CAPITULO XIV: Quiero ser como antes.
Mis cuadernos terminan saliéndose de mi mochila, se dispersan por el suelo de mi habitación y es que acabo de tirar mi bolso, con rabia cierro a la vez la puerta y me quedo a solas en mi pequeño lugar especial. Ok, lo que acabo de decir fue demasiado rosado, no es que mi cuarto sea el lugar donde me peino, escribo en mi diario y lloro por el desamor de mi príncipe azul, todo lo contrario. Aquí es donde veo las revistas que alegremente compro en el Sex Shop, aquel donde el dueño me ofreció hacer un video erótico. También suelo navegar por internet y buscar los vídeos más candentes. Este es también mi pequeño estudio, aquí ideo cómo serán las cintas que a futuro dirigiré. Espero ser exitoso en ello y algún día ganar en los XBIZ Awards, que son como los Oscar pero del mundo pornográfico, aun cuando para lograr ello quizás deba irme a vivir a Estados Unidos. Mi hermana trabaja como actriz de aquella industria, tan solo que es una de las pocas que lo ejerce en este país y es que el mercado nacional es pequeño. En este momento me percato de lo poco que he pensado en mi futuro en el último tiempo. Alarmado me levanto de la cama para descubrir que tampoco he visto traseros en la calle, no he buscado hombres a quienes contemplar de manera pervertida, ¿qué está sucediendo conmigo? ¿Desde cuándo he comenzado a normalizarme? ¿Dónde están mis hormonas? Estoy completamente asustado, como si hubiese perdido mi esencia. ¡Debo hacer algo para regresar a la normalidad!
Primero que todo ingreso a internet y visito las páginas que acostumbro, así me entero que en los últimos XBIZ Awards ganó como mejor Estudio Gay la eslovaca Bel Ami. ¿Han sentido aquel gozo cuando un cantante que adoran gana un premio? Pues eso me pasa a mí, y es que adoro las películas hechas por aquella compañía. Todos sus actores son sumamente guapos, casi perfectos, con una piel hermosa, músculos para dar y regalar, facciones envidiables y lo mejor de todo, los mejores falos que he visto en mi zorra vida. ¡Oh por Buda! Mi gran anhelo es poder trabajar allí, como director obviamente, aunque podría improvisar alguna escena con aquellos adonis que acostumbro a ver. De todos modos, lo haría de forma segura, aunque es común ver relaciones sexuales Bareback en Bel Ami ¿Quién es Landon Conrad? Resulta que él ganó como mejor actor gay este año. Ni idea de su existencia, así es que entro a Google para enterarme. La saliva se escapa de mi boca al ver aquella construcción humana tan hermosa y es que sus pectorales son más grandes que mi cabeza, y qué hablar del miembro. ¡Por fin! ¡Aleluya! Estoy sintiendo de nuevo que he regresado a la normalidad, este candor que se expande por mi cuerpo, es la señal inequívoca de mi triunfal regreso. ¡Prepárense hombres! Que vuelvo a la pistas.
De un video paso a otro y la luz del sol abandona por completo la ciudad. Hace frío y aun así no puedo despegar mis ojos de la pantalla del computador. Natalia suele llegar tarde, y es que siempre está grabando, la paga no es buena y para mantenernos se tiene que esforzar mucho. Así es que no hay nadie en casa por lo general y no debo sufrir la tortura que muchos adolescentes deben padecer a diario. Estoy casi seguro que ustedes lo viven a menudo, no me engañen. Aquel martirio que significa tener que usar audífonos, escondiendo el dulce gemido de los videos, para que nadie en su hogar se entere de aquella acción. Hacerlo de noche, encerrado en sus piezas para que todos crean que estás durmiendo, cuando en realidad te sumerges en los placeres de aquellas pieles sudadas y el contacto candente de sus miembros. Pues yo no sufro eso, yo escucho la sinfonía de orgasmos por el parlante de la laptop, tan fuerte que estoy seguro que mis vecinos escuchan. ¡Que se pudran! Esta es mi pasión y no la voy a esconder. ¿Será que mi hermana se espantaría si supiera? No, de hecho sabe, pero no puede regañarme ya que ella vive de gente como yo.
Mi ser expele pasión, estoy en la cima del gozo cuando doy inicio a un video desafortunado. De vez en cuando veo unos que se denominan Teaching Him, que se tratan sobre un hombre mayor aprovechando las virtudes de un joven, que según ellos es mayor de dieciocho años, aunque sus rostros digan lo contrario. Ahí está el caso de Brent Corrigan, que comenzó en videos como este y a los años reconoció que mintió sobre su edad, comenzando en la industria siendo en realidad un adolescente. ¡Es mi ídolo! Tengo que reconocerlo. Las imágenes comienzan a reproducirse y de repente aparece un profesor en una sala de clases. Ok, normal, es una temática bastante común, tan solo que al acercarse la cámara noto el gran parecido del actor con alguien que yo conozco muy bien. ¡¿Qué hace Diego ahí?! No es que todos los maestros sean iguales, pero este es muy parecido. Las pecas traviesas en sus mejillas, el cabello castaño claro que reluce rubio a ratos, una barba bien cuidada como suele usar a veces Recabarren, la piel clara como la nieve, lo único en lo que se diferencian es en la contextura y es que el artista que ahora veo es musculoso, fornido y con unos pectorales asombrosos. ¿Me estaré volviendo loco?
Refriego más de diez veces mis ojos con tal de asegurarme que aquello que veo es verdad. ¿Serán gemelos perdidos? Luego el supuesto docente inicia la clase, hablando en inglés obviamente y de la nada, un infarto me avisa de otra coincidencia. Ahora sí que quedo boquiabierto y es que uno de sus “alumnos” es el vivo retrato de Matías. ¿Esto es una cámara oculta? ¿Qué broma es esta? Ahí veo a un chico de unos impresionantes ojos celestes, de piel clara, cabello oscuro, un rostro que rememora la ternura de un niño, mezclando la dureza de un hombre bien hecho, aquella unión que convierte a Della Rovere en atractivo. Tan solo que ahora le veo allí, y si al clon de mi maestro de matemáticas le entregaron un cuerpo escultural, al chico que acabo de ver besando a un rubia se lo han quitado. Extrañamente este actor es delgado, de un cuerpo fino, así como el mío pero luego de dejar de comer por cinco meses. Un mal augurio ronda mi habitación, un viento frío se cuela por mi espalda y me estremece, mis vellos se erizan ante tal conmoción. ¡Que no sea verdad, que no sea verdad!
Los muchachos abandonan la sala y dejan al profesor solo, todos menos uno. El gemelo americano de Matías se levanta tímidamente para preguntarle a su maestro sobre una materia que no entendió. Sí, aunque no lo crean, tal vez porque piensen que soy tarado, entiendo a la perfección en inglés, soy casi bilingüe. Bueno, a quien engaño, si ustedes saben perfectamente bien que las películas eróticas no tienen gran parlamento, y siempre repiten lo mismo: “Suck my dick” “It´s so huge” “Make me a Blowjob” y el típico “Oh my God”. Así, el mayor inicia su explicación mientras misteriosamente el menor se acerca poco a poco a su pelvis. ¡No! ¡No hagas eso Matías! ¡No dejes que te rompa por atrás! ¿Dónde quedó aquel macho? Ah verdad que no es él, es que se parecen tanto que me confunde.
Misteriosamente el de ojos celestes acaricia el bulto de aquella escultura a la testosterona y él, en vez de asustarse, deja que lo haga. Diego toma por la cintura a Della Rovere, dejándolo en el escritorio de forma violenta, para luego besarle con pasión. ¡No quiero ver, no quiero ver! Tapo mis ojos para impedir contemplar aquella catástrofe, aunque sin querer mis dedos se entreabren y termino mirando igual. Matías desabotona la camisa de su acompañante, dejando entrever su abdomen trabajado y aquellos pezones rosados que comienza a succionar con delicia, laboriosamente para despertar el falo que anhela acariciar. Como era de esperar, el menor se agacha ante la magnificencia del profesor y tras bajar sus pantalones, lame a través de la tela delgada del calzoncillo ese pene erecto. ¡Es enorme! Nunca había visto uno igual, mis dos amantes son pre púberes ante aquel actor.
Siento como todo mi ser se estremece al ver el rostro atractivo de Della Rovere deformándose para dar cabida a aquel falo monumental en su boca, le succiona con gracia, lo disfruta tanto como los gemidos que una toma sorpresa entrega de las facciones pecosas de aquel Recabarren. Todo el candor de mi piel desaparece y es como si estuviese ante una película de terror. Ahora sí que no quiero seguir viendo y por eso… adelanto un par de minutos la cinta. Me encuentro con el profesor lamiendo el trasero blanco y puro de su alumno. Doy otro salto. Ahora contemplo cómo el hermoso miembro erecto del mayor se abre paso por las entrañas vírgenes de Matías, mientras este se retuerce de dolor con una voz aguda, chillona como la que Cata intenta hacer para que nadie se entere de su masculinidad. Doy otro adelanto y me encuentro con algo mucho peor y es que los papeles se han invertido, ahora es el alumno quien busca penetrar a Diego. Veo horrorizado como Matías se relame los labios mientras se menea en el interior de aquel ser musculado. ¡Esto ya es mucho! Sin ánimos, ni siquiera soy capaz de apagar correctamente la laptop y netamente la cierro, juntando la pantalla con el teclado. Me hago bolita en el suelo y comienzo a rodar.
¡Tiene que ser producto de mi mente! Aquellos dos son los culpables, por negarme tener sexo ahora veo visiones en internet. Pienso en esto mientras tomo un té, o por lo menos eso trato y es que mi cuerpo tiembla de tal forma que termino derramando la mitad de la infusión en el piso. -¿Qué te sucede? ¿Estás bien?- Escucho de pronto y me percato así que ha llegado Natalia. –Es que… he visto algo horrible y ahora no puedo conciliar el sueño, fue realmente escalofriante… Mi corazón se siente muy extraño ahora y… además… ¿Puedes creer que Matías se estaba besando con una rubia en el parque? Eso… y además después de haberme dicho que… y…. ¡Ah! Ni siquiera sé qué me sucede…- Le digo entre gritos, creo que la pobre se ha trastornado y es que luego de verme en este estado, termina riendo ligeramente. Como cuando era pequeño, me lleva hasta el sofá, deposita mi cabeza en su regazo y comienza a juguetear con mi cabello. Solo me falta ladrar y es que me relajo tanto, que tal parece que en otra vida fui perro, o lo más probablemente perra, algo me ha quedado. Todas las sombras que me asechaban se esfuman, todo gracias a ella, la única persona en el mundo que puede hacer esto, entregarme la paz que no puedo encontrar en ningún otro ser. –He estado tan ciega… Todavía pensé que eras un niño y ahora resulta que has crecido… ¿Ni siquiera sabes lo que te sucede? ¿He estado tan lejos de tu crianza que ni siquiera te he enseñado nada sobre el amor? Eso que vives no es malo, todo lo contrario, es lo mejor que puede sucederte… ¿No te das cuenta? Estás enamorado de Matías…- No, no… eso no puede ser verdad. Mi hermana está equivocada, yo no puedo… El amor no existe, no caeré en aquel juego tan estúpido. No, además ella no sabe toda la historia, ni siquiera se ha enterado de mi idilio con Diego.
¡Me curaré de este mal! Volveré a ser como antes, le demostraré al mundo entero que sigo siendo el pervertido de siempre. Me separo de mi hermana y sin hablarle me dirijo a la pieza. Tomo el pantalón más apretado que encuentro, la polera más ceñida al cuerpo y una chaqueta de cuerpo. Me visto de aquella manera, mostrando todo lo que este muchacho puede ofrecer. Me miro al espejo y me espanto. ¿Cuándo se cayó mi trasero? Ah verdad, nunca he tenido. Si voy a actuar esta noche, debo impresionar y tal como hacen las mujeres, introduzco calcetines en mis calzoncillos para aumentar el volumen de mis nalgas. Ahora sí me veré apetitoso. Estoy hecho todo un símbolo sexual y así me dirijo hasta la puerta. –No me esperes despierta, esta noche estoy en llamas…- Le digo a Natalia antes de marcharme. Para mi suerte es viernes en la noche y en el aire se respira fiesta. Pensé que me detendría, pero tal parece que no le importa que vaya de parranda. Nunca antes lo he hecho, así es que debe estar feliz que ya sea todo un adolescente.
Luxor, ese es el nombre de la discoteca a la cual quiero entrar. Es conocida en la ciudad por su ambiente homosexual, todos los gay del país quieren ir a él y yo no seré menos. Hay tres personas antes que yo en la fila, los guardias de seguridad, dos hombres enormes, mastodontes de casi dos metros cuyas espaldas son del ancho de un automóvil, dejan pasar a los visitantes. No hay problemas hasta que me observan. -¿Qué edad tienes?- Me pregunta uno de ellos, con una voz áspera que recuerda a los asesinos en serie de las películas. –Dieciocho, ¿por qué?- Le respondo con confianza, no quiero que sospechen de mí. –No seas gracioso, tú ni siquiera tienes quince… Vete, este lugar es solo para adultos.- Me responde intentando deshacerse de mí, como si tratara con un juguete. Enfadado me acerco al simio a medio afeitar, le miro hacia arriba y es que mide casi el doble, aun así mis ojos muestran furia. Le encaro, sin embargo, antes me armo con mi táctica. De un solo golpe tomo entre mis manos su bulto, aquel que demuestra su virilidad. Le aprieto e inmediatamente después veo como el otrora símbolo de poder se retuerce por el dolor. –Mira tarado, no serás el primer imbécil al cual capo… Pertenezco a una mafia muy conocida en esta ciudad y no querrás tenerme de enemigo. Cuando te digo que tengo dieciocho, es por eso es verdad… ¿Entendido? No me hagas llamar a Tony- Le digo con ferocidad, mientras comprimo cada vez más su masculinidad. Ni idea si hay un Tony en la mafia, pero me suena convincente y finalmente logro entrar a Luxor. ¡Activos, ahora conocerán lo que es bueno!
La música resuena potente en cada pared de aquel amplio lugar, las luces de múltiples colores viajan magnificentemente por todos lados, iluminando aquellos cuerpos que bailan desenfrenadamente. La música es perfecta y por doquier veo hombres atractivos, músculos y un olor a perfume masculino que termina llevándome al paraíso. Camino por medio de la pista moviendo lo más que puedo el trasero, tengo que promocionar este pedazo de carne y calcetines, esta noche me acuesto con mínimo cinco machotes. La primera media hora es decepcionante, nadie me aborda, por lo que tengo que tomar la iniciativa. Que trasero más gordo es este, mierda, es transformista, sigo mi camino. ¡Qué paquete! Lo agarro también, pero el muy imbécil andaba con pareja y aquel me quedó mirando con odio. Así sigo tocando cuánto buen par de nalgas encuentro o un prominente miembro que se mueve al compás de la música, es hermoso, tan solo que ninguno me sigue el juego. Decepcionado de mi suerte, me dirijo a la barra y me siento frente a ella. Yo quería ser follado y todos los tarados me rechazan, ¿qué no tengo yo que si tienen sus novios? Es indignante.
-¿Quieres un trago?- Me dice una voz gruesa. Un hombre se sienta a mi lado y me dirige la palabra, el primero de la noche digo en mi mente. No es lo que esperaba, demuestra tener más de cuarenta años, lleva un gran número de canas en su cabello, pero es tan frondoso que llama más la atención, por lo menos no es calvo. Es alto como Diego, su piel está tostada, sus ojos son celestes como los de Matías, aunque más grandes y llenos de experiencia. Su cuerpo está muy bien cuidado, es un hombre mayor con un cuerpo de fisiculturista. Me gusta más mientras veo sus poderosos brazos darme un trago. Obviamente acepto su invitación, ni idea en qué consiste aquel brebaje, yo solo lo introduzco en mi boca. ¡Qué cosa más mala! Hasta la medicina para el resfriado es mejor, de todos modos debo fingir que me gusta y sonreírle a mi primera víctima. -¿En serio? ¿Cómo a nadie le ha podido interesar un chico tan guapo como tú? Mírate, tu piel es de un color muy hermoso, tostada igual que la mía, te hace lucir vivaz y con energía. Tus ojos son negros como la noche ¿sabías que es más difícil encontrar pupilas de tu color que azules? Y es que puedo reflejarme en ellos. Por sobre todo tus labios, son tan grandes y suculentos, que quiero saborearlos cuanto antes…- Son algunas de las cosas que me dice mientras conversamos en la barra. Es realmente aburrido aquel caballero, creo que quería ser poeta y ahora atormenta a sus presas con aquel tedio. Trato de sonreírle para no asustarle y de pronto, no sé por qué, comienzo a reír a cada una de sus frases. Es extraño, pero tengo la fuerte necesidad de carcajear, de salir a bailar, correr y volar por los cielos. Aquel hombre es tan divertido, sus chistes son muy buenos y el barman, que hombre más guapo, nunca había visto dos cabezas más lindas y su cola de caballo, eso sí es precioso.
¿Qué pasó ahora? No me doy ni cuenta y de pronto estoy en una nave espacial, es grande y cómoda, parece un automóvil, tan solo que este anda por sobre las nubes, así es que debe ser un caballo volador. Miren Júpiter acaba de explotar y me da tanta risa que toda la nave se repleta con mis gritos. ¡Quiero ser un perro! Así que saco la cabeza por la ventana. Un fuerte bocinazo me asusta. -¡Aprende a conducir hijo de puta! ¿Qué me vienes a molestar? ¿Quieres pelea? Entonces bájate los pantalones que te chupo el…- Y una mano me jala adentro del caballo volador. Ahora me percato que Diego está a mi lado, a no esperen, es Landon Conrad, el ganador de los XBIZ Awards. Sí es él, debe llevarme a un motel para hacerme suyo. A no, es el tipo de la discoteca… sí, verdad que me invito a su departamento. –Espero que la tengas grande, porque no me gustan los penes chicos… ¿Ok?... Ah, y no creas que este trasero es de verdad, porque solo son calcetines… mira, mira como los saco… ¡Y vuelan alto… alto!- Le digo mientras él sigue conduciendo la carroza hasta nuestro castillo hecho de condones.
¿Cómo pasó esto? De pronto me encuentro en una habitación muy amplia, con una cama de sábanas blancas en medio. Me volteo y encuentro a Diego, quien apasionadamente inicia su ataque y me besa desenfrenadamente. Qué fogoso, nunca antes le había visto así. Me acaricia como si hace mucho que no hubiéramos intimado, menos mal que se le ocurrió terminar con aquella estupidez de no querer intimar. ¿Para qué tantas complicaciones? Me desvisto yo y me coloco encima de la nube voladora. –Viólame- Le digo mientras no puedo parar de reír. ¿Y Diego? De repente desapareció y ahora veo al sujeto de la discoteca desvistiéndose frente a mí. Ya qué más da, con que tenga pene me conformo. La lagartija humana se para en frente y me muestra su miembro erecto. -¿Y qué es esa mierda? ¡¡Esto es una estafa!! La tienes muy chica…- Le grito al darme cuenta de sus mentiras. Me prometió ver las estrellas con su falo galáctico y termina mostrándome un maní. Da igual, me desvestí y lo voy a aprovechar. Gateo hasta encontrarle, fijo la mirada para dilucidar entre lo que es carne y aquellos vellos que se muestran negro ante mi rostro. Qué cosa más fea, así que cierro los ojos y lo introduzco a mi boca. Tengo saliva en mi paladar, mucha agua de mi corazón. Mi hermana a veces cocina dinosaurio con arroz y de acordarme me da hambre. ¡Miren! Tengo una tirita de carne disecada en mi lengua. ¡Qué suertudo soy! La muerdo para luego masticarla cuando un fuerte grito me asusta. -¡Maldito desquiciado! ¡Me mordiste la verga!- Dice la jirafa parada al frente. ¡Verdad que estaba haciendo una felación! ¿Y el pene dónde quedó? No lo veo, ¿ya me lo tragué? En fin, estoy muy cansado y esta nube se siente tan cómoda, que mejor me voy a dormir…
¡Mi cabeza! Nunca antes me había dolido tan fuertemente. Apenas puedo abrir los ojos y es que la luz entra potentemente en mi habitación. Nunca antes me había sucedido esto, usualmente cierro las cortinas antes de acostarme. ¿Qué estaba haciendo anoche? Sin despertar del todo, busco a tientas mi celular en el velador, la mesita de noche dónde siempre lo dejo. Por más que me estiro no la encuentro y sin saber por qué toco carne. ¿Qué es esto? Es suave, sin embargo no es mi piel, no es mi cuerpo. Recién ahora abro del todo los párpados y quedo perplejo al enterarme que esta no es mi cama, no es mi habitación y mucho menos mi departamento. Hay un hombre mayor durmiendo a mi lado y mis manos acarician su trasero. ¡Este no es mi velador! ¿Qué hice anoche? ¿Qué pasó luego de estar en la discoteca? ¿Me acosté con este hombre? ¿Qué mierda está pasando?