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Baby Pornograph por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

Espero que se encuentren bien...

Ok, intenté escribir este capítulo antes... pero me fue imposible, me sentía muy mal debido a mi resfriado... Estúpida enfermedad u.u odio toser y tener moquitos u_______u

 

Bueno, espero que les guste este capítulo y la sorpresa que hay al final de él :D

UNA PREGUNTA!!! ¿qué es lo primero que le ven a las mujeres? ¿y a los hombres? No nos hagamos los tontos, y es que aunque te guste o no, siempre miramos los cuerpos de los otros... En lo particular, a veces me hablan compañeras con escotes muy grandes y les veo los senos D: me digo... pero si a ti no te gustan esas cosas... caca... caca... jajajja pero es que al final no las veo porque me gusten, es como cuando ves un perro muerto y dices, no lo veas, no lo veas... y por curiosidad lo haces igual jajajajaj que mal ejemplo xD lo sé...

Y bueno, a los hombres.... lo primero que les veo son... los ojos e.e jajajaj naaah mentira... últimamente... creo que desde que escribo yaoi, he comenzado a ver más los traseros de los otros hombres, creo qua ya ni me apeno :P bueno... eso y también sus paquetes... Finalmente, me dirijo hasta sus rostros para ver si es una belleza integral o solamente un culo atractivo :P

QUIERO RESPUESTAS SINCERAS!!! jajajaja

pd: sí, la fiebre hace que escriba extrañamente xD

CAPITULO XXVI: Una propuesta inesperada.

Estaba llorando, no hace mucho mis mejillas se repletaban de lágrimas y ahora, por más que lo intentase, no podría seguir sollozando, es tanta la impresión que todo mi ser ha colapsado. Sigo tendido en el suelo, rodeado por los brazos protectores de Diego, quien me consuela con el palpitar de su corazón y la tibia brisa de su respiración golpeando en mi cuello. Frente a mis ojos se encuentra don Benjamín, sumido en la tristeza y la culpa, disminuido de toda su arrogancia, de todo aquel extraño resquemor que siempre me profesó.

No sé qué hacer, estoy hipnotizado por los ojos de aquel hombre, no tengo ánimos de golpearle, ni de abrazarle, solo deseo que todo se quede así, y es que enfrentar esta noticia me paraliza. De pronto un fuerte golpe logra devolverme a la realidad, y no solo a mí, es que ha sido tan estridente que logra asustar a todos quienes nos encontramos en la sala.  Aquel sonido provino de la cocina, pero al mirar hacia esa dirección, no diviso más que el rostro de Adriana mirando el suelo, sin demostrar ninguna expresión en concreto, como siempre va esa mujer. –Éste se ha desmayado… creo que el saber que es hermano de Renato le ha afectado…- Es lo que dice la bailarina al contemplar la preocupación de los presentes. Natalia se apresura en socorrer a Kevin, quien ocasionó tamaño estruendo al caer desmayado luego de escuchar las mismas palabras que me dejaron helado. En este momento pienso mejor las cosas, todos estos disparates significarían que soy hermano de aquel sujeto, ¿pero cómo? Él es tan rubio y yo tan moreno, él es tan arrogante y yo tan pobre, él es tan superficial y yo… bueno… no tanto.

Con la ayuda de Matías y Diego, logran disponer del cuerpo inerte del rubio sobre el sofá rojo de la sala. Mi hermana le abanica con unas revistas para ver si de esa forma logra reponer su salud, despertarle de aquella pesadilla que debe significarle estar relacionado conmigo. – ¿Para qué le haces eso? Si respira significa que está bien… no te preocupes tanto…- Le dice Adriana a Natalia en un intento de disminuir la atención en torno a aquel tema, ese que ella vislumbra tan sencillo, porque simplemente le importa un huevo si Kevin despierta o no. Lamentablemente para ella, nadie despega los ojos de aquel sujeto cuando comienza a abrir los ojos, cual espectáculo jamás antes visto fuese. –Dime que no es cierto… es una broma ¿verdad?- Es lo primero que dice al ver las facciones preocupadas de su padre. Ciertamente es un susto creer que eso puede ser verdad.

De pronto me doy cuenta que nadie se pregunta qué estoy sintiendo en estos momentos, y es que soy yo quien debería haberse desmayado, el que acaba de descubrir que aquel hombre que no le quiso criar es aquel individuo. ¿Esto significa que cada vez que me trató mal lo hacía porque soy el culpable de la muerte de su esposa? Cada vez que defendía a mi hermana, que impedía que estuviese con ella, él siempre me atacaba, no porque…. Esperen, esperen…. ¿Qué estuviese con ella? ¿Qué significa esto?...-¡Qué mierda!... ¡¡Viejo degenerado!! ¡¡Querías acostarte con tu propia hija!!... ¡¡Oh por Buda!! Porque ustedes dos nunca intimaron ¿cierto? ¡¡Díganme que no ha sido así!!... Sucios, sucios…- No puedo controlarme ante tal noticia, el saber que posiblemente se ha provocado un incesto, me descoloca a tal punto que olvido la convalecencia de Kevin, lanzándome sobre don Benjamín para agredirle ante tal calamidad. Aplasto carne rubia en mi camino hacia la agresión, sin embargo, poco o nada me importan los gemidos de dolor de mi supuesto hermano, lo único que quiero es agredir a aquel energúmeno. ¿Cómo se le ocurre enamorarse de tu propia hija?

“Yo no sabía que era mi niña, aquella que me dejó hace tantos años… Simplemente las cosas sucedieron y ahora, me gustaría contarte que ella ha quedado embarazada… Seré padre y abuelo a la vez… ¡Ven hijo mío a felicitarme!…” Es una de los tantos supuesto que transcurren en mi cabeza mientras bebo el agua con azúcar preparado por mi macho. Busco calmarme ante tales anuncios, sentado en el sofá, viendo la infinidad del cielo nublado a través de la ventana. Lo intento, tan solo que no puedo y es que mi cabeza se repleta de situaciones hipotéticas como la anterior. Finalmente mi rostro parece sereno, porque este momento es utilizado por el sujeto que dice ser mi progenitor, para intentar aclararme toda la verdad. –Sé que creías que estaba muerto, que tu madre y yo habíamos fallecido en un accidente automovilístico… sin embargo eso es mentira, una forma que tuvo tu hermana para ocultarte la verdad… Realmente….- Comienza a hablar Benjamín, sentándose a mi lado mientras se deleita con la misma imagen, con aquella proyección de las nubes a través de los cristales de la ventana. Su voz parase serena, tranquilo por lo que intenta hacer y es que no hay nada más liberalizador que revelar un secreto tan bien guardado por tantos años, tan solo que tuve que interrumpirle. Si ellos buscan decirme la verdad, yo también lo haré. No terminó de pronunciar sus palabras, cuando las mías afloraron intempestivamente. –Lo sé… hace seis años me enteré que nuestra madre murió mientras me paría, que tú me echaste la culpa de ello y quisiste darme en adopción, que te desentendiste de mis cuidados, incluso de mi alimentación y Natalia no tuvo de otra más que tomarme, dejar atrás su infancia y escapar para protegerme.- Digo sin remordimientos, aunque al bajar la mirada del cielo me encuentro con los ojos desesperanzados de la muchacha, impactada al enterarse que durante todo este tiempo he sabido aquel secreto que trató de ocultarme contra viento y marea.

Todos respiran hondo, en muy poco tiempo se han revelado tantas verdades, que nadie puede digerirlas tan prontamente. No dejo de contemplar a mi hermana, está desconcertada imaginando todo lo que tuve que sufrir al enterarme del odio de nuestro padre, cuando apenas tenía siete años. –Fue el día que conocí a Cata… Llegué a casa y antes de entrar sequé las lágrimas acumuladas en mi rostro. Jamás te he contado esto, pero… todos los días solían molestarme. Arturo y su grupo no tenían compasión conmigo, lloraba en las escaleras antes de entrar al departamento, porque no quería que te preocuparas, ya habías tenido que sufrir mucho por mi culpa… Ese día no fue la excepción, solo que mientras lo hacía… escuché a una mujer diciéndote todo, que no podía creer lo fuerte que habías sido tras tantas desgracias. Fue tanta la conmoción, que decidí que ya no era necesario seguir adelante, que ya le había hecho mucho daño a la gente que quería… a ti… por lo que subí a la azotea e intenté lanzarme…- Lo digo sin remordimientos, sin siquiera querer llorar, solo que la pena reflejada en las hermosas de pupilas de Natalia, me hacen titubear. Nunca quise decirle la verdadera forma en que conocí a la estilista, tan solo que ahora ya nada me lo impide. –Lo iba a hacer, estaba decidido y justo en aquel momento… apareció ella… con su luminosidad, y me salvó… Por eso era mi madre, porque me entregó nuevamente la vida cuando creí que ya no podía seguir adelante. Y ahora… ya no está a mi lado…- Sentencio finalmente ante los sollozos incontrolables de mi hermana. Diego la abraza, la consuela de la misma forma que intentó hacerlo conmigo y es que yo no puedo, no soy quien para ayudar a un desvalido cuando me encuentro destruido por dentro. Todo ha sido la verdad, todos algún día nos enteramos de los secretos que han fundado nuestras existencias.

-Me gustaría decirte que comprendo tu sufrimiento, que tras la muerte de Fernanda en el parto, sufrí lo mismo que tú… solo que no puedo hacerlo, sería un desvergonzado si me atreviese y es que, tú has sufrido mil veces más que este cobarde. Me sumergí en mi miseria creyendo que era el peor de los lamentos, nunca me imaginé que por mi culpa terminaría haciéndote más infeliz de lo que supuestamente tú me hiciste a mí. Perdiste a tu madre, y por mi causa también a un padre… obligué a tu hermana a trabajar desde pequeña, abandonándote y permitiendo que te criaras solo… no te protegí cuando aquellos cobardes destruyeron tu integridad… incluso te llevé a intentar culminar con tu vida cuando apenas eras un niño… Finalmente, yo solo sufrí durante aquellos meses, mientras que tú… perdiste una vida entera…- Sentencia Benjamín tomando mis manos, llorando ante lo que él cree una desgracia, sintiéndose culpable por cada una de las lágrimas que he derramado en estos trece años de vida. –No debes separar los recuerdos tristes de los alegres, ambos son la misma cara de una moneda. Cuando sufras, al verte llorar frente a un espejo y sientas que ya nada puedas hacer, da las gracias al sufrimiento, a aquel amigo que te enseña lo bello de la vida, el que te hace grande, aquel del cual aprendes a ser humilde y amar lo que tienes… Alégrate cuando sufras, estás vivo y sabrás que muy pronto, al cruzar la esquina del miedo, encontrarás tu recompensa… Es lo que me enseñó Cata. Si no hubiera pasado por todo aquello, ahora no sería quien soy, no hubiese conocido a aquella hermosa mujer, no me hubiera enamorado de Diego y mi hermana no hubiera descubierto lo que realmente le gusta hacer, porque aunque el resto le mire con desconfianza, ella quiere ser una actriz erótica… No te echo la culpa de nada, no culpo al mundo por lo que he sufrido, porque me he levantado y he seguido sin sentir remordimientos… Tal vez eso deberías hacerlo, en vez de seguir de luto tras tantos años de la pérdida de tu mujer.- Le digo separando mis manos de las suyas, mirándole detenidamente a los ojos mientras me percato como algo en su alma se ha roto, como un pequeño peso que había guardado por tanto tiempo se comienza a desvanecer, ante la perplejidad de su universo.

Me levanto sin arrepentimientos y busco alejarme de ellos, necesito un tiempo a solas luego de tantas conmociones. Estaba a punto de lograrlo cuando fui interceptado por Kevin, decidido a esclarecer hasta la más mínima duda. –Te admiro… desde que te vi por primera vez, comencé a envidiar tu seguridad y por ello intentaba destruirte, quería eliminarte de mi camino porque me demostrabas que sí se podía ser valiente luego de tanto sufrimiento… Ahora entiendo por qué tanto Diego como Matías se han enamorado de ti… Es extraño pensar que intenté opacarte utilizando el dinero de mi familia, cuando en realidad, siempre ha sido tuyo… Tal vez no quieras saberlo, quizás no te interesa escucharlo de la boca de Benjamín, pero seré yo quien te lo diga… Él no es mi padre, el mío murió de cáncer cuando tenía cinco años y siempre le he extrañado desde entonces, nunca he podido recuperarme de su pérdida. No me di cuenta que eras su hijo, porque supongo que tu hermana te cambió los apellidos para que no pudieran rastrearte… Renato Bolingbroke, supongo que te suena extraño… Tú padre era primo del mío, por eso compartimos apellido… Se casó con mi madre por una promesa que le hizo a mi papá antes de morir… pero solo es por protección financiera, ya que Benjamín nunca ha podido dejar de amar a su difunta esposa… Fernanda Lancaster era la única heredera de una gran fortuna y tras su muerte, todo quedó en manos de su esposo, quien administra la herencia que por derecho es solo de tu hermana y tuya… El karma debe existir y realmente es un bromista, porque todo el dinero que tanto he presumido es en realidad del chico a quien tanto dañé, a aquel que le arrebaté a la persona que más amaba…- Ya no parece el muchacho engreído que solía mostrarse antaño, ahora parece alguien cercano, una persona que siente y sufre como todos los demás. Entonces realmente no somos hermanos, nos une un parentesco parecido más a un primo lejano. Fernanda Lancaster, es extraño pensar que no sé nada de la mujer que me trajo al mundo, ni siquiera le he visto retratada en una fotografía, no puedo saber si me parezco a ella, si mis ojos son el vivo retrato de los suyos.

De repente siento unas manos acariciando mi espalda, al voltear me encuentro con Natalia, visiblemente mejor, triste por lo que acaba de enterarse, sin embargo, como ha debido hacer siempre, se ha repuesto con rapidez. –Nunca imaginé que sabrías la verdad siendo tan joven. Siempre planeé hacerlo cuando fueras más maduro… sin embargo, ¿cómo puedes ser más maduro aún? Supongo que después de lo que te has esterado, no puedes creer que haya tenido una relación con nuestro padre, es absurdo… Lo que siempre quiso fue sacarme de la industria pornográfica, jamás quiso que fuera su amante, eso lo inventaste tú al no saber qué nos unía realmente… ¿Me puedes perdonar por haberte mentido todos estos años?- Se siente en deuda, avergonzada por haberme salvado de una historia tan terrible. ¿Cómo podría enfadarme con ella? Jamás he podido, ahora no será la excepción. No respondo con palabras, simplemente la abrazo, escondiendo mi cabeza en la fragancia lozana de su cuello. Cierro los ojos para intentar imaginar que su cuerpo es el de Fernanda, que aquel olor es el de su piel. Extrañamente comienzo a añorar a quien nunca conocí y por quien en estos últimos años jamás volví a necesitar. No, no puedo saber cómo era, jamás lo sabré. Ella no pudo criarme, no obstante, para mi favor, tuve dos mujeres a mi lado que hicieron de mí, lo que ahora pueden contemplar.

Me desprendo de aquella unión. Contemplo agradecido a la muchacha, no sería quien soy gracias a sus sacrificios. Quiero regresar a mi cuarto, descansar luego de tantos altibajos, pero Diego tiene planificado otro panorama para nosotros. Sin pedirme permiso alguno, me toma de la muñeca para llevarme fuera del departamento. –Es mejor que tomes un respiro de todo lo sucedido… Ven, yo te llevaré a un lugar más tranquilo…- Me señala mientras me acerca a la puerta. No me mira y solo atina a pronunciar aquellas palabras cual libreto, como si fuese el héroe que rescata al niño en aprietos.  -¿Diego?... ¿Diego?... Ando en pijama y estoy completamente mojado…- Le señalo antes que siga con su brillante plan improvisado. Le veo detenerse en seco, dándose cuenta que su escena de película no puede realizarse. Decepcionado me deja ir a mi habitación para cambiarme y secarme un poco. Finalmente me convence su idea de salir. Sigue lloviendo torrencialmente, sin embargo quiero escapar de estas cuatro paredes que me asfixian. Quizás tomando un poco de aire pueda encontrar las respuestas a tantos problemas que me han comenzado a aquejar.

Mientras Recabarren conduce no platicamos en absoluto, deja que me concentre en la vista que obtengo de la ciudad. Los faros se han encendido luego de adentrarse el sol, los edificios comienzan a desaparecer en la oscuridad, mientras las estrellas buscan destacar. Las nubes se han disipado mientras hemos salido de la ciudad y es que tal parece que solo en aquel lugar ha llovido. Ahora nos encontramos tan lejos a aquellas tierras, que todo parece nuevo, seco y libre de cualquier complicación. No sé dónde nos dirigimos, tampoco me importa y es que confío en él, sé que sólo busca ayudarme en este momento tan confuso. De repente me encuentro inundado por un aroma familiar, refrescante y sumamente húmedo. El mar se encuentra cerca y su salinidad inunda cada uno de mis poros. Aunque hace frío, abro la ventana para empaparme con mayor facilidad de aquel vendaval de pureza. De pronto me siento aliviado de todos mis pesares, de todas aquellas torturas que se han ensañado con mis debilidades. –Ya llegamos… ¿Quieres bajarte?- Resuena la voz grave de mi amado, regalándome una sensual sonrisa para alentarme a contemplar con mayor deleite aquel océano oscuro que se mece al compás de los astros.

¿Hay algo más hippie que hacer una fogata en la playa? Me pregunto mientras me refugio en el calor que desprende aquel montículo de ramas quemándose. Como un macho de mar, Diego buscó vehemente los maderos que fueran necesarios con tal de calentarme. Ahora estoy tumbado en la arena, teniendo el fulgor de la fogata frente a mí y más al fondo, la inmensidad del océano, de aquellas aguas juguetonas, cuyas risueñas olas me entregan la más relajante de las melodías. No sé por qué, pero el profesor se ha sentado un tanto distante, como si no nos hubiésemos reconciliado y ahora estuviese nervioso de mi presencia. ¿Qué debo hacer para romper el hielo? Y es que necesito de sus brazos, de aquellas caricias tan deliciosas que solo él sabe regalarme. –Tengo frío…- Menciono sin mayores ganas, como si no fuese una táctica para hacer reaccionar al hombre. –Le colocaré más leña al fuego.- Dice como respuesta a mi comentario. Genial, no he logrado lo que deseaba, ¿y ahora qué? ¿Cómo puede ser tan menso? Me tranquilizo y es que quiero que la reconciliación sea romántica, que tome su curso natural, no pretendo presionar los sucesos. Me levanto de la arena mientras veo a Recabarren tomar los leños para lanzarlos a la fogata. Camino hacia su dirección y al tenerle en frente, tomo la madera de entre sus manos y la lanzo al fuego, señalándole que debe dejar de realizar aquella tarea. Le veo detenidamente a los ojos, busco toda la ternura que mi pervertida mente puede producir y finalmente, digo las palabras más dulces que jamás podré reproducir. -¡Fóllame!- Instantáneamente salto sobre él, para derribarle, quedando sobre aquel falo que espero pronto disfrutar. Si esto no es romántico, no sé de qué otra forma se puede definir.

Llevo mis manos sobre su pecho, acariciándole por sobre las ropas, intentando excitarle para dar inicio a esta obra de caridad y es que no aguanto más, ¡necesito sexo! ¡Ahora! Nunca antes lo habíamos hecho de esta manera, inundados por las luces de las estrellas, con el sonido del mar inquieto, e impregnados por la salinidad de la arena. –Tal vez deberíamos ir más lento esta vez.- Interrumpe justo cuando mis manos comenzaban a masajear la carne entre sus piernas. ¿Alguna vez les ha sucedido que tras golpearse alguien les pregunta si les ha dolido? Pues de esa manera me he sentido y es que, ¿cómo puede hacer una pregunta tan estúpida? ¡Si se nota a leguas que necesito sexo! Mi pelo está seco y mi piel amarillenta, este sujeto me penetrará ferozmente o dejo de llamarme Renato Prats… o quizás Bolingbroke… o la mierda que sea ahora.

No le hago caso y omito su petición. Mis dedos se adentran en sus calzoncillos, impacientes por acariciar aquel candor tan delicioso. –No… mejor dejémoslo hasta aquí…- Insiste nuevamente el barbudo, al mismo tiempo que se levanta dejándome tendido en el suelo. Intento respirar profundamente para serenarme, pero no puedo y termino colapsando. Me paro con la única intención de mostrarle de mejor manera mi ofuscación. -¿Es que no entiendes? No he visto otra verga que no sea la mía por más de un mes, ni siquiera he mirado películas pornográfica y créeme, que si tú no sacas tu pene ahora y me follas con vehemencia… me iré de aquí, buscaré a Matías y le dejaré deshidratado por tanta eyaculación consecutiva… ¿Entendiste?- Sentencio ofuscado ante tanta resistencia. –No, esta vez quiero hacer bien las cosas…- Repite nuevamente como si no supiese otra frase. -¡Bájate los pantalones!- Le mando antes de colapsar. Mi sangre hierve y ya no es por la pasión, sino que a causa de la ira. Tozudamente el profesor se niega, haciendo un ademán con su cabeza en forma de negación. -¡Bájate los pantalones!- Digo una última vez, expresando la misma cólera que se creaba en las facciones de Cata, cada vez que un niño le trataba de señor en vez de señorita. Debí asustarle, porque inmediatamente destraba su cinturón y la prenda cae sin preocupaciones sobre la arena. Así me gusta, y espero que no deba hacer lo mismo para que logre una erección.

Lo que más se asemeja a esta situación, es la imagen de un perrito callejero que hambriento se devora un pedazo de pan regalado por un transeúnte piadoso. Pues así mismo es como debo verme mientras lengüeteo cada centímetro de la piel de Diego. Me concentro en sus pezones, aquella carne rojiza que tanto deleita a mi amado, cual botón logra de inmediato que su falo se levante imponente. ¡No desesperes! Que pronto será tu turno pequeñín. Poco a poco voy bajando por su cuerpo escultural, dejando mi marca de saliva tal como hacen los caracoles. Que animal me he puesto con la abstención.

Finalmente arribo en aquello que tanto he extrañado. Puedo concebir la vida sin electricidad, sin internet, pero sin una buena verga ¡jamás! Es un derecho universal. Antes de comenzar con la felación, me relamo los labios tratando de recordar su sabor, espero que no haya cambiado mucho, ¿será posible eso? En fin, mejor me concentro en lo importante. Como si fuese el momento más importante de mi vida, abro mi boca con fuerza para albergar aquello tan adorado. Pronto comienzo estrangularlo dentro de la cavidad, haciendo que todo el cuerpo de Recabarren se estremezca y un pequeño gemido se produzca deliciosamente en sus labios. Me concentro en la glande, besándola con ahínco mientras ésta comienza a humedecerse por la excitación. Su esencia se cuela en mi paladar, haciéndome recordar tantos momentos de gratificación vividos a su lado. Bueno, a su lado, sobre él, bajo él… en todas las posiciones posibles. Luego, llevo la glande directamente a mi garganta, donde la presiono aún más, extasiando a mi macho a más no poder. Sus piernas comienzan a debilitarse y debido a ello, decide sentarse sobre la arena y dejar que yo siga con mi trabajo.

-Tal vez podríamos intentar algo nuevo… quizás esta vez… podrías ser tú quien me folle a mí…- Solo percibo el sonido de su falo endurecido golpeando su abdomen y es que ha sido tanta la impresión, que le he dejado abandonar mi boca. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Qué le pasó a mi machote, a mi semental? ¿Ahora quiere que le haga… cositas… con mi pilín? ¿Y el mío sirve para eso? ¿Seré capaz de penetrar? ¿Qué mierda está pasando por su cabeza? Mi boca se ha quedado abierta de la misma forma como estaba mientras hacia la felación, sin embargo ya no por el sexo, sino que por la impresión. ¿Qué se supone que debería contestar? 

Notas finales:

Gracias por leer!! Espero que les guste la sorpresa que se avecina e.e jajajajaj

RESPONDAN LA PREGUNTA!!!!!

Nos leemos... los amo mucho a todos :D


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