I
Beginning
“Hubiéramos podido cruzarnos por ahí sin vernos,
Mirando hacia otro lado, distraídos…
O haber pasado a diferentes horas por el mismo lugar, o no haber pasado nunca…
Tuvo que haber un “algo”, Un mandato divino,
Una muy bien estudiada casualidad,
Para que, entre los cientos de millones de habitantes del mundo,
Tú y yo consideramos en el mismo lugar al mismo tiempo”
Andrés Eduardo.
La humedad y la calidez rodeaban la ciudad de Daegu en un día de verano, sus calles abarrotadas de personas que se dirigen a su trabajo un día lunes por la mañana, las estaciones totalmente colapsadas, personas amontonadas dentro de los metros, casi montadas una sobre otras con el fin de llegar a tiempo a su destino; más allá de esos lugares poblados, en un auto particular, alejado del contacto humano lo más posible, dirigiéndose a su trabajo en una de las más importantes empresas de máquinas de Daegu, se encuentra Kim Jongin, con un pulcro traje de vestir que le hace parecer más serio de lo que normalmente es, su cabello peinado delicadamente a un lado, un reloj en su mano izquierda que le muestra la hora, anunciándole que le queda poco tiempo para llegar a su destino, dirigiéndose al conductor, apresurándolo, no puede darse el lujo de llegar tarde siendo él el Gerente General de dicha empresa. El taxista apresura su paso, zigzagueando en la calles, evitando autos, dejando a su cliente en su destino recibiendo un generoso pago por dejarlo allí justo a tiempo.
Jongin se baja del taxi y se dirige a la entrada de la empresa Moonlight Inc., abre sus puertas y se dirige al interior de la misma, recibiendo una saludo de la recepcionista correspondiendo con solo un asentimiento de cabeza, camina hacia las escaleras, evitando totalmente el ascensor, sube una por una hasta llegar al séptimo piso, estando allí camina sin mirar ni prestar atención a su alrededor, en su mente solo un punto fijo, su oficina, aquella que lo mantiene alejado de todos los empleados a su cargo en sus horas de trabajo.
No se había dado cuenta lo tenso que estaba hasta que llego a la misma y pudo relajarse, siempre era lo mismo todos los días, y él aun no se acostumbraba a ello.
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- Sr. Jongin, tengo las solicitudes de trabajo, ¿Quiere que se las pase para que pueda examinar a los solicitantes? – Se escucho a Eunhye por el altavoz del teléfono de oficina de Jongin, Eunhye era la secretaria del Gerente General, todo lo que tenían que entregarle a él pasaba primero por sus manos, para luego enviarlo digitalmente a su jefe, ya que a este no le gustaba tener personas en su oficina.
- Está bien, gracias – Contesto neutro, el gerente, para luego seguir con su trabajo, administrando todas las ventas de las máquinas que fueron vendidas y enviadas a la Empresa Textil más importa de Corea del Sur, había sido una gran venta ya que eso había subido un poco más la economía de la empresa.
Un ligero “Ping” suena en su ordenador, anunciando que ya había recibido el correo que contenía la información de los solicitantes, por suerte estaba terminando de anotar la última cuenta cuando llego, centrándose ahora en revisar a los solicitantes. Todos ellos eran excelentes, tenían un curricular limpio y aplicado, pero solo necesitaba dos trabajadores, y los más resaltantes eran 3 personas, debía elegir bien.
Al final del día ya había tomado su decisión, selecciono los curriculares y se los envió a Eunhye para que los llamara y les avisara que comenzaban el próximo lunes.
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Alejado del movimiento de la ciudad, se encuentra una serie de edificios que funcionan como departamentos, muchas familias están reunidas cenando o algunas viendo la televisión entre amigos, como esta en nuestro caso Do Kyungsoo, nuestro personaje se encuentra en su departamento con la televisión encendida viendo una película de esas de terror y comedia con sus amigos; está sentado en su sofá, a su lado derecho se encuentra su amigo Byun Baekhyun y al lado de este su novio Park Chanyeol, recostados en el piso están Kim Minseok y su pareja, Jongdae, si, al parecer él es el mal tercio en su propia casa, pero a él le interesaba muy poco, estaba riéndose a más no poder con las bromas de sus amigos, a él le encantaba sonreír, disfrutar de la vida, reírse de cada pequeña cosa, y admirar lo más insignificante, así era él, y así lo apreciaban y querían sus amigos.
De pronto el teléfono de Kyungsoo comienza a sonar, tomando el mismo manda a callar a sus amigos y a que bajen el volumen a la televisión, estando todos calmados contesta el celular. En su cara se pueden ver lo cambios mientras escucha lo que le comunican, pues es muy expresivo, primero le brillaron los ojos y abrió la boca sorprendido, luego una sonrisa, una grande, se fue formando en sus labios, luego de agradecer muchas veces y colgar, se levanto del sofá y empezó a bailar improvisadamente, sus amigos lo veían sorprendidos pero divertidos a la vez, Chanyeol fue el primero en preguntar qué sucedía.
- ¡Me han contratado! –. Chillo emocionado.- ¡Trabajare en Moonlight Inc.!
- ¿¡La mayor empresa de maquinarias de toda Daegu!? –. Preguntaron todos incrédulos.
- Si, bebes -. Respondió, con una poco -mucha- arrogancia, mientras sonreía feliz.
- ¿Cómo lo hiciste?, ¿Cómo aceptaron tu curricular? -. Preguntó Baekhyun.- ¿Y por qué no me dijiste nada?
- Los años de estudios tienen sus beneficios, Baekhyun.- Dijo, mientras volvía a sentarse en el sofá tomando las frituras en sus manos y comiendo un poco.- y no te lo dije por qué no quería hacerme ilusiones, ha sido una grata sorpresa el que me hayan aceptado, seguro muchos solicitaron y solo habían dos bacantes, es muy asombros e increíble que me hayan aceptado.
- ¿Y cuándo empiezas? -. Preguntó Jongdae, mientras Minseok asentía.
- El próximo lunes -. Sonrío.
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Su jornada de trabajo había acabado, por fin, luego de que todos los trabajadores se retiraron, Jongin salió de su oficina, subió al ascensor y bajo hasta el sótano para poder recoger su auto que había dejado el fin de semana allí por cuestiones de trabajo, presiono la alarma y abrió la puerta del conductor, entro y comenzó a conducir fuera de la empresa. Al salir se topo con el tránsito un poco concurrido, así que prendió la radio y coloco música para relajarse mientras esperaba a que avanzaran los autos.
Sus pensamientos divagaron hacia aquellos recuerdos lejanos si los comparamos con tiempo, pero tan frescos en su memoria.
Jongin era un hombre totalmente solitario, vivía solo en su gran apartamento, nadie lo esperaba en sus regresos del trabajo, no tenía amigos, tal vez una vez lo tuvo pero fue en un tiempo tan lejano, antes de que sucediera aquello que ya no tiene recuerdos sobre ello, es como si se hubieran bloqueado automáticamente en su mente luego de aquel trauman te suceso, aquel que aun lo persigue en sus días más oscuros, tan fresco y doloroso.
El sonido de una bocina lo saca de su trance, al mirar al frente se da cuenta de que están avanzando, comenzando a conducir se dirige hacia su apartamento, donde su fiel compañera, la soledad, lo espera con los brazos abiertos.
Al llegar, se dirigió directamente a su cuarto, se retiro la chaqueta y la coloco en el respaldo de la silla de su escritorio, se sentó en la cama y procedió a quitarse los zapatos, todos esto mientras escuchaba solo el sonido del silencio que le acompañaba, cosa a la que estaba acostumbrado, luego de despojarse de todo su ropa, tomo una toalla y se dirigió a la ducha.
Se coloco bajo la regadera, su mano derecha sostenida de los azulejos, un dolor instalándose en su pecho mientras recuerdos lo atacaban de nuevo. Voces alzadas, golpes, sonidos de cosas rompiéndose, gritos, llantos, palabras hirientes… Jongin se retira ferozmente del agua, como si le quemara, llevando sus manos a su cabeza mientras pesadas y calientes lagrimas caen por sus ojos, repitiendo constantemente “No, no”, respirando dificultosamente debido a la impotencia.
Minutos pasados, Jongin logra controlarse y continuar con su ducha, al terminar se dirige a vestirse con su pijama para poder cenar e irse a dormir.
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Kyungsoo estaba despidiendo a sus amigos en la puerta cuando eran entradas las ocho de la noche, luego de cerrar la puerta sintió el silencio invadir su hogar pero este fue quebrado por un pequeño maullido proveniente de su habitación.
- Philip, con que aquí estabas pequeño travieso -. Hablo Kyungsoo a su pequeño gato, luego de abrir la puerta de su habitación el pequeño minino salió de ella y se sentó frente a él, ladeando un poco la cabeza, Philip era su adorada mascota, era un pequeño gato siamés, sus ojos azules miraban curiosamente a su dueño soltando otro maullido, Kyungsoo le sonrío antes de entrar a su habitación y encendió el equipo que se encontraba en ella, no le agradaba mucho el silencio, coloco las cuatro estaciones de Vivaldi, las notas del violín rodeando la estancia, una de las ventajas de que su departamento fuera pequeño.
El chico se dirigió a la cocina a hacerse un poco de leche para poder dormir bien, mañana iría a visitar a su madre a Busan, la sorprendería, se quedaría con ella lo que resta de semana y regresaría para el fin de semana y estar descansado para su primer día de trabajo.
Kyungsoo se sentó en el sofá de la sala de estar y comenzó a preguntarse cómo sería su jefe, ¿Sería un señor mayor canoso? O ¿Un arrogante joven?, sus compañeros seguro estarían muy ocupados como para entablar vida social, pero el haría lo posible para conocerlos, le gustaba estar cómodo en su ambiente de trabajo.
Lugo de tomarse la leche y dejar un poco en el plato de Philip, se fue a su habitación a empacar la ropa que se llevaría para estar con su mamá esos días, aunque no sería mucho ya que él tiene un poco en la casa de Busan que dejo para cuando fuera a visitarla.
Terminando de guardar su preciado mp3, para no olvidarse, se cambio por una cómoda pijama para acostarse a dormir, mañana tendría que levantarse temprano para coger el vuelo hacia Busan.
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El sol se colaba por las ventanas al día siguiente, despertando a la persona que se movía perezosamente entre las sabanas, Jongin apenas y había conseguido dormir sus pesadillas volvieron y debido a ellas ahora tenía unas grandes bolsas bajo sus ojos. Dejando su pereza de lado, Jongin se levanto y se puso en marcha, fue a darse una ducha rápida, luego se coloco su traje impecable, peino su cabello y se dirigió a la cocina a hacerse un café cargado para alejar todo rastro de sueño, cogió su agenda de encima del buro y reviso que cosas tenía pendientes para hoy.
- ¡Maldición! -. Gruño, había olvidado que hoy tenía un viaje de negocios a Busan, tomándose de un solo trago el café, maldiciendo y gruñendo mientras el líquido caliente pasaba por su garganta, tomo su chaqueta y sus llaves y salió a toda prisa del departamento, no podía perder esa reunión, había posibilidades de unir lazos con la Empresa textil de Busan. Era una oportunidad única.
Encendió el auto y acelero hacia la empresa para buscar los papeles, por suerte Eunhye se encontraba de pie en la entrada de la empresa con un sobre en sus manos, cuando vio el auto del Gerente acercarse camino rápidamente hacia él y se lo entrego.
- Aquí tiene señor, el vuelo sale a las 8 con 30 minutos, su asiento es el 32B, aquí tiene el pasaporte, que tenga buen viaje -. Hablo rápidamente Eunhye mientras le pasaba cada una de las cosas nombradas. Jongin solo asintió y arrancó de nuevo el auto camino al aeropuerto.
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Kyungsoo despertó casi quince minutos antes de que su alarma sonara, estirándose un poco, se puso de pie y fue a cepillarse y ducharse, luego de estar listo se coloco una franelilla color blanco con corte en “v”, en ella estaba estampado un Mickey Mouse y una palabra grabada que decía “Bad Boy”, irónico, si, no prestándole atención se coloco unos pantalones negros un poco ajustados, sus clásicas converse negras, se peino el cabello hacia delante dejando el flequillo reposar en su frente, tomo el bolso, las llaves y a Philip que lo dejaría con su vecina en su ausencia.
Luego de despedirse de Philip, se fue a la parada de buses para coger el que lo llevaría a su destino.
En el camino tomo su mp3 lo prendió y se puso a escuchar música. Cuando llego a su destino bajo del bus y se adentro al interior del aeropuerto, compro un panecillo y una cappuccino ya que no le dio tiempo de desayunar -aunque en realidad si le que la daba tiempo es solo que la pereza puede con él- y se puso a comerlo en uno de los bancos mientras se hacia la hora de salida.
Cuando esta bebiendo el último sorbo de su delicioso cappuccino delante de él pasa un chico, alto, su cabello ligeramente desordenado, un traje impecable cubriéndole, un sobre en su mano derecha y un rostro totalmente serio. Kyungsoo no podía despegar la vista de aquel ser, era sumamente atrayente, de un momento a otro el chico volvió su mirada y sus ojos se encontraron, estos lo miraron sin ninguna expresión en ellos, eran tan oscuros y tan misterios, Kyungsoo se estaba perdiendo en ellos… pero como todo en algún momento se tenía que acabar, el moreno retiro la vista y se dirigió a abordar el avión, la voz de la señorita ya sonaba por los altavoces llamando a abordar el avión con destino a Busan.
El pelinegro al reaccionar se puso de pie apresuradamente aun perdido, tomo sus cosas se acerco a la entrada, entrego el boleto y prosiguió con su camino.
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Jongin había llegado justo a tiempo para abordar, en su mente aun podía recapitular aquello que sucedió cuando llego, y aun no podía borrar esos ojos mirándolo y analizándolo como si penetraran en su alma, se sentía tan frágil ante aquella mirada, y eso no podía ser, eso no sería bueno, tenía que calmarse, no podría entrar en pánico allí, no cuando no es seguro… tomo varias respiraciones antes de que se sintiera completamente seguro para seguir con su camino.
Estando en el avión comenzó a buscar el asiento número 32B, camino entre los pasillos hasta encontrarlo, su asiento estaba justo al lado de la ventana, colocándose en su sitio comenzó a revisar los papeles que estaban en el sobre, estudiándolos minuciosamente para poder cerrar el trato y que no hubiera ningún problema.
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Kyungsoo buscaba su respectivo asiento, estaba aun desorientado por lo pasado anteriormente, su sorpresa no pudo haber sido más grande cuando se dio cuenta que su asiento, el 30B, estuviera ubicado justo con un puesto intermediario con el del chico que vio recientemente, nerviosamente tomo su bolso y lo coloco en uno de los compartimientos encima de su asiento, luego, sin más preámbulos se sentó en su lugar.
Sus manos sudaban debido al nerviosismo, nunca se había sentido así, su mirada a veces se desviaba sin su consentimiento hacia el hombre a su lado, este al parecer no se había dado cuenta de su presencia estaba sumergido en lo que sea que estuviera leyendo, una voz anunciaba que pronto partirían y avisaba a que se colocaran el cinturón de seguridad, Kyungsoo obedeció y lo hizo, al parecer no había nadie quien hubiera pagado por el puesto que lo separa del señor misterioso -porque si, ya le había puesto nombre para poder dirigirse a él en su mente-, de soslayo vio como el señor misterioso se colocaba el cinturón de seguridad y proseguía con su lectura ahora agregando unos audífonos, seguro para escuchar música durante el viaje.
Kyungsoo hizo lo mismo, se coloco sus audífonos y cerró los ojos tratando de ignorar la presencia de aquel hombre a su lado.
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El avión ya había llegado a su destino, Kyungsoo y Jongin bajaron y cada uno tomo su camino, sin parar en la presencia del otro y saber lo pequeño que es el mundo.
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Su madre lo había recibido entre gritos de júbilo y alegría, su querido había ido a visitarla después de tanto tiempo.
- Pero bueno hijo, cuéntame, ¿Cómo es la vida en Daegu? – Hablaba alegre la señora, encaminando a su hijo hacia la sala de estar sentando y ella sentándose a su lado dándole toda su atención. Su hijo empezó a contarle lo bien que le iba, lo hermosa que era la ciudad y que habían campos que algún le llevaría a visitar, además le hablo de que el clima era cálido y húmedo a la vez, su madre en esa parte le interrumpió diciendo que climas así eran agradables, luego prosiguió hablándole de cómo estaban sus amigos y que él era el mal tercio cuando se reunían, su madre le respondió diciéndole que no le diera importancia que en algún momento seria su turno…
- ¡Mamá comenzare a trabajar! -. Chillo de repente Kyungsoo, como si apenas lo hubiera recordado.
- ¡Oh!, hijo que buena noticia, ¿Dónde será? ¿Cuándo comienzas?
- En Moonlight Inc. -. Respondió, sus ojos brillosos.- Comienzo el lunes…-. Susurro. Su madre abrió los ojos sorprendida.
- ¿¡El lunes!? -. Casi grito -. Pero entonces no te quedarás mucho tiempo, Kyungsoo -. Kyungsoo asintió levemente, apenado por no quedarse por mucho más tiempo -. Oh bueno -. Suspiro -. Aprovechare este tiempo entonces -. Sonrío brillantemente, Kyungsoo sonrío de vuelta.
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La semana había corrido sin ningún contratiempo laboral para Jongin, pero no se podría decir lo mismo de su vida personal, las pesadillas se habían vuelto más frecuentes ahora para dormir tenía que ingerir pastillas, estaba muy cansado, habían vuelto esos pequeños impulsos de huir y desaparecer pero no podía hacerlo, tenia responsabilidades que tenía que cumplir porque si.
El fin de semana había llegado y con ello tiempo para pensar aun más, Jongin necesitaba estar ocupado para no decaer, así que esos días estaría en su estudio de baile, para bailar día y noche y poder alejarse de ese tortuoso mundo donde vive, escapar de sus pensamientos si es posible y dejarse llevar y fluir al ritmo de la música.
Al final del fin de semana había cumplido su cometido, se había alejado del mundo que lo rodeaba, sus movimientos fluían con la música, liberándolo de todo el estrés del trabajo laboral y ayudándolo a huir de sus tortuosos pensamientos.
El día lunes había llegado y nuevamente comenzaba su rutina.
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El día lunes había llegado y Kyungsoo no podía estar más nervioso que nunca, hoy era su primer día de trabajo y estaba ansioso, tanto que no había podido dormir en la noche. En el trascurso de viernes recibió una llamada de su trabajo informándole el papel que representaría y como debía hacerlo, en pocas palabras ya tenía en claro el propósito que tomaría en la empresa.
Salió de su casa, un maletín en su mano derecha, camino hacia la parada de buses y tomo el que lo llevaría a la estación donde tomaría el metro para llegar a la empresa.
La estación estaba abarrotada de personas, eran demasiadas, Kyungsoo apenas y pudo entrar al metro entre empujones y codazos, el calor era insoportable pero eso era lo malo de no tener un auto, tendría que ahorrar para comprarse uno.
Llegando a la empresa sus ojos se pasearon por todo el edificio para luego entrar, una recepcionista lo recibió con un cálido saludo a la que él correspondió con una sonrisa, se dirigió al ascensor y presiono el piso número 7, el habitual cosquilleo le recorrió el cuerpo cuando este empezó a moverse. Las puertas del elevador se abrieron dejando ver varios cubículos esparcidos en el lugar y una puerta justo enfrente donde se leía “Kim Jongin, Gerente General”, su cubículo daba justo a la puerta de este, casi gritando un “Buenos días”, al el que la mayoría ignoro, Kyungsoo se dirigió a su cubículo y se organizó dispuesto a ponerse a ordenar sus cosas, pero un sonido evito todas sus acciones, su mirada se dirigió a la puerta donde se detenían las escaleras dando paso al séptimo piso del edificio, y él no podía creer lo que veía, delante de sus ojos estaba el mismo chico del avión, al principio se ilusiono pensando que serian compañeros de trabajo y podrían formar una especie de relación entre compañeros pero todo cambió cuando lo vio girarse justo a la puerta del Gerente.
- No puede ser -. Susurro incrédulo.