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Neko por Lezerth

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Notas del capitulo:

Conti!!!!!!!!!!!!!!

 

Muchas gracias a las personas que me dejaron review *w* nunca había recibido tantos, gracias, gracias, gracias. Amm saludos especiales para:

*Sakura D Flowurite: gracias por leer

*malylinda: quizá Fye lo mande haya muy pronto ;)

*ansiosa22: Kurogane se arrepentirá por eso, tranquila, es cuestión de tiempo

*fye: no, pues así por las buenas sí actualizo xDD gracias :)

*Sore:  gracias por considerarme entre tus autoras favoritas :,)

*nejiten333: entiendo, ya verás que la premisa de policía y ladrón sí se conserva, es tan sólo que nos desviamos necesariamente, pero las cosas comienzan a cambiar de rumbo nuevamente buajaja

*Any: en respuesta a tu pregunta es por dos razones, la primera: mi lenguaje es algo… colorido y suelto lo cual abecés molesta a algunas personas :/  y segundo pues porque nadie me lo ha pedido  o.o por cierto, dices que tienes cuenta ¿verdad?¿ cuál es? Tengo la sospecha pero no estoy segura :)

 

Y por último saludos para *KiraNeko :) 

Analizaba los últimos sucesos que le habían ocurrido, ignorando aquellos gritos que el chico rubio pegaba fuera de su casa, deseaba que se fuera de una vez, no importaba cuantas veces lo tratara mal, sabía que en verdad moría por aquel idiota que no existía, porque en cuanto Fye o Yuui, recuperara la memoria volvería a ser su peor enemigo, se estaba vengando de una manera sucia lo sabía y que más podía hacer, si en esos momentos cuando lo tenía gimiendo y retorciéndose bajo su cuerpo sólo podía pensar en lo mucho que le dolía el sentirse traicionado, en lo mucho que lo deseaba, en lo mucho que quemaba aquel sentimiento que definitivamente nunca aceptaría pero que era claramente amor, mierda, todo aquello era una locura, estaba tan confundido, se arrepentía de haberse dejado llevar por aquellos mensajes:

 

mm, s-soy yo, Fy… Yuui, yo quería saber sobre tu estado, hoy te daban de alta y… y…”

                                                      

“hola, de nuevo yo, si, espero te sientas mejor yo… me disculpo de nuevo, me siento muy culpable y… por favor perdóname, yo, ya no quiero estar lejos de ti…”

 

“l-lamento aquello ¡no! Es decir n-no lamento lo que dije, sólo haberlo dicho… eso se oyó peor, yo…  por favor ignora aquello… ¡¡no mejor no!! No lo ignores, no me ignores… yo… es solo que frente al reflejo de la luna, juraste ayudarme a cumplir mi deseo ¿lo recuerdas? Tú lo prometiste… por favor, sólo quiero estar siempre contigo!!…

 

Sonaba tan tonto, tan tierno, tan inocente… y por ello, decidió regresar el diamante a su dueña, claro anónimamente, decidió dejar ir la única prueba que tenía para probar la identidad del Neko, decidió dejarlo libre en vez de entregarlo a la justicia, lo amaba, amaba a la persona que más detestaba y por eso lo odiaba, por haberle hecho despertar ese sentimiento que en otras circunstancias hubiera sido hermoso, pero en la suya no, no lo era.

Tiempo después Tomoyo Daidoji se comunicó con él, le dijo que era la única persona en la que podía confiar y le pidió ayuda para resguardarla hasta llevar al diamante a un lugar seguro, convirtiéndolo así en la única persona (aparte de la dueña del diamante) que sabe dónde está éste y los demás tesoros de la familia Daidoji. Eso a su vez le trajo problemas, una mujer atractiva que vestía escotes prolongados le había visitado con esta ya dos veces, su fin era intentar seducirlo, y claramente (o más bien descarada) aquella mujer le dijo que se convirtieran en “socios”, simplemente tenía que decirle el lugar en dónde se encontraba oculto el diamante y le daría el 50%, claramente él se negó y la echó, pero vaya que si era insistente la mujer esa, comenzaba a molestarle, ya le había pedido a Fumma investigarla pero hasta que no le encontraran algo turbio no podía hacer nada en su contra.

 

El timbre comenzó a sonar de manera insistente y desquiciante, maldición ¿cuántas veces necesitaría herirlo para mantenerlo alejado? Abrió molesto pero se sorprendió de que no fuera el rubio quien llamaba.

-¿Qué quieren, Yuko?

-¿cómo que “qué quiero”’? eres un completo imbécil

-sí, Kuro-baka!!!- dijo Mokona -¿cómo pudiste hacerle eso a Fye?- preguntó con los ojitos húmedos y muy molesta

-¿qué? ¿cómo saben ustedes eso?

-¡¡por que también te estuvimos esperando!!

-toma- Yuko le pasó su pastel rudamente –Fye lo compró en una de las mejores pastelerías que encontró

-planeo esto durante mucho tiempo, y tú ni siquiera fuiste!!!! Eres malo Kuro-baka, eres malo

-si querías que te odiara, perfecto, ya lo conseguiste, porque después de esto creo que él ya no volverá a buscarte jamás, felicidades- Yuko tomó a Mokona y se fueron a su casa

-…- miró su pastel, de nueva cuanta se sintió el peor gusano en la faz de la tierra, pero, era lo mejor para ambos ¿no? Después de todo, era lo mejor, que Fye dejara de amarlo y que él dejara de amar a Fye, sabía de las consecuencias y las aceptaba, porque después de todo, él no quería amar a Yuui.

 

Se metió a su casa, volvió a escuchar aquellos mensajes, recordó el tiempo con Fye antes de saber quién era, luego, después de saberlo, haciéndolo suyo… por que no pudo ser todo diferente…

Una llamada le sacó de sus pensamientos, eran ya las 8 de la noche, respondió, era la misma mujer aquella.

-no tengo tiempo para ti- dijo molesto sin darle tiempo a hablar y le colgó

 

No pasó mucho tiempo después cuando llegó un mensaje de esa misma mujer con un archivo adjunto, era una fotografía, al verla se quedó helado…

-Fye

Estaba dormido o inconsciente, por lo que veía estaba amordazado, un escalofrío recorrió su espalda, la mujer volvió a llamar, esta vez contestó de inmediato.

-¿¡¡qué le hiciste maldita!!?

-cálmate, ¿ahora si tienes tiempo?- preguntó con burla

-tsk… ¿qué quieres?

-ya lo sabes, te daré instrucciones para que llegues a donde me encuentro, sal ahora y ni se te ocurra avisarle a Fumma

-¿¡eh!?- ¿cómo sabia esa mujer de Fumma? –de acuerdo- dijo entre dientes –si te atreves a ponerle una mano encima…

-si te atreves a provocarme hare que le pongan más que una mano encima ¿me entiendes?- dijo sugerente –date prisa –ordenó

 

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Flash Back

 

Escuchaba sus propias risas, eran felices, ingenuas, tal como debían ser en un infante de 7 años, había formado una bonita corona con flores, sonrió, pensaba en lo hermosa que se vería su madre con ellas, corrió de vuelta a la casa emocionado.

-¡mamá! ¡mamá! ^^ ¡mira lo que…! ¿mamá?

-¡¡…!!- no esperaba que el niño volviera de jugar tan rápido, dejó de jalar su maleta y su acompañante también se detuvo

-etto, ¿Quién es él? ¿a dónde… a dónde vas?- preguntó el pequeño rubiecito preocupado

-…- su madre no dijo nada, lo apartó del camino y siguió caminando con su maleta

-¿mamá? ¿t-te vas ir con él? ¿¡nos vas a dejar!?

-…- de nuevo no dijo nada y siguió su camino ignorando al pequeño

-¡¡quédate!!- la abrazó de las piernas impidiéndole caminar –quédate conmigo, mamá, no me dejes- suplicó

-suéltame- ordenó de manera fría

-no, por favor, por favor mamá

-dije que me soltaras!!!

La corona de flores cayó desojándose al instante mientras el ruido de una bofetada resonaba en la enorme casa.

-…- no podía creer que le hubiera pegado, su madre salió con ese extraño, el corrió para rogarle que se quedara pero la puerta estaba cerrada con seguro  -no!!!! Mamá, no te vayas con él, mamá, mamá!!!!!- gritaba a la puerta… pero no fue escuchado…

 

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-papá, trajiste a mamá??- preguntó esperanzado, su padre le paso de largo… -¿papá?

-tu madre… murió

-¡¡¡…!!!

 

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-papá… papá, mira lo que hice en la escuela ^^ - dijo emocionado, había dibujado un hermoso paisaje, realmente hermoso, tan hermoso que todos sus compañeros lo felicitaron y la maestra también, le dijo que para ser tan pequeño tenía mucho talento –mira, mira

-ahora no tengo tiempo, Yuui- dijo mientras hacía cosas en el ordenador

-pero, míralo, será rapidito ¿sí?

-No tengo tiempo, Yuui

-pero…

-¡¡dije que no tengo tiempo!!- gritó molesto

-…

 

 

oOoOoOoOoOoOoOoOoOo

 

 

Kurogane llegó al lugar que le había indicado la maldita esa, era un estacionamiento, uno solitario, bajó de su auto, aquella mujer ya le esperaba de pie mientras se recargada en una camioneta negra. Con paso firme y amenazador caminó hasta ella.

-hola, amorcito, eh-eh, ni se te ocurra ¿verdad?- dijo al ver sus intenciones y miró hacia adentro de la camioneta, una de las puertas del copiloto se abrió dejando ver a un hombre quien sostenía al rubio.

-¡¡Fye!!- gritó pero el rubio estaba inconsciente -¿¡qué le hici…!?- calló al ver detenidamente a aquel hombre –oficial Yamanaka???

-hola, Kurogane ¿cuánto tiempo sin verte?- respondió el hombre, era el oficial que lo había quitado del caso neko.

-maldito, con que también está detrás del tesoro de la familia Daidoji

-sí, no lo niego, hm, te diré que tienes un gusto exquisito- dijo mientras olía profundamente el cuello del rubio

-¡¡no lo toques, imbécil!!

-bueno, eso depende de ti- dijo la maldita esa –ponte de espaldas con las manos sobre la cabeza- le ordenó, el moreno titubeo por unos segundos pero al ver al rubio en manos de ese bastardo, obedeció.

Le ataron las manos a la espalda, lo desarmaron y lo subieron también a la camioneta, los llevarían a algún lugar y seguramente le obligarían a llevarlos al lugar donde estaban los tesoros de la familia Daidoji, pero se preguntaba ¿cómo es que pretendían sacar algo de ahí si básicamente era imposible entrar? a menos claro que se tratara de la heredera Tomoyo Daidoji, bueno, eso sería problema de ellos, él debía pensar cómo sacar a Fye ileso de ahí.

 

 

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Flash Back

 

-¿vas a ir a otro viaje?- preguntó el niño rubio de 9 años

-sabes que es por trabajo- dijo su padre

-pero, va a ser navidad- dijo con tristeza

-la próxima vez te llevare conmigo, te lo prometo

-pero…

-me tengo que ir

-pero…- no pudo decirle más pues  el mayor ya se había marchado -…- se abrasó a su pequeño peluche de gatito, era el único que estaba siempre con él…

 

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Hoy era un día especial, era su cumpleaños número 12, era domingo así que suponía su padre le llevaría a comer a algún lugar o por lo menos sí estarían juntos todo el día, pero cuando bajó las escaleras…

-¿papá?

-ahora no Yuui, no es el momento- decía apurado mientras salía ablando por teléfono

-pero…

-me tengo que ir

-pero… es mi cumpleaños- dijo a la nada con la voz quebrada, si se le habían olvidado los otros dos anteriores no sabía porque pensaba que esta vez sería diferente…

 

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Regresó por fin a su casa después de un largo viaje de negocios de su padre en el que lo había llevado, al principio se sintió emocionado de que lo llevara, después se sintió olvidado, de nuevo, su padre le dejaba gran parte del día solo sin importarle que estaban en un país extraño, pero al fin estaban de regreso en su hogar, ahora tenía 14 años. Corrió a su cuarto, había cambiado tanto y era literalmente.

-¿papá, qué pasó con mis antiguas cosas?- preguntó alarmado

-le dije a Tsukino que las tirara

-¿qué hiciste qué?- preguntó sorprendido

-sí, ya no eres un niño después de todo, y esos solo eran peluches viejos

-pero ahí estaba mi Neko, y…- sus ojos se humedecieron, su mejor amigo de toda la vida estaba ahora en quien sabe cuál basurero

-no es para tanto, ya me tengo que ir

-…- las lágrimas surcaron sus mejillas, quizá estaba siendo demasiado infantil pero… comenzó a sollozar en silencio, de nuevo alguien a quien quería lo dejaba

 

 

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El moreno miraba de vez en vez por el retrovisor, cerciorándose del estado del rubio, Yamanaka le mantenía consigo de una manera tan posesiva que le enfermaba, agradecía que Fye estuviera inconsciente, seguramente era mejor que estar en esa situación… pero no sabía que se equivocaba… una lágrima rodo por la blanca mejilla del chico inconsciente perdiéndose en la nada…

 

 

 


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