Calor, eso fue lo que hizo que Donghyun se despertase de su sueño, aunque la realidad resultó mucho más agradable, se encontraba acostado con ambos gemelos abrazándolo completamente dormidos.
Deslizó su mano derecha por debajo de la camisa del gemelo moreno y comenzó a palpar con las yemas de sus dedos su cintura, sintiendo como se le marcaban un poco las costillas, siguió subiendo hasta alcanzar un pequeño pezón, el cual rodeó y luego atrapo entre sus dedos. A continuación realizó el mismo proceso con su otra mano al otro gemelo, se sentía completamente excitado y moría por ver las reacciones de ambos cuando se lo hiciese, ver sus expresiones mientras gimen bajo su cuerpo, sin duda tenía planeado, bueno más bien lo planeó desde el momento en que vio cuan hermosos se veían durmiendo, el corromperlos.
Donghyun era un banquero con un alto prestigio en la ciudad, un hombre conocido por su nobleza, gentileza y buen corazón, pero tenía un secreto,algo que nadie sabía, y es que adoraba sublevar a aquellas personas que se revelaban ante él. Nunca antes nadie se le había revelado, puesto que ningún esclavo suele hacerlo, y no pensó al comprar a estos que lo hiciesen, pero la inocencia que desprendían sus ojos le era suficiente para saber que debían no solo ser suyos físicamente sino también emocionalmente, y no pararía hasta conseguirlo.
Dolor, eso fue lo que le alejó de sus pensamientos para ver como en su costado derecho se encontraba el puño de Kwangmin hincado.
DH: ¿Cómo te atreves a pegar a tu señor?
KM: no vuelvas a tocarme
DH: ¿eh? Mejor tú no vuelvas a darme órdenes- Levantó su mano para golpearle cuando fue detenido por el otro pequeño, que le miraba con enfado.Qué se habían creído estos mocosos, atreviéndose no solo a contestarle, sino a enfrentarle, quién les había “educado” de esta manera.
Con su mano izquierda alcanzó a agarrar las de Youngmin inmovilizándolas, mientras que con la derecha bloqueó las de Kwangmin, tras esto se levanto arrastrándolos a ambos fuera de la cama y haciendo que se arrodillasen en el suelo.
DH: Bien ahora decid “No volveremos a contestar y mucho menos tocar a nuestro amo sin su consentimiento”.
KM: volveremos a tocar y a contestar a nuestro..JÁ...comprador siempre que creamos necesario.
DH: Bien con que esas tenemos, en fin no quería ser duro con vosotros pero no me queda de otra.
Ató a Kwangmin a la pata de la cama y cogió a Youngmin atándolo a una silla frente a su hermano. Posicionó una vela justo encima de su hombro. A medida que pasó unos segundos comenzaron a caer goterones de cera en su cuerpo.
YM: AAAAH...d..due..le..pa...ra.....YA- las lagrimas comenzaron a salir de sus ojos deslizándose por sus mejillas.
KM: PARA!!..YA, si quieres herir a alguien que sea a mi, maldito bastardo.
DH: Veo que seguiis igual de insolentes, bien si quiero herir, heriré a los dos.
Los goterones seguían cayendo, Kwangmin se revolvía intentando inútilmente zafarse de sus agarres, comenzó a llorar ,no podía soportar escuchar los gritos de dolor de su hermano al mismo tiempo que le miraba asustado y suplicante, por qué ese hombre no le hería a él.
YM: Y...a.....No...volveré a contestar y mucho menos tocar a mi amo sin su consentimiento.
Una sonrisa se marcó en el rostro de Donghyun quien retiró la vela, apagándola y guardándola en la cajón de la mesita, “buen chico” fue su respuesta ante las palabras de su pequeño, besó su mejilla y limpió con sus dedos las lágrimas.
DH: Solo faltas tú pequeño.
KM: No..NO...no diré eso, y menos después de que hayas herido de esa manera a mi hermano.
DH: Bien, te quedarás aquí atado entonces.
Horas pasaron y nadie entró a esa habitación, el gemelo se encontraba solo sin saber que hacer para soltarse, sus muñecas estaban ensangrentadas de sus intentos en vano de liberarse, al principio grito un sinfin de insultos pero termino cansándose viendo que nadie acudía. No tenía miedo de estar allí, no le importaba el no haber comido en todo el día, pero el solo pensar que su hermano estaba a solas con ese monstruo depravado hacía que le hirviese la sangre. Lloraba desesperado suplicándole al cielo que ese hombre no se atreviese a tocarlo. Estaba tan concentrado pensando en lo que estaría haciendo que no se percató de que la puerta se había abierto.
DH: ¿Por qué lloras?
KM: ¿y mi hermano?
DH: No volverás a verlo
KM: ¿QUÉ?..¿qu...é....le..has hecho?
DH: shh..tranquilo, mi amigo estaba interesado en comprar un esclavo y decidí venderlo, estará bien.
KM: ¿QUÉ? NO NO NO NO NO NO- seguía repitiendo eso, mientras cerraba sus ojos y lloraba cada vez más fuerte, si eso era cierto y no volvería a ver a su hermano, no tenía ningún motivo para seguir viviendo, él lo era todo, era el por qué de su sonrisa cada día a pesar de la vida que les había tocado vivir, era la razón por la que luchar, por la que creer, era la persona a la que amaba.
Ante esta reacción, el mayor se aproximo hasta él, agachándose, para poder mirarlo fijamente.
DH: Estará bien, así que tranquilízate.
KM: Máta...me
DH:¿Qué?
KM: M..M....mi amo, por favor, matéme no quiero vivir sin poder volver a ver a mi hermano, nunca he tenido unos padres, ni dinero, ni libertad, no he tenido nada en esta vida más que mi hermano que me haga despertar con una ilusión por vivir, un motivo por el que seguir adelante, si ya no lo tengo a él..-las lágrimas impidieron que pudiese seguir hablando.
DH: Esperaba que dijeses que no pararías hasta que volvieses a su lado.
KM: Es imposible para un esclavo huir, mucho menos dos.
DH: Jajaja, tienes razón, no puedes huir, vivirás aquí conmigo para siempre pero tranquilo, también vivirás junto a tu hermano.
Desato sus manos, pero al ver que no reaccionaba y seguía llorando, decidió abrazarlo acariciando su cabeza, “tranquilízate, tu hermano está en la ducha y no lo toqué” le susurro.
“G..gracias..mi señor” fue lo que alcanzó a escuchar antes de que Kwangmin se quedara dormido en sus brazos.