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Composición: Veintisiete días. por akasugg

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Notas del capitulo:

Morí y resucite.

Siempre digo que voy a actualizar seguido y termino haciéndolo un mes después así que ahora me reservo las palabras jjsk.

Halló.

La canción de hoy es Kids Will Be Skeletons de Mogwai ( https://soundcloud.com/zidvbelju/kids-will-be-skeletons ).

El olor a miel de maple.

Vegeta, día 15.

 

Desperté temprano, contemplando su anatomía perfecta recostada contra la mía por cuarta vez. Me estire y alcance mi teléfono.

 

Pantalla.

"hola :). Suky Dan. Messenger."

"Buenos días, ya estoy en el local los espero. Tor. Whatsapp."

 

Entonces, luego de tomar una ducha congelada y vestirme apropiadamente, baje las escaleras de la casa en busca de que comer. Admito el hecho de estar cansado, por eso me doy el lujo de hacer las cosas de manera lenta y tranquila, espero el fin de semana con ansías porque las noches se han vuelto agotadoramente arduas gracias al caliente de mi novio.

Oficialmente éramos pareja, no de las normales. Sin embargo lo éramos, y eso me hacía sentir feliz.

Llegue a la cocina directo a atacar la estantería de golosinas agarrando varios paquetes de galletas saladas. En el refrigerador ya estaban listos el jugo de naranja y la jalea de guayaba, verifique que ninguno de los dos allá caducado. Son fechas inoportunas para enfermarse, es cuando la clientela organiza más presentaciones de lo habitual.

Me encanta el trabajo que compartimos Tora y yo, pero aunque no parezca hay veces en las que llega a ser agobiante lidiar con tantas personas “talentosas” que exigen tarimas, luces, acústica(…) fuera de nuestro limite, y claro que invertimos en eso, son sólo estúpidos que se hacen llamar artistas cuando en realidad se les puede denominar como aborígenes del arte. Maldita fama destroza mentes.

 

–    ¿Qué piensas?

–    Nada, cosas del trabajo, buenos días.

–    ¡Hola! – saludo inoportunamente un pequeño de ojos negros – no, no, yo voy a prepararte algo – exclamo al ver mi escases de alimentos.

–    Aleluya, el señorito me quiere satisfacer.

–    Puedo contarte todas las veces en las que te di satisfacción – alardeo coqueto contoneando sus caderas mientras caminaba – en fin, panqueques para desayunar con mi querido Vegeta.

 

Deje la comida en cualquier lado de una repisa tirándome a Kakaroto besando sus hombros. Sólo termine con una mordida en su cuello que de seguro dejaría marca.

 

–    Eres un brusco.

 

Mientras preparaba la mezcla sin grumos, yo encendí la televisión más cercana al lugar y apoye mis codos en el borde del comedor. Escuche una respiración bastante fuerte y entrecortada pero no le di importancia.

 

–    ¿Mi cabello está bien como esta? Quiero teñírmelo.

–    Es muy… esponjoso.

–    Gracias, que lindos cumplidos tienes en mente – río.

–    No hay día en que no escuche tu risa.

–    Lo sé, es molesto, pero me encanta reír – menciono volteándose para enfrentar mi rostro.

–    Tú me encantas – un leve tono rosado lo pinto – ¿Me acompañas al café luego? Debo ayudar a nuestro pelirrojo con un evento de teatro.

 

Sin contestar o dar una señal de haberme escuchado, suspiro pesadamente agitando su mano. Siguió con prender la estufa y hacer algunos movimientos extraños. Él no dejaba de transmitir verborrea, sacaba conversación hasta de lo mínimo, al final solo sirvió un plato con dos panqueques bañados en miel de maple que escurría. Su manera de acomodar las cosas fue nerviosa y tosca, tan impertinente que me enoje.

 

–    Hey, ­– gruñí – calma, vas a romper todo.

 

Dio un grito asimilado a su cólera tan rara “Mama está muerta” hablo entre dientes y salió de la casa aún en pijama, dando un portazo estruendoso. Fruncí el ceño exageradamente siguiéndolo.

 

–    ¿Qué demonios te pasa?

 

Me empezó a preocupar el hecho de que al dar un paso en realidad el mocoso saltaba de la inquietud.

 

–    Veg, ¿Nunca te conté sobre mi hermano?

–    N-no. Me estas asustando.

–    Se llama Raditz y vino de visita a la ciudad, me gustaría que lo conocieras – dijo exaltado – Veg, ¿Nunca te conté sobre mi trastorno?

–    Aja.

–    Bueno, justo ahora me está dando un ataque de hipomanía ansiosa creo y sería súper lindo que me llevases al hospital o al menos traerme una pastilla.

 

Goku, flashback.

Mis oportunidades no fueron de las mejores, termine trabajando en un prostíbulo cerca de la plaza de Georges muy lejos de mi casa, era toda la administración de mi padre asociada con uno de sus amigos. La paga era de lo peor, igual, los chicos que iban a venderse conmigo son muy divertidos, significa que no me voy a aburrir por mucho tiempo. Ni mamá ni tía Cass estan enteradas, en cambio Kate y Sat sí.

Lo malo de esto es que cuando le cuenten al primo Yanis se va a burlar de mí ya que él trabaja en una de las empresas más importantes de aquí, sin mencionar que va a escupirme en la cara y tratarme como una perra.

Después de analizar un poco de todo termine de llevarme el ultimo trozo de panqueque a la boca, luego Raditz me acompañaría a la escuela, el pobre no tiene nada interesante que hacer. Lo que le queda es comportarse como un hermano generoso. Recogí todo y empecé a lavarlo con velocidad sin percatarme del vidrio filoso que a continuación se resbalo por mi muñeca.

La sensación fue un completo éxtasis lleno de emociones porque el dolor encarnado en mi piel se sintió como la mayor delicia que alguna vez experimente.

Agarre el trozo transparente con admiración, y sin pensarlo deslice la parte manchada con fuerza sobre el brazo, sintiéndolo tan reconfortante. Todos los problemas desaparecían, mi corazón dejo de arder los quince minutos que seguí hipnotizado con los trazos de sangre. Ahora mi físico exterior lo estaba cobrando, entiendo que me hace quedar como un completo masoquista.

El olor a maple estaba impregnado en el comedor, y mi boca sabía a masa quemada. Alguien me sacude con entusiasmo, trate de ignorarlo hasta que me voltearon ágilmente.

 

–   ¡Responde maldita sea! – grito desesperado, todavía no lograba distinguir su cara o su voz por lo disfuncional que me sentía en ese momento, mis sentidos fallaban al ciento diez por ciento – ¡Kakaroto! ¡Kakaroto mamá acaba de fallecer en el hospital! Está muerta ¡Mamá está muerta Kakaroto! – descargo su ira golpeándome en la mejilla.

–   Mamá está muerta – repetí.

Notas finales:

muajá já já.

Nos leemos luego en Nuestro Lienzo ya que en unas horas actualizo (ojala mis papás no me descubran con la computadora) Issa adivina quien se las ingenió para recuperarla aunque sea un rato jejj. No olviden su review, ¡Feliz cumpleaños a cualquiera que lea esto! Siempre besos para ustedes bellezas.

Los amodorea toda su vida,

Sugar.


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