Confesiones en Navidad
Los estudiantes miraban con detenimiento como las manecillas del reloj se movían lentamente, era día viernes y todos estaban impacientes faltaban pocos días para que comenzaran las tan esperadas vacaciones. Diciembre sin duda era uno de los meses más fríos en Tokio, pero también uno de los más esperados para celebrar la Navidad.
Finalmente la campana sonó anunciando el final de las clases, cuando la profesora de literatura se despidió no sin antes recordarles el trabajo que debían hacer para la próxima clase, todos comenzaron a levantarse de sus lugares, algunos hacían planes para encontrarse el fin de semana, y otros platicaban sobre las salidas familiares de esos días.
Naruto Namikaze a sus diecisiete años era un joven de cabello rubio, brillantes ojos azules y piel morena. Era un joven alegre y divertido, siempre con una hermosa sonrisa en su rostro. Con buenos amigos a los que quería y respetaba.
El rubio recogió con calma sus cosas y una vez listas se colocó su abrigo, guantes y bufanda para finalmente salir del aula, luego de despedirse de sus compañeros. Caminó con tranquilidad hacia el despacho del consejo estudiantil y espero en la puerta hasta que su mejor amigo saliera de una reunión.
Mientras esperaba observó por la ventaba del lugar como la nieve caía lentamente, el invierno no le agradaba en absoluto, él prefería los días calurosos en los que podía salir sin problemas a pasear con sus amigos.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta del salón se abrió y algunos alumnos salieron del lugar, Naruto miró hacia el interior y sonrió cuando vio a su amigo caminar en su dirección.
Sasuke Uchiha, era el mejor amigo de Naruto desde la primaria, ambos se llevaban bien aunque en algunas ocasiones peleaban pero como siempre eran pelas sin sentido. Sasuke tenía el cabello negro, los ojos del mismo color y su piel era clara. Era muy popular entre las chicas del colegio pero él nunca las tomaba en cuenta.
—¿Esperaste mucho tiempo? —preguntó el moreno al ver a Naruto.
El rubio sonrió mientras negaba.
—No, llegué apenas hace unos minutos —respondió.
—Bien, entonces vámonos.
—Sí.
Ambos jóvenes comenzaron a caminar hacia la salida, mientras platicaban el moreno se colocaba su abrigo y guantes ya que el clima era demasiado helado aunque a él le gustaba el frío. Naruto siempre le recriminaba como podía gustarle ese tipo de clima pero Sasuke jamás lo tomaba en cuenta causando el enojo del rubio.
Mientras caminaban por la acera con tranquilidad, Naruto observó los escaparates de las tiendas todas con motivos navideños, sonrió al pensar en que podría regalarle a su hermano para tan importante fecha.
El rubio observó el gran árbol en el centro del lugar, aquel árbol navideño que todas las noches prendía sus luces iluminando de manera hermosa el lugar, había algunas parejas caminando con tranquilidad, y pensó en que seguramente sería agradable tener alguien para observar durante la noche aquel juego de luces.
No puedo evitar mirar a Sasuke quien caminaba unos pasos más adelante y pensó en si darle un regalo de navidad sería buena idea. Se sonrojó de sólo pensar en ello y su corazón latió más rápido de lo normal. Se llevó una mano a su pecho y suspiró. Llevaba tres años enamorado de Sasuke pero no tenía el valor de confesárselo, tenía miedo de decirle lo que sentía y que el moreno se alejara de él, prefería seguir siendo su mejor amigo a no ser nada.
Sasuke se percató de que Naruto no estaba a su lado así que se detuvo y volteó su mirada.
—¿Estás bien? —preguntó el moreno al verlo con la mirada en el suelo.
Naruto al escuchar su voz alzó su mirada y asintió con una sonrisa.
—Sí, no es nada —se excusó.
El moreno enarcó una ceja.
—No cabe duda eres todo un dobe —dijo mientras continuaba su caminó con una sonrisa en su rostro.
El de ojos azules frunció el ceño y corrió para alcanzarlo.
—¡Y tu eres un teme! —le gritó sin importarle que las personas a su alrededor los miraran con sorpresa.
Continuaron su caminó a casa en completo silencio, Naruto miró por el rabillo del ojo a Sasuke y se dio cuenta de que el moreno no le prestaba la más mínima atención, suspiró con resignación al saber que Sasuke nunca lo tomaría en cuenta más que como su amigo.
Finalmente llegaron al barrio en donde ambos vivían, la casa de Sasuke estaba frente a la de Naruto y por eso ambos siempre iban y regresaban juntos de la escuela.
—Nos vemos —se despidió el Uchiha mientras caminaba hacia su casa.
—Adiós —el rubio levantó sin ánimos su mano en señal de despedida para finalmente él también caminar a su casa.
Al llegar abrió la puerta y antes de serrarla observó por última vez a Sasuke, cuando el moreno entró cerro la puerta y Naruto hizo lo mismo.
Naruto entró a su casa y se extrañó de no haber sido recibido por su madre, escuchó algunas risas en la sala así que se encaminó hacia el lugar.
—Ya regrese —anunció con una sonrisa.
El rubio no puedo evitar que un sonrojo apareciera en sus mejillas al ver a su hermano, Deidara sentado en el sillón, a su lado Itachi su novio, el moreno le daba pequeños besos en toda la cara del rubio el cual no podía evitar reír. Ambos al escuchar la voz de Naruto se voltearon y parecían avergonzados.
—Naru-chan, bienvenido —saludó el rubio.
—Hola —murmuró el de ojos azules—. Yo los dejo solos —dijo rápidamente—. Hola, Itachi —saludó Naruto antes de darse media vuelta y comenzar a caminar hacia las escaleras sin darle tiempo al novio de su hermano de saludarlo.
Deidara lo vio marcharse y suspirando volvió a sentarse en el mismo lugar.
—¿Qué sucede? —preguntó Itachi mientras jugaba con un mechón de cabello de su novio.
—Naruto ha estado muy extraño —le comentó mientras descansaba su cabeza en el hombre del mayor.
—No te preocupes, Sasuke está igual —respondió.
—Voy a hablar con él en cuanto pueda —habló Deidara.
El moreno asintió.
—De acuerdo, pero…¿en que estábamos? —preguntó mientras le daba un beso en la mejilla.
—No lo sé, ¿Por qué no me lo recuerdas?.
Itachi se acercó un poco más y abrazándolo junto sus labios en un nuevo beso.
***
Naruto llegó a su cuarto y se encerró en el, suspiró con tranquilidad mientras aún aquel sonrojo adornaba sus mejillas. Deidara a veces podía ser descuidado, si sus padres lo hubieran visto seguramente se hubiera molestado, pero al parecer ellos había salido. El rubio caminó hacía su escritorio y dejó su bolso sobre el mismo.
Corrió las cortinas y no puedo evitar mirar hacia la casa de Sasuke, para su buena suerte el moreno se encontraba en la pequeña terraza de su cuarto, Naruto sonrió y levantó su mano en señal de saludo, el Uchiha le correspondió pero unos minutos después regresó al interior de su habitación. Naruto sonrió con tristeza al pensar en lo cerca que estaba de Sasuke y a la vez tan lejos. Estornudo por el frío que estaba haciendo así que decidió tomar una ducha de agua caliente, al salir se visitó con ropa cómoda y se dejó caer sobre su cama. Cogió su reproductor de música y colocándose los audífonos comenzó a relajarse con la música, no supo en qué momento sucedido pero unos minutos después se había quedado profundamente dormido.
El resto del día trascurrió con normalidad, sus padres regresaron de trabajar y todos cenaron en familia. A Naruto le gustaba mucho el habiente del lugar, todo era tan navideño que sin duda la navidad era su fecha favorita aunque no disfrutara del frío.
***
A la mañana siguiente mientras se encontraba sumergido en la tina, su hermano Deidara entró y es que el rubio mayor no tenia problema de ver a su hermano como dios lo había traído al mundo.
—Dei, te he dicho que no entres así —le recordó el de ojos azules mientras se sumergía en el agua lo que provocó la risa del mayor.
—Vamos, te he visto desnudo desde que eras un bebé. Además no tienes nada que no haya visto antes —le recordó.
—¡Deidara! —le gritó Naruto espantado ante la falta de vergüenza del mayor.
—De acuerdo ya me voy, solo venia a pedirte que me acompañes al centro comercial —le comentó.
—¿Para qué? —interrogó el chico.
—Pues para comprarle un regalo de navidad a Itachi —le sonrió.
Naruto asintió.
—De acuerdo, espérame en la sala, ahora te alcanzo.
—Está bien.
Deidara salió del lugar y Naruto suspiró mientras comenzaba a salir de la tina, se secó y vistió con ropa abrigada ya que no quería pescar un resfriado. Ambos jóvenes salieron de su casa y comenzaron a caminar hacia el centro comercial de la ciudad. El lugar era un caos, las personas caminaban rápidamente de un lado hacia otro y en barias ocasiones Naruto había sido empujado por algún extraño.
Su hermano prácticamente lo arrastró a distintas tiendas, pero a él nada lo convencía y Naruto había comenzado a perder la poca paciencia que tenía en aquel momento. Finalmente el rubio decidió salir de la tienda e ir a dar una vuelta hasta que Deidara se decidiera que iba a comprar.
Caminó por los atestados pasillos del shopping viendo los escaparates, suspiró al ver pasar a tantas parejas que parecían felices haciendo sus compras navideñas y en el fondo de su corazón le gustaría poder caminar de esa manera junto a Sasuke.
Mientras recorría el lugar una tienda llamó su atención, se acercó y miró las vitrinas. En ella se exhibían distintas bufandas, gorros y guantes, pero aquello no era lo interesante si no el hecho de que eran muestras de lo que se podía tejer con los libros y los distintos materias que allí vendían.
«¿Me preguntó si a Sasuke le gustaría algo así», Pensó el chico «Seguramente lo rechazaría», Naruto sabía que Sasuke solía rechazar todos los regalos que las chicas de la escuela solían darle en fechas importantes.
—¿Qué estas mirando, Naruto? —preguntó una voz a sus espaldas.
El rubio se sobresaltó al escuchar aquella voz, y cuando se giró se encontró con Sasuke, quien había enarcado una ceja y lo miraba de brazos cruzados.
—Yo…pues vine a acompañar a Dei a hacer unas compras —respondió.
El moreno bufó.
—Al parecer nuestros hermanos piensan igual —le comentó—. Itachi también está comprando un regalo para Deidara.
Naruto rió, definitivamente ellos si eran la pareja perfecta, al rubio siempre le había caído muy bien Itachi, y cuando Deidara le dijo que eran novios se puso muy feliz al pensar en que su hermano había encontrado a una gran persona con quien seguramente compartiría el resto de su vida. Porque no imaginaba a su hermano con nadie más que no fuera Itachi Uchiha.
—¿Por qué no vamos a tomar algo hasta que terminen? —propuso el rubio.
El moreno se encogió de hombros.
—Como quieras.
El de ojos azules sonrió para luego ambos encaminarse hacia una cafetería que se encontraba en el lugar. Se sentaron en una de las mesas del fondo, Naruto pidió un chocolate caliente mientras Sasuke ordeno un capuchino.
Mientras disfrutaban de sus bebidas el Uchiha le platicaba sobre lo fastidiado que estaba de Sakura, una joven del otro salón que no dejaba de acosarlo día y noche y de la cual el moreno ya no sabía qué hacer para sacársela de encima.
—Y si ella te diera un regalo de navidad ¿lo aceptarías? —preguntó Naruto mientras bebía un poco de chocolate.
—Claro que no —respondió Sasuke—. Sería como darle esperanzas y lo que quiero es que deje de molestar —le comentó.
El rubio asintió algo deprimido por la respuesta del moreno, porque eso quería decir que Sasuke jamás recibiría un regalo de alguien que no quisiera.
***
Itachi se había encontrado con Deidara, ambos felices se saludaron con un beso para luego comenzar a buscar a sus hermanos, caminaron hacia la cafetería del lugar y sonrieron al verlos.
—¿No crees que se ven bien juntos? —inquirió Deidara con una sonrisa.
—Sí, Sasuke solo esta así de tranquilo cuando esta con Naruto —respondió el Uchiha.
—¿Tú crees que ellos estén enamorados?
—Tal vez, pero Dei, no quieras hacer de Cupido —bromeó Itachi.
Deidara frunció el ceño.
—Claro que no, si sucede algo entre ellos será porque así lo quieras.
—Estoy de acuerdo. Vamos con ellos entonces.
—Está bien.
Ambos caminaron hacia los menores y se saludaron para luego sentarse todos juntos, la plática resultó divertida para algunos y en el caso de Naruto no tanto cuando su hermano mayor contó cosas vergonzosas sobre él. Su sonrojó fue más intenso cuando escuchó la risa de Sasuke. Naruto hizo un recordatorio en su cabeza para esa noche “Matar a su hermano mayor”.
***
Cuando Naruto y Deidara regresaron a casa el menor subió a su cuarto a terminar su tarea, mientras el mayor se quedaba en la sala leyendo un libro.
Naruto caminaba de un lado hacia otro en su habitación, le gustaría mucho poder regalarle a Sasuke algo hecho con sus propias manos, pero tenía miedo de que lo rechazara. Suspiró mientras se dejaba caer en la cama y se cubría el rostro con sus manos ¡lo quería tanto! Que ya no soportaba estar siempre a su lado y no poder decirle todo lo que sentía. Finalmente el de ojos azules tomó una decisión, esa navidad le confesaría sus sentimientos a Sasuke.
***
Sasuke había guardado la pequeña caja dentro del cajón de su escritorio cuando escuchó la puerta de su cuarto abrirse. Itachi lo veía desde la puerta con una sonrisa en su rosto.
—¿Y ese regalo? —señaló el mayor.
El moreno frunció el ceño.
—No es un regalo —respondió.
—De acuerdo. Mamá dice que bajes, la cena está lista.
Itachi se marchó del lugar y Sasuke suspiró, le había comprado a Naruto un pequeño presente para la navidad, el cual era una escusa para poder reunirse con él a solas y confesarle lo que sentía. Amaba al rubio desde hacía mucho tiempo y pensaba que la mejor fecha para confesárselo era la navidad, ya tenía todo planeado, solo debía esperar una semana y un “si” de parte del rubio.
***
El fin de semana trascurrió con normalidad y el lunes llegó, los estudiantes en los salones platicaban con entusiasmos sobre lo que había hecho durante el fin de semana. Naruto miraba a través de la ventana en jardín del instituto cubierto de nieve, recordó que durante el verano le gustaba mucho ir a almorzar junto a Sasuke en aquel lugar. Miró hacia adelante y vio al moreno sumergido en la lectura de su libro, el cual llevaba a todas partes.
La jornada educativa fue larga y aburrida, según el criterio de Naruto, durante las horas de clase había tomado una decisión, volvería al centro comercial y compraría todo lo necesario para hacerle una bufanda y guantes a Sasuke. Cuando la campana de salida sonó el rubio guardó rápidamente sus cosas.
—Sasuke, tengo cosas que hacer. No puedo esperarte —le comentó al moreno quien también guardaba sus cosas en aquel momento.
El chico enarcó una ceja al escuchar aquello, usualmente Naruto solía esperarlo siempre para regresar a casa juntos, aún así decidió fingir que no le importaba.
—Como quieras —respondió.
—Te veré mañana.
Y saludándolo salió del lugar, caminó con rumbo hacia el shopping y al llegar a la tienda le dio un poco de pena ver a tantas mujeres en el lugar, aún así una vendedora muy amablemente le ayudó a escoger todo lo necesario. Una vez con la compra en mano se marchó hacia su casa. Al pasar frente al gran árbol de navidad sonrió al pensar que sería un buen lugar para entregar su regalo.
Cuando llegó a casa, subió a su cuarto, se cambió y de inmediato comenzó a leer el libro con cada instrucción que indicaba en el.
Debía admitir que no era tan complicado como lo había pensando pero si requería mucho tiempo, solo rogaba que pudiera terminar todo en los pocos días que faltaban para la navidad.
***
Los días comenzaron a pasar y a Sasuke le extrañaba que Naruto siempre pusiera una escusa para marcharse temprano a casa, y cuando iba a visitarlo parecía que el rubio quería estar en otro lugar y no junto a él.
Por su parte Naruto pasaba día y noche con su trabajo, se había pinchado un par de veces con las agujas pero nada de importancia, con el paso de las horas sonrió al ver finalmente la bufanda terminada junto a los guantes, suspiró con tranquilidad al haber terminado su trabajo justo un día antes de la navidad. Colocó aquel regalo cubierto con un lindo papel de regalo y un moño de color rojo para finalmente dejarlo sobre su escritorio. Vio la hora y eran las dos de la mañana, bostezó con cansancio pero feliz de haber conseguido lo que deseaba.
La mañana del veinticuatro de diciembre su casa había sido un caos, su madre se encargaba de toda la decoración del lugar y controlaba el menú que se serviría en la noche.
Mientras se arreglaba para la cena familiar una de las empleadas le entregó una nota, al abrirla se sorprendió ya que era la letra de Sasuke, el moreno lo citaba a las doce de la noche en el centro de la ciudad en donde se encontraba el árbol de navidad.
«¿Para qué querrá verme ahí?», se preguntó el rubio.
Deidara entró a su cuarto anunciándole que la cena estaba por ser servida así que ambos se encaminaron hacia el comedor. La cena pasó entre risas y viejas anécdotas familiares. Naruto miraba la hora y solo saltaban minutos para que dieran las doce. Cuando las campadas se escucharon toda la familia brindo deseándose felices navidad.
—Dei, necesito que me cubras para poder salir —pidió el rubio dirigiéndose a su hermano.
—De acuerdo, sal por la puerta de la cocina. Si mamá pregunta le diré que estas en tu cuarto —habló el mayor.
Naruto asintió.
—Gracias.
El rubio subió a su cuarto y cogió su abrigo, guantes y bufanda y se los colocó para finalmente tomar el regalo. Una vez listo y sin que nadie se diera cuenta salió de su casa y caminó rápidamente hacia el lugar que Sasuke le había indicado en la nota. Al llegar vio al moreno sentado en una banca frente al árbol de navidad así que fue hasta él.
***
Sasuke había llegado minutos antes al lugar, había sido una odisea escaparse de casa sin que toda su familia se diera cuenta pero finalmente lo había logrado.
—Sasuke —la voz de Naruto lo hizo salir de sus pensamientos.
Cuando el moreno se volteó vio al rubio caminar hacia él, el de ojos azules tenía las mejillas rojas a causa del frío y a Sasuke le parece más tierno que nunca.
—Hola —saludó Naruto con una sonrisa cuando estuvo frente a él.
—Hola —correspondió el moreno.
Naruto se sentó a su lado y permanecieron en silencio contemplando las luces que adornaban aquel inmenso árbol, finalmente fue el rubio quien habló primero.
—¿Y para que querías verme? —preguntó mientras miraba al Uchiha.
Sasuke lo miró y sin pensarlo lo cogió de las manos.
—Hay algo que he querido decirte desde hace mucho tiempo —comenzó—. Desde hace muchos años descubrí que sentía algo más por ti que simple amistad —para ese entonces el corazón de Naruto latía más rápido de lo normal—. Lo que quiero decirte es que te amo desde hace mucho tiempo y quiero que seas mi novio —concluyó.
El rubio sentía que se iba a desmayar en cualquier momento, todo le parecía un sueño pero sabía que no lo era. Sasuke lo amaba como Naruto también lo hacía.
—Yo también te quiero desde hace mucho tiempo —confesó—. Y nada me haría más feliz que ser tu novio —sonrió.
Sasuke le devolvió la sonrisa y se acercó más a él para unir sus labios en un primer beso. Naruto sentía que flotaba en aquel instante, cuando se separaron ambos tenían una sonrisa en su rostro. En ese momento el rubio tomó el paquete que había llevado.
—Toma, espero te guste —le extendió el regalo.
—Gracias —le agradeció el moreno sorprendido.
Sasuke abrió el paquete y cuando vio la bufanda y los guantes se sorprendió.
—Yo los hice —aclaró el rubio—. Es por eso que desde hace una semana estaba regresando a casa temprano —le comentó.
El moreno simplemente asintió al finalmente conocer el motivo por el cual Naruto ya no regresaba con él a casa.
—Yo también tengo algo para ti —le entregó aquella pequeña caja.
Naruto la abrió y en su interior encontró un bonito collar.
—Gracias, es muy lindo —le sonrió.
Sasuke lo ayudó a colocarse el collar y Naruto le colocó la bufanda.
—Feliz navidad, Sasuke —le deseo el rubio con una sonrisa.
—Feliz navidad, Naruto —correspondió el moreno.
Ambos unieron sus labios en un segundo beso, sin duda había sido la mejor navidad de todas, y seguramente la recordarían por siempre.
***Fin***