti… No me alejaré de ella, haré hasta lo imposible por darle un futuro digno y por sobre todo, alejarla de ti… ¿Entendiste?- No solo me habla con furia, sino que me amenaza tomándome de las muñecas y acercándome a su horrendo rostro. Su respiración pestilente inunda mi cara, dándome incluso ganas de vomitar. Todo su ser me repugna y no soporto más su contacto. Elevando mis rodillas, golpeo con ferocidad su estómago, logrando que me suelte y demostrándole que no soy el enclenque debilucho que él imagina. –He tenido que luchar toda mi vida. Estoy acostumbrado a tener que batallar contra personas como usted, así que no crea que le tendré miedo… Si quiere guerra, eso le daré y le aseguro que no se quedará con Natalia…- Sentencio con seguridad antes de marcharme, dejándole adolorido en el piso.

¿Debería irme de la fiesta? Pues claro que no, su presencia no me impedirá pasarlo bien en esta boda. –Pero qué culo más hermoso, he estado media hora observándolo y no me canso… ¿Esto le pasará a los hombres heterosexuales son los senos?- Es lo primero que me dice Cata al sentarme a su lado en la mesa. Se refiere al otro testigo de fe, quien resulta ser el hermano mayor de Adriana. Todo un hombre musculado, viril por el ángulo en que se le mire e incluso, al escuchar su voz terminas derritiéndote por lo profundo de su hablar. Me termino uniendo a la rutina y contemplo aquella carne adorada. Por alguna razón desconocida, decido bajar la mirada y contemplar el vestido de mi amiga. Es tan corto que al sentarse se arruga y sus piernas se pueden ver por completo. ¡Esperen! ¿Qué es eso? ¿El traje viene con regalo? ¿Algo así como la cajita feliz de McDonald? ¡Por una prenda de leopardo llévese gratis un pene erecto! Rayos, ¿ahora cómo le digo que la cinta adhesiva se ha despegado y por tanto mirar al hermano de Adriana tiene una erección? ¡Si se levanta todos se darán cuenta! –Quiero un poco de vino, iré a buscar…- Dice mi amiga a la vez que se prepara para caminar hasta la barra. -¡No!... Yo… yo… creo que deberías pedirle al camarero… Es… de mala educación pararse así…- Le digo intentando impedir la catástrofe, sin embargo es la terquedad de la estilista la que me lleva a un colapso. La veo parada y no me queda otra que abrazarla para que el resto no la vea. -¿No te has dado cuenta mensa? Luchito despertó y ahora anda saludando por ahí, ¿quieres que lo vean?- Le susurro al oído. Inmediatamente después se percata del “accidente” y debo cubrirla hasta el baño, donde se encierra para arreglar la cinta adhesiva. ¡Quién la obliga a usar un vestido tan corto!

Los días transcurren, en las mañanas con clases en el colegio y por las tardes… ¡No! Ahora no son horas y horas de sexo salvaje con mi novio, sino que debo estudiar con él porque quiere que sea alguien de bien, culto e informado, por lo que me da clases particulares. –Solo cuando termines la tarea, podremos intimar… Antes no.- Me sentencia continuamente como si fuese mi madre, ¡si no comes todo no habrá postre! Y claro, debo hacerle caso porque de lo contrario se enfada, toma sus cosas y se marcha del departamento, dejándome con la lívido a mil. ¿Por qué será tan sexy?

Mi popularidad se ha ido debilitando con el paso de los días, creo que ya nadie tiene sueños eróticos conmigo. He vuelto a ser el chico gay a quien nadie la habla. Fue divertido mientras duró, pero como tengo a alguien a quien amo a mi lado, me da lo mismo si otros chicos no me desean, solo con Diego me conformo. Ahora lo que está en boga, es la relación repentina entre Matías y Kevin. Se les ve abrazados por los patios, me los tomo a cada rato, como si buscasen que los viera. En realidad a mí me da igual, incluso hasta me alegro por ellos. ¡Ninguno me ha molestado! Soy feliz con ello, me he librado de dos molestas plagas que me incomodaban a diario. Ahora solo me queda la plaga nazi de Arturo, quien como bien me ha dicho Adriana, está buscando el momento indicado para volver a atacarme y es que el ambiente al interior del Instituto General sigue convulsionado. El antiguo director fue sentenciado a pagar una cuantiosa indemnización a la madre de Dieter e incapacitado para trabajar en una institución educacional de por vida. Por fin ha habido justicia y quienes ahora dirigen la escuela, están realizando talleres de diversidad, empatía y comunicación, con tal de no tener que presenciar nuevamente una tragedia como la de mi amigo.

No me gusta ser chismoso, sin embargo en estas circunstancias tuve que serlo y le conté lo ocurrido con el padre de Kevin a Natalia. Ella quedó impresionada por la reacción del hombre, aunque especialmente por lo que yo sabía sobre su relación con él. Esa tarde al llegar del matrimonio fue cuando hablamos del tema y ella no pudo contener las lágrimas, me abrazó tan fuertemente como cuando era pequeño y tenía miedo. –Él es un hombre que ha sufrido mucho, no es alguien malo como tú lo imaginas… Por favor no pelees con él. Te prometo que no volverás a verlo nunca más. Yo me encargaré de ello, ¿ok?- Me dijo para consolarme, aunque es ella quien más ha sufrido al respecto. ¿Realmente se ha enamorado de don Benjamín? Me ha dicho que es un buen hombre, pero no olvido la forma en que me encaró. ¿De esa manera trataría a Natalia cuando se enfadara? No, él no es el indicado. Sé que sufrirá, tan solo que es por su bien, debe alejarse del hombre ahora mismo.

Acabo de salir del colegio. Camino hacia mi edificio mientras recuerdo que hoy no podré juntarme con Diego y es que debía realizar ciertas diligencias. Creo que me dedicaré a ver vídeos sobre Boys Bus. Son mi última obsesión en relación a las películas eróticas. Se trata de un equipo que viaja en un automóvil estilo van, por las calles de Miami, acompañados por una actriz y un actor homosexual, obviamente del ámbito pornográfico. Buscan hombres guapos y a estos les ofrecen una felación por parte de la mujer, que siempre es una siliconada de lo más falsa. El sujeto acepta, ya que todos quedan cachondos al ver desnuda a la mujer y ésta aprovecha de vendarles para comenzar con el acto. ¡Aquí comienza la diversión! Porque es en realidad el actor quien realiza el trabajo mientras el sujeto cree estar siendo tratado por la voluptuosa. Finalmente descubre que es un hombre quien le complace y en vez de retirarse, acepta un monto de dinero para terminar con el acto y penetrar al actor. Me parece una trama de lo más divertida, porque al finalizar todo hacen bajar al heterocurioso y cuando están a punto de pagarle lo convenido, el vehículo se pone en marcha y se queda solo alegando por el no cumplimiento de la promesa. Pienso que cuando sea director haré videos con una temática parecida, eso sí, realmente buscaré gente por las calles y es que se nota a leguas que el individuo encontrado es también un actor.

Pienso en la forma en que engañaré a mis presas en los videos cuando me encuentro frente a frente con doña Laura MacIves, la madre de Diego. Me estaba esperando en el portal junto a su chofer. –Tengo que hablar contigo, ¿puedo ingresar a tu hogar?- Me dice sin quitar de su rostro aquella expresión de desagrado, como si mi presencia fuese repugnante. Debo morder mis labios para no responderle, solo por respeto a su hijo. Cuando ingresa al departamento lo observa detenidamente, reprobando con la cabeza cada uno de mis muebles y el espacio en general, es demasiado pobre para sus gustos refinados. – ¿Así es que aquí es donde te revuelcas con mi hijo?- Lanza su veneno sin remordimientos, volviendo a contemplarme con repudio. No deja ni siquiera que me defienda, sigue con sus palabras hirientes de inmediato. – Diego era una buena persona, tranquilo y buen ciudadano. ¿Sabes? No me importa el hecho que le puedan gustar otros hombres… Lo que desapruebo es que se haya fijado en ti. Primero, eres mucho menor. Segundo, vienes de una clase inferior. Tu hermana trabaja en una profesión reprochable y aquella mujerzuela que presentaste como tu madre y que llevaste el otro día a la boda, que de por cierto, a leguas se nota que es hombre; demuestran el ambiente en el que te has criado. ¿También eres como ellas? ¿Cómo enamoraste a mi hijo? ¿Con el trasero? Como la madre de Diego no voy a permitir que destruyas su vida… ¿Sabías que ha estado todo este tiempo buscando trabajo como profesor? Más de un mes en el cual le han rechazado de todas las escuelas por un rumor. ¿Quién va a contratar a un hombre que se acuesta con sus alumnos? Claramente nadie… Él es un apasionado por la docencia, sin embargo, mientras siga enredado en tus artimañas, no podrá cumplir sus sueños… ¿Quieres que renuncie a ellos? ¿Deseas que sea infeliz?- Sus palabras resuenan fuertemente en mi memoria. Ahora entiendo todo, aquella vez Diego me dijo que quería descansar, dejar de trabajar un tiempo, cuando en realidad lo que sucede es que no le han querido emplear. Nuevamente me siento débil, indefenso ante el miedo de hacer sufrir a quien amo. ¿Por qué me estoy comportando así? Usualmente atacaría a esta mujer, incluso siendo la madre de Recabarren, sin embargo tiene razón. ¿Será que el amor me ha debilitado? Ya no se trata de mi orgullo o mis deseos, sino que los de mi amado, a quien solamente le deseo felicidad.

-¿Quieres que sea infeliz?- Vuelve a preguntarme doña Laura con un tono cansado, hastiada por tener que compartir el mismo aire que yo. –No…- Le respondo cabizbajo, imposibilitado de defenderme, paralizado por el pavor de ver destruidos los sueños de Diego. -¿Entonces le dejarás?- Insiste en el tema, tratando de zanjar la solución de una maldita vez. Por mi mente transitan todas las risas, los besos y las caricias que me ha entregado aquel hombre. Lo mucho que se ha preocupado por mí y la forma hermosa en la que me mira. Por nada del mundo quiero separarme de su lado, sin embargo, tampoco quiero para él la desdicha. –Sí…- Respondo disminuido, acongojado por lo que significa aquella respuesta. Esto no puede seguir así, yo no puedo vivir  acosta de los sueños de Recabarren. ¡Quiero que seas feliz, aunque eso signifique alejarme de ti!

Notas finales:

Bueno.... quizás no les gustó la forma en que terminó el capítulo.... u.u en fin....

Hasta luego!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).