Si me preguntas que fue lo que me llamo la atención de ella te diré que nada, ella no tiene nada especial, no tiene algo que la distinga un punto que la haga brillar, ella siempre es común, es la persona más gris que conozco.
Desapercibida.
No la vez.
Pero para mí eso era lo que brillaba. Era una pequeña estrella solitaria, no tenia brillo como los demás pero ahí estaba. Eso era lo que más me llamo la atención, que ella no intentaba destacar nunca lo hacía pero aun así ante mis ajos destacaba; era lo único que mis ojos podían captar, siempre la veía no importaba donde estuviera aun cuando nadie más notaba su presencia yo la notaba. La veía.
Eso fue lo que me enamoro, esa simpleza; el no tener nada pero al mismo tiempo que para mí lo tuviera todo.
La veía, aun cuando estaba debajo de esas escaleras leyendo sin molestar a nadie, sin notar a los damas a su alrededor, simplemente con unos audífonos desconectada totalmente de la realidad perdiéndose en su propio universo.
Era hermoso verla, yo también me perdía en un universo diferente.
Ver su cara, cómo se concentraba, como se perdía en las letras, en un ritmo, en un sonido; como parecía nunca poner atención a nada pero aun así se veía… concentrada, como si sus pensamientos guardaran los secretos del universo.
Siempre quise saber que pensaba cuando su mirada se perdía en el infinito.
No dejaba de verla.
Era hermosa… ella era simplemente hermosa.
Era delgada, tenía el cabello castaño, unos bonitos ojos cafés. No tenía nada que la hiciera destacar. Su cabello era lacio y le llegaba hasta los hombros.
Yo no podía dejar de verla.
Quería pasar mis manos por su cabello… tocarlo, saber si su piel era suave, que me sonriera.
Nunca la había visto sonreír.
Nunca sonreía.
Nunca tuve el valor de hablarle.
Nos conocimos cuando choque con ella, yo iba corriendo y ella estaba, como siempre, en su mundo. Chocamos y ella cayó al suelo, cuando la vi me quede por un momento pasmada pero después extendí mi mano hacia ella para ayudarla a levantarse, ella se sorprendió de que alguien la notara nunca nadie le daba importancia…
Ella no sabía que yo la veía todos los días, que esperaba el momento para verla, que la buscaba cuando llegaba a la escuela…
Cuando tome su mano se sintió tan irreal, desee no estar soñando porque era la primera vez que podía tocarla…
Me quede viendo sus ojos, eran simples nada extraordinario pero no podía dejar de verlos. Tenían un destello de curiosidad. Ladeo su cabeza a un lado como un ave y eso le dio aun más…
…Rayos…
…Se veía hermosa. Confundida. Curiosa. Era como si hubiera descubierto algo nuevo, y tal vez así fue, descubrió algo nuevo.
Yo le sonreí, ella no me devolvió la sonrisa solo dio la vuelta y se fue. No me importo, no me dolió, no me… no me decepcionó, era lo que esperaba.
Me quede con la sensación en mi mano de haber tenido algo hermoso y después haberlo perdido. No podía dejar de ver mi mano, ahora mis pensamientos estaban en que necesitaba hablar con ella.
Quería escuchar su voz.
Nunca la había escuchado hablar. Quería saber su nombre, solamente eso no le pediría nada mas, solamente quería escucharla decir su nombre.
Durante tres días falto a la escuela, luego de nuestro pequeño accidente, en esos tres días yo me sentaba debajo de la escalera en el rincón donde ella siempre estaba y hacia lo mismo que ella.
Leía.
Me di cuenta de que las personas volteaban a verme extrañados, pero a ella nunca nadie la notaba entonces:
¿Por qué a mi si me notaban?
¿Qué era lo que ella tenía para que todos la ignoraran tan… tan de esa manera?
O es que yo era… ¿tenía algo que hacía que me notaran?
¿Que era por lo que a ella no la veían y a mi si?
Al cuarto día ella apareció.
Yo estaba sentada igual… leyendo. No note su presencia hasta que se sentó al lado mío, ignorándome comenzó a leer.
En cuanto gire un poco mi cabeza y la vi quede hipnotizada… no pude devolver la vista al libro; me quede viéndola, no la había visto durante tres días. Estaba acostumbrada a no verla durante los fines de semana pero… ¿durante tres días?, eso fue demasiado.
Me quede contemplándola hasta que, creo, ella se sintió incomoda y me devolvió la mirada. Extendí mi mano para saludarla y le dije:
“Hola soy Cristian y al parecer soy la única persona que te nota… que nota tu presencia”
Ella estiro su mano y apretó la mía y pude ver por primera vez su sonrisa. Fue algo… algo hermoso era cómo… cómo estar en otro universo, cómo si esa no fuera la realidad, cómo si por primera vez el mundo tuviera algo por lo que valdría la pena estar viva. Sacudió un poco mi mano y me dijo:
“Soy Evelyn y al parecer soy la única persona que no te había notado”
Y por primera vez puede escuchar su voz.