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Baby Pornograph por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!!! Espero que se encuentren muy bien :3

 

TODO DEBE LLEGAR A SU FINAL

 

 

 

¿Se asustaron? :P En realidad lo que termina son mis vacaciones u.u el lunes ingreso a clases y ya no tendré tanto tiempo como para escribir :( por eso les pido comprensión si es que no actualizo tan prontamenTe como lo he venido haciendo... Intentaré hacerlo una vez por semana... Les agradezco de antemano por entender :D

CAPITULO XIX: Un doctor cachondo y un marinero sumiso.

El rumor se expande rápidamente y pronto todo el colegio sabe que quién me acompañaba en el vídeo era Matías. Las clases de la tarde se vuelven insostenibles debido al constante murmullo de todos mis compañeros. -¿Entonces cuándo se le declaró delante de todos era verdad?... ¿No se había curado de ser homosexual?... A mí me gustaría follar con Renato, pero de ahí a enamorarme es muy distinto, no quiero ser gay por siempre…- Son algunas de las frases que llegan a mi oído. Todos parecen interesados ahora en mi vida y de la del chico de los ojos celestes. De la nada me he convertido en popular, pasé de ser el último eslabón de la cadena al símbolo sexual en un colegio de varones. Yo ya me he acostumbrado a que hablen mal de mí, pero Della Rovere debe estar aterrado con lo acontecido. ¿Será que sus amigos se alejarán? En cierto modo me da un poco de tristeza, si eso ocurriera, comenzaría a vivir las mismas penurias que yo he debido sortear por tantos años. De todos modos ya no puedo remediarlo, ha sido él quien ha jugado sucio y ahora debe pagar por sus errores.

Salgo apresuradamente del edificio, anhelo llagar a casa y encontrarme en el portal con Diego. Hoy se disfrazará de doctor, espero que haya planeado una rutina con la indumentaria. Me siento como un pequeño niño ansioso de probar un juguete nuevo. –Así es que no eras tan poca cosa como yo imaginaba… ¿Quién iba a pensar que eras amante de aquel guapetón?... En fin, ve olvidando tus encontrones con Matías. Él ahora será mío y no dejaré que te le acerques más… Espero que entiendas ahora y no después, no sabes de lo que soy capaz…- Me encuentro de repente rodeado por aquel trío de nuevos amigos. Kevin me habla despectivamente, mirándome como si no le quedara de otra, porque desearía solo ignorarme. ¿Debería reír ante su presencia o enojarme? Y es que parece salido de una película, muy poco creíble para mi gusto. -¿Crees que después de lo que me hizo voy a querer seguir acostándome con él?... Della Rovere ya no me interesa. Lo he utilizado tanto, que ya no me divierte… así es que te lo regalo.- Le digo en un tono amable, sonriendo y golpeándole suavemente en el hombro, como si fuese un pequeño niño a quien le regalo una prenda que ya no deseo. Lo mejor que podrían hacer es estar juntos, así se molestan mutuamente y a mí me dejan de incomodar. Acabo de dejarle el camino libre, ahora todos saben que también le gustan los chicos y ni siquiera tendrá que esconderse. ¿No le he ayudado bastante? Pues insiste en encararme, creyendo que me importa. Contemplo como su rostro hierve en rabia, lo he humillado, le he entregado las sobras y eso, tal parece, que ha golpeado fuertemente a su ego. No me quedo allí para seguir con la plática inútil, empujo a uno de sus peones, aquel que parece exótico. Esperen, ¿es asiático? Me había dado cuenta que era gay, sin embargo nunca reparé en sus ojos rasgados y aquella piel amarillenta. Pues así, antes de marcharme me cercioro que veo bien, él es oriental.

Llego a mi edificio y me encuentro con el vehículo de Diego estacionado en frente. Alegre me encaramo en el asiento del copiloto y trato de darle un apasionado beso en la boca. Sin entender la razón, esquiva mi contacto y sigue observando detenidamente el horizonte a través del parabrisas. ¡Por Buda! Este vio el video de Matías, eso es seguro. –Nunca pidió mi consentimiento, lo hizo para fastidiarme porque no le elegí… Quiere separarnos, ¿no te das cuenta? No caigas en su ardid por favor…- Le pido mientras le contemplo como si la vida se me fuera en ello. Quiero encontrar alguna reacción en aquel rostro inerte, que me diga algo, aunque sea una reprimenda o un grito, sin embargo por largos minutos no hace más que ignorarme. –Nunca lo imaginé de ti… Esto me entristece mucho…- Rompe de repente el silencio. ¿A qué se refiere? Si él estaba al tanto de mi idilio con Matías, hasta llegamos a intimar los tres juntos. ¿Será que la grabación le afectó el cerebro? –Jamás imaginé que fueras tan sumiso con él… ¿Por qué conmigo no? ¿Acaso soy tan torpe que tienes que ser tan agresivo?- Por fin me da la cara, me observa con una pena profunda, con el ceño fruncido y los labios amurrados, cual bebé irritado por no ver su madre cerca. No está enojado por el video, sino que por lo que hice con Della Rovere y no he practicado con él. ¿Puede ser más tierno este sujeto? Sus ojos se llenan de un brillo extraño, ante aquella imagen no aguanto más las ganas de abrazarle y lo hago con toda la fuerza que puedo. –Tú eres tierno y él rudo… Sabes que yo soy agresivo igual que Matías, por eso me comporto así contigo… porque no tengo la necesidad de actuar… Soy libre cuando estoy en tus brazos, no finjo ser otra persona para encantarte…- Tomo su rostro de niño gigante entre mis manos, acaricio su barba un tanto descuidada e intento que vea la sinceridad que brota de mis pupilas. Es la verdad y por eso me he enamorado de él.

Al final mi amado entiendo lo que realmente ocurría, sin embargo no puedo olvidar los gemidos que tan complacientemente producía en la grabación e intentando que olvide lo vivido con Matías, quiere que en el juego sexual de esta tarde, sea él quien tome la iniciativa. Así es como en un acto reflejo, condujo hasta la Sex Shop de mi amigo y arrendó un traje de niño marinero. Un pequeño pantaloncito azul, combina con una camisa blanca casi transparente que me hace relucir las tetillas. Llevo un pequeño moño en el cuello de la prenda, que a la vez es del mismo tono que el pantalón. Un gorrito de marinero decora mi cabello y como si todo lo anterior fuese poco, llevo una gran paleta de dulce en mi mano. Apenas tengo trece años, sin embargo Diego quiere que aparente aún menos y ahora me he transformado en un infante de siete. ¿Será que por profesar tantos años el catolicismo se ha hecho  pedófilo? Y es que eso de adorar el “niño Jesús” nunca me pareció muy normal, algo sexual hay detrás de todo, ¡Estoy seguro! En fin, no me importa, a mí me gustan mayores, a él menores, somos la combinación perfecta.

Me recuesto en mi sofá, aquel tan rojo que luce despampanante en la sala. Lamo de vez en cuando la paleta mientras espero al doctor, el que me revisará completamente, de arriba abajo, de izquierda a derecha, de perrito y montando. –Buenas tardes, soy el doctor Muchopene y vengo a revisar a mi paciente. ¿Cuál es su nombre pequeño?- Pronuncia con una voz aún más grave que la de costumbre, profunda y sumamente viril, toda mi piel se estremece tan solo al oírla. –Soy Pedrito Sumiso Profundagarganta… No me siento bien, hay un dolor que comienza aquí, en mi boquita… y termina acá… en mi colita… ¿Cree que puede curarme?- Así como él disfrazó su voz, yo la agudizo para aparentar ser aún más pequeño en edad. Diego se acerca al sofá presumiendo aquel atuendo que tan bien le queda. Una larga bata blanca cubre su torso y parte de la ingle, la tela es delgada y puedo contemplar aquellos vellos en su pecho que tanto me fascinan. Sus piernas están cubiertas por un pantalón níveo, tan apretado que remarca los muslos, ablanda el paquete y muestra en todo su esplendor su trasero. En su cuello cuelga un estetoscopio y en los amplios bolsillos de la bata, se nota la presencia de diversos artículos. ¿Con qué me sorprenderá mi querido médico?

Toca mi frente para descartar una posible fiebre, luego escucha mi respiración con el aparato alojado en su pecho. Todo va bien según este masculino profesional, por lo que luego comienza a acariciar mis piernas con detención, yendo desde las plantas de los pies hasta llegar al inicio de mis glúteos, donde masajea fervientemente, haciendo ahínco en aquella cavidad que ansiosa busca su presencia. –Tal parece que deberé utilizar otro instrumento para saber su estado de salud…- Me dice fingiendo seriedad, cuando por el rubor en sus mejillas sé que se ha excitado de sobremanera. De sus bolsillos saca un juguete de hule, uno muy grande y que rápidamente reconozco, se trata del más grande de los dildos. –A ver, creo que esto podría ir en su boquita…- Adentra el pene de plástico en mi boca, mientras yo lo succiono y lengüeteo mirándole fijamente a los ojos, aclarándole que es eso lo que pronto haré con su propia verga. –No, creo que esto va en otro lugar…- Y bajándome el pequeño pantaloncillo de marinero, deja al descubierto mis nalgas. De nuevo mete sus manos en sus bolsillos, pero esta vez se hace de un pequeño frasco. Se trata del lubricante con el cual embetuna el juguete fálico y luego, bañando sus dedos, comienza a depositarlo también en mi ano. Cuando sus dedos han terminado con la preparación, viene el turno del dildo, cuya glande provoca que un fuerte gemido se escape de mis labios. Nunca había sentido tal proporción en mi cuerpo, no desde el inicio del acto y es que he soportado a dos miembros revolcarse en mis entrañas. ¿Así se sentirá intimar con un afrodescendiente? Pues aquel solo era el comienzo, porque luego el aparato se adentra prolijamente centímetro a centímetro, colmándome con su diámetro y logrando que mis ojos se repleten de lágrimas. La intención de Recabarren es introducirlo por completo, más de veintidós centímetros dentro de mi cuerpo.

-Aún no me siento del todo bien, quizás debería hacer este tratamiento también en mi boca… Podría utilizar este instrumento que lleva aquí…- Mi voz aguda reaparece luego de minutos de entretenimiento con el dildo. Acaricio el miembro erecto de mi doctor para insinuarle que tal vez debería dejarme iniciar la felación. Una sonrisa obscena se forma en su rostro y dejando de lado su anterior tarea, decide desabrochar la bata, bajar el cierre de aquel ajustado pantalón y liberar aquella carne que hace tanto hervía por acción. Tanteo con mi lengua aquel miembro, doy pequeños toques con la punta y luego acaricio con mis labios aquel glande que tan solo se estremece al tacto. –No sé cómo hacer esto… ¿Me podría ayudar Doctor Muchopene?- Interrumpo de pronto pretendiendo recrear la inocencia de un niño en mi rostro. Recién en este momento me percato del gozo que creo en Diego, aquel de sentirse el macho, el que sabe a la perfección cada postura del Kama Sutra. No puedo negar que ver la felicidad en el brillo de sus orbes es el mejor afrodisiaco que podría penetrar mis venas. De pronto todo se vuelve caluroso y húmedo, la terapia dará muchos resultados. ¡Doctor, doctor! ¡Introduzca sin piedad su herramienta! ¡Sí, sí… Pronto sanito estaré!

Toma mi mentón con dulzura, me sonríe como si estuviera a punto de realizar una travesura y poco a poco introduce su falo en mi boca. Siento su candor irradiar por mi rostro y el sonido pecaminoso de su respiración entrecortada se transforma en  sinfonía en mis oídos. Así, mientras él penetra mis entrañas con el miembro de hule, su propia carne se hace espacio en mi boca. Me siento dentro de un espiral de placer, lentamente todo se vuelve lujurioso y satisfactorio, me interno en un sueño encantador, hermoso porque él está a mi lado. Bueno, no precisamente, en realidad está dentro de mí… y fuera también… Ya saben, es extraño.

Mi piel llega a la cúspide y pronto todo el orgasmo se transforma en esencia, la que se escurre entre mis manos y termina bañándome con su pasión interminable. Mi boca se ha repletado con un profundo y prolongado gemido, el último que realizo teniendo en mi lengua todavía la carne deliciosa de Recabarren. Su cuerpo sudado se estremece fuertemente, algo magnánimo se gesta en su interior y dejando de lado el jugueteo con el dildo, se centra en la felación. –Quizás deberías beber un jarabe especial…- Me observa con detención, buscando encontrar en mis facciones la respuesta a aquella invitación. ¿Un jarabe especial? Como no, lo que quiere este pervertido que me trague el semen. ¿Qué debería hacer? ¡Recuerda, recuerda lo que ha dicho Cata al respecto!

“Y esta es la clase interactiva con la hermosa señorita Catalina Molina, profesional en las artes amatorias. Quizás muchos de ustedes se preguntarán, ¿a qué sabe el semen? Pues yo, con mi vasta experiencia, les diré la respuesta a sus dudas. Resulta que todo depende del machote con quien estén, es que la contextura y el sabor de dicha secreción dependen esencialmente de lo que haya ingerido el animal en cuestión. Si es un vago que sólo le gusta la comida procesada y bebe alcohol en exceso, sin hidratarse correctamente, lo más probable es que su semen sea  más bien una sustancia gelatinosa con sabor y olor a cerveza. Por el contrario, si les toca la maravilla de estar con un espécimen que se cuide, tome agua en abundancia, coma mucha fruta y comida de su abuelita, lo más factible es que su semen sea más bien líquido y sepa bien… Por ejemplo, yo una vez hice un experimento con Germán, le di tres litros de yogur antes de intimar y el resultado fue una sustancia muy dulce… Claro, él se tomó el brebaje, no es que yo pueda hacer eso, porque como saben soy una dama y no tengo pene… No crean en rumores sobre un tal Luchito, eso es… bueno… rumores… Hasta luego.”

Como si fuese un show de televisión aparece de pronto mi amiga en mi cabeza, diciendo los consejos que usualmente me entrega. Ya saben, Diego es un chico muy correcto y no creo que haya ningún problema, más que mal, soy la única persona con la cual ha intimado en toda su vida. ¡Cuando hay amor hay que hacer sacrificios! Así es como siento que todo el fornido cuerpo de mi novio se centra en aquella carne candente, la cual termina desprendiéndose de la esencia que inunda salvajemente mi boca. Trato de no pensar en lo que estoy haciendo, y mientras sigo succionando su falo, trago el semen de quien a estas alturas, debo amar en demasía. -¿Le gustó a mi niño bonito?- Me pregunta extenuado, depositando su cuerpo en el sofá mientras me abraza, uniendo nuestros cuerpos sudados. –Claro… pero para la próxima toma más agua.- Le respondo buscando hidratar mi garganta y es que luego del esfuerzo que fue ingerir dicho líquido gelatinoso, me cuesta hablar. ¡Santa Cachucha! Así que si es posible que haya algo en el sexo que no me guste. He encontrado mi punto débil.

La ciudad se ha dejado cautivar por la magia de la luna, sus calles se ven iluminada por los faroles y el vaivén de los coches al transitar por sus calles. Diego se ha marchado hace algún tiempo, no queremos ser descubiertos in fraganti por Natalia, quien todavía cree que soy virgen. No quiero romper sus ilusiones, así es que todo lo que hacemos es a escondidas. Me doy una ducha para quitar todo el sudor de mi piel y por el ruido del agua cayendo estrepitosamente, no logro escuchar cuando mi hermana llega a casa. –No quiero que sigas en esta profesión, tú te mereces algo mucho mejor… Por favor, mi amor, déjame ayudarte…- Es lo primero que oigo al salir del baño. La chica no ha llegado sola, un hombre la acompaña, el mismo que acaba de pronunciar aquellas palabras. ¿Es un nuevo novio? ¿Quiere que deje las películas eróticas para casarse con ella? Tal vez por fin ha llegado la felicidad a la vida de esta buena mujer. Me escondo detrás de la pared del pasillo, allí logro ver mejor a aquel sujeto. Resulta ser un hombre hecho y derecho, su cabello está completamente cano, su piel tostada resplandece al contraste con su pelo. Puedo intuir que tiene más de cincuenta años, sin embargo su cuerpo es esbelto, su figura es fina y eso le hace resaltar, al mismo tiempo que no es muy alto, parece siquiera de mi estatura, no sobrepasa el metro setenta centímetros. Sus facciones son toscas, su ceño permanece fruncido durante toda la conversación, como si ya estuviese acostumbrado a dicha expresión. Parece un caballero malhumorado, pero son sus ojos los que me sorprenden, la forma con la cual contempla a Natalia me impresionan, tal parece que realmente está enamorado de ella. –Nunca te voy a perdonar por lo que hiciste… No vuelvas a esta casa jamás, no quiero que Renato te conozca…- Dice sumamente triste mi hermana, justo antes de cerrar la puerta y dejar al hombre afuera. Veo como se desploma sin compasión en el suelo, las lágrimas abundan en su rostros, mas su boca está muda, intenta no llamar mi atención. Si ese es su deseo, no soy quien para contradecirle y aunque quisiera consolarla, decido quedarme aquí, lejos para no incomodarla. ¿Qué te han hecho mujercita? ¿Por qué rechazas tan fuertemente el amor de aquel varón?

Una semana transcurre rápidamente y las cosas siguen igual. A quien engaño, las circunstancias no podrían ser más extrañas. Hace mucho que no llovía con tanta intensidad, las calles ya no parecen de asfalto sino que de agua, de pronto me he mudado a Venecia sin siquiera quererlo. El ambiente en mi hogar es lúgubre, un par de días he notado la presencia de aquel cincuentón rondando a mi hermana cuando llega del trabajo. Le sigue pidiendo que deje las películas eróticas y se vaya a vivir con él, sin embargo Natalia siempre le rechaza. Sus ojos se muestran tristes, me parte el alma verla así, ¿tanto se habrá enamorado de aquel sujeto? ¿Qué le ha hecho para no querer su compañía? Me gustaría ayudarla, pero es ella la que no lo quiere. Me abstengo a dormir con ella por las noches, abrazarla fuertemente y recordarle  a cada minuto que la amo con todo mi corazón.

Mi relación con Diego está cada vez mejor, hemos jugado de mil maneras con los trajes de doctor y marinero, solo que ya no he tomado más de aquel jarabe especial, simplemente no me gustó. -¿Para qué quieres que encuentre trabajo tan pronto? Así podemos estar más tiempo juntos ¿no?- Me respondió Recabarren el otro día cuando le pregunté sobre su búsqueda de empleo. Parece que el profesor responsable ha desaparecido y le ha quedado gustando el ocio. Además que también se hace cargo del juicio en tribunales sobre las responsabilidades en el suicidio de Dieter, eso le quita mucho de su jornada y sigo orgulloso por su generosidad. Lo último que he sabido es que se está pidiendo una indemnización por parte del Instituto General a la madre del muchacho por todo el sufrimiento que ha debido vivir. Eso unido a las intenciones de crear un mejor mecanismo de fiscalización en el colegio, buscando que sean castigados más severamente quienes se burlen de sus compañeros. Cosa que ya no es importante en mi caso, ya que nadie me ha molestado en estos días, todo lo contrario, me hacen cumplidos y alaban mi cuerpo. Les he dejado en claro que tengo novio y que no intimaré con ellos, sin embargo algunos siguen insistiendo y es que tal parece que me he convertido en el sueño erótico de varios. ¡Moléstame ahora Arturo! Y deberás enfrentar a todo este grupo de calientes.

Y llegamos a lo complicado de la semana. Como era de esperar Matías se ha quedado solo. En un principio me incriminaba por lo sucedido, pero luego de una charla con Cata me percaté que no soy el culpable de su desgracia. Un amigo es aquel que está contigo para apoyarte y ayudarte en los momentos difíciles, y aquel grupo de chicos que siempre rodeaban a Della Rovere escaparon tan pronto se enteraron que era diferente, que había tenido un idilio con un homosexual. Si realmente hubieran querido al chico, ahora estarían a su lado defendiéndolo de quienes le molestan. En una semana se han invertido los papeles: ahora soy yo quien recibe halagos mientras él es de quien se burlan. –No quiero tu compasión… Tú eres el culpable de todo esto y me las pagarás… Solo debes esperar para ver cómo te destruyo…- Es lo que me respondió hace un par de días cuando al verlo almorzando solo en el casino, quise sentarme en su mesa para hacerle compañía. Su orgullo pisoteado no le hace ver las situaciones con claridad e intenta culparme por toda su desgracia. A veces, es más fácil enjuiciar al resto que ver las faltas propias.

¿Realmente está solo? Pues para ser sincero, no lo está. Kevin y su pandilla, buscan en cada descanso acercársele, conversarle e intentar demostrarle que puede contar con ellos. El alumno nuevo está realmente decidido a conquistar al chico de ojos celestes, tanto que siempre vuelve a su lado luego de los malos tratos que éste le propina. -¡Vete de aquí imbécil!... No porque me haya metido con un maricón lo voy a hacer con todos… ¡Ve a pedir verga a otro lado!… ¡Déjame en paz pedazo de mierda!- Son algunas de las formas en que Matías ha alejado a Bolingbroke. ¿Acaso no se da cuenta que es el único que le soporta? Para ser sincero es bastante decidido el engreído ese, tal vez sería una buena influencia para Della Rovere. Que ambos estén juntos y se vayan lejos, es un anhelo que he creado en mi pecho últimamente.

-… y entonces crearé parejas para la realización del trabajo.- Escucho de pronto la voz del nuevo profesor de matemáticas. ¿Habrá que hacer un informe? ¿En qué momento lo dijo? ¡Rayos! Estaba tan concentrado en mis pensamientos, que nuevamente no tomé atención. Espero no tener tan mala suerte y quedar justo con en el nerd líder de los nazis, esa sería realmente una tortura. –Lucas Sánchez con Enrique Becerra, Arturo Ferreira con…- ¡Que no sea yo, por favor! –Javier Newman, Renato Prats con Kevin Bolingbroke…- ¡A la mierda! Al final tuve mala suerte igual. Observo desde mi puesto a quien será mi compañero de proyecto, me encuentro con aquel rostro malhumorado, tratando de resignarse a que deberá compartir con alguien tan poca cosa como yo. ¡Envidioso, me odias solo porque yo te gané con Matías!

Termina la clase de matemáticas y con ello la jornada escolar, por lo que guardo mis libros en la mochila, me levanto y camino hacia donde se encuentra aquel tarado. –La fecha de entrega del trabajo es en dos días, deberíamos comenzar hoy mismo a hacerlo. Vivo al otro lado del parque, ofrezco mis casa para juntarnos.- Le digo sin muchas ganas, a lo que él responde primeramente con un resoplido. –No voy a estar en una choza de indios infestada de pulgas. Si vamos a tener que juntarnos, será en mi mansión, así quizás puedas sentirte aunque sea un poco mejor… Digo, ¿cuándo antes has estado en la casa de alguien tan rico como yo?- Se jacta de la importancia de su familia. Tenía todas las intenciones de contarle que he estado en la mansión de Diego, que mi novio es aún más poderoso que él, sin embargo decidí finalmente que no debía rebajarme a su nivel. –El chofer de mi padre vendrá a recogernos, ¿alguna vez te has subido a un vehículo? Es que como la gente pobre sólo viaja en bus…- Quiero creer que no es tan imbécil como para creer eso, que finalmente lo hace solo con la intención de molestarme, aunque si sigue así, seré yo mismo quien lo deje con retraso mental luego de los golpes que le daré en la cabeza.

Salimos del edificio junto al resto de nuestros compañeros, detrás de nosotros van los amigos de Kevin, murmurando sobre la razón por la cual estoy con ellos. No son capaces de enfrentarme, ellos simplemente secundan a su abeja reina. Cuando se despiden me entero que el oriental se llama Mario Jung y el pálido de cabello negro, José Monet. Ambos son de este país, y es que el asiático ha vivido siempre aquí, solo que desciende de coreanos. Vemos alejarse a ambos sujetos cuando de repente aparece un vehículo resplandeciente, es oscuro como la noche aunque brilla como el día, es muy amplio y a lo lejos se nota que es un modelo nuevo de Mercedes Benz. Se estaciona frente a nosotros y de adentro aparece un joven vestido impecablemente. –Buenos días señor, suba.- Le dice a Kevin a la vez que abre la puerta trasera. Sin siquiera mirarle, ingresa al carro empujándome con la única intención de molestarme. Trato de no hacerle caso e ingresar al coche sin más. – Nosotros antes vivíamos en una hacienda en el campo, tan grande como el porte de esta ciudad, pero por trabajo de mi padre nos mudamos hasta acá y ahora debo asistir a la escuela con gente poca cosa como tú….- Me comenta el rubio en algún momento del trayecto. Para ser sincero, traté de no escucharle, me enfoqué en ver a través de la ventana, cualquier cosa es más divertida que charlar con este engreído.

Finalmente el automóvil ingresa por unos grandes portones hasta un bello jardín, decorados con inmensos árboles  que se mecen gracias al brío del gélido viento y acompañados de gentiles flores que hermosean el césped. Al fondo se encuentra la casa, una estructura de piedra de tres pisos, antiquísima por todos lados, engalanada con esculturas envejecidas por el clima. Nuevamente el chofer abre la puerta para que podamos salir y así, al pararme sobre mis piernas, me encuentro frente a aquella hermosa mansión. ¡Qué suertudos son algunos! Esta casa es más grande que mi edificio, pero no importa Renato, algún día serás millonario gracias a tus películas eróticas. ¡Lo prometo! –Viniste con un amigo hijo, que buena noticia la de tener invitados.- De repente aparece un hombre a través de la enorme puerta de madera maciza de aquella mansión. Se acerca cariñosamente a Kevin y lo abraza. Por primera vez veo lindo al rubio, y es que aquella escena familiar me conmueve mucho, ambos lucen perfectos. –Buenas tardes, soy Benjamín, el padre de Kevin…- Dice el de cabellera cana al saludarme. Me extiende su mano para poder estrecharla mientras me sonríe gentilmente. Parece una buena persona, todo lo contrario a su hijo. Su trato es amable, aunque su ceño fruncido y aquellas facciones tan toscas, parecieran indicar lo malhumorado que es. Le respondo el saludo y al tocar su mano, una extraña sensación me invade. ¡Conozco a este sujeto! Estoy seguro de ello, ¿pero de dónde? Y como una revelación, logro dilucidar que este es quien ha visitado a Natalia todos estos días. ¿Eso quiere decir que el amante de mi hermana es el padre de Kevin? Ahora puedo entender mejor, ella no lo acepta porque resulta que está casado. Pobre de mi hermana, siempre le ha tocado sufrir. 

Notas finales:

Y nos vemos en una semana más!!! :3

Adiós!!!


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