Capítulo 1. Don't get mad with me, Ryeo.
Nadie ha visto a Ryeowook enojado, nunca lo han visto así porque son contadas las veces que realmente ha tenido ese estado de humor. Los que en realidad lo han presenciado de esa manera, no sabrían decir si está enojado o decepcionado con las demás personas. Sungmin jura que lo que hace Ryeowook no es enojarse, no, lo que hace el menor es escabullirse dentro de sus emociones sin hablar, sin actuar, manteniéndose dentro de esa burbuja que poco a poco empieza a romper de adentro hacia afuera, sin las intenciones de dañar a los que lo rodean.
Ryeowook no explota, su rostro no se vuelve de un rojo pasión, él no cierra los puños, no grita, no reclama, no tira las cosas, si llora, nadie se da por enterado; no anda de un lado para otro, no está de mal humor, no finge estar bien porque en realidad él está bien, no gruñe, no patalea, no golpea. Él no hace eso porque él está enojado, solamente que no quiere que nadie se dé por enterado.
El pelirrojo suele ser una caja de sorpresas, y más lo piensa así Kyuhyun, quien desde hace año y medio viene siendo su novio. Kyuhyun jura y perjura que Ryeowook es tan lindo como para estar enojado, que su bebé, no es predecible, pero sabría cuándo es que está triste, fuese la razón que fuese.
Aunque, tarde o temprano, Ryeowook algún día tendría que explotar.
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Cuando Ryeowook se levantó por la mañana, notó que nadie a su lado se encontraba. Se rascó la nuca un tanto extrañado porque recuerda al castaño adentrarse en su cama ya entrada la noche.
A veces así era, desde que Kyuhyun había estado participando en varios musicales, ya casi no había tiempo para ellos dos, ahora sólo era Kyuhyun, Kyuhyun y Kyuhyun. Siempre veía andar al alto de un lado para otro. En los desayunos ya casi nunca estaba porque tenía que ir temprano a ensayar para terminar ya hasta en la noche cuando él se encontraba dormido y no podía sentir los brazos de su novio rodearle con delicadeza y decirle un te amo junto con un lo siento. Ya no era lo mismo desde que su novio tenía la agenda llena y él no participaba dentro de ella.
Suspiró cansado y negó con la cabeza. No, él no se iba a enojar por eso, sería tan infantil hacerlo, con pocas pruebas lo único que podría demostrar sería que la soledad del cuarto le inundaba de una manera insana y tan sólo buscaba un poco de la compañía de su novio, lo cual era cierto, pero comprendía que Kyuhyun era feliz haciendo musicales y, por ende, él también tenía que serlo.
Cuando salió de la cama, tomó un poco de ropa y se fue a la ducha sin escuchar los reclamos de Heechul hacia KangIn, al parecer esos dos se la vivían peleando y es por eso que sus gritos se habían vuelto una costumbre dentro del departamento. Sonrió al escuchar uno de los insultos del pelinegro, a veces era divertido poder mirar un poco. Entró al baño y dejó que el agua fría hiciera de las suyas.
No era tan malo que Kyuhyun se la pasase de musical en musical, a veces hasta le conseguía entradas gratis y así podía ver su desempeño.
Una vez que salió de la ducha, arreglado y más despejado, se dirigió al salón principal y observó a los demás mirarle con una sonrisa de buenos días, al parecer los mayores al fin habían dejado de pelear por el control remoto.
-¿Y Kyuhyun?-preguntó conociendo la respuesta de antemano, sonrió cuando los demás siguieron con su desayuno recalentado.
-El manager le dijo que tenía que estar temprano para ensayar.-le contestó Sungmin con la cuchara en la boca, que muy apenas se le entendió lo que dijo.
Él suspiró en silencio y tomó un asiento a lado del mayor más problemático, Heechul, y éste le miró extraño.-¿Pasa algo, hyung?-le preguntó a su mayor después de darse cuenta de su mirada.
-¿Estás enojado?-escuchó la pregunta y los demás le voltearon a ver esperando la respuesta ansiosos. Él entendía que los demás estuviesen deseosos por su reacción, pero no podía entender por qué tanto afán a saber si en realidad lo está o no.
-No.-contestó subiendo los hombros y siguió con su mirada en el plato y revolviendo la comida con los palillos, hoy no se le antojaba nada.-Lo siento si te preocupé, hyung.-dijo bajito y los demás volvieron a su almuerzo haciendo un ruido de fastidio. Ellos en realidad querían que la respuesta fuera afirmativa.
Ryeowook también escuchó el sonido por parte del pelinegro, pero lo dejó pasar. No podía mentirles diciendo que sí estaba enojado, cuando realmente lo único que sentía era abandono por parte de su pareja.
Fue el último en levantarse de la mesa, y cuando dejó el plato en el lavadero, recibió un mensaje por parte de Kyuhyun.
Sonrió al ver la pantalla y darse cuenta que el nombre del menor aparecía en ella, abrió la bandeja de entrada y leyó el texto sintiendo opresión.
De: KyuKyu
No llegaré temprano, a lo mucho hasta las 12 de la mañana estaré ahí :c Te diría que esperases despierto, pero tienes que descansar *~*
Te amo!-3-
Al parecer el suspirar se había vuelto una costumbre, porque después de leerlo, repitió la acción. Tampoco esperaba que Kyuhyun estuviera ahí a las 8 de la noche, pero bastante cerca estaba del deseo.
No podía sentirse solo porque no lo estaba. Los gritos de Heechul habían salido una buena compañía después de tanto tiempo pasar con ellos en la comodidad de la habitación. Muchas de las veces era más fácil convivir con ellos que estar solo en su cuarto pensando sabrá Dios en cuántas cosas.
Apenas eran las once de la mañana y el ambiente había llegado sólo a minuciosas conversaciones entre Sungmin y Shindong. Él está de acuerdo que meterse en esas conversaciones era como venderle el alma al diablo, no porque los mayores no quisieran compartir sus palabras, era más bien que Ryeowook no entendía muchas de esas conversaciones porque cabe recalcar que eran demasiado extrañas y random; algo a lo que no estaba acostumbrado. Así que muy a su pesar, se sentó en el sillón a lado del pelinegro negando con la cabeza mientras veía a los demás recoger un poco de espacio.
-Hubiera sido más interesante que aceptaras el estar enojado.-escuchó por parte de su mayor y le miró extraño.
-Pero no lo estoy.-negó con la cabeza mientras que el otro le miraba con los ojos entrecerrados.-Es en serio.-rectificó con la voz chiquita. Escuchó bufar al mayor y se estaba desesperando porque lo último que quería era que no creyeran en él.
Sin embargo, si lo pensaba bien (y lo veía de la forma en que los demás veían su situación), tenía sobras de razones para enojarse o sentirse olvidado. Kyuhyun casi nunca estaba y cuando está, se la pasaba jugando en su consola y con esfuerzo, Ryeowook tiene que llamarle la atención para que se fijase en él un poco.
Y los celos son otra cosa. Desde que había salido en aquél musical con Seohyun y que el menor haya dicho que se acercaba a su tipo de chica ideal y aparte haberla besado, era casi inaceptable para él. Pero no podía enojarse por eso, porque la misma noche que había ocurrido el beso, el menor le hizo saber que aquél roce no se acercaba ni al más pequeño beso de ellos dos. En cuanto a lo de la chica ideal, lo había dicho sólo por la publicidad para SNSD y Super Junior.
Eso había quedado aclarado, también había quedado en claro porqué el menor siempre estaba en musicales. Era más fácil olvidar los incidentes que quedarse con ellos carcomiéndole la conciencia.
-Hice que lo pensaras, ¿no?
-Heechul hyung, yo…
-Vamos, estás en todo tu derecho.
Después de levantarse del sillón aturdido por la conversación, se dirigió a su cuarto pensando en recogerlo un poco. No estaba demasiado sucio, unas cuantas prendas tiradas y una que otra envoltura de algún chocolate, pero no le hacía competencia a la habitación de Hyukjae.
Puso la ropa en el canasto donde suelen poner la ropa de todos. Llevó a la basura algunos papeles y terminando se echó a la cama. Ya para eso, era la 1 de la tarde. Ya que no había descansado muy bien en la noche por quedarse en vela esperando al castaño, quien llegó dos horas después; decidió que cerrar los ojos por un momento no estaría mal.
Sus pensamientos cesaron y la música de sus audífonos fue lo último que escuchó antes de perderse entre la obscuridad que sus párpados cerrados le ofrecían.
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Antes de estar completamente lúcido de lo que ocurría a su alrededor, sintió unos brazos alrededor suyo y no pudo evitar sonreír esperando que al abrir los ojos, estuviera aquella persona con la que había soñado momentos atrás.
-Duermes mucho a pesar de no tener nada en la agenda.-escuchó provenir de aquella voz tan dulce. A pesar de que Kyuhyun se le caracterizaba, a veces, de tener una voz neutra a la hora de hablar, él podía percibir cada sentimiento relatado con ese sonido proveniente del menor.
-Si lo dices por el cansancio, te aseguro que no tener nada en la agenda, es más cansado que estar de un lugar a otro.-contestó volteando su mirada para encontrarse con los ojos cafés de su novio. Notó pequeños semicírculos entre morado y rosa que adornaban debajo de éstos, ahí se veía el esfuerzo que Kyuhyun ponía en los musicales.-No has dormido nada.-su voz salió en forma de reclamo, un reclamo pequeño; acarició el rostro del castaño y le sonrió de forma desaprobatoria, no le gustaba ver de esa manera a Kyuhyun.
-No tienes por qué preocuparte.-sintió las caricias contrarias cerca de su cuello y se estremeció por el tacto tan delicado que Kyuhyun siempre tenía con él.
-No puedes pedirme eso, eres mi menor. Debo cuidarte.-aseguró con voz firme y dedicando una sonrisa a medias.
-Y tu novio.-recalcó el otro, haciéndolo estremecer por la palabra. Muy pocas veces Kyuhyun solía mencionar la palabra que los describía y cuando lo hacía, Ryeowook se sentía más pequeño porque sabía que el castaño reclamaba.
-Pero antes, eres mi menor, el único dentro del grupo. Pedirme que no te cuide es como pedirle a Heechul hyung que no pelee con KangIn hyung.-puso de ejemplo a los mayores para amenizar la situación.
Después de charlar un poco, se levantaron de la cama y fueron a la sala donde Sungmin seguía despierto viendo la televisión.
-Cuando piensas que Ryeowook no puede dormir más, sale con esto.-Ryeowook se avergonzó por las palabras de su mayor y se disculpó abiertamente.-La cena fue algo mediocre.-recalcó el rubio sentándose a su lado.
-Muchos de aquí saben cocinar.-excusó su novio, haciéndolo sonreír porque se sentía de alguna manera defendido por tan sólo aquellas palabras.
-Una cosa es meter lo primero que te encuentres al horno, y otra muy diferente a saber cocinar.-recalcó Sungmin, levantando un dedo y volviéndose a centrar en el aparato electrónico.
-¿Quieres cenar?-la pregunta retumbó en la pequeña sala, sabía que Kyuhyun diría que no, pero no podía tan sólo irse al cuarto sin sentir esa culpa que le carcomía todas las noches.
Era muy habitual que entre los dos preparasen el desayuno, comida y cena, pero como el menor ya no se encontraba a su lado para hacerle compañía en la cocina (o en algún otro lugar), había dejado de atender poco a poco a los demás sintiendo que no lo podía hacer bien si su novio no estaba ahí para hacer más animadas las cosas.
Era injusto que Kyuhyun se la pasara todo el día fuera, ensayando todos los días lo mismo. No le hallaba caso que el castaño repitiera las mismas líneas una y otra vez, diciéndoselas a alguien más, siendo calificado por el personal de ahí.
Suspiró derrotado una vez que estuvieron en el cuarto después de que el menor le negara la cena. Al parecer ya había comido con los otros idols que estaban en el mismo musical.
-¿No vas a dormir?-sintió unos suaves labios en su frente y después resonó su risa acompañada por la de Kyuhyun.
-¿Quieres que duerma después de descansar casi toda la tarde?-vio la negación que hizo Kyuhyun con su cabeza con la tenue luz que entraba por la ventana.-Te extraño.-comentó sintiendo su corazón pesar más de lo normal. Le dolía mucho que el menor no estuviera en las mañanas para darle los buenos días, o que en las tardes se encontrara a su lado mientras todos degustaban lo que hubiera en la mesa, o si quiera que en las noches le arrullara y le besara hasta que la luna desapareciera.
-Sé que los mensajes de texto no son suficientes pero…
-Pero cuando te vas, sigo dormido y es por eso que no puedo escuchar nada de lo que dices.-completó la frase sintiendo aún más de opresión. El tema ya lo habían hablado muchas más veces de las que recordaba Ryeowook.-Tampoco te pido que esperes a que despierte.-finalizo dándole la espalda a Kyuhyun.
-Un te amo no lo compensa, ¿cierto?
Fue más fácil para él cerrar los ojos y no responder, sin palabras ni acciones; ahogó un suspiro y se lo tragó esperando que así, las ganas de llorar se fueran. Sintió las manos de Kyuhyun recorrer su espalda suavemente y olvidó por lo que hace rato se sentía decepcionado.
Se sentía tan bien después de casi dos meses de no tener ese contacto personal con Kyuhyun, a veces se preguntaba cómo podían aguantar ambos tanto tiempo sin hacerlo. Sin embargo, el sólo hecho de pensarlo, hizo que un sonrojo apareciera por sus mejillas y susurró suavemente el nombre del otro.
No quería que parara, pero el tacto se desvaneció tan sutil y dio un ligero respingo por el escalofrío que permaneció segundos después de darse cuenta que las manos del menor ya no le tocaban.
-Lo siento, bebé…
-No te preocupes.-dijo conteniendo un grito de desesperación.
Él comprendía, siempre era él el que tenía que entender que Kyuhyun no podía tocarlo esta noche. Él comprendía que estaba demasiado cansado para hacer un esfuerzo más para tomarlo entre sus brazos y susurrarle toda la noche el amor que sentía hacia él. Y él comprendía que la frustración que estaba sintiendo, debería de calmarla a menos de que quisiera explotar a las 2 a.m.
Pero no podía comprender por qué era él el que tenía que hacerlo.
-Ni con sexo puedo retenerte.-dijo demasiado bajo esperando que el castaño pudiera ignorar sus palabras convertidas en viento después de tiempo.
-No es que no puedas, Ryeo…
Se alejó del tacto próximo en sus manos, no quería tener una razón más para sentirse idiota al lado del menor. Se sentó en la cama, dándole la espalda al otro suspirando aún más pesado que las veces anteriores.
-Duérmete, Kyuhyun.-ordenó sin sonar enojado.-Yo trataré de hacer lo mismo para no ser consciente de tu ida por la mañana…-terminó con la voz baja y la vista hacia la nada. Al parecer el alto le había hecho caso porque no escuchó ni un reclamo, sólo el viento que atravesaba la soledad de su habitación.