Lips to divide up
En algún lugar de Seúl, la noche era fría y escandalosa en la zona de los barrios. Los bares estaban llenos de gente moviendo sus cuerpos al ritmo de la música. Bebidas, gente besandose o teniendo sexo pasajero en los baños del lugar. El sudor, humo y alcohol reinaban en el bar esa noche.
Todo y un chico parado en la puerta del bar. Vestido con un jersey blanco y unos pantalones azul claro. Su cabello rubio oscuro hacía que su piel pálida resaltara. El chico ignoraba las miradas que caían sobre él.
— Chico lindo ¿quieres dar una vuelta?
El rubio dio media vuelta y miró atentamente al hombre, borracho, que estaba frente a él. No es que le importase, pero no deseaba acercase al hombre en estado de ebriedad. Apestaba a humo y alcohol.
— No gracias. Paso esta noche.
El hombre tropezó y Taehyung se alejó un paso de él. Chocando de paso con otro pecho. Se giró y vio a un par de chicos altos y con ropas negras.
— Mira que nos trajo santa Claus. Los chicos lindos siempre se pierden por estos rumbos.
Taehyung dio un paso atrás, negandose a dejar que ellos vieran su rostro asustado. No se dejaría intimidar por un par de chicos vestidos de negro y con actitud de idiotas. El no era un niño asustadizo.
— Paso esta noche, estoy esperando a alguien.
El más alto de los dos, dio un paso al frente y se inclinó ligeramente para quedar más cerca del rostro de Taehyung. Entrecerró los ojos y le sonrió por unos segundos.
— ¿Quieres un poco de sexo fácil en el baño del bar? — Taehyung ahogó un jadeó indignado ante tal proposición.
Él sólo estaba esperando a que Jimin terminara algunos asuntos con un chico dentro del bar. Taehyung creía tener una ligera idea de lo que podía estar haciendo su mejor amigo, pero prefería no pensar en ello y concentrarse en el idiota que tenía frente a él.
Taehyung casi pudo jurar a ver visto su mano sobre la mejilla del chico moreno que le sonreía con descaro. Inorando su furia y las ganas de arrancarle el arete de su oreja derecha, le regresó una sonrísa coqueta.
— ¿Paresco tan fácil? — el chico tras el moreno arqueó ambas cejas, sorprendido por las palabras del rubio.
— ¿Tengo que responder aquello? — Taehyung mordió el interior de su mejilla.
— Quizas lo sea. Pero jamás contigo.
— Todos dicen eso al principio.
— ¡Ja! Lo mío es en serio. Grábatelo bien.
El moreno lo miró molesto por unos segundos. Taehyung decidió huir antes de que fuera tarde. Terminar entre las sabanas de un chico promiscuo no era su plan de los viernes. El sexo pasagero no iba con él.
Dio media vuelta y se encaminó a su jeep estacionada en la esquina del local. Apretando los puños con fuerza mientras ignoraba los hombros con los que chocaba cada segundo. Así como ignoraba a las parejas adheridas a las paredes del local.
Antes de llegar a su camioneta, unos fuertes brazos lo rodearon por la espalda y apresaron rudamente su cintura. Taehyung sintió una ola de miedo traspasar su cuerpo. Negandose a mostrarlo, se quedó quieto y en espera de movimiento por parte del otro.
— Hay una almohada con tu nombre en mi cama.
La voz del moreno resonó en su oído. Taehyung atrapó las manos del moreno, las cuales estaban unidas en su cintura. Esta vez no había sonrisas de por medio en ninguno de los dos, sólo una incomoda atmosfera.
— Tu almohada y tu se pueden buscar a una persona que abra las piernas con más facilidad que yo.
— Eres una fiera.
— Déjame en paz.
Taehyung divisó a otro chico tras el moreno. Ligeramente más bajo que su amigo, el chico tenía el cabello negro y peinado hacia arriba, su vestimenta negra resaltaba sus ojos marrones profundos. Un chico guapo acompañado de un idiota.
Soltó un suspiro antes de jalar al moreno por su chamarra negra de piel. El moreno soltó una carcajada una vez que liberó la cintura de Taehyung. Siguió riendo mientras negaba.
— Hombre, sabes que amo espantar a los niños ricos — dijo entre risas a su amigo.
— Sí, Jin, y por ello luego Jungkook te golpea — le respondió. La risa del moreno murió al instante.
— Ese fue un golpe bajo, Hoseok.
El nombrado se encogió y se acorrucó entre su chamarra gruesa. Con las manos dentro de las bolsas de ésta, vio a Taehyung y señaló con la cabeza a su camioneta. El rubio lo miró sin entender.
— Vete de aquí, cara de bebé — le regaló una sonrisa torcida —. Este no es lugar para los chicos buenos como tú.
Taehyung se quedó mirando la sonrisa torcida del chico, Hoseok, le había llamado el moreno, antes de escuchar las palabras que salieron de sus delgados labios de color rosa pálido. Taehyung recordó por que estaba molesto.
— Idiota.
Le escupió con resentimiento antes de dar media vuelta y entrar a su jeep, cerrandola con un fuerte portazo que azotó los vidrios del veiculo. Hoseok tocó sus nudillos contra el vidrio para llamar la atención del rubio y le hizo una seña de que bajara la ventana.
Mohíno, Taehyung bajó el vidrio de la ventana y encendió el motor de su nave. Miró furioso a un divertido Hoseok.
— ¿Qué quieres?
— Oye, que rudeza, bebé — Taehyung rodó los ojos.
— Habla ahora. No mal gastaré mi tiempo contigo.
Hoseok suspiró y se mordió el labio por la contestación que luchaba por salir de su boca. Pero sería un problema para el rubio, así que decidió callar por una vez en su vida.
— ¿Esperabas a un amigo?
— ¿Eso te importa?
— ¿Sí o no?
— ¿Para qué quieres saber?
— Hey, deja de contestarme con otra pregunta — Taehyung bufó y miró a Hoseok.
— Contesta mis preguntas y contestaré las tuyas — el pelinegro entrecerró los ojos. El chiquillo rubio era más inteligente de lo que Jin supuso.
— Bien. ¿Me importa? No, pero quería saber quién es porque yo conozco todo el bar como la palma de mi mano.
— Los baños en especial — murmuró. Hoseok arqueó una de sus cejas y miró con atención al rubio. Una mueca de diversión se marcó en sus labios.
— ¿Celoso? — el chico bufó.
— Nunca. Yo no comparto lo que es mío.
— ¿Y por qué piensas que yo sí?
— Chicos como tú son de labios compartidos. No conocen lo que es la palabra "fiel" y se revuelcan con la primera persona que les alborota las hormonas.
— Suenas bastante posesivo, bebé.
— Con chicos como tú, uno aprende a cuidar lo que es suyo — Taehyung negó y llevó una mano al puente de su nariz —. No sé porque estoy conversando esto contigo.
— Quién sabe. En fin, ya respondí tus preguntas, responde las mías.
— Bien — Taehyung tomó aire —. Sí, esperaba a un amigo, se llama Park Jimin.
— Oh, Jimin — Hoseok asintió, pensativo mientras se recargaba en la ventana del jeep de Taehyung —. Supongo que Jimin esta con Suga...
— ¿Quién es Suga? — Hoseok rodó los ojos.
— Min Yoongi — Taehyung asintió una vez que ubicó el nombre —. Jimin, seguro que tardará. No lo esperes esta noche.
— Tomaré con gusto esas palabras. Ya que lo conoces; dile que lo golpeare tan fuerte como pueda. Oh, y que no volveré a hacerle de su chofer.
Hoseok asintió, negandose a mostrar la sonrisa divertida que luchaba contra las comisuras de sus labios.
— Muy bien.
Taehyung se colocó el cinturon y acleró una vez que Hoseok se separó de la ventana.
...
Luego de cuatro días con las incesantes disculpas de Jimin. Taehyung sobre llevaba su sencilla vida. Estudiando y trabajando de medio tiempo en una pequeña cafetería, la cual ultimamente venía siendo muy concurrida y escandaloza. Las disculpas de Jimin se detuvieron cuando se dio cuenta de que su amigo estaba más molesto de lo normal.
Aquel día, Taehyung estaba guardando los pesados libros que ocupaban sus brazos. Se acomodó la mochila al hombro y se encaminó a la salida. Esperaba pasar su viernes, libre de trabajo, tumbado en la cama. Sonrió al pensar en su relajado día en su cómodo y silencioso departamento.
Despidiendose de algunos compañeros en el camino, Taehyung se encontró con Zelo, su compañero de trabajo.
— Hey, Tae, ¿cómo te fue ayer en el bar?
Taehyung bufó y rodó los ojos al recordar a cierto moreno y al idiota de su amigo, no pensaba regresar a ese lugar ni aunque Jimin se le incara y le rogara. Taehyung no pensaba regresar aquel lugar lleno de personas promiscuas.
— Ni lo recuerdes. Fue un asco.
Zelo le regaló una risita. El rubio miró a Zelo con mala cara antes de volverse a encaminar a la puerta principal del instituto.
— Suena como si hubieses conocido a un chico.
— Sí, conocí a dos — Taehyung suspiró cansino —. Ambos unos idiotas.
Zelo dio un salto de emoción. Con sus 20 años de edad, Zelo parecia tener menos de 15. Su cabello acomodado y desordenado a la misma vez, de color azul pálido. Ligeramente más alto que Taehyung.
— ¿Sucedió algo especial?
— Uno de los tipos quizo follar conmigo — Zelo cubrió su boca con ambas manos.
— ¿En serio?
— El tipo era un idiota.
— ¿Era guapo? — Taehyung no le contesto.
Al salir se encontró con un grupo de chicas rodeando a una persona. Taehyung maldijo para sus adentros y apresuró el paso al ver al chico le sonreía coqueto al grupo de chicas.
— Me extrañaste, bebé.
Hoseok estaba sentado sobre el cofre de su jeep blanca. Suspiró rendido y dejó caer sus brazos a sus lados. Miró con mala cara a Hoseok y Jin, quien se acercaba rodeado de chicas a cada lado.
Adiós a sus planes de viernes relajado.
— ¿Qué haces aquí, chico compartido?
— Hey, que mala leche traes. Sin rencores, princesa — Jin le sonrió.
— Fuera de mi vista par de iditotas.
Hoseok soltó una carcajada y bajó el cofre. Su sueter negro marcaba una cintura delgada y una espalda ancha. Taehyung desvió la atención del cuerpo del chico y miró sus ojos marrones.
Hoseok se plantó frente a él, sonriente. Le quito una basura maginaria en la punta de su nariz antes de rodearle la cintura y sostener su nuca. Se acercó a él con gran y experta velocidad.
— Yo también te extrañe, bebé.
Sin decir más, Hoseok lo besó. Frente al grupo de chicas. Jin se carcajeó y Taehyung se contuvo a golpearlo a él y a Hoseok por besarlo frente a la escuela.