Capitulo único. Miedo a doctor.
El pequeño Ryeowook se había levantado con tos, algo de calentura y con saliva seca cerca de la comisura de la boca. Bueno, lo último no le importó mucho a su madre, así que después de ver los primeros dos síntomas, tuvo que llevar al pelirrojo al doctor.
-No, mamá… yo no voy al doctor, no me gusta.
Sus pucheros casi le convencían a su madre, pero no, en vez de eso, hizo que la señora saliera apurada de la casa.
Tal vez era el color blanco, o tal vez el aire tan purificado que respiraba al entrar a ese lugar tan “insípido”, o era el doctor con esas herramientas de tortura que le hacían temer entrar al hospital. Sí, definitivamente era lo último lo que le atemorizaba más.
Pero no era culpa de él que no le gustara ir. Sus amigos –sobre todo Eunhyuk- se encargaban de contarle esas estúpidas historias de los hospitales, que tal tipo se murió ahí, o que tal enfermera mató a algún paciente sólo porque lo odiaba. Sin embargo, él aseguraba que no le daba miedo, pero tuvo que llegar el día en que se llegó que enfermar.
Y ese día era hoy.
-Muy bien, Ryeowook, tú eres valiente, nadie te puede asus…-sintió que le tomaban del brazo y no pudo evitar soltar un gritillo del susto.
-Hola… soy Kyuhyun.-ahh, cierto, se le había olvidado que estaba en la sala de espera de los niños.
Y aunque el lugar pareciera armonioso –con todos esos niños que le engentaban- no era de más que se sentara en la esquina a contemplar –o maquinear en su mente- lo que le hacían a los niños dentro de ese consultorio.
-Soy Ryeowook.-extendió una mano asustado. Sociabilizar no le venía nada mal, pero él nunca fue como Donghae –que si podía, sociabilizaba hasta en el baño de las niñas-.
-Tengo nueve años, ¿y tú?-dudó en contestar, pero, ¿qué va? Sólo era alguien que preguntaba su edad.
-Los mismos… pronto cumpliré diez y seré grande.-dijo orgulloso de sí. En su cara se formó un puchero y después le sonrió al otro.
-Wookie, eres realmente lindo.-sintió cómo Kyuhyun le alborotaba el cabello y le sonreía al mismo tiempo. Su cara ardió por varios minutos.
Claro, todos ya le habían dicho que era lindo, su mamá, su papá, su tío, el primo JungWook, hasta el otro primo, Heechul –pero esa vez sólo había sido por una apuesta-. Así que era normal, ¿pero porque en esta ocasión se sonrojó?
-¿Y porqué estás aquí, Wookie?-la pregunta lo había sacado de su ensoñación. Vio a Kyuhyun tomar algunos juguetes y ofrecérselos.
-Mi mamá cree que me voy a morir sólo por una tos.-dijo recordando cómo su madre le había llevado prácticamente a rastras al carro para poder llegar ahí rápidamente.- ¿Y tú?
-Lo mismo… pero fue mi hermano el que se apuro en decirle a mi mamá…
-Veo que tenemos la misma suerte, Kyunnie…-suspiró pesadamente.
-Vamos, Wookie, seamos positivos… entre más rápido entremos con el doctor, más rápido saldremos de aquí…
Tenía razón Kyuhyun, entre más rápido pasaba a consulta con el… ¿doctor? ¡Cierto! Ya se le había olvidado el tema del doctor.
-No, no, no, yo no quiero entrar con el doctor.-gritó y pataleó encaprichado, nunca se había comportado así –ya hasta parecía el primo Heechul cuando no obtenía lo que quería- pero el doctor era el doctor.
Tonto HyukJae, sí sólo se hubiera negado a escuchar su bobas historias.
-Wookie, no tienes porqué asustarte, el doctor no es malo…-tal vez las palabras de Kyuhyun le convencía, pero no lo suficiente como para querer entrar al consultorio.
-Es que tú no sabes, Kyunnie…-se acercó al menor y le susurró al oído.-… dicen que el doctor es malo, más malo que la leche cortada.
Vio como Kyuhyun se separó de inmediato e hizo una mueca de asco.
-Eso no es malo, eso es asqueroso, Wookie.-le recriminó el otro.-Además, yo ya he venido varias veces aquí y ningún doctor es malo, te lo puedo asegurar.
-Dirás lo que quieras, Kyu, pero yo sé que son malos y nada ni nadie me hará cambiar de opinión.-se cruzó de brazos e ignoró al otro.
-Pues a mí tampoco me importa lo que digas tú.-Kyuhyun le casó la lengua para imitar su pose después.
Luego de pensar en lo que le había dicho a Kyuhyun, lo volvió a ver y cambió su expresión de enojo por una de arrepentimiento total.
-Kyunnie, lo siento… no quería enojarme contigo, ¿me perdonas?-el otro le seguía ignorando así que recurrió a medidas extremas.-Ándale, Kyu… perdóname, perdóname, perdóname…
-Está bien, Wookie, te perdono, pero sólo porque tampoco me gusta estar enojado contigo…
-Gracias, Kyunnie…-y se abalanzó sobre él abrazándolo, sintió cómo le correspondieron al instante. Pero el momento mágico acabó de un segundo a otro.
Le tocaba a Ryeowook la consulta. Tragó saliva lentamente y se fue de una mano con su mamá, se despidió con la otra de Kyuhyun sintiendo como si le llevaran al mismísimo matadero.
Kyuhyun le sonrió dándole ánimos, pero en ese momento, ni las piernas le funcionaban.
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-¿Y cómo te ha ido, Wookie?-le preguntó Kyuhyun llegando a su lado mientras que su mamá compraba algunas pastillas en el mismo hospital.
-¡Kyu! Tenías razón, el doctor no es malo… después de checar mi garganta, dijo que sólo era una infección en las anginas. Aún no sé qué es eso, pero dice que me voy a curar pronto.
-Te lo dije, Wook… bueno, mi mamá me habla… nos vemos luego.-y sintió algo húmedo en su mejilla, había sido Kyuhyun quien le había dado un beso.
Y estaba sentado en la silla, esperando su turno, sus piernas temblaban y su corazón palpitaba frenéticamente. A pesar de tener 18 años, aún le tenía miedo al doctor.
-¿Estás bien?-alguien le preguntó, pero no volteó, sólo asintió con la cabeza.-Me llamo Kyuhyun…-le ofrecieron una mano y él la aceptó.
-Soy Ryeowook…-le sonrió al otro.
-Aun te asusta el médico, ¿verdad?
-Sí…-dijo en un hilo de voz.
Kyuhyun le tomó de la mano y le sonrió tiernamente.-No hay de qué temer… sólo es un doctor.-él correspondió y asintió con la cabeza.
No sabía porqué, pero se sentía como un deja vú…