Pesadillas con beneficios.
Vegeta, día 9.
– ¡Suéltalo Vegeta! ¡Suelta a Kakaroto que lo vas a matar! – gritaba Tora de una manera muy eufórica.
No sé en donde me encuentro exactamente. Parece ser un callejón sin salida, mis manos y brazos están muy hinchados, ambos rojos, golpeo a un chico pelinegro y me suplica piedad mientras solloza.
– Déjame por favor, maldito monstruo – susurraba este con el aire que apenas quedaba en sus pulmones gracias a las palizas.
Su semblante cambiaba mediante cada golpe que recibía de parte mía, poco a poco Goku fue cerrando los ojos así cambiando las escenas y convirtiendo los gemidos de dolor en placer y lujuria. Ambos cuerpos estaban sudando, yo lo embestía lentamente para no lastimarlo tanto, al parecer era su primera vez.
– Más rápido – exigió jadeante.
– P-pero ¡Joder! Estas tan apretado.
– Veg, ah, ah, AH, sube el r-r-ritmo carajo – volvió a exigir – Kami, me vengo – dije mientras el ambiente se tornaba sombrío.
– Si cariño, córrete, córrete para mi pequeño – insistí.
Tanto el como yo llegamos a la cúspide al mismo tiempo, quedamos abrazados en la cama del mocoso hasta que él se paró lentamente para avanzar hacia una especie de terraza.
– Yo, yo te… - no finalizó.
– Dilo de una vez, yo también te amo Kaka – le dije transmitiéndole una sonrisa estimulante.
– ¡Te odio hijo de puta! – grito – Mira todo lo que has hecho, te desprecio con toda mi alma. Tú decides – musito parándose en la el borde del pavimento, todo era tan confuso, de su bolsillo apareció una pistola y con esta se apuntó en la cabeza – Disparo o me aviento, elige rápido.
– ¡¿Acaso eres un estúpido!?
– Solo elige de una maldita vez.
– No lo hagas, por favor, ¡NO ME DEJES!
– Demasiado tarde – exclamo – demasiado tarde para arrepentirse amor.
Un disparo acompañado del torpe salto presenciado.
– ¡GOKU! ¡GOKU! ¡¿GOKU QUE MIERDA HAS HECHO!? – grite con todas mis fuerzas, exaltado revise por todo mi alrededor encontrándome con las sabanas de mi cama, levante mi vista y yo estaba en mi habitación – ¿Qué? Fue solo una estúpida pesadilla – refunfuñe.
Los momentos tristes se me hacen presentes en cada circunstancia y más en las pesadillas. Gracias a mi compañero de trabajo he logrado combatir obstáculos que antes se me hacían imposibles, los cuales eran malos sueños, estos regresaron.
Hace más de una semana que me he topado con la ternura representada en una forma humana e inconscientemente me he enamorado de esta persona. Soy indiferente a él porque tengo mis razones, ¿Por qué debería de serlo solo porque si? Una mente ilógica se cuestionaría durante horas a esta pregunta; se me hace estúpido tratar a alguien tan único y especial de esa manera, pero es mi obligación no encariñarme al poco tiempo de haber coincidido. Sueño con él desde entonces.
Maldición, Tora me prometió echarlo de la casa al siguiente amanecer de su estadía y no fue así.
Era claro que este estaba cegado por sus bondadosos sentimientos, y yo obviamente no podía reaccionar de otra forma que no fuera violenta e idiota. Kakaroto se quedara unos meses en nuestra casa a cambio de ayudarnos en el café. Sí que se ha ganado la lotería el niño, no es fácil conseguir un trabajo por las primeras impresiones que das, a menos, que con su belleza convenciera al brindador.
La sociedad está al punto de intercambiar un buen polvo por cosas realmente valiosas.
Y lamentablemente sería capaz, yo haría cualquier cosa con tal de tocar la suave piel del minino que ahora habita en mi casa.
Han pasado unos minutos desde que me alborote en la cómoda (cama), de todas formas, un chico muy preocupado y excesivamente tierno entro de golpe al cuarto preguntado sobre que pasaba, ofreciéndome un té, agua, pastillas exóticas, cosas calmantes.
– Quédate a dormir conmigo – le propuse, el pequeño me mostro una mueca– por una horas.
– B-bueno, solo p-por unas horas.
Los dos estábamos nerviosos e incomodos ante la situación, pero sin prejuicio, ya se encontraba una perfecta anatomía junto a la mía. Empecé a acariciar su cabello, gracias a la luz de la luna, pude ver el notable sonrojo en la carita de Goku.
– ¿Qué haces? – pregunto dudoso al acurrucarse más a mí – sea lo que sea, se siente bien.
– Cántame algo.
– No voy a cantarte nada, y-y-yo mejor me voy.
– Solo, – lo interrumpí antes de que se levantara – solo canta.
*Por favor.
– Esta bien, pero te lo advierto Berenjena, tengo una voz muy fea ¡Me debes una grande!
Se requirió poca insistencia de mi parte para que mi compañía empezara a cantar de una manera algo sosa.
“If I could make a wish, I think I'd pass. Can't think of anything I need.”
Su voz era simplemente bella, al igual que él.
“No cigarettes, no sleep, no light, no sound, nothing to eat, no books to read.”
Nos aproximábamos cada vez más, haciendo que las manos de Kaka se dirigieran tímidamente a mi abdomen y sus labios se posicionaran en mi cuello, brindándole pequeñas caricias con la lengua y besos tontos.
“Making love with you has left me peaceful, warm and tired what more could I ask. There's nothing left,to be desired.”
Bese su cabello y lo aferre más a mi estábamos terriblemente cerca.
“Peace came upon me and it leaves me weak, so sleep, silent angel, goes to sleep.”
Se removió en su lugar para conectar nuestras miradas.
“Sometimes all I need is the air that I breathe.”
No me podía contener más, tenerlo cantando mientras movía sus labios en los míos.
“And to love you.”
Bastaron unos segundos de silencio para que ambos nos consumiéramos en nuestro propio mundo, uniéndonos en un beso prolongado.
El momento quedo congelado.
Y ahora, lo único que necesitaba el aire que respiro y necesitaba amarlo.