Capítulo 7 – ¿La verdad?
¿Ir a una fiesta? Sasuke lo tenía que pensar por unos minutos, él no era el señor personalidad abierta y mucho menos quería ser el centro de atención, ya tenía suficiente con ver que todas las chicas se le acercaban a hablarle como si nada cuando entraba a las discos. “Pues… hace mucho tiempo que no voy a una fiesta” pensó el pelinegro, mientras que Naruto esperaba ansioso su respuesta.
- Mmm… ¿de quien el la fiesta? ¿de un amigo tuyo? –preguntó el más serio y centrado de los dos.
- Pues… aún no lo conozco al fulano que está haciendo la fiesta, pero lo conoceré igualmente, vamos Sasuke, no importa si no lo conozco, solo vamos y hay que divertirnos.
- Pero… no estoy tan seguro… además si ni sabés quien es el que organiza la fiesta.
- Eres un Teme, si a la gran mayoria de las fiestas que voy no conozco a casi nadie, y al final termino conociendolos a todos los que fueron… claro que nunca me acuerdo de sus nombre, pero que importa –sonrió confiado el rubio.
- Es que… ese no es mi estilo.
- Vamos, no tienes que ser tan timido, yo estaré contigo –le tomó de la mano, algo así como algo romántico.
El Uchiha estaba un poco dudoso, apenas se había reencontrado con Naruto y ahora el rubio quería ir a una fiesta… “en esas cosas pueden pasar de todo y… si Naruto me besa…” se decía a sí mismo en sus pensamientos, luego volteó a ver a Naruto, le gustaba esa sonrisa pícara y ese bonito brillo en sus ojos azules. No le molestaba la idea de besarse con Naruto, pero el azabache quería algo realmente especial, para alguien que por fuera pareciera no importarle casi nada y menos aún algo que tenga que ver con amor y cosas cursis… por alguna razón en especial, a Sasuke solo le importaba ser “especial” con Naruto.
- Ya lo tengo… Naruto, no quiero acompañarte a la fiesta de hoy –le respondió sin bajar la voz.
- ¿Qué? Bueno… yo quería estar contigo toda la noche…
- Pero… -interumpió el azabache- para la próxima fiesta que haya, iré contigo.
- ¿Me lo prometes?
- Bueno… no me queda de otra.
- ¡Está bien! –El rubio estaba contento ahora- Creo que no eres tan Teme después de todo.
- Y tú eres un Dobe, no sirve de nada de lo nieges.
- ¡Claro que no! No me llames a… -Naruto no pudo continuar hablando porque Sasuke le metió su tenedor con comida en la boca.
- No hables con la boca llena, ahora termina tu desayuno.
El chico con tres marquitas en cada mejilla sonrió mientras masticaba, no habían pasado ni 24 horas y Sasuke ya parecía su novio, estaba satisfecho con sus tácticas, al parecer hasta el frio Sasuke Uchiha podía caer ante sus sutíles coqueteos y lo mejor de todo… que Sasuke era uno de los chicos más hermosos que el rubio ha conocido, sería to do un privilegio estar con el lindo Sasuke, tocar su esculpido cuerpo, sentir su aterciopelada piel y besar esos dulces labios. Naruto no recordaba muy bien como sabían los besos de Sasuke, había besado ya a tantas personas diferentes que lo había olvidado, pero ciertamente Naruto quería volver a probar esos labios, antes eran besos infantiles, ahora que Sasuke había crecido quería sentir como serían los besos del azabache grandesito.
- ¿Qué tanto me miras Naruto? –preguntó el de ojos oscuros- te quedaste como hipnotizado o algo así.
- Pues… jaja, no es nada, solo que recordé algo.
- ¿Algo importante? –Sasuke tomó su vaso de jugo y empezó a beberlo.
- Bueno… yo creo que sí, me acordé de cuando nos besabamos cuando eramos niños.
El Uchiha casi escupe el jugo de naranja que estaba tomando, no pensó escuchar esas palabras que Naruto, ¿sería acaso que para Naruto sí era importante su relación cuando niños? La verdad era que Sasuke ya se había llevado una decepción hace casi nada, pero que ahora Naruto le mencionara ese tema de pronto, era una sorpresa, una linda sorpresa por decirlo así.
- ¿ Y tú te acuerdas de cuando nos besabamos? –preguntó el rubio.
- Yo… claro que sí, eran tiempos bastante lindos… -Sasuke empezaba a sonrojarse, algo que hasta ahora solo le pasaba con Naruto.
- ¿Sabes? A mí… me encantaría volver a sentir…
- …
- Me encantaría volver a sentir tus labios alguna vez.
- T-Tengo que ir al baño –se puso de pie de inmediato- Yo… ya regreso.
Esa fue la reacción más inesperada que Naruto y Sasuke podían creer, ni el mismo pelinegro que ya estaba encerrado en el baño se lo creia, Sasuke Uchiha nunca huia de nada ni de nadie. “¿Qué mierda me pasó? Solo… me sentí muy raro y… y ahora estoy aquí, paresco un idiota” pensaba el Uchiha apoyando su espalda en la puerta del baño, al escuchar las palabras de Naruto al parecer se había… ¿emocionado? ¿esa era la palabra correcta? Todo era un mar de sentimientos encontrados. Sasuke activó la función de agua en el lavabo, se mojó la cara para refrescarse… luego de pensar por un momento se secó la cara y las manos con una toalla de papel y se miró al espejo. “No, yo no soy así, no puedo estar como un niño asustadizo, nunca lo he sido y no empezaré ahora, no importa lo extraño que me pueda hacer sentir ese Dobe” se dijo para sí mismo, tomó mucho aire y suspiró. Ya con su orgullo renovado abrió la puerta del baño y regresó a la cocina.
- ¿Mmm? ¿Ya estás mejor? –preguntó Naruto mientras recogía la mesa.
- Claro que sí Dobe.
- Bueno Teme, jeje.
- Puedes recoger mis platos también, ya terminé de desayunar –pronunció Sasuke con una voz más seria.
- Esta bien… -Naruto dejó todos los platos en el lavaplatos- oye Sasuke… ¿Y a ti te gusta alguien?
- Claro que no, siempre he sido como un lobo solitario.
- No eras así cuando teníamos 10, jeje.
- Pues… esa fue una exepción.
¿Sasuke se haría de rogar de nuevo? Pues eso se estaba poniendo más interesante para Naruto, con una picara sonrisa salió de la cocina y se sentó en el sofá, Sasuke no se demoró mucho en seguirlo al living, antes de de Sasuke se sentara al lado del chico de ojos azules, Naruto sacó una cajita con cigarrillos, tomó uno de ellos y al ponerlo en contacto con sus labios el cigarrillo se encendió. El azabache se sorprendió un poco, no estaba acostumbrado a estar cerca de los cigarrillos, en realidad, nunca le había dado curiosidad fumar.
- No sabía que fumabas.
- A veces lo hago –dijo luego de exalar el humo- ¿quieres uno?
- No gracias, esas cosas no me gustan.
- Sabes que hace muchos años que ya no tienen nicotina.
- Lo sé, pero aún le hace daño a los pulmones y pues… mi cuerpo es un templo.
- Awww, que lindo suena eso –el rubio volvió a suplar humo blanco.
- Ehhh… no me gusta el olor de esa cosa –se quejó Sasuke.
- Ya está bien niñito, solo dejame terminar este.
Sasuke se levantó del sofá, le incomodaba que Naruto fumara, a parte del humo, lo que en realidad le preocupaba era la salud de Naruto, se preocupaba por él y no quería verlo actuar tan despreocupadamente. “Mejor me voy a organizar mis cuadros” pensó mientras empezaba a caminar hacia su habitación.
- Hey espera, no es para que te vayas –Naruto se puso de pie para ir tras el azabache.
- Solo ire a mi habitación.
- Si no te gusta puedo apagar el cigarro… ¿ves?
- Gracias… pero solo me estoy yendo para acomodar bien mis cosas, poner mis cuadros en el lugar corespondiente y esas cosas.
- ¿Ya tienes cuadros? ¿Puedo verlos?
- Si tú quieres…
El chico de cabellos negros entró en su habitación y se puso a revisar sus maletas, pensó que Naruto entraría también pero al parecer se había ido a otra parte del departamento, sacó algunos de sus cuadros, más que nada los que aún le faltaban terminar, los desdobló y los aderió a las paredes, sería ahora su habitación su lugar de trabajo. “Waaaoh… son pinturas muy bonitas, es casi increible que tú hicieras todo eso” dijo Naruto entrando a la habitación con el señor Ramen en sus brazos, a Sasuke no pareció molestarle el comentario de Naruto y se puso a explicarle sus cuadros, que más que nada eran cosas reales pintadas como si fueran una fotografía, aunque algunos cuadros sí tenían algo más de fantasía. Al azabache le gustaba ver a Naruto cargando a ese zorrito de felpa, lo hacia sentirse tranquilo, como sí ver a Naruto de esa forma más infaltil le diera algo de paz.
“Creo que te gusta mostrarme tus cuadros, porque hasta me estás sonriendo” le dijo Naruto mirando a los ojos al pelinegro, este no dijo nada e hiso como si no pasara nada, en eso sintió la mano de Naruto tocar la suya… “¿Qué rayos? Ni que fueramos un par de niños para hacer esto, pero… que bah, supongo que… está bien” pensó mientras dejaba que Naruto lo tomara de la mano.
Ese día pasó totalmente normal, Sasuke pudo avanzar uno de sus cuadros mientras Naruto dormía una siesta antes de almorzar, hubo un momento en que Sasuke se asomó por la puerta de la habitación del ojiazul solo para verlo dormir, se quedó mirandolo por algunos minutos, Naruto dormía sonriendo, seguro soñaba con algo que le gustaba, mientras abrazaba al señor Ramen. Sasuke sintió como sus mejillas se ponian calientes, esos sentimientos volvian a florecer cada vez más y él se daba cuenta de eso, el azabache regresó a terminar su trabajo dejando dormir al rubio.
Luego en el almuerzo volvieron a comer ramen, lamentablemente para el azabache eso era practicamente todo lo que Naruto comía día a día y por la forma en la que lo comía con tanto gusto se notaba que no se cansaba de comer solo ese platillo instantaneo. Al terminar de almorzar se quedaron viendo una pelicula en el living, lo más gracioso es que cada uno con sus muñecos de felpa en sus manos, Naruto con su zorrito y Sasuke con Dino Daki.
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“Ding Dong, Ding Dong” se podía escuchar un sonido que despertaba al de cabellos negros. Este se levantó observando que todo estaba oscuro, escuchó una pequeña respiración a su lado, al parecer se había quedado dormido en el sofá con Naruto. El timbre del departamento seguía sonando, así que Sasuke se levantó mientras bostezaba y encendió la luz, viendo a Naruto profundamente dormido. “Como es que se mantiene tan en forma si solo come y duerme en todo el día” pensó aún con algo de sueño, fue hasta la puerta y al estar frente a ella esta se hiso invisible para Sasuke, dejando ver quien estaba al otro lado. Sasuke se estiró un poco y abrió la puerta.
- Hola ¿Qué haces aqui?
- Hola… vine a recoger a Naruto y como siempre seguro que no está listo –dijo Gaara que ya estaba vestido con ropa de fiesta.
- Está en el sofá, nos quedamos dormidos.
- Nah… eso es algo de todos los días, con tu permiso, iré a despertarlo.
- Como quieras…
Gaara se acercó hasta donde estaba Naruto y se lanzó sobre él para despertarlo “Naruto Uzumaki, despiertate de una vez, ni siquiera te has cambiado para ir a la fiesta y ya estamos tarde” Naruto se despertó de inmediato y luego de que Gaara se quitara de encima de él se puso de pie.
- Hey Gaara ¿Qué hora es?
- Ya van a ser las 10, chico dormilón –les respondió el pelirrojo.
- ¿Qué? Que increible, hasta nos saltamos la hora de la cena –dijo Sasuke.
- ¡Ve a darte una ducha-laser y a cambiarte Naruto!
- Ahhh ¡Sí, claro! –Naruto salió corriendo hacia el baño.
- Ese chico siempre será el mismo, jaja.
- Entonces vas a acompañarlo ¿verdad Gaara? –preguntó el azabache con voz algo seria.
- Claro que sí… ¿tú no iras Sasuke?
- No… para la próxima seguro que sí… cuidalo por mí.
- Sí… él estará en buenas manos.
Ambos chicos de piel muy clara esperaron a que Naruto terminara de alistarse, sentados en el sofá sin hablar casi de nada, o ambos eran muy serios o era otra cosa por la que no se querían hablar. Mientras Sasuke pensaba que iría a cenar en algún restaurant de por ahí. Cuando Naruto ya salió listo y vestido, a Sasuke le llamó la atención mucho la ropa de Naruto… lo hacían ver muy… sexy.
Los tres salieron del departamento, Gaara se ofeció llevar a Sasuke también en su auto a un restaurant de paso que iba con Naruto a la fiesta, los tres fueron hasta el estacionamiento del condominio y subieron al auto del pelirrojo, que en realidad era uno de los más modernos, un modelo recientemente fabricado. Naruto se sentó en el asiento de co-piloto y Sasuke tuvo que sentarse atrás. El viaje en auto fue callado por parte del azabache y el pelirrojo, él que sí hablaba bastante era obviamente Naruto. Cuando llegaron a un restaurant lo dejarón ahí a Sasuke.
- Gaara, no tomes mucho porque tienes que conducir, espero que no llegen muy tarde.
- Ja, no te preocupes Sasuke, llevaré al pequeño Naruto sano y salvo a casa.
- ¡Adios Sasuke-teme! Nos veremos más tarde –se despidió Naruto mientras el auto empezaba a levitar para arrancar.
Las horas pasaron, Sasuke después de cenar solo subió a un taxi para que lo regresara a su departamento, ya eran más de las 11 de la noche, ahora estaba solo en su nuevo hogar, no tenía nada que hacer así que empezó a hacer ejercicio, tenía un equipo completo para ejercitarse, a él le gustaba mucho la salud de su cuerpo y estar en forma, no era ningún fisico-culturista y tampoco quería serlo, solo quería estar sano y si eso te da un cuerpo con bonitos musculos pues es mucho mejor. Después de estar casi dos horas entrenando terminó con su cuerpo algo mojado por el sudor, así que decidió darse una ducha rápida con agua, era más caro que ducharse con laser, pero a él no le importaba, era mejor refrescarse bien.
Luego de su entrenamiento y de la ducha fue hasta su habitación y solo se puso un boxer y un pantalón muy delgado, se recostó en la cama pero aún con las luces encendidas, “Daki, proyecta en el techo de la habitación el libro que estoy leyendo, en el capítulo 8 por favor” le indicó a su fiel compañera que estaba en su mesita de noche, al parecer el azabache leería hasta que se quedara dormido.
Unos ruidos… una risa conocida… voces de dos chicos… Sasuke empezó a despertarse de nuevo, la luz de su habitación estaba encendida y podía escuchar la voz de… ¿ya habían llegado? Miró la hora en un relój, eran ya las 5 am. Sasuke salió camiando hasta el living, donde ya podía reconocer a la perfección las voces de Naruto y Gaara en la oscuridad.
- Chicos, enciendan la luz…
- Oh, ese es Sasuke… hola, jejeje –dijo Naruto con una forma de hablar algo… interesante.
- Ya Naruto tranquilo, Sasuke enciende la luz por favor –escuchó de la voz de Gaara.
Sasuke encendió las luces del living viendo como Gaara sentaba a Naruto en el sofá y este estaba con las mejillas ardiendo de lo rojas que estaban y con una sonrisa de bobo.
- Como verás… se pasó mucho de copas.
- Claro que no Gaara, yo… hip, estoy bien, hip.
- Si hasta tienes hipo Naruto –dijo Sasuke- ahora tendrás que irte a dormir… ¿él vomitó?
- No, el casi no vomita cuando se pasa de copas, no creo que lo haga ahora, solo llevaló a su cama y dormirá como un bebé.
- Supongo que me ayudarás ¿verdad pelirrojo?
- Ja, claro que no, ahora tú eres quien se encangará de él, yo ya me retiro, nos vemos otro día.
Sin más que decir, el pelirrojo de ojos verdes se marchó del departamento, dejando solo a Sasuke con Naruto riendose como niño pequeño en el sofá. Al menos lo único que tenía que hacer era llevarlo hasta su cama, no sonaba tan dificil. Sasuke tomó en brazos a Naruto, pesaba un poco, pero no demaciado, ahora solo lo tendría que cargar. “Pero Sasuke no tengo sueño… quiero estar toda la noche contigo” decía en una forma muy graciosa. “Nada de eso Dobe, hasta hueles a cerveza” se quejó mientras entraba a la habitación del rubio, lo dejó en su cama, pensó que estaba bien si dormía con esa ropa. Sasuke ya estaba por salir de la habitación pero la voz de Naruto lo detubo.
- Sasuke no te vayas… me gustas, todavía me gustas mucho…
- Ehhh… Estás borracho, no sabes de lo que hablas Dobe.
- Claro que sí… y cuando nos separamos yo me puse muy triste, no creas que de verdad te olvidé así de rápido como te dije.
- ¿Ah? –Sasuke volteó y se acercó más a Naruto.
- Por varios meses solo pensaba en ti Sasuke, claro que estaba enamorado de ti… luego cuando entramos a secundaria me empezaron a invitar a las fiestas y yo no quería ir…
- ¿Y qué paso?
- Jaja, no… eso te lo cuento otro día… quedate a dormir conmigo hoy.
- Pero… -Sasuke estaba dudando, ¿Cuál era la verdad?
- Sasuke tengo frio… ven y abrazame… te quiero mucho.
El azabache escuchó con claridad las palabras de Naruto, sabía que el rubio estaba ebrio, pero seguramente le decía la verdad… Sasuke se sentó a un lado de Naruto y le acarició la cabeza con su mano. “Creo… que me quedaré aquí hasta que te duermas… Dobe” le dijo haciendo sonreir a Naruto, quien lo abazó por la cintura. Pero la pregunta en la cabeza de Sasuke era… si Naruto no le había dicho la verdad… ¿Entonces cual era?