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Lips to divide up por LaXy

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Notas del capitulo:

Ejem... bueno antes que nada, me disculpo por tanta demora. Lo siento si las hice esperar... 

Hoy, el día 30 de marzo del 2015 (hay que dramatica yo XD) terminamos Lips to divide up. Quiero llorar, pero no sin antes decirles que muchas gracias a aquellas que se tomaron el tiempo para leer cada capitulo, por las esperas y por las orribles.faltas gramaticales.

Un abarazo y un beso a todas aquellas que se tomaron un tiempo para dejar un lindo y jugoso comentario. Gracias tambien a las lectoras fantasmas por tomarse un tiempo para pasearse por mi historia. 

Las amo, chicas y no dire nada mas por que si no voy a llorar. 

A leer mis lindas chicas... 

Lisp to divide up. 20

 

 

Cuando Hoseok despertó, se encontró sólo en la cama con la notoria ausencia de Taehyung en ella. Se levantó de un salto y tomó sus bóxers del suelo, extrañamente la ropa de Taehyung seguía botada sobre el suelo en un gran desorden.

Luego de un corto baño, Hoseok salió vestido con unos pantalones negros a juego con una camisa azul oscuro y encima de ésta se puso el suéter negro. Sonrió al recordar aquella noche donde conoció a Taehyung, con el jersey y un pantalón azul claro. Jamás pensó que llegara a depender tanto de Taehyung.

Yendo a la cocina por algo para comer, se encontró con una nota pegada al refrigerador. Pocas veces y había visto a Taehyung fuera de la universidad, pero le bastaba lo suficiente como para saber que era la letra de Taehyung.

"Lo siento, Hobi, tengo que ir con mamá"

Hoseok pegó un bote al terminar de leer la nota. El grito desesperado quedó atrapado en su garganta. Taehyung le había dicho que no se iría con Minha, le había asegurado que se quedaría con él y con sus amigos.

— Te golpearé cuando te encuentre.

Buscó en su buró las llaves de su Caliber negro y quiso gritar cuando se dio cuenta de que Taehyung las había hurtado y lo había dejado sólo y sin la posibilidad de buscarlo. Su vecino tenía una bicicleta que usaba todas las mañanas para hacer ejercicio, pero prefería mil veces correr al aeropuerto antes que montarse en esa cosa.

Salió de su departamento y bajó corriendo las escaleras, olvidándose de que en la esquina había un elevador desocupado. Al llegar a la recepción, Hoseok ya estaba con el alma afuera.

Claro, él, un chico genial, guapo, con figura deseable; podía ser muy apuesto pero un completo cero para el ejercicio. Y ahora el bajar cuatro pisos se lo había cobrado muy caro. Golpearía a Taehyung por hacerlo correr de esa forma tan temprano por la mañana.

Corrió fuera del edificio y paró el primer taxi que sus ojos vieron. Subió a paso veloz, ignorando a Jin y Jungkook bajando de la Lincoln del mayor. Ambos chicos se quedaron en blanco al ver pasar a un furioso Hoseok en busca de un taxi.

Jungkook frunció su ceño al ver pasar al pelinegro, lo siguió con la mirada mientras apretaba la mano de Jin. La última vez que había visitó a Hoseok, estaba con el pelinaranja. ¿Qué no se supone que debería estar con Taehyung?

— ¿Qué rayos? — Jungkook se encogió de hombros como respuesta a la pregunta de Jin. El menor le regaló una mirada coqueta al moreno.

— Sabes… — se abrazó al cuello de Jin y se acercó sus labios a los del moreno para tomar entre sus dientes el labio inferior de Jin. El mayor soltó un suspiro y apretó las caderas de Jungkook.

— Mhhh…

— Tenemos el departamento para nosotros solos…

Jin sonrió con malicia antes de atacar los labios del menor, acercó al menor hasta que sus pechos chocaron uno contra el otro. Jin se dedicaba a morder y saborear los labios de Jungkook, mientras que sus brazos se enrollaban más en la cintura del menor. Ambos gimieron cuando sus lenguas chocaron.

Jungkook soltó un suspiro gustoso y arqueó su espalda cuando sintió el amarre de Jin en su cadera. Estaba seguro de que si no estuvieran en medio de la calle, besándose de forma hambrienta como ahora, Jin ya lo tuviera sobre el suelo y encima de él. Pero no podía hacerlo con tantas personas viendo.

Jungkook se quejó cuando Jin lo tenía con la espalda demasiado inclinada hacia atrás. Se separó del moreno y juntó sus frentes, sin dejar de ver los labios de Jin e intentando recuperar la respiración.

— Tu amigo seguramente esta con el mío — Jungkook paseó sus labios por las mejillas, las sienes, la punta de la nariz y los labios de Jin, llevándose entre ellos el labio inferior del mayor.

Sonrió al soltar el labio de Jin y pasó la punta de su lengua por encima del labio superior del moreno. Sintió como éste lo volvía a sujetar por la cintura y lo hacía retroceder para entrar al edificio.

— No creo que regresen rápido.

Jungkook mordió su labio inferior y sonrió travieso.

 

 

Cuando Hoseok bajó del taxi, volvió a correr al interior del aeropuerto hasta dar con una recepcionista picando de forma distraída las teclas de la computadora. Llegó hasta ella, asustándola. Leyó el nombre de Jessica en su gafete, pero lo ignoró.

— ¿El próximo vuelo a Japón? — Jessica lo miró asustada. Hoseok gruñó.

— ¿Ehh?

— ¡¿El vuelo a Japón?! ¡Dime cuando sale!

— U-un momento, por favor.

Ella empezó a teclear con lentitud cada tecla de la computadora, haciendo tiempo mientras observaba al chico guapo y con cabellos negros frente a ella. No había visto a un chico que se acercara más a su tipo ideal.

— ¡Maldición, apresúrate ya! — Hoseok golpeó con sus manos nerviosas la mesa donde estaba puesta la pantalla de la Pc. Jessica dio un salto ante las palabras del pelinegro, asintió y se apresuró.

— En el andén diez, del otro lado del ala.

Escuchó una última maldición por parte de Hoseok antes de verlo salir corriendo con todo lo que tenía. Lo observó desaparecer entre la gente. No era posible que llegara a tiempo, faltaban menos de cinco minutos para que el avión partiera y en anden que buscaba estaba del otro lado del lugar.

Hoseok siguió corriendo, gruñendo cuando empujaba a las personas que no osaban quitarse de su camino. ¿Por qué siempre tenía que estar tan lleno el aeropuerto? Hoseok deseaba caminar y entre tantas maletas, no podía correr sin tropezar al tercer paso que daba.

Lloriqueó cuando vio el andén número uno, él pensaba que después de tanto correr ya estaba cerca de llegar, y resultaba que apenas llegaba al primer andén. Bufó y volvió a correr. No podía perder tiempo.

 

Casi diez minutos de carrera al andén indicado, tres caídas e infinitos tropiezos en el camino, bastaron para llegar, con cinco minutos de tardanza. Abrió sus ojos y se pegó al vidrio cuando vio que el avión partía. Se quedó mirando por la ventana, sintiendo como la gran carrera que había hecho no hubiese valido la pena.

— Debí correr más rápido — se reprochó a sí mismo.

Destrozado, se sentó en las sillas de espera para recuperar el aliento y un poco de fuerzas, las necesitaba para volver a caminar de regreso a su departamento. Al instante en que se sentó, dejó caer su cabeza para mirar el suelo.

Suspiró.

Un par de piernas torneadas, largas y atractivas vestidas con unos jeans apretados de color blanco pasaron por su campo de vista, pero estaba tan ensimismado que no lo tomó en cuenta. Ni siquiera se dio cuenta cuando daba dos pasos adelante, se detenía y regresaba hasta quedar frente a él.

— ¿Hoseok?

Hoseok levantó la mirada como un rayo al escuchar su nombre. Abrió la boca, con las palabras atoradas en su garganta. Taehyung estaba frente a él. Vestido de forma normal y nuevamente con su cabello pintado de color zanahoria.

No supo cuando se levantó de la silla, pero ya lo había hecho y se aventó para abrazar al menor. Lo apretó entre sus brazos y levantó sus pies del piso para girar con él entre sus brazos.

— ¡Hoseok, me estas mareando! — Taehyung golpeó el hombro del pelinegro. Chilló cuando Hoseok seguía sin soltarlo, se estaba mareando con tanta vuelta.

— Creí que te habías ido — Taehyung lo miró sin entender. ¿De qué hablaba ahora?

— ¿Irme? ¿A dónde?

— Había una nota en mi refrigerador, me decías que te ibas con tu madre — le dijo el mayor. Taehyung quiso golpearse la cabeza.

— No, decía que tenía que ir con mamá — lo corrigió — ¿revisaste lo que decía atrás?

— ¿Qué? ¿Cuál parte de atrás? — Taehyung soltó un suspiro y rodo los ojos, debió haberlo escrito todo en la misma hoja y con tinta roja para que Hoseok leyera la nota por completa.

El rubio cerró los ojos y comenzó a reírse del mayor. La idiotez de Hoseok tenía su encanto, o él ya había aprendido a verla. No sabía que sería de Hoseok sin su encanto para hacerlo reír y rabiar a la misma vez.

Su estómago dolía por la risa, y ver el rostro confundido de Hoseok le causaba más risa, lo abrazó negando con su cabeza y sin dejar de reír. Pasó sus brazos por el cuello del pelinegro, se pegó a su pecho y escondió su rostro en el cuello de Hoseok. Sintió como correspondía el abrazo en menos de unos segundos.

— La nota decía: «Lo siento, Hobi, tengo que ir con mamá» y por atrás decía: «vuelvo en dos horas. Te amo»

Volvió a soltar una risa burlona. Algo dentro de él le había dicho que Hoseok no revisaría bien la hoja al leer la primera parte. Quizás lo había hecho para asustar al mayor, o tal vez simplemente no estaba pensando bien al ver a Hoseok dormido y desnudo de la cintura para arriba. Era una gran distracción.

 

 

— Si tú amigo se entera de lo que hicimos en su cama, nos asesina y nos desaparece a los dos — murmuraba Jungkook cerca del oído de Jin.

Luego de unas horas, habían estado un rato en el departamento de Hoseok, luego salieron y se encaminaron al bar para masacrar a Jimin y Yoongi en su juego de póker. Ambos intentaron dejar igual a como habían encontrado el departamento de Hoseok, pero ninguno podía decir que hubiesen hecho un buen trabajo.

Ambos palidecieron y se congelaron en el sillón al momento en que vieron entrar a Hoseok de la mano con Taehyung. Jurarían que vieron como su amigo los masacraba y luego los asesinaba para luego tirar sus cuerpos en algún desagüe olvidado y mal oliente, y todo por usar su departamento como un nido de amor.

— Jin, tú…

— ¡No he hecho nada malo, te lo juro! — Jin se excusó con las manos en alto.

— ¿De qué rayos me hablas? — Taehyung frunció el ceño mientras que Hoseok veía a sus amigos con la confusión pintada en el rostro.

Jin soltó una risa floja y nerviosa mientras que se rascaba el cuello con nerviosismo.

— N-nada. Olvídalo — se apresuró a tomar las cartas y las comenzó a revolver. Miró a Hoseok y Taehyung antes de señalar con la cabeza a una delas sillas frente a una mesa circular —. ¿Qué esperan? Aplasten el trasero sobre la silla.

— Hombre, ya he dejado las apuestas — rodeó la cintura de Taehyung con delicadeza y lo acercó lo suficiente como para besar una de las sienes del chico. El rubio se encogió por las cosquillas que el gesto cariñoso le había causado —. Además, me estoy reformando.

— ¿Quién lo pensaría no? — Jungkook elevó sus cejas mientras soltaba las palabras irónicas.

Jin miró a Hoseok por unos segundos, quería levantarse de la silla, pero Jungkook estaba sentado en sus piernas y no parecía que el menor quisiera dejar su cómoda silla por ahora, así que desistió.

— ¡Oh, juego de póker! — Jimin exclamó al ver las cartas sobre la mesa y a Jin sentado con Jungkook encima de él. Aquello sólo podía significar una sola cosa:

Noche de apuestas y jugadas de póker hasta quedar sin dinero en los bolsillos.

Yoongi guió al menor hasta la mesa de madera, donde se sentó y Jimin lo imitó sentándose en sus piernas, abrazó el cuello del mayor y esperó a que Hoseok se sentara en la mesa para dar inicio a la magnífica noche. Jimin y Jungkook se miraron entre sí, uno al otro se decían que era la hora para dejar pobre al contrario.

Hoseok y Taehyung se murmuraron algo al oído antes de que el pelinegro sonriera y se sentara frente a la mesa con Taehyung sobre sus piernas y abrazando su cello con ambos brazos. Jin asintió conforme al ver a su amigo sentado sobre la silla y con Taehyung en sus piernas.

Era una rara tradición en ellos; cada vez que Jin, Yoongi y Hoseok jugaban, antes de que Taehyung llegara, los dos mayores jugaban con sus parejas sobre sus piernas. Según Jin, decía que era de buena suerte jugar con Jungkook sentado sobre él.

Jungkook y Taehyung se miraron por unos segundos antes de mirar a Jimin, el pelinegro les regresaba la mirada de forma alternativa. Los tres sonriéndose con confianza, cada uno confiaba en su pareja.

— Hagamos una apuesta digna — comentó Jungkook, una vez que Jin terminó de repartir las cartas. Obteniendo la atención de los cinco —. Los perdedores de esta mano, pagaran al ganador un viaje.

— ¿A dónde?

— A donde ellos quieran, por todo un fin de semana — Jungkook los miró a todos. Era costoso un viaje, mucha inversión de capital para un fin de semana. Observó a Yoongi pensarlo seriamente y a Hoseok encogerse de hombros al igual que Jin.

La capital nunca les había hecho falta.

— Hecho — dijeron al mismo tiempo.

Los siguientes quince minutos pasaron de forma entretenida, entre risas por parte de Jungkook, Jimin y Taehyung al ver los rostros serios y gruñones de Jin y Hoseok. Yoongi parecía estar concentrado en exceso ya que no se molestaba en mirar a sus compañeros de juego.

Hoseok y Jin se miraban de forma competitiva, reían mientras parecían fulminarse el uno al otro con la mirada.

— Dos pares — dijo Jin con una gran sonrisa deslizándose por sus labios. Dejó las cartas sobre las mesa y se abrazó a la cintura de Jungkook. Hoseok rió y botó las cartas al igual que su amigo.

— Tercia — le dijo con voz de victoria. Yoongi rió de forma burlona.

— Besen mi trasero, perdedores. Me deben un viaje a Francia — dejó las cartas de forma delicada, esperando a que los demás vieran su juego — Corrida.

Hoseok gruñó y Jin lloriqueó.

Yoongi volvió a revolver las barajas y volvieron a iniciar una nueva mano, apostando unos mil dólares. Taehyung y Jimin se veían por unos interminables segundos antes que Jin se coronara vencedor de ese juego. Hoseok volvió a gruñir por lo bajo. Taehyung sólo rió por las quejas que Hoseok soltaba en voz baja.

La noche siguió su curso y con ella las apuestas entre ellos. Hoseok había perdido casi el mismo dinero que ya había ganado. Jin parecía estar en la misma situación mientras que Yoongi parecía estarse volviendo millonario esa noche.

Cuando el bar cerró, Jungkook y Taehyung se dieron cuenta que eran las siete de la mañana, ambos se miraron y rieron al verse con unas ojeras al tamaño de sus mejillas. Jin y Hoseok, parecían estar más frescos que después de haber dormido una semana continua.

Antes de las ocho de la mañana, Yoongi pasó y cedió su lugar a Jimin. Como el menor era un completo cero ante las mañas de Hoseok y Jin, decidió salir del juego y retirarse con el mayor, tomados de la mano hasta desaparecer y dejar a Jin y Hoseok.

— Apuesto a que le puedo ganar a tu chico — le retó Taehyung a Jin. Seguía sin olvidarse de cuando apostó con Hoseok sobre el beso, o cuando se burló de él en el café donde trabajaba, o cuando siguió burlándose con Jimin cuando su madre les mostro las fotografías de cuando era un bebé.

— ¿Qué apuestas, princesa? — Jungkook se inclinó adelante y recargó su mentón entre sus manos, dejando que Jin apostara lo que quisiera.

— Si yo gano, me darás las llaves de tu hermosa Lincoln que vi estacionada afuera — dijo, con una gran sonrisa en sus labios. Hoseok negó cabizbajo, lamentándose por Jin, y Jungkook rió en voz alta con las palabras de su amigo, esa gran camioneta era la adoración de Jin, seguramente lloraría si llegase a perderla.

— ¿Y si yo gano qué?

— Te daré mi amada jeep Patriot o el Caliber de mi chico.

— Oye no me metan en sus asuntos sucios — se quejó Hoseok.

— Hecho.

Jungkook soltó una risa y besó los labios de Jin antes de proceder a repartir las cartas entre él y un Taehyung divertido que besaba y murmuraba cosas a Hoseok. Cada uno tomó las cartas frente a ambos, las miraron y se miraron uno al otro de forma misteriosa. Tomaban cartas del montón así como dejaban.

Pasados los quince minutos Taehyung sonrió y Jungkook dio un salto en las piernas de Jin. Ambos chicos habían olvidado que entre aquel juego estaba apostado uno de los tesoros de Jin y el pequeño hijo de Taehyung.

— Muestren lo que tienen — les dijo Hoseok. Jungkook rió en voz alta y dejó las cartas en la mesa.

— Tercia de Ases.

Jin sonrió victorioso, podía sentir las llaves de la linda jeep de Taehyung entre sus manos. Nadie le quitaría su preciado bebé. Vio a Taehyung reír y negar con la cabeza.

— Flor imperial.

El menor chilló con emoción antes de levantarse y dar un brinco de felicidad. Jin lo miró con una expresión similar a un perro recién apaleado y botado en medio de la lluvia de invierno, a pesar de eso, no convenció a Taehyung; el menor sonrió negando y extendió una mano frente a Jin con una expresión victoriosa.

Jungkook suspiró y se levantó de las piernas de Jin para que el mayor buscara las llaves de su antigua camioneta entre los bolsillo de su pantalón negro. Puso las manos en su cadera y esperó a que Jin comenzara a quejarse sobre el hecho de que Taehyung no podía ser tan cruel como para quitarle algo preciado para él. A pesar de eso, Taehyung se mostró sonriente pero inflexible.

— Venganza, Kim Seokjin — le dijo Taehyung una vez que tuvo las llaves en sus manos —. Me debías demasiadas.

Jin miró a Jungkook, el menor cerró sus ojos y asintió, dándole la razón a su amigo. Jin bufó y comenzó a hacer pequeños berrinches como un niño pequeño molesto por haberle quitado un juguete.

Se despidieron de Jungkook, ya que Jin estaba haciendo demasiados pucheros y berrinches como para despedirse de él, y salieron tomados de la mano hacia la planta baja del bar. Por primera vez Taehyung vio como el bar estaba callado y en total calma, excepto por Yoongi limpiando algunos vasos de whisky en la zona del bar y a las meseras limpiando las mesas y lustrando el piso de baldosas blancas y negras.

Taehyung rió al ver que ni siquiera sabía el color del suelo, nunca podía ver el suelo cunado el bar estaba lleno, siempre abarrotado de gente convulsionando en la pista de baile. Le recordaba a un juego de ajedrez por la forma de alternar el blanco con el negro.

Una vez fuera, Taehyung rió nuevamente y sacó las llaves de la Lincoln de Jin, ahora suya. Quitó los seguros de las puertas, estaba dispuesto a manejar esa lindura de camioneta.

— Nunca te he preguntado algo — Taehyung dio media vuelta y se recargó sobre el cofre de su nueva camioneta. Hoseok se detuvo y se colocó frente al menor, mirándolo y esperando a que Taehyung siguiera hablando — ¿Cómo se llama el bar?

Hoseok sonrió y se pegó al menor, tomándolo de las caderas y juntando sus labios con cariño y algo de fuerza, pero sin dejar de ser delicado con los suaves labios de Taehyung. Dulces, suaves, delicados y adictivos. Así era como tomaba Hoseok los labios del menor. Una adicción que no tenía pensado dejar pronto.

Siguieron comiéndose la boca uno al otro durante unos interminables segundos, donde Taehyung acariciaba el cuello y el cabello del pelinegro, y Hoseok se dedicaba a acariciar la piel nívea de la cadera de Taehyung. Cuando el aire escaseó en los pulmones de ambos, se separaron con las respiraciones agitadas.

Hoseok recargó su frente con la del rubio y suspiró.

— Labios compartidos — murmuró el pelinegro. Taehyung se separó y lo miró con un gesto confundido —. Labios compartidos, así se llama el bar.

El menor soltó una risa al ver las cosas irónicas a su alrededor.

— Te viene como anillo al dedo ¿no crees? — Hoseok sonrió de forma torcida y rodeó la cintura de Taehyung con fuerza.

— Venía — corrigió —. Me estoy reformando.

Taehyung sonrió y besó castamente los labios de Hoseok. Acarició sus mejillas antes de esconder su rostro en el cuello del pelinegro.

— Entonces… ¿quieres ir a mi casa y compartirnos mutuamente? — Taehyung rió de forma ahogada por la cercanía con la piel de Hoseok. Era la segunda vez que el pelinegro le preguntaba lo mismo. Se alejó para mirar al chico con una sonrisa traviesa bailando en sus labios.

— Sabes, creo que por primera vez voy a aceptar tu invitación.

 

 

FIN 

  

Notas finales:

Una ultima cosita, como regalo quiero hacerles un epilogo. Pero eso depende de la aceptacion que tenga este capitulo. 

Dejen sus rw

Gracias <3 las amooo!!!


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