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Cherry Blossom por Hakai_

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"Te espero hoy en el cerezo al atardecer"

Esas palabras no dejaban de rondar la mente del azabache, repitiéndose una y otra vez con la voz grave que caracterizaba al pelirrojo.

Hacía casi dos horas que había leído aquellas palabras y a penas quedaban unos minutos para que atardeciera, aún le daba tiempo a llegar pero, ¿quería ir? No estaba seguro, esos días todo había sido tan confuso... y todo era su culpa, por haber dudado de sus propios sentimientos había destrozado la relación que tenían y habían logrado mantener con esfuerzo, se la había cargado en un instante, él y solo él.

"Aún así quiere quedar conmigo..." pensó, sintiendo un extraño alivio en el pecho, sí, había destrozado au relación al mismo tiempo que el corazón delbpelirrojo, y sin embargo, sin embargo le había mandado un mensaje, y lo más importante, quería verle.

-Iré -Se dijo a si mismo decidido poniéndose en pie para ir a su habitación y ponerse algo decente, iría, ya no había vuelta a atrás.

Los minutos pasaban, y un desolado pelirrojo aguardaba apoyado en el tronco de un gran cerezo la llegada de su ahora exnovio. La espera se hacía eterna, era la séptima vez que miraba su reloj desde que el Sol había empezado a ponerse y el ojiazul parecía no llegar nunca.

Dejó escapar un pesado suspiro apartándose del tronco del árbol, pasando los dedos por la rugosa corteza de este "Así que...se acabó", mostró una sonrisa triste girándose hacia la salida justo cuando la exhausta figura del moreno aparecía ante sus ojos, parecía haber venido corriendo y en cierto modo aquello le alegró.

-Haru..-Se acercó despacio, buscando no abusar de su confianza, aquella figura solo se acercó, sin responder, clavando sus zafiros afilados en su piel, buscaban conocer el motivo del mensaje, más bien lo necesitaban, y Matsuoka lo sabía.

-Yo..¿qué tal?

Patético, se dio una facepalm mental al darse cuenta de sus propias palabras, le llamaba para arreglarlo y de su boca salía un '¿qué tal?', "Muy bien cerebro, gracias por hacer que mis pensamientos y mi boca vayan por libre" pensó algo molesto consigo mismo.

-Normal...

Y vuelta a la inexpresividad, al parecer pasar tiempo separados había conseguido que fuera igual de serio que al principio, algo que no le gustaba ni un pelo pues a sus ojos solo significaba una cosa, le estaba perdiendo. Estaba perdiendo al Haru minimamente expresivo, el Haru que le mostraba pequeñas sonrisas cuando se sentía feliz, que se sonrojaba cuando decía que era lindo a pesar de que se mantenía impasible con casi todo, el Haru que le trataba con una ternura que casi parecía inexistente en él pero que después de todo, estaba ahí. Estaba perdiendo a su Haru y no podía permitirlo.

Apretó la mandíbula con fuerza, levantando la mirada que previamente había desplazado hasta el suelo en un intento de escapar de la verdad. Aquellos rubíes se inundaban, a cada segundo que pasaba parecían estar más inestables, temblando por el peligro de desmoronarse en lágrimas.

-Haru...dime...¿eres feliz?

No hubo respuesta, la incertidumbre y la confusión podían palparse en la mirada azul, no entendía la pregunta, y el pelirrojo se dio cuenta de ello.

-Solo responde con sinceridad, ¿eres feliz o no?

De nuevo silencio, Matsuoka estaba a punto de darse por vencido cuando un murmullo salió de los labios de Haruka, demasiado bajo como para ser escuchado con claridad.

-¿Qué?

Rin esperó, sabía que iba a repetir su respuesta, solo necesitaba dejarle tiempo para prepararse, era algo que había aprendido saliendo con él.

-He dicho que no...

El moreno dejó escapar un suspiro tembloroso, parecía a punto de desmoronarse, incluso él mismo estaba inseguro, no sabía cuándo ni por qué sus manos se habían cerrado en un puño de impotencia, haciendo que sus nudillos acabaran blancos por la presión. Estaba asustado, seguía sin entender la pregunta pero el pelirrojo quería una respuesta completa y se la pensaba dar, aunque eso significara sacrificar su autocontrol, pero valía la pena, lo sabía.

-No lo soy...no puedo serlo, cada día me levanto a la misma hora, todos los días son exactamente iguales, la única diferencia son las clases...desde que lo dejamos...mi vida no tiene ningún sentido.

El pelirrojo escuchaba aquellas palabras con atención, tenía ganas de abrazarle, de ser abrazado, de que volviera a demostrarle cariño pero no podía hacerlo en aquel momento.

-¿Y tú?¿Eres feliz, Rin?

Que le devolviera la pregunta le pilló por sorpresa, no esperaba queblo hiciera, pero si que tenía clara la respuesta que iba a darle.

-No, no lo soy ahora ni lo seré nunca si seguimos así, podrías preguntármelo dentro de dos meses y seguiría diciéndote que no...Haru, siento haber dudado de lo que sentías por mí, ¿pero cómo te lo tomarías tú? Pensabas que si nos quisiéramos no discutiríamos, pero yo lo tengo muy claro, te quiero, te he querido siempre y las discusiones no van a cambiar eso ¿no lo entiendes? Eres la persona más importante en mi vida, sin ti...no puedo hacer nada.

El ojiazul trataba de mantenerse sereno a aquellas palabras, era cierto, había dudado no solo de sus propios sentimientos, si no también de los del mayor, pero sin embargo, eso parecía haber pasado desapercibido...parecía, pues podía ver el dolor en los ojos del mayor, quería quitar ese dolor, quería que sonriera como cuando era un niño, a cada segundo que pasaba se daba más cuenta de ello. Y corrió hacia él, eliminó la distancia que los mantenía alejados para fundirse en un abrazo.

-Rin..lo siento..lo siento muchísimo..no llores, no vuelvas a llorar, no dudaré más de mis sentimientos...ni de los tuyos, pero por favor...no llores.

Se separó del pelirrojo observando su rostro aún con una mueca de sorpresa que se iba relajando poco a poco y llevó la mano hasta su mejilla, acariciándola antes de dejar un tierno beso sobre sus labios en un intento de calmar el ambiente.

-Haru...te quiero.

A pesar de lo que había dicho el moreno, las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Rin, y parecían no tener intención de detenerse.

-Yo también Rin...de verdad.

El pelirrojo sintió su corazón encogerse al escuchar aquellas palabras, las sentía más sinceras que nunca y eso le hizo continuar llorando, aunque era de pura felicidad.

Se mantuvieron así, abrazados durante un rato, con el mayor llorando en el hombro del azabache sin parar, y este acariciando su cabeza con ternura, esa ternura que solo él poseía. Su Haru había vuelto.

~~~~~~~~~~~~~~~~

Al final, acabaron yendo a casa del moreno, siempre acababan allí y esta vez no iba a ser diferente.

Habían cenado caballa, algo que por primera vez alegró a Matsuoka, poder volver a comer algo tan propio de Haru parecía demasiado irreal, pero era completamente verdadero,.y ahora, estaba allí en su habitación, buscando alguna camiseta decente que ponerse para dormir.

-Oi Haru...deberías comprar pijamas normales, todas tus camisetas son muy infantiles.

-En ese caso duerme desnudo.

-¿Eh? ¡Idiota!, solo me refiero a la camiseta ¿por qué debería quitármelo todo?

El moreno se quedó en silencio, poniéndose en pie para abrazar a Rin, hundiendo el rostro en su cuello.

-Quiero hacerte el amor, Rin...déjame demostrarte lo que siento..déjame hacerlo bien.


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