Problemas de la nueva era
Era temprano por la mañana, Yuki Eiri, el famoso escritor de novelas románticas de Japón y pareja del alocado vocalista de Bad Luck comenzaba su día como de costumbre, algo perezoso se había levantado de la cama escuchando el sonido de la licuadora, seguramente Shuichi debía estar preparando algún extraño batido nutritivo para Riku. Desde que ahora Riku vivía bajo su techo Yuki había comenzado a notar ciertos cambios en Shuichi, se había hecho algo más "responsable".
No consideraba que fuera en un principio una buena idea tener al mocoso en casa por las razones de que terminaría siendo él quien cargara con la responsabilidad, tal y como pasó los primeros meses donde tuvo que cuidar del pequeño a causa de los compromisos en la vida profesional de Shuichi, él se había dicho que no iba a ser la puta niñera del niño. Con el tiempo ya Shuichi había tomado el rumbo, había aprendido a cocinar, dígase tostar pan en la tostadora y freír un huevo sin quemarse. Al pequeño Riku no pareció importarle mucho al principio soportar los intentos fallidos de su "madre", la verdad que ni él se esperaba que Shuichi tuviera la voluntad para cocinar algo, aunque aun se cuidaba y tenía que ser el quien cocinara el almuerzo sino quería terminar en el hospital haciéndose un lavado.
No sabía si comparar a Shuichi con Mika en lo que rol de madre respectaba pero tampoco que Shuichi lo estuviera haciendo mal, al menos vigilaba que hiciera sus tareas aunque no entendiera mucho de ello y Yuki tuviera que rectificar que las sumas del niño estuvieran bien, parecía que Shuichi se comenzaba a reeducar aunque no podía evitar burlarse al decirle algo que debía saber desde el jardín de niños.
Esa mañana Shuichi había estado más callado que de costumbre, entró a la cocina encontrando a Riku comiendo en silencio, Shuichi le había saludado casi de manera ausente que el mismo se sorprendió, fue a la nevera por una lata de cerveza y ni eso hizo saltar a Shuichi de la silla para morderle el brazo como perro rabioso, ya que siempre se quejaba de que tomara desde temprano. Se fijó que Shuichi estaba muy enfocado en su tableta, leyendo, lo supo por la cantidad de letras en la pantalla y peor, ¡era el periódico!¿qué hacía Shuichi leyendo un portal de noticias?. Alzó una ceja. Esto debía ser señal del apocalipsis inminente. Yuki volteo a ver por la ventana al menos el cielo estaba despejado y no veia señal de los jinetes del apocalipsis, aún.
Decidió impedir que el fin de la humanidad llegara y posó la lata fría en la nuca de Shuichi quien de inmediato se sobresaltó.
- ¡¡Yuki!! - bien, había sacado a Shuichi de su trance y la humanidad estaba a salvo.
- ¿Desde cuándo lees el portal de noticias?
- Desde que sé que tengo que estar informado del mundo Yuki, ahora Riku va a la escuela y necesito saber cosas de actualidad para cuando me pregunte cualquier cosa - Yuki se quedó con la boca abierta.
- ¿Qué carajos? - Yuki miró al mocoso que hacia oídos sordos a la escena y estaba concentrado en terminar el desayuno. Yuki rodó su ojos volcando su atención en el artículo que Shuichi leía, sabía que era demasiado bueno para ser verdad.
"Whatsapp ha causado la ruptura de 28 millones de parejas"
- Sí, estoy seguro que Riku tendrá dudas sobre el Whatsapp.
- ¡Yuki! esto es serio, mira cuantas parejas ha destruido.
El rubio se encogió de hombros.
- ¿A mí qué?
- Tu nunca respondes mis mensajes.
- Siempre mandas cadenas idiotas, ¿qué quieres que responda a eso? No es como que eso sea asunto de vida o muerte.
- ¡Eiri! - bien, Shuichi se había enojado.
- Mejor lleva al mocoso a la escuela - Shuichi refunfuñó algo y tomó el plato lleno de migajas que Riku había dejado y lo dejó en el fregadero. Riku fue a lavarse rápidamente los dientes y se despidió de él. Yuki solo alzó la mano como si fuera un gesto de despedida y Shuichi se abstuvo de darle un beso como de costumbre.
K había llegado y se había llevado a los dos mocosos.
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- ¿Por eso te has peleado en la mañana con Yuki-san? - Hiro trataba de no reír, ya había escuchado a lo largo de su relación suficientes causas ridículas por las cuales la pareja de oro peleaban, si los medios supieran cada tontería que hacían esos dos.
- ¡Hiro!
- Shuichi sabes que eso es una tontería.
- Ayaka siempre te responde y no te deja en visto - chilló y Hiroshi rodó sus ojos, si su relación con Ayaka pasaba por un buen momento, ya consideraba el hecho de casarse, incluso ella había estado entusiasmada con la idea de Yuki y Shuichi ahora tenían un "hijo”, era increíble para el cómo avanzado su relación.
- Quizás Yuki-san está ocupado con su trabajo - Shuichi le dirigió una mirada asesina.
- Yuki ahora es un mantenido - Hiro recordó los términos a los que habían llegado para que Riku conviviera con ellos, aunque no creía que Yuki Eiri fue a tornarse en un mantenido por completo - Duerme hasta tarde y solo a veces cocina, pero deja la casa limpia y de vez en cuando cambia la decoración.
- Shuichi sabes que cada vez que hablas de eso la imagen mental que tengo de Yuki-san se desdibuja un poco. Pero allí tienes, ahora se ocupa de los deberes del hogar.
- Tienes razón, pero... eso no le da derecho a no responderme, se que ni siquiera hace el intento de hacerlo - comenzó a moquear mientras sostenía su tableta.
El sonido de una notificación llamó su atención un momento.
Era de Yuki.
Shuichi torció la boca, sin leer realmente el contenido del mensaje.
- ¿Era de Yuki-san?
- No importa. Le daré un poco de su propia medicina.
Suguru sacó a ambos de su conversación llamándolos para ensayar, tendrían pronto el lanzamiento de su nuevo disco y habían detalles que afinar.
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Yuki miró la pantalla de su celular, el mocoso se había tomado demasiado tiempo para responder, más bien no le estaba respondiendo nada, ¡¿el muy idiota se creía que podía dejarle en visto, ¡¿como si nada?! Las malditas rayas azules lo delataban.
Patrañas, no podía enojarse por una idiotez como esa.
Estas nueva era tecnológica solo traía nuevas enfermedades y extrañas adicciones, como había sido ese maldito candy crush que le había dejado tendido todo un día en el sofá ordenando dulces.
Encendió la televisión, solo noticias que en realidad no le importaba, comenzó a cambiar de canal hasta que cayó en un reallity de esos donde la gente iba a ventilar sus problemas familiares, decidió dejarlo, quizás con un poco de suerte tendría algo de diversión, dígase una pelea sobreactuada donde hasta se rompían las sillas sobre la cabeza.
La historia era lo típico, hombre engañando a su mujer, ella lloraba, el solo decía que ella exageraba, entonces ella sacó el maldito tema.
- Entonces ¿por qué nunca respondes mi mensajes? se que los vez y no me contestas, eso es porque estás con la otra.
- Trato de responderte pero no hay buena recepción en el trabajo.
- Siempre dices eso, pero he estado allí y todo funciona bien.
- A veces se me descarga el teléfono.
El hombre no dejaba de ir subiendo el nivel de su excusas para tratar de ser creíble, el publico lo abucheaba y entonces entró la amante y le hecatombe se desató.
- Qué basura - murmuró el rubio cambiando de canal. El si no le respondía a Shuichi era porque no consideraba perder su tiempo respondiendo cadenas idiotas, solo respondía a cosas importantes, no veía el problema de que se enojara, ahora él le había enviado una odiosa cadena y el mocoso ni había respondido.
Claro que eso no sería propio de Shuichi. Shuichi sería capaz de responderle hasta un mensaje en blanco. Debía ser cosas del trabajo que ni había visto su mensaje, ¡mentira! ahí estaba la hora que indicaba que el mocoso había visto su mensaje.
Quizás estaba paranoico.
- Para este importante evento tenemos confirmada la presencia de Shuichi Shindou y Sakuma Ryuichi, esto ha enloquecido a los fans, Takeda.
- Si, ambos son un dueto explosivo en el escenario.
Había dejado un maldito canal de farándula, solo hablaban de Shuichi y ese retrasado.
Maldita sea, no podía evitar notar que no figuraba en los comentarios, ¡el mocoso estaba casado y con hijos! ¡malditos reporteros amarillistas!
Si, de alguna manera eran ahora una familia, el imbécil del conejo rosado no tenía nada que hacer en su vida, solo eran cosas de la vida profesional de Shuichi.
Aunque no podía evitar recordar que como Shuichi le decía que ya olvidara lo que había sucedido aquel día en la azotea.
Pero el los había visto, Shuichi ni había hecho el intento de separarse de él, sus manos más bien se aferraban a su horrible traje de conejo rosa.
Necesitaba un cigarrillo.
Se suponía que esa etapa estaba superada, el loco del conejo debía saber su lugar ahora, que no tenia oportunidad.
Ahora que lo pensaba el mocoso hablaba mucho en su tiempo libre con ese sujeto como si nada.
- Takeda no crees que algo podría pasar entre ambos, esta cercanía suya podría arrojar cierto malestar en la relación con Yuki Eiri a quien poco se lo ha visto en escena, últimamente está muy retirado de los medios.
¿Por qué no se callaban de una puta vez?
¿Acaso insinuaba que estaba muriendo en los medios?
Buscó en su teléfono el top de ventas de libros de su editorial, su ultima publicación estaba en el puesto 20 después de ser reemplazado gradualmente por algunas nuevas publicaciones.
Incluso todos hablaban de esa cosa llamada "Las sombras de Grey" o como se llamara, incluso Twilight tenía más ventas que el.
Dio una buena calada a su cigarrillo e hizo una llamada.
- ¿Crees que haya sido suficiente? quizás al bastardo ni le importó que no le respondiera!
- Pues, tratándose de Yuki-san quizás sea así.
- Shindou, esas cosas son niñerías, Yuki-san es una persona madura e inteligente no creo que caiga en un juego como ese, esas parejas que rompen por cosas como esa es porque no tienen confianza el uno en el otro - explicó Suguru.
- Creo que tiene razón.
- Uhmm, quizás...
- Yuki-san creo que solo responde cuando es algo importante.
- Esto era importante.
- Shuichi - dijo Hiro en tono de reproche y este asintió.
- Tienes razón, creo que he sido algo inmaduro - Hiro rodó los ojos y solo le acarició la cabeza amablemente.
Shuichi llegó al apartamento, vio los zapatos de Riku y supo que Yuki había ido por él, fue recibido por un abrazo del pequeño que dejó sus deberes un momento.
No vio a Yuki en la sala o la cocina como de costumbre, revisó la habitación y nada.
- Riku, ¿y Yuki?
- Papi esta allí, en su estudio - señaló la puerta que en un buen tiempo no había sido abierta.
Shuichi se sorprendió un poco y fue hasta allá, quizás Yuki estaba enojado y no quería verle, tocó suavemente y no recibió respuesta, así que decidió entrar.
- ¿Yuki?
- Ah, ya llegaste. - Shuichi notó que Yuki dejó de teclear algo.
- ¿Qué hacías?
- Trabajo.
- ¿Eh? - eso le desconcertó un poco.
- Solo tomaba un descanso - le dijo sin despegar la vista de la pantalla releyendo las ultimas líneas.
- ¿Eh?
- Era solo mientras te acostumbrabas a cuidar del mocoso.
- Oh - entonces Yuki no se había dedicado a ser un vago sin oficio - Esto sobre lo de esta mañana...
- Olvídalo.
- Claro que no, es que yo... lo siento - se disculpó viendo hacia todos lados algo nervioso. Shuichi parecía apenado de su comportamiento – Tu mensaje fue algo muy lindo, yo lamento no haberte respondido. Hiro dice que debería confiar más en ti.
- Shuichi - le habló calmadamente – Te aceptaré tus disculpas solo si…
- ¿Solo si?
- Solo si aceptas ser mi esclavo.
- ¡Yuki!
- ¿Qué? Es un pago justo.
- ¿Entonces si te enojaste? – preguntó Shuichi notando que Yuki pedía algo de peso cuando algo lograba molestarle de cierta manera.
- Hoy no te escapas mocoso.
Shuichi se tensó.
-El viernes hay reunión de representantes – le lanzó una bola de papel, Shuichi la abrió encontrando el comunicado –Riku dijo que si ibas fueras discreto.
- Yo soy discreto.
-Claro, por eso llamaron a los bomberos la última vez.
- ¡Yuki!
El viernes, día de la reunión de padres, los bomberos recibieron una llamada de la escuela primaria.
Y Obviamente la pareja de Oro del Japón estuvo en la portada de las noticias, reafirmando que su amor ardía como las llamas que envolvían el colegio de su hijo.