"Quiero hacerte el amor, Rin...".
Esas palabras retumbaron por su cabeza como una dulce melodía cantada con la mejor voz, aunque no había mucha diferencia entre realidad y ficción pues para él la voz del moreno era sin duda la mejor, sobretodo cuando pronunciaba aquellas cosas que hacía que la sangre fuera directa a sus mejillas, y aquella vez no fue diferente.
-H-Haru...como quieras..
Apartó la mirada bastante sonrojado, el moreno no solía ser el activo, pero cuando lo era siempre solía ser muy decidido y serio, sin embargo esta vez parecía tener otra actitud, a pesar de sus palabras seguía pareciendo sumiso, pero el mayor sabía que por dentro estaba igual que siempre.
-Lo haré bien..te lo prometo.
Asintió con la cabeza para darle más fuerza a sus palabras, parecía estar más seguro que nunca y eso le hacía ver mucho más tierno que de costumbre.
-Ven aquí, Rin..
El ojiazul se había sentado de nuevo sobre la cama, con las piernas cruzadas sobre la misma, mientras abría sus brazos, invitando sin duda a que se sentara ahí y le abrazara.
-Eres tan lindo, Haru...
Aquellas palabras salieron como un susurro de sus labios a medida que se acercaba y se sentaba en el regazo del moreno, acurrucándose entre sus brazos. Cualquiera creería que iban a tener sexo de verdad...no, no iban a tener sexo, no era el típico polvo de reconciliación que tenían a veces, esta vez iban a hacer el amor.
Las manos del moreno se desplazaban por el torso desnudo del pelirrojo, acariciándole con cariño y dulzura, como si en lugar de excitarle buscara solo darle mimos.
-Rin...me echaste de menos ¿verdad?
No era una pregunta, era una completa afirmación a la que el mayor no pensaba poner ninguna objeción, no solo le había echado de menos, durante esos días todo había perdido el sentido y ahora empezaba a recuperarlo.
-Dime...¿dónde me has echado más de menos?
Dejó un beso sobre su torso, murmurando un "¿aquí?", desplazándose un poco hacia otro lado, repitiendo la misma acción y palabras, provocando que el sonrojo ajeno aumentara más si era posible pero sintiéndose igual de complacido con sus caricias.
-Quizás ¿prefieres mi lengua?
En cuanto pronunció aquellas palabras deslizó el húmedo músculo por su torso, dejando un camino de saliva mientras miraba fijamente aquellos rubíes, completamente embelesados con la imagen del moreno.
-Haru idiota, no me mires, es vergonzoso.
Los ojos de Nanase fueron cubiertos por la mano del mayor, haciendo que este último esbozara una sonrisa de victoria.
-Quiero mirarte...te ves muy lindo así.
El tiburón abrió los ojos completamente ruborizado, retirando la mano de la cara ajena pero apartando la mirada de aquellos ojos que le atravesaban el alma, aunque no tardó en volver a tenerlos justo frente a los suyos pues le había obligado a girar la cabeza y que volviera a mirarle, aunque esta vez el rostro de Nanase estaba distinto, había una pequeña sonrisa formada en sus labios, algo que hizo al mayor ruborizarse por completo, sintiéndose hipnotizado por la vista que le daba su novio. Aquel maldito idiota de ojos azules sabía encontrar todos y cada uno de sus puntos, todas sus debilidades y parecía que no iba a desaprovecharlo.
-Rin...tú decides
El pelirrojo miró al moreno algo confuso, aunque al sentir aquella erección en su trasero comprendió a qué se estaba refiriendo exactamente aunque era incapaz de decirlo en voz alta por lo que esperó que con un susurro bastara.
El "hazlo ya" resonó en los oidos de Haruka como si lo hubiera dicho a gritos y, tomándole de la cintura dejó que su espalda reposara sobre aquel colchón ya uno más en aquellos encuentros que tenían aunque no siempre fuera la primera opción.
En apenas unos segundos la ropa que cubría la parte inferior de Matsuoka había desaparecido, dejándolo titalmente expuesto a los ojos de su novio quien, al ver aquella escena, no pudo evitar relamerse, conociendo ya lo que vendría a continuación. Y apenas tardó en hacerlo, ya había humedecido sus dedos y tanteaba el lugar antes de introducir el primero, abriendo los ojos considerablemente al hacerlo.
-Rin...¿qué has hecho?
El pelirrojo lo miró totalmente avergonzado cubriéndose las manos con la cara, aunque estas no tardaron en ser quitadas de en medio para encontrarse con la lasciva mirada de Nanase.
-Yo...solo te echaba de menos...
De nuevo una sonrisa que no pegaba nada con la situación por ser demasiado tierna se formó en los labios del ojiazul, pegando su frente a la de Matsuoka, dejando que sus labios articularan un "idiota" que no llegó a ser pronunciado.
Ahora al parecer tenía vía libre, por lo que supuso que no pasaría nada si lo hacía directamente y pronto aquella habitación se llenó de gemidos agudos procedentes del mayor y algunos más graves que pertenecían al moreno. Ambos cuerpos unidos en uno solo haciendo el amor, ni sexo, ni un polvo, solo hacían el amor, quizás fuera la primera vez que hacían algo así, pero ambos sabían bien que no sería la última.
~ ~ ~
-Eres un idiota Haru...
-Quizás lo sea...¿pero sabes qué?
Matsuoka alzó una ceja, levantando la cabeza para ver como aquel rostro usualmente serio sonreía de nuevo, y los brazos de su dueño rodeaban su cuerpo desnudo pegándole más a él, dejando que las palabras fluyeran de sus labios sin problema y aparentemente perdiéndose en las paredes de aquella habitación, pero el pelirrojo tenía muy claro que eso no sería así.
"Soy un idiota enamorado"