Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Baby Pornograph por jotaceh

[Reviews - 432]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

Muy felices fiestas :3

Espero que se encuentren bien y que les haya gustado el primer capítulo, ahora les traigo el segundo :D

 

Acabo de terminar El Chico Perfecto y me siento un tanto nostalgico... fue todo un año escribiendolo... pero en fin... seguiré adelante con esta historia... espero que les guste... :3

CAPITULO II: Infidelidad.

La luz es potente y me enceguece, parece como esos cuentos que la gente dice sobre la muerte, aquel túnel donde al final se encuentra la iluminación celestial. ¿Será que me morí? ¡¡Oh por Buda!! Y me llevé conmigo la lechuga, es el peor fallecimiento que puede existir. ¿Lo ángeles son todos hombres verdad? Quizás pueda intimar con ellos, digo, siempre hay uno que otro curioso en todos lados.

-¡Mantenga las manos en alto! No me haga ocupar la fuerza. Llamaremos a la policía y ellos se encargarán de usted.- Escucho aquel grito a la distancia, allá donde proviene la luz. Descarto la idea de la muerte, logro aliviarme, pero rápidamente viene a mi cabeza la imagen de pasar el resto de mi vida en la cárcel. Debe ser horrible estar encerrado día y noche, sin poder ver a tus seres queridos, rodeado de hombres en las mismas circunstancias, varones que tienen lejos a sus parejas y que están sedientos de sexo, incluso intiman con sus propios compañeros de celda y no sólo con uno… Esperen… ¡¡Llévenme preso!! No opondré resistencia. -¿Prats? ¿Eres tú?- Escucho mi apellido y quedo impactado, ¿entré a la casa de alguien conocido? ¿Pero quién es?

Aquella estructura es inmensa, me hacen caminar por amplios pasillos decorados por hermosos cuadros. Las cortinas parecen ser de una tela grácil al tacto, pero sumamente gruesa, de aquella que la gente pobre, como yo, no estamos acostumbrados a ver. No observo nada fuera de su lugar en todo el trayecto a la sala, todo está reluciente y colocado perfectamente en un espacio que le haga relucir armonioso. Es una verdadera obra de arte aquel hogar, siento que puedo oler la fragancia a la riqueza estando allí. –Lo que sucede es que lo invite hoy a cenar, porque es un alumno destacado, pero se me olvidó por completo irlo a buscar… Creo que como no vio el timbre, decidió entrar de la manera que pudiese, no le gusta faltar a un compromiso… ¿Eso es lo que pasó Renato?- El profesor Recabarren habla ante su familia, intentando explicar mi comportamiento anterior. Solo acato a sus palabras, no creo que desee que revele la verdadera intención de mis acciones, que estoy investigando a su prometida porque al parecer le es infiel. Al final no hay policía ni nada judicial de por medio, lástima porque ya estaba preparándome para pasar el resto de mis días rodeado de hombres musculosos y apasionados.

Nunca imaginé que don Diego fuese millonario. Usualmente la gente adinerada estudia otras profesiones, no precisamente pedagogía. Quedo impactado al darme cuenta la opulencia de su hogar. Hace un rato me di cuenta que en realidad no es viejo, ni tampoco mal parecido, y ahora sé que es rico, ¿eso significa que es el hombre ideal? Ah bueno, ahora bastaría que tuviera el pene pequeño, porque nada en este mundo es perfecto. Puede tener todo el resto, pero si su miembro es del porte de un maní, se acaba toda la magia, o por lo menos yo pienso de esa manera.

Como debo seguir la excusa creada por el viejo de matemáticas, termino sentado en la mesa, esperando la cena que elegantemente han preparado los criados. En mi casa estoy acostumbrado a cocinar, mi hermana siempre está trabajando, así es que debo arreglármelas por mi cuenta. Esto de que haya alguien que me sirva me hace sentir incómodo, nunca nadie se había preocupado de esta manera por mí. Que lastimera ha sido mi existencia. – ¿Entonces este alumno es del que siempre nos hablas?...Déjame decirte Arturo, que Diego tiene mucha estima por ti… Creo que se siente reflejado, le recuerdas a cómo era él de adolescente.- De la nada cambian su conversación sobre viajes a Europa y el nuevo Rolls Royce que se compró el primo de la hermana de la tía de la vecina rica. Adriana me confunde con aquel desgraciado que me acusó en el examen de esta mañana. Debo morderme la lengua para no gritarle en ese momento que me confunde con un animal rastrero y asqueroso. Por suerte llega el plato de fondo y me excuso con poner atención a la sirvienta. Creo que es amor a primera vista, ella si sabe atenderme.

¿Cómo debo cortar la carne? Veo que todos lo hacen de formas tan gráciles y se me quita de pronto el hambre. Bueno, qué más da, nunca había visto un filete más apetecible. Cuchillito, no me hagas parecer indigente. –Querido, estás ocupando mal el servicio, debes utilizar el segundo utensilio de la derecha…- ¿Habían más cuchillos al otro lado del plato? Creo que ya mostré mi humilde estirpe. Hago lo que la madre del profesor Recabarren me aconseja, y trato de cortar lo mejor posible el alimento, aunque debo reconocer que el nerviosismo hace que en un movimiento involuntario, termine derramando la mitad del contenido en el plato sobre el mantel. –Un accidente lo puede tener cualquier… ¡Clara!, retira aquello por favor…- Dice en un tono ya no tan agradable la mujer. Es una señora de cabellera rubia, de un color tan natural como los senos de mi amiga Catalina. Lleva en su rostro medio litro de maquillaje, no sé si quería aparentar menor edad o si va a audicionar a un casting de payasos. De todos modos, creo que sus facciones logran resistir aquella carga y se ve como toda una señora, dueña de una delicadeza y una estirpe envidiable.

Tras terminar aquella accidentada cena, me invitan a regresar a la sala para conversar sobre no sé qué cosas, porque no tengo tema en común con ninguno de ellos. Al principio escucho sobre ballet, debido a la profesión de Adriana, luego de economía por la afición del padre de mi profesor. Hay muchos términos que desconozco, luego de media hora estoy casi seguro que hablan en otro idioma. –Y cuéntanos de tu familia, ¿A qué se dedican tus padres?- Interrumpe de pronto el patriarca de los Recabarren. –Ambos se murieron en un accidente cuando yo era pequeño…- Y vuelvo a ver aquella reacción que tanto detesto, como si realmente supieran lo que se siente, creando lástima hacia mí, al pobre que no puede recordar siquiera un momento con quienes le engendraron. –Vivo con mi hermana, ella es quien se ha encargado de criarme…- Les respondo antes que sigan mostrándome aquella mirada de compasión. Prontamente el patriarca me pregunta que entonces a qué se dedica Natalia. –Ella es actriz porno, es toda una celebridad en el mundo triple equis. ¿No la conocen?- He aquí mi venganza, porque aquella falsa misericordia en sus ojos desaparece de cuajo para dar cabida al pudor. ¿Cómo puede una perdida criar a un niño? Aquella desvergonzada… esa es una maldita perra… ¿cómo tiene el descaro de creer que puede darle un ejemplo a su hermanito?... Pobre niño, ha debido sufrir tanto con esa prostituta…. Y muchas otras cosas son las que he tenido que escuchar durante toda mi vida, aquellos chismes de señoras que se creen con la moral para enjuiciar a la única persona en este mundo a quien amo, a quien se ha sacrificado por mí, para que nunca me faltase algo. Esos son los mismos pensamientos que ahora deben transitar por las mentes de estas personas, quienes han enmudecido de pronto, mirándose con vergüenza los unos a los otros, buscando la forma de disipar aquella tensión. –Bueno, creo que ya se ha hecho tarde. Ha sido un gusto conocerles, que tangan buenas noches….- Y que follen descontroladamente, porque a estos les hace falta hace mucho un buen sexo, pero claro, esto solo lo puedo pensar, si lo dijera me pondría en problemas con el viejo de matemáticas.

Es este mismo hombre quien decide llevarme a la salida, abre la reja para que pueda marcharme por fin. –Gracias por no comentar nada sobre nuestro trato… ¿Has logrado encontrar algo extraño en la vida de mi prometida?- Me pregunta casi susurrando, como si creyera que alguien nos está espiando. Le explico que comencé hace muy poco, que debe darme más tiempo para poder encontrar alguna pista. El maestro respira hondo, demostrando que realmente se siente preocupado en relación a ese tema. Me marcho en dirección al metro, veo la hora en mi celular y muero por el susto ¡Son las 12 de la noche! Mi hermana me va a pegar con un palo en las nalgas.

El vagón va vacío, claro, ¿quién más va andar por las calles a esta hora? Llegamos a una nueva estación y las puertas se abren, de pronto veo como un hermoso hombre ingresa al mismo compartimento en que estoy. Es alto, de una cabellera rubia llamativa, su cuerpo se ve grande, tal vez no musculoso, pero si demuestra que la testosterona ha hecho nuevamente bien su trabajo. Trata de disimularlo, pero se logra notar a lo lejos que está ebrio. Se sienta frente a mí, como si no hubiera más espacio. Me queda mirando un rato, yo mantengo su mirada ¡Por fin un hombre se fija en este cuerpecito! Quiero saltar de la alegría… hasta el momento en que el sujeto se queda dormido de pronto, fulminantemente cae en el sueño más extraño que he visto. Su cabeza termina apoyada en la ventana y simplemente se desconecta del mundo. ¿No me estaba mirando? Creo que simplemente se sentía mareado por la gran cantidad de alcohol que ha bebido.

Elimino mis ilusiones sobre una noche de pasión con un hombre bien parecido como este. Veo por la ventana unos segundos antes que una idea transite fugaz por mi cabeza. ¿Si está tan dormido no se dará cuenta si le hacen algo verdad? Quizás yo pueda incursionar en su cuerpo, de manera científica por supuesto, y él ni siquiera sabrá cuando despierte. No lo pienso mucho y me muevo al asiento contiguo al sujeto. Primero toco su rostro, aquella barba tan varonil que lleva y sus dulces labios. Se estremece un poco, pero no logro sacarlos de su sueño. Acerco mi boca a la suya para poder besarle, pero de pronto siento su asqueroso aliento y decido no hacerlo, y es que termino llorando debido a aquella fetidez.

Le doy mayor protagonismo a mis manos, y comienzo a desabotonar su camisa, dejando a entrever su deliciosa piel. Emergen de pronto sus pezones, que rosados me incitan a probarlos. ¡Dios, que regalo más maravilloso me has traído! Paso mi lengua por su piel, saboreando su salinidad, jugueteando con sus tetillas. De la nada escucho unos gemidos graves, provenientes de aquella voz gruesa que yace aun dormida. No me detendré aquí, ahora viene la mejor parte. Decido hincarme en el suelo, frente a aquellas piernas poderosas que se abren magnánimamente frente a mis labios. Delicadamente abro el cierre de su pantalón, encontrándome con la prenda que contiene aquel preciado tesoro que comienzo a desear. Mis manos tiritan y mi boca se hace aguas, por fin podré juguetear con un pene que no sea el mío. La emoción me invade y sintiendo que la sangre ha abandonado mi cerebro, me doy a la tarea de quitarle a este ángel caído su calzoncillo. Como un niño que abre su regalo, así bajo poco a poco la prenda. Veo los vellos que gallardos afloran ante mí, escondiendo aquella carne que lentamente se irgue. ¡Es hermoso! Es todo lo que pienso, le tengo allí, frente a mí, libre para que pueda hacer todo lo que me plazca. Quiero sentir su sabor, estoy decidido a hacerlo cuando me percato que las puertas se abren en una nueva estación. ¡Por favor que no entre nadie más! Lo anhelo con todo mí ser, pero para mí desgracia al levantar un poco la mirada me percato que una pareja de novios ingresan al vagón. ¡¡Mierda!! ¿Por qué no me dejan ser feliz?  Debo abortar la misión y escabullirme por el suelo, como un gatito me escondo en los asientos ubicados detrás del ebrio y me siento como si en todo momento hubiera estado allí. Al parecer la pareja no se da cuenta, porque de inmediato hacen un escándalo por aquel hombre sin moral. La mujer grita como si nunca hubiese visto el pene de su novio. Hace un disturbio enorme, pero nada provoca que el ebrio despierte.

Entro al departamento casi llorando, el hecho de haber tenido la oportunidad de sentir aquel miembro y haber fracasado, me hace sentir aún peor que antes, tal parece que nunca perderé mi virginidad, ni siquiera de forma oral. Trato de llegar a mi cuarto sin hacer ruido, no quiero que mi hermana se dé cuenta. Estoy a punto de lograrlo cuando siento que ella está llorando. Si hay algo que no puedo aguantar es saber que Natalia sufre, por lo que entro a su habitación para consolarla. La encuentro acostada en su cama, tratando de ahogar el llanto con la almohada. Me tiendo frente a ella y la abrazo como de costumbre, mientras la hago cariños en el cabello. –Ya… ya… Él no era el indicado, no te preocupes… Ya conocerás al amor de tu vida…- No debo preguntarle la razón de su pesar, sé perfectamente que aquel chico que conoció solo la utilizó, gozó de su cuerpo y tan solo al terminar de complacerse se marchó, aclarándole que nunca estaría con una mujer como ella. Siempre ha sido así, pero prometo que si algún día me topo con alguno de los inmundos que ha hecho sufrir a mi hermanita, ellos serán hombres muertos, yo me encargaré de eso.

Despierto sintiendo el olor de Natalia, ambos nos quedamos dormidos. Debo asistir al colegio, así que me desprendo de ella y me dirijo al baño. Luego de ducharme y tomar mí desayuno, bajo las escaleras para salir del edificio, esperando que hoy sea un mejor día. Camino al instituto cuando recuerdo el encargo del profesor Recabarren. ¿En qué momento es más propicio para que le coloque los cuernos? Y claro, me percato que mientras don Diego hace clases, no tiene la posibilidad de encontrarla con otro hombre, así es que es ese el instante preciso para un encuentro. Decido no asistir a clases y corro raudo al metro para ir a vigilar la casa de Adriana, estoy seguro que hoy descubriré algo grande.

La sospechosa abandona su morada, su mirada es dudosa. Lleva puesto un vestido blanco largo, que llega más allá de su rodilla, su cabello tomado en un moño como el que usa mi vecina doña Concha. ¿Por qué esta mujer se viste como anciana? Si fuera a ver a su amante se hubiera arreglado más, algo no me calza. De todos modos la vigilo.

Camina por aquel barrio tan elegante, parece muy confiada y no se detiene hasta llegar a su destino. Ingresa a una opulenta tienda de modas. Existen dos posibilidades, va a comprar ropa o su amante es el diseñador, que conoció cuando era una adolescente, el hombre le dijo que la convertiría en una supermodelo si mantenían una relación clandestina, ya que él está casado con otro diseñador. El mundo cree que es homosexual, pero en realidad también le gustan las mujeres. Todo comenzó como un chantaje, pero Adriana terminó enamorándose y ahora viven un romance oculto. Entro a la tienda como si quisiera comprar una prenda. Diviso bien el espacio, hasta que encuentro a la sospechosa hablando con una mujer mayor, que al parecer es la diseñadora. –Querida, tu vestido de novia está quedando divino, pero todavía me quedan algunos detalles… Te prometo que mañana sin falta podrás probártelo…- Le dice la anciana, a lo que ella responde con una carita de niña triste. Al final decide marcharse y con ello, descarto mi brillante hipótesis. Si parecía tan obvio todo….

Sigue su camino por el barrio hasta que llega frente a una iglesia. Claro, primero habla con la modista por su vestido de novia, y ahora con el sacerdote por la boda. Creo que hoy no tendré suerte, pero sigo con mi investigación de todos modos. Tal vez… ella es amante del cura, se conocieron cuando eran niños. Siempre se han amado, pero la familia de él decidió que debía servir a Dios y le impidió que estuviera con el amor de su vida. Ahora que ella está a punto de casarse, decidió regresar para demostrarle que aún la ama, pero ya es muy tarde, deberán pasar el resto de sus existencias escondiendo su amor. Espero que esté en lo correcto.

Adriana se persigna e ingresa a la iglesia. A esta hora está vacía, por lo que me escabullo entre las bancas para observarla sin llamar la atención. Se detiene en medio del pasillo hacia el altar y se sienta mientras contempla la imagen de la virgen María. Creo que en realidad ha venido a rezar. Pasan cinco minutos antes que haga su aparición una novicia, vestida con su hábito y llevando esa típica imagen de devota virgen que todas las monjas llevan. Se sienta al lado de la sospechosa y comienzan a hablar. –En poco te casarás con mi sobrino, vivirán su amor para toda la eternidad… Ese es el designio de nuestro señor…- Es lo primero que logro escuchar de la conversación. Así que ella es la tía del profesor Recabarren. ¿Será que ella es su amante? Tal vez nunca ha amado a su prometido, sino que lo utiliza para estar cerca de su tía monja, y para ocultar la verdad, que es lesbiana. Su familia es sumamente católica y nunca la aceptaría. Lo mismo sucede son la novicia, quien debió convertirse en religiosa debido a las sospechas de sus padres sobre su sexualidad. Ella es mucho mayor que Adriana, pero sería un bello romance.

Pienso esto mientras las observo, pero elimino la teoría, no creo que pudiera ser posible. Me resigno a creer que aquella mujer es en realidad un pan de Dios y no le es infiel a don Diego. Es mejor marcharse, no conseguiré nada aquí. Me levanto y camino sigilosamente hasta la salida. De pronto decido voltear, no sé para qué, pero lo hago y es en este momento que la verdad me pega de pronto. La monja toma el rostro de la sospechosa, la observa tiernamente y luego la besa apasionadamente. ¿Qué? ¿Eso quiere decir que tenía razón? Me quedo congelado ante aquella imagen, esto es realmente impensado.

Notas finales:

Muchas gracias por leer... Comenten y haganme feliz *-*

 

Nos leemos!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).