- Ya me voy. –Dijo Naruto a un cuadro de su madre y padre colgado en la pared; con él de bebé.
Era lunes por la mañana, iba caminando al instituto; no quería ir, realmente no quería. No porque fuera flojo ni nada por el estilo, aunque en parte también era por eso, sino porque se encontraría con su mejor amigo, con la persona que le roba el aliento desde hace mucho tiempo. No supo nada de él el fin de semana, Naruto sabía que había estado con su novia y lo que menos quería era que apenas llegara, le contara lo feliz que era con ella. Era jodidamente doloroso.
Hace casi mes y medio que había escuchado la conversación de Hinata con Sakura; aún no le había dicho nada, pero la muchacha era realmente obvia. Tal parece que los tres se pusieron de acuerdo para llevar a cabo el plan de “hagamos que Naruto se enamore de Hinata”, ya que su mejor amigo y la novia de éste, le hablaban mucho de ella y hacían todo lo posible para dejarlos solos aunque sea unos minutos; pero Naruto siempre encontraba la forma de irse de allí. No era maleducado, simplemente no quería estar con ella y ya. Le jodía demasiado que trataran de juntarlo con una persona a la cual consideraba su hermana. Pero lo que más le jodía era que el amor de su vida ayudara a eso.
- Hola, Naruto. –Iba tan sumido en sus pensamientos que no vio cuando su mejor amigo se ganó al lado de él.
- ¿Cómo estás, Sasuke? –Preguntó, realmente no esperaba encontrárselo tan pronto.-
- De maravilla, mi fin de semana fue estupendo, estuve con Sakura; realmente disfruto estar con ella. Estoy feliz de haberl conocido. –Dijo sonriendo. Sinceramente; no debí venir hoy.- Y tú, Naruto ¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo tú fin de semana?
- Bien; igual que siempre. Me quedé en casa.
- Eres bastante aburrido, dobe. Deberías salir más, no lo sé ¿por qué no invitas a Hinata a alguna parte? – Al parecer puso en marcha el plan.-
- Porque simplemente no me apetece. –Soné bastante frío.-
- Eres cruel, Naruto. –fue lo último que hablaron.-
Joder, ¿acaso no podía no hablarle de Sakura o de Hinata? ¡¿POR QUÉ MIERDA NO SE CALLA EN VEZ DE HABLARME UNA Y OTRA VEZ DE SU NOVIA?! Está bien que sea feliz con ella, solo no me lo saque en cara, Sasuke. ¿Por qué me pasó esto a mí? Yo era feliz, no tenía preocupaciones, no tenía que guardar mis sentimientos; nada me carcomía por dentro. Pero él, tuvo que llegar él.
-Flash back-
Se veía a un pequeño niño de apenas unos seis años llorando sentado bajo un árbol; se había perdido, no podía encontrar a su madre por ningún lado.
- ¿Qué te pasa, niño? –Escuchó que le decían.-
- El pequeño niño levantó la mirada y vio a un niño de su edad, tenía cabello y ojos negros; y su piel era totalmente blanca.- Yo… me perdí, no sé dónde está mi mamá. –Dijo, volviendo a llorar.-
- El pequeño azabache se agacho a su altura y lo abrazo protectoramente. –No te preocupes, yo te cuidaré hasta que la encontremos. ¿Cómo te llamas, rubio?
- El pequeño se sorprendió, nadie, a excepción de sus padres, lo había abrazado así. –Yo… me llamo Naruto.
- Mhm.. con que Naruto. ¿Sabes? me gusta tú nombre; yo me llamo Sasuke. –Dijo parándose y tendiéndole una mano.- Vamos donde mí madre, Naruto.
El pelinegro junto al de ojos azules iban tomados de la mano donde la madre del primero. Al llegar, ésta lo miró y no pudo evitar cohibirse y esconderse detrás de su nuevo amigo.
- ¿Quién es él, Sasuke? –Dijo la mujer con una cálida sonrisa. Era realmente hermosa.-
- Se llama Naruto, al parecer está perdido, no encuentra a su mamá.
- Oh, pobrecito. No te preocupes, Naruto, te ayudaremos a encontrarla. –Nuevamente le sonrió al pequeño.-
- Uhm.. muchas gracias. –Dijo, tímidamente.-
Después de buscar y buscar, finalmente la encontraron, la mujer estaba destrozada y notablemente asustada. Madre e hijo se abrazaron, la primera le dio las gracias a la madre de su amigo y les preguntó si querían ir a tomar algo. Ella encantada aceptó.
Ahí comenzó una hermosa amistad, eran inseparables; Sasuke estuvo con él cuando sus padres murieron, incluso se quedaba a dormir con él, no lo dejaba solo por nada del mundo.
-Fin flash back-
A veces pensaba que sólo le gustaba Sasuke ya que quería sentir amor, quería sentirse amado y saber qué no estaba solo; que era sólo por necesidad. Pero a medida que iba creciendo se dio cuenta de que no era así. Si no hubiera conocido a Sasuke aquella vez, ¿esto lo estaría carcomiendo?
Paró de pensar abruptamente ya que habían llegado al instituto, y Sasuke le había pegado en la cabeza.
- ¿Dónde tienes la cabeza, idiota? casi chocas con la pared. –Ahí fue cuando se dio cuenta que estaba a centímetros de ella; los demás alumnos solo reían.-
- Naruto se sonrojó.-
Al llegar a la sala correspondiente, vio en su puesto un chocolate y una nota. Sólo suspiró, sabía que había sido Hinata; al parecer ella también se sumó al plan. Abrió la pequeña nota y la leyó “Sé que te gustan mucho las cosas dulces, pero más los chocolates. Espero que te gusten, los hice yo misma.”
- Vaya, vaya... ¿pero qué tenemos aquí? Déjame decirte amigo mío, que eres todo un galán. –Dijo Sasuke burlonamente.-
- Cierra la boca, idiota. –Cerró aquella nota y la guardó, no iba a botarla, después de todo era un caballero.-
- Así que guardaste la nota, tal parece que tú admiradora secreta llamó tú atención.
- ¡Qué te calles!
Naruto realmente no sabía qué hacer, ¿cómo decirle a Hinata que no le llamaba la atención en absoluto? Quizás debería ir y decirle “Hinata, no puedo estar contigo ya que tus ojos son tan blancos que me dan miedo” no, muy cruel. Tal vez “Hinata, lo siento, pero no puedo corresponder a tus sentimientos ya que no soy de éste mundo” era la mejor opción.
- ¡Sasukeeeeeee! –Escuché, ¿quién mierda me odia tanto?
- Mi amor. –Dijo Sasuke yendo donde su novia. Ahí estaba yo, son el corazón hecho pedazos viendo como el amor de mi vida, se besaba con el amor de su vida.
Creo que éste no será mi día.
- Naruto, lo siento, pero hoy me sentaré con Sakura. ¿Por qué no le pides a Hinata que se siente contigo? –Dijo guiñándome un ojo, me sentí estúpido por haberme sonrojado.- Bueno, nos vemos en el receso, adiós.
Ahí estaba yo, viendo como estúpido a Sasuke y Sakura sonriéndose, era doloroso admitirlo; pero su amigo realmente se veía feliz.
- Na..Naruto ¿puedo sentarme contigo? –una tímida voz interrumpió mis pensamientoa, levanté la viste y suspiré.
- Claro, siéntate.
No, definitivamente este no es mí día.