Carta de JeongMin / Pov JeongMin
Estoy frente a un espejo, mirándome, mirando que ya no te gusta de mi, me he maquillado sólo para ti, dices que soy un ridículo, un niño caprichudo. Anteriormente me consentias en todo hasta en la boda más cara ¿hay alguien más? Ya no hay palabras de amor hacía mi ¿acaso ya no te gusto? ¿Necesito más maquillaje? Descarto la idea que tengas un/una amante siempre eres puntual y te vas puntual a tu trabajo, eres más frío, más hiriente yo sólo quiero complacerte en todo.
Ayer me arreglé para ti, me combine con los colores que te gustan, preparé una cena romántica sólo para los dos, al escuchar tu llegada, te recibí pero me dolió cuando no me dijiste un cumplido, me viste y subiste a la habitación, tiré todo a la basura y fregue los trastes que use. HyunSeong ¿qué estoy haciendo mal?
Rayé el espejo con un lápiz labial lo rompí de un puñetazo, una vez hecho en mil pedacitos tomé 3 pedazos los puse entre mis dedos y rasgue mi piel también mis venas, caí desmayado después de un tiempo.
Desperté en un hospital con las muñecas vendadas y te encontre durmiendo en una silla tan cerca de mi, me viste y me abrazaste lastimándome un poco llorando diciéndome miles de cosas hermosas, acariciaste mi mejilla. Me agrada saber que has vuelto a ser el HyunSeong de quién me enamoré.
Carta de HyunSeong / Pov HyunSeong
Soy un Idiota, al verte de esa manera en esta camilla con las manos vendadas siento que me odio, jamás debí tratarte así, tu mirada no era la misma, se ve apagada sin embargo sigues sonriéndome y mostrándome tu cariño. Al entrar a nuestra habitación y encontrarte así supe que era un estúpido e inmediatamente te lleve al hospital. No me lo perdonaría si te pasará algo por mis tonterías.
—¡Jeong! —lo abracé lastimándolo un poco —Si te mueres yo me muero contigo —lo llené de besos.
—Tranquilo, estoy bien —lo débil que estabas me demostraba que no era cierto, perdiste mucha sangre.
—Perdóname —escondiste tu rostro en mi cuello, la palidez de tu rostro me hacía sentir mal.
Si hubieras muerto, yo me encargaría de que no hubiera más sangre que bombardeará mi corazón. Lo único que tengo eres tú, volvimos a casa el médico lo autorizó, con miedo te arreglabas para mi, pues temias ser ignorado otra vez por mi.
—¿Cómo me veo? —saliste del cuarto con timidez mientras tartamudeabas un poco.
—Excelente —dije cuando te le elevaba y daba vueltas seguidas.
—¿En serio? —asentí, te abracé con todas mis fuerzas.
Pero una pequeña personita nos interrumpió, un bebé de no más de 6 meses gateaba con un chupón en su boca jalando nuestros pantalones y pidiendo nuestros brazos. Ese era el bebé que adoptamos.
—Me alegra que seamos una familia feliz —dije mientras miraba al niño.
Es bueno saber que ha regresado el antiguo tú.