Lips to divide up. 3
— Bien, lo convenciste de venir, ¿y ahora qué? — Jin se tiró en el sillón de cuero negro. Hoseok se quedó de pie, mirando a su amigo. Tenía razón, ¿ahora qué?
Miró a Jin confundido, para ser sincero, tampoco esperó llegar tan lejos con el chico. No es como si Taehyung fuese tan facíli como para una noche de diverción y luego olvidarlo, el chico era más complicado y difícil que eso. Y definitivamente valía más que una sola noche.
— Hoseok, hay un chico siendo arrastrado al baño.
El nombrado se giró para ver a Jungkook parado en el lumbral de la puerta. Con 19 años, Jungkook era un chico atractivo con piel blanca y rostro ángelical. Jin se levantó del sofá y se encaminó al chico, quién lo miró con una ceja enarcada y con molestia fingida.
— Vamos a pasarla bien, ángel — Jumgkook le sonrió coqueto antes de negar.
— Sigo molesto contigo, Seokjin. Eres un promiscuo.
— Hey, nunca tengo nada con ellos. Sólo los molesto un rato — le rodeó la cintura con sus brazos y besó su cuello. Jungkook rió bajo y enredó sus brazos en el cuello del más alto.
— Eres un idiota — Jin le sonrió.
— Sí, pero soy tu idiota.
Hoseok rodó los ojos y los aventó al interior de la sala antes de cerrar la puerta y salir en busca del chico siendo arrastrado a los baños. Aquello significaba sexo salvaje. Se encogió con un estremecimiento al pensar en el trabajo de los intendentes con los aseos. No quería ser ellos.
Cuando llegó al salón, se alarmó de no ver a Taehyung en el sitió donde lo dejó. Se dirigió a donde los baños. Sorpresa y rabia corrieron por sus venas al ver a Taehyung siendo arrastrado por un hombre. El rubio se aferraba al marco de la puerta con sus dos manos.
Hoseok se encaminó hasta ellos. Empujando y quitando del camino a las personas que se pasaban frente a él. No dejó de mirar al chico, mientras escuchaba algunas cosas que el hombre decia.
— Disculpa — dijo con voz cargada en furia —. El chico que tocas es mío.
El hombre dejó de focejear con Taehyung y miró a Hoseok con un profundo ceño fruncido. Abrió sus ojos con sorpresa al reconocer al chico y soltó la cintura de Taehyung a velocidad luz. El chico soltó el marco y, prácticamente, corrió hasta donde Hoseok y se ocultó tras su espada.
Hoseok arqueó una de sus cejas, antes que Jin y Jungkook aparecieran a su lado. Sonrió sin humor y y señaló la salida con su pulgar.
— Te vas por las buenas, o te muestro la salida.
El hombre levantó el mentón mirando orgulloso a Hoseok. Luego sonrió con desden antes de soltar su comentario.
— He sido cliente de este bar durante años — Hoseok se encogió de hombros.
— Ya no. Hay muchas personas que también han venido aquí desde hace mucho tiempo atrás.
— Sólo queria flirtear con el muñeco un rato. Vamos chico, aquí todo el mundo es compartido.
— Yo no — respondió cortante. Señaló con su cabeza —. Fuera.
Se quedaron en silencio mientras veían al hombre marcharse y a Jin y Jungkook seguirlo a la salida para comprobar que en verdad se fuera. Hoseok sostuvo su mirada molesta hasta que lo vio salir por la puerta.
Sintió a Taehyung separarse de él. Se giró y corrió tras el chico. El rubio se abría paso entre el mundo de gente, caminando a la puerta con pasos furiosos y temblorosos. Intentó coger al chico por la chamarra, pero este se zafó de su agarre y siguió su camino.
Taehyung inspiró aire con fuerza una vez que estuvo fuera del bar. Se detuvo un momento para calmar sus tensos y alterados nervios. Definitivamente había sido un error volver al bar. Seguía golpeandose internamente por aceptar a los caprichos de Jimin y Hoseok.
— Bebé — Taehyung frunció el ceño y quiso volver a caminar al escuchar la voz de Hoseok, pero éste lo retuvo agarrando el cuello de la chaqueta.
— Déjame en paz.
— Vamos, no estás bien.
— Sólo quiero irme a casa, dormir y olvidar esta noche.
Al sentir que Hoseok no lo soltaba. Apretó los dientes y se sacó la chaqueta, y corrió antes de que Hoseok lo atrapase. Escuchó una maldición por parte del chico antes de escuchar sus pasos tras él. Taehyung cerró los ojos por un momento y apresuró su paso a lo más que podía.
Logró correr hasta la calle principal antes de girar en la esquina. Unos metros después, sintió una mano deslizarse en su brazo, haciendolo detenerse. Soltó un jadeó cuando Hoseok lo empujó hacía sí mismo.
Taehyung se quejó cuando los brazos del pelinegro rodearon su cintura y su espalda, impidiendole la huida. Intentó alejarse, pero le resultó imposible zafarse de los brazos de Hoseok. Así que se dejó hacer por él.
— Lo siento — Taehyung bufó.
— ¿Lo sientes? ¡¿Lo sientes?! — Hoseok asintió —. Tú fuistes el que insistió en traerme aquí. ¡Por tu culpa casi termino violado!
— Pero no pasó — Taehyung se soltó de los brazos de Hoseok y lo miró furioso. Sí, Hoseok no tenía ni idea de cómo consolar a alguien.
Molesto, Taehyung se acercó a la calle y paró al primer taxi que pasó. El coche se detuvo y el chico se apresuró a abrir la puerta, se quedo parado antes de entrar y giró la cabeza para ver a Hoseok.
— Sólo mantente alejado de mí — murmuró antes de entrar al taxi. Dejando a Hoseok parado en la acera.
...
A la tercera mañana, Taehyung se había levantado con un humor de perros. Pero, pasó su mañana en la universidad como normalmente no hacía. En todo el día no vio a Zelo, así que supuso que el chico no estaba en clases. Volvió a su libro, enfocando toda su atención en ello.
Saliendo de sus clases, era más de las dos de la tarde. Suspiró cuando notó que no le daría tiempo de ir a su casa antes de trabajar. Rendido se encaminó a su jeep mientras hojeaba su libro. Entretenido hasta que chocó con un hombro.
Sin dejar de mirar su libro, hizo una reverencia a modo de disculpa antes de seguir su camino y escuchar un bufido a su espalda. Lo ignoró y siguió caminando hasta que vio de reojo el cofre blanco de su jeep.
— Me estas ignorando — se tensó al escuchar la voz de Hoseok a su esplada. Sin dejar de observar su libro, suspiró y habló.
— Yo te dije que me dejaras en paz.
— Esperé hasta que se te pasaran los nervios — le dijo el pelinegro. Taehyung bufó, irritado. Tenía que ir a trabajar y llegar temprano o su jefa lo regañaría.
— Sólo déjame en paz, vete a compartirte con alguien más.
— ¿Sigues con eso?
— Cuando tú hayas cambiado, yo dejaré el tema de lado.
— ¿Sigues molesto todavia?
— ¿No, cómo crees? Que casi te violen en un baño asqueroso. Casual, le pasa a cualquiera.
— Vale, me disculpe por eso.
— Te golpeare tan fuerte como pueda. Algún día.
— Discúlpame ¿vale?
— No. Todo eso fue tu culpa. Yo no quería ir, y te dije que no me dejaras solo. ¡Pero aun así lo hiciste! ¡Y te odio por eso!
Hoseok rodó los ojos e hizo una mueca de disgusto. Gesto que Taehyung no vio por estar de espaldas y con la mirada en su libro.
— Deja eso, ¿y qué es tan importante para no mirarme mientras hablo contigo? — Taehyung se encogió de hombros.
— Hamlet, de Guillermo Shakespeare.
Hoseok bufó antes de acercarse al rubio. Arrancó el libro de las manos del chico y lo dejó en la esquina del cofre del jeep. Giró a Taehyung y lo levantó para sentarlo sobre el jeep. Los ojos abiertos con sorpresa de Taehyung lo hicieron sonreír. Se acercó hasta quedar entre las piernas del rubio.
— ¿Qué tal si comparto mis labios contigo? — murmuró por lo bajo. Taehyung tragó en seco al sentir al pelinegro tan cerca.
— Oye...
No pudo hablar al sentir, por segunda vez, los labios del pelinegro. Reclamandolo en un beso posesivo y furioso. Taehyung se volvió a tensar por unos segundos antes de responder con fuerza el beso. Mordiendo con poca delicadeza el labio del pelingro, éste adentró su lengua en la boca del rubio.
Si bien el chico era compartido, como él decía, entonces ¿por qué no divertirse un momento con él? Luego Hoseok se cansaría y lo dejaría en paz. Sin mencionar que: los besos del pelinegro eran deliciosos y delirantes.
Taehyung cedió ante los besos de Hoseok y abrazó su cuello con sus brazos mientras se volvian a juntar en un beso demandante y apresurado. Hoseok acarició la parte externa de su muslo y Taehyung enredó sus piernas en la cintura de éste, como respuesta.
Se volvieron a separar, jadeando por la falta de aire en sus pulmones. Hasta que ambos se volvieron a reclamar en otro beso. Este más tranquilo, pero no menos demandante y desbordante de pasión entre ambos.
— Lo siento. En verdad.
— Lo dejaré pasar por un tiempo. Luego lo recordaré y te golpearé por ello — Hoseok sonrió radiante, volvió a besar a Taehyung por unos segundos antes de separarse. Miró confundido al pelinegro —. ¿Por qué estoy haciendo esto contigo?
— Porque quizas me amas.
— ¡Ja! Estas soñando despierto, Hoseok.
Ambos rieron y se volvieron a besar de forma lenta y cariñosa. Taehyung echó sus manos hasta los hombros de Hoseok y lo alejó unos centímetros. Lo suficiente para poder hablar.
— ¿Qué has apostado esta vez? — Hoseok lo miró confundido por unos segundos, luego negó con su cabeza.
— Nada. Nadie sabe que estoy aquí, hoy es mi día libre.
Aquellas palabras fueron un recordatorio para Taehyung. Dio un salto y se reprendió mentalmente por volver a olvidarlo. Hoseok se rió en voz baja al ver al chico apurado cuando lo alejó de él.
— ¿Qué te sucede?
— ¿Por qué veniste aquí para distraerme?
— No te desquites conmigo — contestó Hoseok con un gesto divertido.
— ¡Diablos! Voy a llegar tarde al trabajo, ¡otra vez!
La mano de Hoseok detuvo todo movimiento de Taehyung. El menor lo miró con un gesto confundido y apresurado. Hoseok sonrió, a lo cual Taehyung supuso que era su sonrisa encantadora.
— No vayas — le dijo en tono serio —. Vamos a mi departamento.
Taehyung entrecerró los ojos fugazmente.
— ¿A qué vamos, según tú? — Hoseok enarcó una ceja y jaló al rubio hasta rodear firmemente su delgada cintura.
— Vamos a compartirnos mutuamente ¿Sí o no?
Taehyung soltó el aire de sus pulmones y sonrió.