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Midori no Rescue por Cliosan9

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

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Hola que tal chicos! vine con otroc capitulo de su serie de matones ZoSan.. XD Weno espero que esten disfrutando de sus vacaciones, aqui por mi lado estoy muriendo por tener la tonta idea de que podía sobrellevar 3 fanfics al mismo tiempo ahora que estoy de vacaciones.


Gracias por sus comentarios (marimo mierdoso, morí con esa XD)


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REVELACIÓN

Debido al anochecer no se percataron que el cielo se había estado nublando hasta que sonó el primer rayo. Pronto las gotas gruesas empezaron a caer con fuerza desde el cielo y tuvieron que correr a resguardarse. Zoro estaba consciente que no podía llevar a Sanji a la mansión y este también lo sabía, así que se le ocurrió una idea.


Los cigarrillos fueron rápidamente guardados, en una mano cogió la bolsa de compras y con a otra mano jaló al espadachín. Se mojaron en el camino, pero por fin lograron coger un bus. Zoro no sabía de qué iba, y no se hablaron mucho durante el trayecto. Al bajar se dio cuenta que no conocía esa parte de la ciudad, llovía aquí también pero con menos intensidad. Sanji empezó a avanzar y él lo siguió hasta que paró en una casa.


-No estamos en el Baratie


-Por supuesto que no, estamos al completo opuesto de la ciudad. Bienvenido a mi casa.


*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º


La casa de Sanji era agradable, no era ni tétrica y las ventanas que poseía lo ayudaban a que el espacio se vea más amplio de lo que era. Según lo que le había contado, antes vivía con Zeff pero al alcanzar su independencia financiera, obviamente trabajando en el restaurante, este había encontrado un espacio único en donde vivir, no era grande ni lujoso pero era algo que podía llamar propio.


Se estaban congelando, Sanji como buen anfitrión que era, le dio una sudadera y un pantalón de tela a Zoro, este no entendiendo el mensaje del todo miró al otro confundido.


-Por allá está el baño marimo, toma una ducha caliente, prepararé algo por mientras.


-¿Y tú? También estás mojado.


-Si lo estoy, pero eres mi invitado ahora, apúrate, que tomaré una ducha después de ti.


El aludido no dijo ni refutó nada, se estaba congelando hasta los huesos y probablemente cogería un resfriado si seguía así. Solo decidió aceptar la amabilidad del rubio y meterse a bañar pronto. Ni bien salió de la ducha ya vestido con las ropas prestadas, el rubio le hizo un ademan de que mirase en el futón puesto en medio de la sala e inmediatamente se metió al baño. Zoro se acercó al mueble y sintió el olor de una sopa, agradecía de corazón a su amigo el cocinero. Perdido en sus pensamientos y en los sabores del caldo no sintió a Sanji salir de la ducha, porque probablemente si lo hubiese visto se habría atorado con los fideos.


Sanji se paseaba con pantalón de buzo y sin ninguna prenda superior. Zoro al tomar en cuenta la presencia del rubio quiso preguntarle algo, pero las palabras quedaron atragantadas en su garganta, como lo hubiese quedado el fideo de haberlo visto antes. El peliverde se preguntó alguna vez si todo su cuerpo era de ese color tan claro, ahora sabía que no era cierto, era más claro aún. Un cocinero que se levantaba en la madrugada para salir a comprar ingredientes y se quedaba dentro de la cocina durante horas, solo teniendo un break de tanto en tanto para comer y fumar como lo era su costumbre, nunca le dio un poco el sol. La piel de porcelana de Sanji hicieron causaron un remolino de ideas y sensaciones en el pecho de Zoro.


-Oi! Marimo!


-¿Qué quieres cejillas?


-¿Te desconectaste o qué? Te preguntaba si la comida está buena.


-Siempre lo es.


-Je, supongo que tu no eres punto de comparación después de todo. – Encontró una chompa que ponerse, la prenda era holgada para su cuerpo, pero Zoro podía jurar que cualquier cosa se le vería bien.


-Hey cocinerucho, ¿alguna vez te has enamorado? – Sanji que había ido por un plato de sopa también, se había desencajado casi dejándolo caer.


-¿Oye alga que pregunta es esa tan de repente?


-Creo que me he enamorado, pero no estoy seguro. –Respondió sin inmutarse de lo vergonzosa que podía ser su pregunta, sobretodo teniendo a la persona a la que se refería frente a él.


-No puede ser, mi musgo está creciendo – Sanji hizo un ademan de querer llorar de manera caricaturesca, tratando de molestar a su amigo.


-Estoy hablando en serio ¡oye!- Sanji se regocijó porque había logrado molestarlo, pero si el musgo hablaba en serio entonces tenía que responder en serio.


-Una vez, hace mucho tiempo, era un amor de niños. – miró a Zoro, este estaba expectante a que siguiese con su relato – Bueno, han pasado ya muchos años, muy poco recuerdo de su rostro ahora, tal vez si la veo de nuevo no la reconocería, pero me acuerdo que robaba flores de mi casa para entregárselas, muchas veces me quedaba sin habla y mi corazón palpitaba como queriéndose salir. Al principio me preocupé, pero cuando pregunté lo que me pasaba me dijeron que me había enamorado.


El cocinero alzó los hombros en señal de no saber nada más. Zoro por otra parte se quedó pensativo mientras terminaba la sopa, que por efecto del ambiente se estaba enfriando.


-¿Y es alguien que conozco?


-¿AM? Ah…No


-Esa fue una pausa innecesariamente larga. Ya dime Marimo, no te la voy a quitar ni nada.


-No es eso, como dije, quiero estar seguro. Cuando lo esté me le confesaré.


-¿Oh en serio? ¿Lo harás con bombos y platillos, o la llevaras a un lugar oscuro? – Ahora fue el turno de Zoro de alzar los hombros, en señal de no saber. Sanji que estaba hambriento terminó su sopa y trató de seguir presionando con el tema.


-oh vamos alga, al menos dime, ¿es bonita? – Zoro alzó la mirada y miró directamente a los ojos del cocinero.


-Lo es, cejas de remolino, lo es. – por algún motivo Sanji al escuchar su respuesta sintió un estremecimiento por todo el cuerpo.


-O-oh vaya, te deseo suerte, espero que te corresponda.


-Como dije, no se aún si yo estoy enamorado.


-Oh vamos – Sanji picó con su dedo índice el costado de Zoro, tratando de molestarlo, pero la reacción casi cómica  que tuvo el mencionado lo dejaron un poco sorprendido.  – No me digas que…


Sanji continuó con los toques, la risa mal contenida de Zoro explotó cuando el rubio usó sus dos manos para hacerle cosquillas. No pensó que un mafioso y por sobretodo uno aguerrido como lo era el marimo, se derretiría como un niño cuando le hacían cosquillas.


Zoro retorciéndose en el suelo trató de maniobrar e igualmente alcanzar las costillas de su atacante para hacerle exactamente lo mismo, más se sorprendió de este no tenía cosquillas a los costados, así que su mano empezó a subir hasta las axilas tratando de encontrar su punto débil. Ya no aguantaba la risa y se estaba quedando sin aire, mientras que estuvo en ese plan sus manos recorrían el cuerpo del otro de manera aleatoria hasta encontrarlo. Su cuello. El cuello del cocinero era altamente sensible y tomando ventaja en que pierdes fuerza al reírte con ganas, aprovechó para colocarse en su encima.


Sanji después de un rato pidió misericordia, ya no podía respirar y le dolía  el estómago, Zoro sintiéndose ya satisfecho se detuvo. El rubio había quedado acostado en el piso con los cabellos arremolinados dejando ver sus dos ojos. La respiración entrecortada y el sonrojo en las mejillas por haberse reído tanto, el conjunto de todo esto se le quedó grabada a fuego en la memoria de Zoro. Sentimientos se le aglomeraron en el pecho con bajos instintos amenazando a salir a flote, no entendía porque él o porque el cocinero, ya se había planteado muchos porqué días antes, e inclusive horas antes. Estaba enamorado, o así era como lo veía él, sólo quería a Sanji en este momento. Zoro no era alguien complicado y ahora que estaba seguro de lo que sentía no se preguntaría si era gay, no le preguntaría a Sanji si lo era y por supuesto no se preguntaría porqué el rubio de entre toda la gente, instintivamente lo sabía, se había sentido atraído a él desde la primera vez que lo vio, ahora comprobaba que no fue sólo su idea.


-Zoro! Marimo quítate de encima. – el mencionado salió de su ensoñación. Se había quedado mirando fijamente a Sanji y este se había puesto nervioso, casi como un niño forcejeó y  se liberó de su captor.


-Ya paró la  lluvia, supongo que es hora de irme.


-¿Irte? ¿Tu solo? ¿Quieres aparecer en Rusia?  - el espadachín frunció las cejas, quería a Sanji pero aun así lo sacaba de quicio. Sabía que si se iba en esos momentos se perdería, era la primera vez que visitaba el barrio de Sanji, pero era peor quedarse, nadie mejor que él sabía su aguante, no garantizaba que el rubio amaneciera intacto.


Cuando Zoro se fue esa noche, con ropas ajenas, no imaginaba lo que acontecería después.

Notas finales:

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Y weno que tal, al parecer alguien ya tiene masomenos algo en claro :v Zoro me parece ser el mas directo, así que si se le mete algo a la cabeza no se lo saca hasta que le queda bien en claro, o esa es mi idea del marimo.


Weno nos vemos la proxima semana, ya se viene los suculento zhukitrukis (?) XDDDDD Bye ne~


Clio ::off::


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