Lips to divide up 15
Taehyung llegó a la mañana siguiente cansado e irritado. Al entrar botó su mochila a un lado de la puerta. Extrañado de no ver a Jungkook sentado frente al mesón. Confundido se encaminó al cuarto del menor.
— Hey, ¿Jungkook, estas por ahí?
Sin tocar la puerta, la abrió y encontró al chico abrazando a Jin, dándose delicados besos y mimos por parte de ambos. Taehyung al ver la escena se quedó clavado en el suelo, parecían estar desnudos, sintiendo un pinchazo en el pecho al verlos de esa forma.
— ¡Taehyung, regresaste!
Taehyung lo miró sin expresión en su rostro. Dio media vuelta y jaló la puerta para cerrarla. Suspirando, volvió a caminar hasta sentarse en su sofá. Aún recordaba ese sofá; ahí se había quedado dormido encima de Hoseok, aunque fue por un tiempo corto, recordaba sentir los brazos del pelinegro en su cintura. Hoseok había murmurado algo que no logró entender.
Encogiendo sus piernas hasta abrazarlas y recargar su barbilla en sus rodillas. Jungkook parecía estar feliz con Jin en esos momentos. Y sabía que no era la compañía más alegre en esos momentos. Era mejor darles su espacio.
Suspirando nuevamente, se volvió a levantar. Fue a su habitación y tomó la primera sudadera que sus ojos encontraron. Al regresar, la puerta de su departamento se abrió y entró un Jimin sonriente de la mano de Yoongi, al mismo tiempo que Jungkook salía, ya vestido, con Jin.
— Hey, Tae, vinimos de visita — Taehyung observó a los presentes con un rostro pálido y vacío. Se vio atrapado entre los brazos de Jimin, quien lo volvió a sentar en el mismo sofá.
Se sentía cansado, demasiado cansado, los ojos le ardían y había tenido unos mareos pasajeros. Miraba a sus amigos hablar y reír mientras codeaban con un gesto pícaro a Jin y Jungkook.
Aprovechando la distracción de Jimin y Jungkook, se levantó a paso rápido del sofá y se encaminó a la salida. La sala se quedó en silencio y Taehyung se vio descubierto al tocar la chapa de la puerta.
— Saldré un momento — murmuró ante el silencio.
— Está lloviendo afuera, Tae — le dijo Jimin como si fuera lo más obvio del mundo. Taehyung rodó sus ojos.
— No me importa.
— Entonces vamos contigo — añadió Yoongi. Taehyung se apresuró a dar un paso fuera.
— No. Quiero estar solo.
Sin decir más, cerró la puerta a sus espaldas. No tenía un lugar fijo o cálido a donde ir, pero siempre había un sitio donde parecía vaciar su mente y pensar en otras cosas. Sin pensarlo se encaminó a ese lugar, sin tomar en cuenta a la lluvia que comenzó a mojarlo al momento en que puso un pie fuera del edificio.
...
Hoseok soltó un suspiro al sentirse solo nuevamente. Hara había estado acompañando lo más que podía, pero la chica había tenido que partir a Busan, él mismo se había ofrecido a llevarla. Ahora volvía a sentirse solo sin la compañía de la chica.
Miró la hora en su móvil. No pasaban de las 3 pm. Taehyung debería estar saliendo de sus clases a esa hora. Quería saber cómo estaba el chico. Hoseok había intentado alejarse lo más posible. Dejó de ir al bar para no verlo, también se obligó a no buscarlo a la salida de sus clases.
— Debo dejar de pensar en ti.
Se recordó a si mismo. Pero por más que se lo dijera parecía que su voluntad se quebrava. Parecía negarse a dejar al rubio. Aquello lo frustraba.
Sus ojos vagaron por un parque solitario. La lluvia que caía esa tarde, templaba los vidrios de su auto. Pero, aun así, le permitió ver una figura sentada en una de las bancas al aire libre del parque. Tenía una cabellera rubia oscura, muy conocida.
Detuvo el coche y bajó la ventana del copiloto. Estrechó sus ojos para divisar mejor a la persona. Parecía estar dormida con una mejilla recargada en su rodilla, sus brazos abrazaban sus piernas. Hoseok tuvo un mal presentimiento de aquello.
Cerró la ventana y bajó del auto, sin importarle que el agua lo mojara. Metió sus manos en las bolas de su chamarra y se acercó a la persona. Ladeó su cabeza para ver el rostro del chico. La piel pálida y los labios rosa pálido, lo asustaron.
Hoseok abrió sus ojos sorprendido al darse cuenta de que el chico era Taehyung. Corrió hasta el chico y palmeó su mejilla descubierta. Levantó el rostro del chico con ambas manos. Asustandose más al darse cuenta de que Taehyung estaba inconciente y ardiendo en fiebre.
— ¡Hey, Tae, Taehyung! ¡Abre los ojos, idiota! — volvió a palmear su mejilla.
Desesperado y sin saber que hacer, cargó al menor y lo llevó a su auto. Batalló con la puerta trasera del Caliber, pateandola para poder abrirla y dejar a Taehyung recostado en los asientos. Volvió a cerrar la puerta y se metió de vuelta frente al volante.
Condujo hasta llevar al menor a su propio departamento. Aprcando el Caliber, volvió a sacar a un inconsciente Taehyung. Entró al elevador y presionó el número de su piso. Una ves que estuvo dentro, dejó al menor en su sillón negro y se volvió a cerrar la puerta.
Miró por interminables segundos el rostro delicado del menor. Se sentó en el suelo a un lado del chico y sostuvo su mano. De alguna aquello sentía que era culpa suya.
— Jung...kook — murmuró mientras comenzaba a abrir los ojos. Hoseok lo miró y se hincó para mirar de cerca su rostro.
— Taehyung, ¿estas bien? — el menor se giró al escuchar la voz del pelinegro. Con un gesto perdido observó su alrededor.
— ¿Dónde estoy?
— En mi casa — le respondió el mayor —. Idiota, ¿qué hacías bajo la lluvia?
— Quería dejar de pensar — Taehyung soltó su mano del agarre de Hoseok y se sentó en el sofá —. Quería distraer mi mente.
— ¿De qué? — Taehyung lo miró con furia ante su pregunta.
— Idiota.
El menor se zafó de Hoseok y se levantó del sofá, poniéndose de pie, se alejó unos pasos del pelinegro. Un feroz mareo azotó su cabeza haciéndolo caer sobre sus rodillas. Sintió el dolor del golpe y cerró sus ojos.
Hoseok se levantó en un segundo de donde estaba y corrió al chico. Con el pánico sembrado en su pecho, volvió a cargar a Taehyung a modo princesa, regresandolo al sofá.
— Estoy bien.
— Sabes, es de tontos decir una mentira cuando la verdad se nota a simple vista — Taehyung bufó.
— ¿Qué más te da a ti? Porque hasta donde sé, tú eres el que quiso alejarse de mí.
El pecho de Hoseok dolió. Sus ojos brillaron con lágrimas de dolor. El nudo de su garganta amenazaba con impedirle hablar. No quería pelear, pero Taehyung parecía bastante resentido.
— De eso quería distraerme — dijo Taehyung abrazando sus piernas —. Siempre busco la manera de distraerme para dejar despensar en ti.
— Taehyung... — el menor soltó una risa cansada.
— No funciona. No puedo distraerme.
— Perdóname.
— Mientes — respondió frío —. Siempre terminas haciendome daño y luego te arrepientes.
Hoseok se acercó al chico y lo obligó a soltar y bajar sus piernas. Tomó las mejillas del menor y dio una maldición al aire al sentir la piel de Taehyung ardiendo en fiebre. Sin doctor por el mal clima, sólo podía obligarlo a cambiarlo de ropa y hacerlo descansar.
Diez minutos de discusión bastaron para convencer al rubio de darse un baño y cambiarse de ropa. Hoseok intentó fieramente comunicarse con Jin o Yoongi, pero cuando necesitaba de sus amigos, estos no contestaban. Al final terminó dejándole un mensaje de voz a Jin y a Yoongi.
Dio media vuelta y se encontró con Taehyung parado en el lumbral de la puerta fuera de la habitación donde estaba descansando. Miró con atención a Hoseok y le sonrió con dulzura. El rubio debería estar descansando.
Hoseok dio un paso atrás al sentir que Taehyung lo abrazaba y enrollaba sus brazos en el cuello del pelinegro. No dio tiempo de que el mayor dijera algo, cuando ya estaba besando sus labios con fuerza.
— Quiero una noche contigo — susurró al separarse de los labios del mayor. Hoseok inspiró aire y se quedó callado.
— Esto no... — Taehyung lo calló, colocando su dedo índice sobre sus labios.
— Shhh... — volvió a besar sus labios —. Si esto es un sueño, no quiero despertar hasta tener una noche contigo.
Hoseok no entendió aquello. Pero rodeó la cintura del rubio con sus dos brazos y lo comenzó a hacer retroceder a la misma habitación donde lo había dejado. Bajó su cabeza y buscó los labios del menor.
Se odió en esos momentos por tener tan poca fuerza de voluntad, pero cuando se trataba de Taehyung, pocas veces y tenía la voluntad necesaria.
Lo besó de forma larga y profunda. Disfrutó sus labios tal y como quiso hacerlo el día en que lo dejó. Cuando recuperó un poco de su cordura, ya se encontraba con su torso descubierto y sosteniendo a Taehyung mientras el menor tenía sus piernas en su cintura.
— No debemos hacer esto, Taehyung — bajó al chico y se alejó. Taehyung se volvió a abrazar a él y besó su cuello.
— Sólo te pido esto...y podré dejarte en liber...
Hoseok calló sus palabras con un beso profundo. Mordió el labio inferior del Taehyung, el chico jadeó en medio del beso y dio paso a la lengua del mayor. Hoseok apretó la cintura del Taehyung, hasta que el rubio se arqueó hacia atrás.
Sin soltar las mejillas de Hoseok y con la espalda arqueada hacia atrás, el pelinegro lo hizo dar un paso atrás mientras jugaba con el elástico de los pantalones de deporte que le había prestado. Su jersey fue arrancado y aventado a alguna parte de la habitación.
Entre beso y beso, cedieron a la cama. Taehyung enredó sus piernas con las del mayor. Hoseok sacó su camisa y besó su cuello y sus clavículas, sin dejar marcas las mordió suave. Taehyung gimió y elevó sus caderas.
Hoseok miró a Taehyung por unos instantes. Sonrojado y jadeando por aire, con su piel perlada por el sudor. Su pecho se oprimió al pensar que lo había herido. Taehyung lo afectaba en mil y un formas que no pensó que alguien podría hacerlo. Y no quería dejarlo ir. No quería que se volviera a alejar de sus brazos otra vez.
Lo besó por nueva cuenta, esta vez con más dulzura y cariño. Acarició sus brazos con delicadeza.
— No lo hagas.
— ¿Hacer qué? — Taehyung lo miró confundido.
— No me dejes ir.